Capítulo dedicado a:

SheylaMZ

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Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia,
Y tu fidelidad alcanza hasta las nubes.

Salmos 36:5

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05 de Mayo.

Era un día viernes. Todos en el instituto se estaban preparando para el tan anhelado día de la graduación.

Una generación más decía adiós a aquel instituto que los había visto crecer y madurar en el sentido espiritual.

Tal vez para muchos no había sido fácil lograr culminar aquellos dos años, pero Dios había sido fiel y en su gran misericordia les había permitido terminar.

Por la mañana los alumnos acudieron a acomodar las sillas y mesas. Y luego de ahí cada quien fue a su hogar para prepararse y arreglarse. Esta vez la graduación se llevaría a cabo ahí mismo en la galera. El evento iniciaría a las 12 del medio día.

Dan estaba feliz de que su esposa al fin había podido culminar una etapa importante en su vida. A pesar de que no había sido muy fácil por el embarazo. Pero Dios había sido su ayuda y él también la había ayudado en lo que podía.

El embarazo iba marchando bien, aún no les habían dicho que iba a ser el bebé porque ellos querían esperar a saberlo cuando faltara un mes así le harían una pequeña fiesta y darían a conocer con sus amigos y familia el sexo del bebé.

— Ya estoy lista — dijo Alin mientras bajaba con cuidado los escalones de su hogar.

Dan estaba sentado en la sala, cuando escuchó su voz volteó y sonrió al verla.

— Te ves preciosa — le dijo.

Alin llevaba puesto un vestido rosa pastel con un cinto adornado con flores debajo de su busto haciendo que su vientre se marcara. Su cabello caía a cascada sobre sus hombros.

— Gracias — le dijo ella cuando llegó hasta donde él estaba sentado quedando de frente.

Dan acarició su vientre y depósito un beso en el. Estaba feliz por la llegada de su hijo o hija.

— Los amo tanto — le dijo mientras la miraba fijamente.

Tomaron sus cosas y salieron de la casa, subieron al auto y se dirigieron hacia el instituto.

.....

Mía estaba feliz. Aunque también un poco triste pues sabia que su papá no iba a asistir. No la vería pasar al frente y recoger su certificado, ni se tomaría fotos con él como los demás padres con sus hijos.

Suspiró al verse al espejo y ver su reflejo. Había elegido un vestido color plateado de tirantes y falda larga. Su cabello rizado iba suelto lo que hacía que se viera muy linda a parte de tierna.

Sonrió mientras pensaba en que debía ser un día genial e inolvidable.

Tomó su bolso y bajo hacia la sala donde su mamá y su tía la estaban esperando para irse juntas.

.....

12:00 p.m

El evento ya había comenzado. Primeramente Yazmin, una de las profesoras quien estaba encargada de dirigir el programa, dio la bienvenida y posteriormente hizo una oración.

Los estudiantes que se graduaban ocuparon las primeras dos hileras de sillas al frente. Los demás alumnos, y demás familiares se acomodaron en las demás sillas.

El lugar estaba bien adornado, con globos, serpentinas y demás cosas brillantes.

Cantaron un par de cantos de adoración y alabanza y luego dejaron el lugar para que el director del instituto diera un pequeño mensaje.

Luego de ahí pasaron a la entrega de reconocimientos a los alumnos que habían logrado sobresalir a quienes les entregaron también una medalla, como esas que les dan a los campeones que hacen deportes.

— Ahora — comenzó a decir Jazmin — escucharemos el mensaje de despedida a cargo de la alumna: Karen Surisaday, quien fue una de las alumnas sobresalientes en este ciclo.

La mencionada se puso de pie con una enorme sonrisa en su rostro y acudió al frente. Tomó el micrófono y comenzó a hablar.

— Es un gran honor para mi el poder estar aquí — miró a todos y sonrió antes de seguir diciendo — Hoy es un día especial, un día importante. Hoy hemos culminado una etapa más en nuestras vidas...
El viaje que comenzó hace dos años hoy llega a su fin, Pero eso no significa que ya es todo, o que ya hemos aprendido todo, no es así. Al estar aquí pudimos aprender y experimentar muchas cosas las cuales nos van a servir a lo largo de nuestras vidas y en los caminos que vayamos a tomar. Pero seguiremos aprendiendo de cada situación que pasemos, porque de eso se trata esta vida de seguir cada día aprendiendo.
Dios ha sido fiel con cada uno de nosotros y lo seguirá siendo hasta el final. Quizás de aquí muchos ya no nos volveremos a ver porque tomaremos rumbos distintos, pero a donde quiera que vayamos, siempre recordemos que Dios siempre estará ahí. Tal vez no será fácil, tal vez vendrás muchas cosas a nuestras vidas. Tal vez tropezaremos y caeremos, pero nunca nos rindamos, nunca nos quedemos en el suelo, siempre hay que levantarnos y seguir luchando. Luchemos por nuestros sueños, luchemos por seguir adelante y busquemos la voluntad de Dios...luchemos por seguir esparciendo el reino de Dios...

Todo el público estalló en aplausos.

Karen bajó de la tarima y pasó a sentarse a su lugar.

Yazmin nuevamente tomó el micrófono y está vez ya era hora de la entrega de certificados.

De uno a uno lo fueron llamando para que pasara. Y una vez que todos pasaron, lanzaron hacia arriba sus birretes celebrando que al fin estaban graduados.

Después de que terminó todos estuvieron ahí tomándose fotos para guardarlas como un recuerdo.

— ¡Felicidades Alin y Mía! — Paola se acercó a las chicas para abrazarlas.

— Gracias — le sonrieron las recién graduadas.

Los demás también se acercaron a ella y a Mía para felicitarlas por el logro que habían obtenido.

Después fueron a sentarse a una mesa mientras seguían platicando.

Alin iba caminando cuando de pronto sintió una fuerte punzada en su vientre haciendo que soltara un pequeño grito de dolor.

— ¿Qué tienes? — le preguntó Dan preocupado — ¿esta todo bien?

— Si — respondió ella mientras intentaba calmarse — Solo ha sido una punzada, estoy bien.

— Okey — le dijo Dan mientras la tomaba de la mano y lentamente se dirigían hacia donde sus demás amigos ya se habían sentado.

Todos reunidos a la mesa sonreían. Estaban felices realmente.

— Al fin estamos todos los del grupo de amigos estamos graduados del instituto — dijo Rodrigo riendo.

— Si, tienes razón — añadió Bruna — estar aquí es una experiencia maravillosa...y se que muchos más lo vivirán.

Todos sonrieron asintiendo. Bruna tenía razón. Estar en el instituto era una experiencia maravillosa e inolvidable.

— ¿José no iba a sentarse con nosotros? — preguntó Dan.

— Últimamente ha estado algo distante del grupo — respondió Rodrigo — es como si algo le incomodara.

— Esperemos que este bien, ya tendremos tiempo para hablar con él — dijo Bruna. Lo que ella no sabía era que José estaba distante por ella y por su relación con Lucas.

Bruna notó que Lucas estaba muy callado así que volteó a verlo y le preguntó:

— ¿Estas bien, amor? — lo dijo en voz baja para que nadie más escuchara, aunque era imposible que oyeran pues había música a todo volumen.

— Si, solo que desde la mañana me ha empezado a doler el estómago y no se me quita — le respondió mientras una de sus manos se posaba en su estómago.

— ¿por qué? — Bruna comenzaba a preocuparse.

— Tal vez ha sido algo que comi — dijo Lucas al ver su preocupación.

— Eso espero — susurró Bruna.

— Tranquila, no es nada. Pronto pasará — el chico sonrió.

Bruna sonrió también. Trataba de no pensar más, no quería imaginar que algo malo estaba ocurriendo nuevamente en él.

Siguieron conversando y riendo. Disfrutando la felicidad de ese día.

....

Mía estaba tan feliz, luego de estar con sus amigos fue a sentarse a donde su mamá estaba con su tía.

— ¿La estas pasando bien? — le preguntó su mamá sonriendo.

— Si — respondió ella — Gracias por estar aquí mamá.

— No agradezcas, no iba a perderme por nada tu graduación. Estoy muy orgullosa de ti Mía.

— Te quiero — le dijo con mucho cariño. Realmente apreciaba que su mamá estuviera ahí a pesar de todo.

Se quedó con su madre y su tía por un rato donde también se tomó varias fotos con ellas.

Cuándo estaba por guardar su celular en la entrada alguien llamó su atención. Erick estaba ahí. Ella lo había invitado hace ya varios días pero no pensaba que realmente fuera a asistir.

Erick caminaba hacia ella mientras en sus manos sostenía un ramo de flores y una pequeña bolsa de regalo.

Mía sintió como su corazón comenzaba a latir con más fuerzas. Miró a su madre quien estaba platicando con su tía y se arrepentía de haber invitado a Erick. No quería causar más problemas con su mamá quien al parecer no estaba de acuerdo con que ella se estuviera viendo con él.

Erick sonrió en cuanto su mirada conectó con la de la chica.

— Hola, te ves muy linda — le dijo cuando estuvo de frente a ella.

— Hola Erick, Gracias — se limitó a responder con una sonrisa nerviosa, volteó a ver a su madre quien la veía con un rostro indescifrable — Ella es mi mamá — le dijo a su novio — Y mi tía — las presentó.

— Hola, mucho gusto — saludó a ambas quienes le respondieron amablemente.

— ¿Es tu novio? — le preguntó su tía a Mía. Mía comenzó a ponerse nerviosa y no sabía que iba a responder, no quería que su madre se decepcionará más de ella.

— mmm...Nos estamos conociendo — respondió para luego mirar a Erick quien la miró con el ceño fruncido.

El chico iba a decir algo pero la voz del director hablando a traves del micrófono lo interrumpió llamando la atención de todos.

Invitaron a todos los estudiantes y ex estudiantes a pasar al frente pues tenían una actividad organizada que consistía en hacer coreografías mientras se subían a una base giratoria con luces.

Todos estaban felices y emocionados. Mía se excusó con Erick diciendo que enseguida volvía. El chico solo asintió mientras se sentaba en una de las sillas lejos de la mamá y de la tía de Mía.

Risas, alegría y felicidad inundaban todo el lugar. Todos la estaban pasando bien y se estaban divirtiendo de una manera sana. Sin duda ese día sería inolvidable.