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Capítulo 30: HOGAR🏠

MARATÓN 1/3

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...Corazón, pródigo
Regresa hoy a tu padre
En casa hay libertad
Un dulce hogar, para todos...

●°●°●—————— 🩰 ——————●°●°●


01 de Noviembre.

Un nuevo mes había llegado y esperaba que todo fuera mejor que los meses anteriores con respecto a mi familia.

Me levanté cerca de las 6:30 para alistarme, pues a las 7:30 Erick pasaría por mi para irme a dejar a mis clases del instituto.

Había veces que me quedaba en mi habitación en el instituto cuando había eventos o actividades por las tardes, pero cuando no, prefería venir a casa y estar con mi madre.

Cuando acabe de arreglarme, tomé mi mochila y bajé a la cocina.

— Hola mamá — le dije mientras le daba un beso en la mejilla.

— Hola hija — me respondió.

— ¿papá no está? — le pregunté, últimamente no había visto a mi padre.

— Ya se fue — dijo — pero esta bien, ya sabes como es cuando esta, puras discusiones...

— si lo se — suspiré tristemente.

Me serví cereal con leche en un tazón y me senté frente a la mesa para comer.

— Mía, quería preguntarte algo — dijo mi madre luego de unos minutos.

— Si, dime.

— Es sobre ese chico que viene a dejarte y a recogerte...

— oh...

— Se que ya eres mayor de edad pero me preocupa que pueda hacerte daño...

— No te preocupes mamá, es solo un amigo — le dije, aunque realmente no sabia si éramos amigos o algo más por la forma en la que nos tratábamos.

— Entiendo, solo ten cuidado. Tienes un buen corazón y no quiero que nadie lo lastime.

Sonreí.

¿Erick seria capaz de hacerme daño?

Quería creer que no.

Me despedí de mi madre cuando escuché la bocina del auto sonar frente a mi casa. Erick había llegado por mi.

— Hola — le dije mientras abría la puerta y subía en el asiento del copiloto.

— Te ves muy linda — se acercó para besarme.

— Gracias.

Erick puso en marcha el coche. En el trayecto del camino de mi casa hacia el instituto íbamos platicando sobre lo que habíamos hecho el día anterior.

Estábamos por llegar al instituto cuando su semblante cambió, parecía molesto y no sabía por qué, iba a preguntarle cuando el habló:

— No se porque vienes aquí, te llenan de cosas que no son reales...

— Erick...

— Es la verdad Mía, puedes estudiar una carrera universitaria en ves de perder tu tiempo en un lugar así, son puros cuentos de hadas lo que dicen ahí.

— ¡Erick basta! — exclamé — ¡No se que haya pasado en tu vida que te haya hecho odiar a Dios, pero eso no es motivo para hablarme así! ¡Yo creo en Dios y creo que deberías respetar eso!

— Solo estoy diciendo que no me gustaría estar con una chica que no tiene los ojos en la realidad — dijo muy serio.

— ¿Qué? — un nudo se formó en mi garganta — ¿Entonces no quieres seguir conmigo?

— Ni siquiera eres mi novia — respondió — Solo es una aventura que estamos viviendo y quiero disfrutar, pero tus creencias van a impedirlo.

Definitivamente si, Erick podría hacerme daño, más del que pensé que haría. Sus palabras eran como dagas que traspasaban mi corazón.

Yo lo amaba pero ahora estaba claro que él no y que solo estaba jugando conmigo.

No dije más, solo bajé la mirada aguantando las ganas de llorar. Por ningún motivo iba a permitir que me viera llorar.

Cuando llegamos al instituto detuvo el auto.

— Gracias por traerme, no volveré a molestarte — le dije mientras tomaba mi mochila y abría la puerta.

— Es lo mejor que puedes hacer — respondió antes de que cerrara la puerta y se marchará.

Quería llorar. Sentía mi corazón destrozado en mil pedazos. Parte de eso había sido mi culpa por creer que seria posible vivir un amor sano con alguien que no creía en lo mismo que yo.

Antes de entrar al instituto, suspiré y mirando al cielo dije: — Dame fuerzas para aceptar esto.

La primera clase comenzó poco después. Me sentí mejor al estar ahí aprendiendo más y más acerca de Dios y su palabra.

Y lo bueno era que Alin había vuelto a clases luego de ausentarse los pasados días por motivos que no me quiso decir, bueno solo dijo que estaba arreglando un asunto.

Después de tres clases seguidas nos dirigimos a la cafetería para almorzar.

Pedimos la comida, nos ubicamos en una mesa despejada y oramos antes de probar los alimentos.

El almuerzo transcurrió entre platicas y música que Alin había puesto en su celular.

— Por cierto — dijo ella — Este domingo por la mañana nos reuniremos todos en casa.

— ¿Todos? — pregunté.

— Si — contestó — Rodrigo, Lucas, Paola y los demás amigos cercanos.

— Ah, ¿algo en especial? — era raro que nos reunieramos todos, pues cada uno tenía compromisos propios que aveces ya no nos podíamos ver muy seguido como antes.

— Con Dan queremos darles una sorpresa — sonrió — compartir una noticia con ustedes.

— ¿Tiene que ver con que te hayas ausentado unos días?

— Posiblemente — volvió a sonreír.

— Bien, veré si puedo ir.

— No no, tienes que ir...es importante — insistió.

— Okey ahí estaré — sonreí.

Pensé en decirle a Alin lo que estaba ocurriendo pero no lo hice porque no podía, sentía que al solo pronunciar una palabra inmediatamente comenzaría a llorar y no quería que nadie me viera llorar.

Cuando acabó la hora del almuerzo nuevamente volvimos a clases, intenté mostrarme lo más normal y tranquila posible e ignorar todos los recuerdos de esa mañana.

Horas después, fue la hora de salida. Inmediatamente tomé mi mochila y luego de despedirme de Alin salí del salón rumbo a la puerta de entrada.

Tenía planeado caminar por el parque para distraer un poco mi mente y luego compraría unas cosas e iría a casa.

Pero al doblar en una esquina, un auto se detuvo. Era él. Quise dar la vuelta para volver al instituto pero no pude. Aún quería verlo, aún lo quería a pesar de lo de esa mañana.

— Mía, sube al auto, tengo que hablar contigo — dijo al momento que bajaba la ventanilla del auto para que pudiera oírlo.

Quise decir que no, que él ya había dejado todo en claro, pero no pude. En cambio caminé y abrí la puerta del coche.

Cuando estuvimos dentro el comenzó a decir:

— Perdón por lo de hace rato, no estaba en un buen momento. Solo pensar en todos los problemas que tengo hizo que reaccionara así.

No dije nada, no lo mire, solo seguí oyendo.

— Perdón, Yo...— suspiró — no quiero alejarme de ti, no quiero que te alejes de mi por favor. Ya perdí a mis padres, no quiero perderte también a ti...

Voltee para verlo, por primera vez parecía sincero en lo que decía y podía sentir su dolor. Estaba herido. Muy herido.

— Esta bien Erick — dije — Yo tampoco quiero perderte. Solo no quiero que me hagas daño.

— Nunca lo haría — respondió.

— ¿Lo dices en serio?

Tardó varios segundos en contestar, pero al final dijo — Si. Solo quédate conmigo.

El se acercó a mi y unió nuestros labios en un beso. No pasó mucho cuando me separé de él al recordar lo que él había dicho esa mañana acerca de que solo sería una aventura.

Y no pude evitar pensar en que si hacia eso conmigo podría hacerlo con varias chicas más y no quería ser la segunda opción de alguien.

— ¿qué sucede? — preguntó.

— Lo que dijiste esta mañana acerca de que no soy tu novia — dije — si es así no tengo porque estarte besando, no esta bien.

— Bien...— dijo — no se muy bien que decir pero...mmm...¿Quieres ser mi novia?

Algo dentro de mi me decía que no aceptara. Seria yugo desigual al ambos tener pensamientos muy distintos.

Pero no pude decir no.

— Si quiero — respondí sonriendo.

— Ahora si podemos besarnos y no esta mal — dijo antes de volver a besarme.

Luego de ahí, puso en marcha el auto y fuimos a dar una vuelta por la ciudad hasta salir e ir al lugar donde me había llevado anteriormente. Ese precioso lugar donde había un acantilado y el atardecer se veía hermoso.

Nos sentamos sobre el pasto y el paso su brazo por detrás de mi, recosté mi cabeza en su hombro y sonreí.

Sabia que quizás no estaba bien tomar una decisión tan apresurada pero no quería que acabara.

— ¿qué pasó con tus padres? — le pregunté.

Solo suspiró y negó con la cabeza, luego posó su vista en el horizonte.

— Murieron cuando yo tenía 5 años. Era muy pequeño para acordarme, pero mi abuela dijo que habían tenido un accidente, el auto en el que viajaban se fue hacia un barranco.

— Lo siento.

— Me quedé solo con mi abuela, pero cuando cumplí 14 años, ella también se fue...no tenía a nadie más por lo que tuve que buscar la manera de sobrevivir...

— ¿Por eso estás en ese negocio de...

No me dejó terminar porque inmediatamente dijo.

— Si, era la única opción que tenía.

— ¿dónde vives ahora?

— Donde sea, aveces paso la noche en un hotel o en casa de uno de mis compañeros.

— Debe ser triste vivir así — dije sintiendo una tristeza en mi corazón.

— Ya me acostumbre — respondió — yo no soy como otros chicos. Yo no tengo un hogar.

No sabia que más decir así que solamente lo abracé. Quería que supiera que me tenía a mi y que trataría de ayudarlo.






































N/A

HOLAAAA!!!❤

¿Creen que Erick este siendo sincero con Mía al decirle que no quiere perderla aún cuando no esta cien por ciento seguro de lo que siente por ella?😳

Falto algo que Erick omitió en su historia pero más adelante se sabrá😌.

Dios os bendiga!💖

Hasta el siguiente capítulo...

Atte: Paola R

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