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Cerca de las seis de la tarde. Bruna salió de su casa y se dirigió a la casa de Dan y Alin para ayudarles con los pequeños detalles que aún faltaban para el día siguiente.

Lucas le había enviado un mensaje diciéndole que la vería más tarde allá y que luego la acompañaría de vuelta a su casa.

Dan y Alin se encontraban sentados en el sofá de la sala. Ambos estaban recortando unos dibujos de unos ositos muy lindos que pagarían en los centros de mesa.

— Estoy tan emocionado por saber que será nuestro bebé — le dijo él sonriendo.

— Mañana es el gran día — respondió Alin. De pronto sintió una fuerte punzada en su vientre que la hizo soltar un pequeño gemido de dolor.

Dan preocupado volteó a verla — ¿estás bien?

— Si — tomó aire.

— ¿Te duele?

— Solo un poco, ya pasará — sonrió.

— Me preocupa que algo no esté bien — dijo Dan.

— Esta todo bien — respondió Alin — supongo que es normal, ya solo falta un mes...

— ¿y si él bebé viene antes?

— Bueno en ese caso más pronto lo tendremos con nosotros, pero tranquilo todo estará bien...— afirmó.

Dan sonrió.

El timbre de la casa sonó.

— Debe ser Bruna, quedo de venir como a esta hora — dijo Alin.

Dan se puso de pie y acudió a abrir la puerta.

— Hola hermano — saludó Bruna. Dan sonrió mientras la abrazaba.

— Hermana, gracias por haber venido a ayudarnos.

— es mi sobrino o sobrina quien va a nacer...es obvio que vendría a ayudarlos...— respondió la chica.

Cuándo se separaron del abrazo, Dan desvió la mirada y dijo:

— Si Venessie estuviera aquí...si mis padres estuvieran aquí...

— Estarian muy felices, lo se — agregó Bruna con una sonrisa de labios cerrados.

Dan asintió mientras limpiaba unas cuantas lagrimas que habían salido de sus ojos.

— Pasa, Alin está en la sala...— le dijo.

Bruna Caminó hacia el interior de la casa. Cuando llegó a la sala se acercó a saludar a Alin quien la recibió muy sonriente y agradecida por haber ido a ayudarles con los adornos que aún faltaban.

Poco después también llegó Lucas a ayudarlos.

Habían terminado ya los centros de mesa y los pusieron en una caja donde los guardaron hasta el día siguiente.

Ya solo faltaban los llaveros que habían decidido dar a las personas que asistieran como un recuerdo de aquel día. Consistía en un pequeño osito de peluche color blanco con un moño en el cuello de color amarillo. Y a lado una tira de hilos de colores muy hermoso.

— Esto es emocionante — dijo Lucas mientras colocaba un llavero en una pequeña bolsa transparente con una nota que traía escrita la fecha de mañana y una imagen de un bebé.

— ¿por qué? — preguntó Bruna sonriendo.

— No se, estoy feliz junto con ellos...— dijo refiriéndose a Dan y Alin — e imagino cuando llegue el momento en que seré padre también...

— Es lindo...— dijo ella — Supongo que cuando llegué ese momento sabré que es lo que sienten ellos ahora...

Ambos rieron mientras seguían colocando los llaveros en las bolsas.

Dan ordenó Pizza para poder compartir con sus amigos que habían ido a ayudarles.

Minutos después el timbre sonó. El repartidor de Pizza había llegado. Dan había subido al cuarto en busca de algo y a Alin se le dificultaba un poco ponerse de pie así que Bruna acudió a abrir la puerta. Grande fue su sorpresa al ver una cara conocida.

— José — dijo — ¿Trabajas en la Pizzeria?

— Hola Bruna — respondió el chico tratando de ocultar la gran emoción que sentía al verla — Si, es un trabajo de medio tiempo porque apenas estoy dejando currículums en varias empresas para trabajar de lo que he estudiado.

José, a diferencia de los chicos que entraron al instituto al salir de la preparatoria. Ingresó al instituto bíblico  cuando terminó su carrera Universitaria. Era tres años mayor que Bruna y los demás chicos.

— Genial...

— Y...¿Cómo has estado? — le preguntó — ¿cómo van las cosas con Lucas?

— Bien, todo muy bien — respondió ella con una sonrisa.

— Que bueno — Dijo con una leve sonrisa aunque dentro de si sentía su corazón romperse. La verdad es que desde que conoció a Bruna quedó completamente enamorado de ella aunque sabía que ella no sentía lo mismo por él — Bueno creo que debería irme ya...— le entregó la caja de Pizza y Bruna le entregó el dinero del pago.

— Muchas gracias Jose, es bueno verte otra vez.

— Igualmente, Hasta luego — se dio la vuelta y se marchó.

Bruna ingresó a la casa y llevó la Pizza hasta el jardín donde estaban los demás. Minutos después ya se encontraban comiendo Pizza y bebiendo agua de frutas mientras conversaban entre ellos.

[....]

10 de Junio.

7:00 a.m

Alin se despertó muy temprano pues ya no pudo dormir debido a que no encontraba una posición cómoda.

Se paró de la cama y fue al baño a cepillarse los dientes y lavarse la cara. Luego volvió a la habitación y estuvo un rato leyendo la biblia y orando. Dan aún seguía dormido. Unos minutos después lentamente bajó a la cocina a preparar algo para desayunar antes de que sus amigos llegaran.

Habían programado el festejo para las 11 del día pues en la tarde había servicio en la iglesia.

Prendió música de adoración que sonaba de fondo mientras preparaba café.

Cómo una hora después Dan Venia bajando por las escaleras un poco adormilado todavía. Soltó un bostezo y con sus manos restregó sus ojos. Fue a la cocina donde encontró a su esposa tomando café y comiendo unos panes que habían comprado el día anterior.

— ¿por qué no me despertaste? — le preguntó mientras se acercaba a ella y le daba un beso en la frente.

— Estabas bien dormido — le respondió.

— Bueno — se dirigió a uno de los muebles y tomó una taza para servirse café.

Luego hicieron un devocional como siempre lo hacían los fines de semana juntos.

Horas después como a eso de las 10 de la mañana sus amigos llegaron para ayudarles a acomodar las mesas y las sillas en el jardín.

Acomodaron las mesas en un semicírculo dejando un espacio donde pusieron una mesa para ellos dos.

Adornaron con globos de colores pastel tales como azul, amarillo, verde, morado y blanco.

En la mesa donde Dan y Alin estarian pusieron una cortina detrás y le pegaron una imagen de un bebé y un biberón. Alrededor hicieron un arco con globos. Colocaron el pastel y los dulces.

Faltando 20 minutos para las 11 los invitados comenzaron a llegar. Solo habían invitado a los pastores de la iglesia a la que asistían y también a los padres de Bruna. Sus amigos cercanos y uno que otro empresario amigo de Dan.

Alin le había enviado la invitación a Angie por mensaje, para ver si podía venir. Su respuesta fue que haría todo lo posible por acompañar a su amiga, tal vez llegaría un poco tarde pero haría el esfuerzo de ir ya que hace poco había salido de vacaciones apenas.

Comenzaron haciendo una oración para agradecer a Dios por darles la oportunidad de estar en ese lugar. Luego cantaron unos cantos de adoración y alabanza dirigidos por Bruna y Mía.

Posteriormente el Pastor Isaac dio unas palabras a los futuros padres y también a los demás presentes.

Luego siguieron con actividades que tenían planeados como algunos juegos. Después vino el tiempo de la comida y luego de eso lo que Dan había estado esperando: la revelación del sexo del bebé.

Todos se reunieron alrededor de la mesa para partir el pastel. Ya que al momento de partirlo dentro saldría color rosa o azul dependiendo de si el bebé sería niño o niña.

Los amigos cercanos como Paola, Lucas, Mía, Bruna, Rodrigo y los papás de Alin ya sabían que era el bebé. Solo Dan estaba la espera y los pastores y alguno que otro invitado.

— Bien — comenzó a decir Paola — Ahora Dan partirá el pastel...

Todos aplaudieron muy emocionados.

Dan tomó el cuchillo y lo colocó sobre el pastel más no lo partió todavía.

— ¡Hazlo ya! — le dijo Rodrigo quien tenía cargando a su hija.

— Es que...me da nervios — Dan rió.

Alin estaba parada a su lado, puso su mano sobre su vientre. De un momento a otro comenzó a sentir un poco de dolor en su vientre pero no le tomó mucha importancia, creía que era normal.

— ¡Bien, llegó el momento! — Exclamó Dan emocionado mientras se disponía a cortar el pastel.

Todos sonreían esperando que Dan partiera el pastel. Otros le animaban a que lo partiera rápido.

De pronto el dolor que Alin antes sentía comenzó a ser más intenso y no pudo ocultarlo. Dan volteó a verla dejando lo que estaba por hacer y se acercó a ella que apenas y podía mantenerse en pie.

— Aly, ¿Qué sucede? — le preguntó preocupado.

— Duele — dijo mientras ponía sus manos en su vientre. Sintio que un líquido comenzaba a correr por sus piernas.

— ¡Esta sangrando! — exclamó Mía asustada.

Alin comenzó a marearse y a ver todo borroso.

— ¡Hay que llevarla al hospital rápido! — Camila se acercó a su hija mientras que con ayuda de su esposo la llevaban al auto.

Todos los invitados estaban preocupados por lo que había ocurrido. De un momento a otro la alegría se había esfumado.