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Capítulo 36: LOS MESES SIGUIENTES❤

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No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

Isaías 41:10

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Noviembre terminó y dio pasó al último mes del año: Diciembre.

Fue un mes lleno de sorpresas y alegría.

A principios del mes, las clases en el instituto culminaron para dar paso al periodo vacacional que constaba de aproximadamente un mes. Luego de ahí ya solo faltaba un cuatrimestre para graduarme y estaba emocionada pero a la vez aterrada por no saber que haría después.

¿Estudiaría una carrera universitaria? ¿Conseguiría trabajo?

La primera opción me parecía bien, excepto por el hecho de que mi padre no me apoyaría y eso significaba que tendría que conseguir un empleo de medio tiempo quizás, pero no me agradaba la idea pues solo quería enfocarme en una sola cosa. Así que la segunda opción estaba bien, pero bueno, no pensaré más en eso, cuando llegué el momento lo haré.

Las cosas con Erick iban bien o al menos eso creía. Había veces que él se molestaba conmigo por cualquier cosa por más insignificante que fuera y cuando eso pasaba él cambiaba, era como si se transformara en otra persona totalmente irreconocible. Por lo que sabia estaba consumiendo drogas y eso me rompía el corazón. Quería que cambiara pero él parecía no querer hacerlo.

El 24 de Diciembre celebramos la navidad en la iglesia como cada año se hacia. Yo estaba en el grupo de alabanza y nuevamente canté aquel canto que había entonado hace un año (Ven a mi corazón) que significaba mucho para mi.

Los niños presentaron una obra de teatro donde representaban el nacimiento de Jesús, fue lindo ver que desde pequeños ya servían a Dios.

En el Instituto biblico también habíamos hecho pastorelas y Villancicos a mediados del mes a pesar de ya haber salido de vacaciones. Fue en la plaza principal de la ciudad para que todos pudieran ver y escuchar un mensaje de parte de Dios

Realmente amaba formar parte de todo eso. Era un experiencia maravillosa que recordaría por siempre, como la mejor etapa de mi vida.

Al día siguente 25, se supone que la pasaría con mi familia, con mis padres, pero no fue así. Papá como siempre salió con sus amigos a tomar y emborracharse. Mi tía nos invitó a pasar la noche con ella y su familia. Mamá aceptó pero por más que quería ser fuerte no podía, las ganas de llorar me invadían.

En medio de la cena, me paré de la mesa y me disculpe diciendo que no me sentía muy bien, que iba afuera a tomar aire.

Me abracé a mi misma cuando el viento frío de la noche me golpeó. Mire el cielo despejado, sin rastro de estrellas y suspiré.

Mi celular vibró indicando que tenía un mensaje. Lo abrí y sonreí. Era Erick y me estaba invitando a salir esa noche. Acepté pues solo quería distraer mi mente para no pensar varias cosas.

Erick pasó a recogerme en su auto. Y juntos nos dirigimos a las afueras de la ciudad al lugar donde me había llevado ya una vez. Él lo llamaba "El prado magico" porque decía que parecía sacado de una película, como esa que una vez vimos de unos vampiros.

Nos sentamos en el pasto y me abrazó pasando su mano por mi hombro

— Es la primera navidad que me siento feliz — dijo.

Podía oír su voz quebrarse pero no lloró.

Me sorprendía la facilidad con la que podía controlarse, yo en su caso ya hubiera derramado lágrimas.

El fin de año llegó también días después. La pasé en la iglesia como cada año que hacían velada para recibir el año nuevo. Me sentí bien al estar rodeada de mis amigos y ver y compartir la felicidad con ellos.

Lucas y Bruna lucían muy enamorados. Rodrigo y Cecilia con su bebé Sofía que cada día estaba más grande, y Dan con Alin felices, quien para ese entonces tenía dos meses de embarazo.

Enero llegó y con el el inicio de clases a mediados del mes. Empecé mi último cuatrimestre en el instituto y estaba decidida a dar lo mejor de mi para graduarme con honores.

Febrero llegó y con el el día de los enamorados, o dia del amor y la amistad como le conocemos en mi país.

Ese dia 14 organizamos un evento en el instituto y por la tarde nos reunimos todos los chicos en casa de Dan y Alin para pasar un momento agradable y divertirnos sanamente.

A Alin apenas se le comenzaba a notar su pancita y debo admitir que me causaba mucha ternura verla.

Lucas y Bruna seguían con su relación e incluso ese día nos habían dicho que planeaban casarse en cuanto Bruna terminara la universidad. Aún faltaba pero ya era un hecho.

Pensé en Erick y en que me gustaría que el hubiera sido cristiano y así tener una relación al estilo de Dios. En esos momentos me cuestioné si sería bueno seguir con él o terminarlo.

Por la noche Erick fue a verme a mi casa. Eran cerca de las 11 de la noche cuando llegó en su auto con un inmenso ramo de rosas Rojas. Me dio un abrazo y un beso en cuanto salí.

Pero la felicidad no duró mucho pues en ese instante mi papá llegó y se molestó al verme ahí con él. Lo golpeó y me gritó horrible. Erick se marchó y yo corrí a mi habitación a encerrarme y llorar.

A la mañana siguiente cuando desperté, mamá estaba en la cocina, se notaba que tampoco había dormido bien y que estaba llorando.

— Mía, ¡me mentiste! — me dijo mirándome seria — dijiste que ese muchacho era tú amigo y ayer tu padre dijo que te vio besándote con él...

Jamás le dije a mi madre que Erick me había pedido ser su novia, porque pensé que se molestaría por eso decidí mantenerlo en secreto pero ahora me arrepentía de haberlo hecho.

— Lo siento, solo que pensé que te enojarias y me dirías que me aleje de él...pero...En serio solo es un amigo — le dije aunque realmente Erick era mi novio, pero si se lo decía se enojaria. quizás.

— Dime la verdad — me miró aguantando las lágrimas — Soy tu madre, se supone que tienes que confiar en mi...

— Perdón mamá — dije sin mirarla.

— ¿dónde lo has conocido? — me cuestionó.

— Choqué en la calle con él por accidente — respondí mientras mi mente rememoraba Aquel día.

— ¿qué edad tiene?

<todo menos eso> pensé, estaba cien por ciento segura que si le decía que era mayor que yo se molestaría.

— Tiene 26.

— ¿Qué? ¡te das cuenta que es mayor que tu!

— No por mucho — dije. Ella solo negó con la cabeza.

— Escucha, solo quiero que seas feliz pero tampoco quiero que te lastimen...

— No te preocupes mamá — le dije — él nunca me haría daño. Además solo es un amigo en serio.

— Eso espero — dijo mientras se daba la vuelta y se iba de ahí.

Se que la había decepcionado y me dolía hacerlo pero amaba a Erick y no quería alejarme de él.

Marzo llegó pronto. Otro mes más que esperaba fuera mejor que el anterior. Seguía estudiando y colaborando en la iglesia, pero aún así el sentimiento de Soledad se instaló en mi.

Me sentía más sola que nunca, la relación con mi madre ya no era la misma desde esa vez que había hablado conmigo y papá comenzó a ausentarse por más días de casa.

En ese mes celebramos el cumpleaños de Dan y de Bruna, ambos cumplían años casi seguido así que decidieron hacer una pequeña fiesta entre los dos. Fue muy lindo todo, y muy divertido al estar todos los amigos reunidos.

Pronto llegó Abril. En ese mes esta vez también teníamos un viaje misionero a otra ciudad. Al cual no pude ir porque no logré recaudar el dinero suficiente para el viaje. Papá no me apoyaba y mi madre sola no podía ayudarme.

Alin tampoco fue pues para ese entonces tenía seis meses de embarazo y tenía que guardar reposo y abstenerse de viajar por muchas horas.
Ya casi no la veía en el instituto, solo iba a veces, y en otras ocasiones tomaba las clases en línea. Lo bueno era que ya faltaba un mes para la graduación y así ella podría descansar.

El tiempo había pasado tan deprisa. Parecía que fue ayer cuando apenas me gradué de la preparatoria pero no, ya habían pasado dos años.

Mi cumpleaños número 20 fue a mediados del mes de Abril. No hice nada, solo mis amigos cercanos me felicitaron y mi mamá, porque mi padre al parecer se olvidó de esa fecha y eso hizo que me pusiera muy triste.

Erick fue a mi casa por la noche, y me llevó un pequeño obsequio, una medalla con el dije de una hermosa mariposa de colores tornasol.

— Gracias — le dije cuando me hubo puesto el collar en mi cuello. Lo abracé.

— De nada, quería que tuvieras algo de mi...— dijo — siempre que lo lleves colgado, recuérdame...

— Lo haré.

Solo podía agradecer a Dios porque a pesar de todo, aún seguía de pie. Aun cuando había veces que ya no podía continuar.

Esperaba que todo mejorara con el pasar del tiempo y con la ayuda de Dios. Porque si no, realmente no se que haría...




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