Capítulo dedicado a:

rrox099

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Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.

Isaías 60:1

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26 de Septiembre.

Una nueva semana daba inicio. Bruna se encontraba en su habitación arreglandose para ir a la universidad.

Tomó una diadema de flores y se la colocó dejando su cabello suelto. Se aplicó maquillaje y pintó sus labios de un rojo casi vino, le encantaba ese color y como le quedaba.

Sonrió y luego de orar bajó al comedor a desayunar. Se despidió de sus padres cuando escuchó que un auto se detenía. Alexa y Ariana habían quedado de pasar por ella.

Su sorpresa fue grande cuando vio que era Jahir quien la estaba esperando en su auto. Dudó unos segundos en subir pero al final lo hizo pues no tenía como llegar a la universidad, su padre tenia que ir al instituto y si tomaba el camión se demoraría más.

- Hola preciosa - Saludó Jahir viéndola con una enorme sonrisa en su rostro.

- Hola - respondió ella - ¿qué haces tú aquí? Ariana dijo que ella pasaría por mi.

- Si, bueno, me dijo que pasara por ti pues con Alexa aún pasarían a comprar unas cosas y no le daba tiempo de pasar a recogerte.

- Bien, Gracias por llevarme.

- por nada, para mi es todo un placer llevarte en mi auto - le guiñó el ojo. Puso el coche en marcha y se dirigieron a la universidad.

En todo el camino él no dejaba de mirarla de reojo lo cual hacía que Bruna se pusiera nerviosa.

- Te ves muy linda - le dijo - ese color de labial te queda increíble.

- Gracias.

- Estas muy callada, ¿Acaso mi presencia te incomoda?

- No.

Cuando llegaron a la universidad y antes de que Bruna abriera la puerta para bajarse, Jahir la tomó de la mano y le dijo:

- Bruna, me gustas. Y me gustaría que fuéramos más que solo amigos.

La chica no sabia que decir. Jahir no le gustaba, pero no podía negar que era guapo.

- ¿Qué dices? - insistió el moreno.

- Yo...- antes de que ella pudiera seguir hablando, Jahir se acercó a ella y la besó.

Por un breve instante Bruna correspondió al beso, pero a su mente vino el nombre de Lucas e inmediatamente empujó a Jahir separándose bruscamente.

- ¿Por qué hiciste eso? - preguntó molesta.

- Porque me gustas.

- si, pero eso no te da derecho a tratarme así - abrió la puerta y salió rápidamente del auto.

Jahir la miró irse, y sonrió, se dijo a sí mismo que no se detendría hasta lograr que ella cayera rendida ante él.

Bruna ingresó hasta el interior de la universidad y caminó rápidamente hasta el salón donde tendría la primer clase. En el pasillo se topó con las chicas.

- Bruna, lamento no haber pasado por ti - le dijo Ariana.

- esta bien, no te preocupes.

- ¿y por qué traes esa cara? Pareces molesta.

- Jahir me besó - confesó.

Las dos chicas se miraron entre sí y sonrieron.

- Wow, eso si que es una sorpresa - dijo Alexa, mientras se acercaba a Bruna y ponía su mano sobre su hombro.

- Pero a mi él no me gusta.

- pero creo que harían una linda pareja - añadió Ariana.

- Bueno, no hablemos más de eso.

Las tres chicas rieron y caminaron hasta su respectivo salón.

Bruna no dejaba de pensar en el beso que Jahir le había robado, no le agradaba para nada la actitud de él hacia ella y no quería volver a cometer los mismos errores del pasado.

También pensó en la persona en quien había pensado al momento que Jahir la besó, pensó en que tal vez Lucas estaría decepcionado si supiera lo que había pasado y se le hizo extraño pues Lucas y ella eran solamente amigos. No entendía por qué, había pensado en él.

.....

10:30 a.m.

La hora del almuerzo había llegado para los alumnos del instituto. Todos salieron de los salones y se dirigían a los comedores.

Alin y Mía caminaban juntas y luego de pasar por sus bandejas de comida, se dirigieron a sentarse en una de las mesas vacías.

Alin estaba preocupada por su amiga, desde hace días la había notado algo extraña, prácticamente desde el día de la boda. Sabia que algo sucedía.

- Mía, ¿estás bien?

- Si, muy bien ¿por qué lo preguntas?

- No se, te he notado rara últimamente.

- ¿rara? No para nada, solo estoy preocupada por los problemas en casa.

En una ocasión Mía le había comentado a Alin la situación de su familia.

- Entiendo, pero sigue confiando en que Dios puede obrar - le dijo - restauró mi familia y mi relación con mis padres, y se que también lo puede hacer contigo.

Mía sonrió. En parte si era que le preocupaba sus padres, pero también era Erick quien le preocupaba.

Desde ese día, luego de la boda, el chico la fue a buscar a su casa al día siguiente y le pidió que salieran. Mía pensaba que él le pediría que fuera su novia pero no fue así. Simplemente comenzaron a salir y en más de una ocasión se habían besado. Tenían algo como una relación sin ningún tipo de compromiso. Ella sabía que no estaba bien pero no quería alejarse de Erick.

- Gracias Alin - le dijo.

Por la tarde, cuando Mía salió de clases. Se encontró con Erick en el parque. Él al verla sonrió y corrió a abrazarla.

- Al fin puedo verte - la cargó por la cintura mientras giraban.

- Nos vimos ayer - dijo ella una vez que la puso sobre el suelo.

- Si, y ya quería verte otra vez - Erick se acercó con la intención de besarla pero ella lo detuvo.

- Aquí no, pueden vernos.

- ¿y qué?

- Me preocupa lo que puedan decir de mi, si alguien conocido me ve - dijo Mía mirando a todos lados.

- Esta bien - sonrió - ¿Quieres que vayamos a otra parte?

- ¿a dónde?

- Quiero mostrarte algo - sonrió - es un bello lugar ¿vamos? - le extendió la mano.

- Vamos - Mía sonrió mientras le daba la mano y él la tomaba.

Juntos comenzaron a caminar hasta el estacionamiento, donde Erick había dejado el auto que uno de sus compañeros le había prestado.

Le abrió la puerta a Mía, y ella entró en el asiento del copiloto. Luego él se subió y puso el auto en marcha.

Mía estaba ansiosa por saber a dónde la llevaría. Salieron de la ciudad.

- ¿a dónde vamos?

- es una sorpresa - le contestó.

Erick detuvo el auto a la orilla de la carretera, cuando llegaron a lo que parecía la entrada a un bosque.

Se bajaron del auto.

- ¿qué hacemos aquí?

- ya verás - la tomó de la mano y ambos comenzaron a caminar por el bosque.

Enormes árboles rodeaban todo el lugar. No sé oía más que el ruido de sus pisadas, por unos instantes, Mía sintió miedo pero todo eso se esfumó cuando llegaron hasta el final del bosque y le asombró la vista tan hermosa que veía.

Un pequeño campo de flores, con mucho pasto. A lo lejos podía divisarse un acantilado, y el inmenso mar azul.

Era una tarde hermosa. El cielo azul teñido de varios colores. El sol en el horizonte dando sus últimos rayos de luz. Era un momento mágico.

- Esto es hermoso - dijo Mía mirando todo a su alrededor.

- sabia que iba a gustarte - le dijo Erick.

- Nunca había venido aquí - comentó - amo los lugares así, donde puedes disfrutar de todo lo que Dios ha creado.

Cuando Mía mencionó lo último, el semblante del chico cambió y le dijo:

- ¿podrías no nombrar a Dios...?

- ¿por qué? No creí que te molestara.

- No me molesta, solo...ya te lo dije, no me gusta hablar de eso.

- Él es parte de mi - dijo Mía mirándolo fijamente - no puedo dejar de hablar de él solo porque alguien me lo diga.

- Por favor, podemos hablar de lo que quieras siempre y cuándo no lo menciones...

- pero...- Mía iba a decir algo más pero fue interrumpida por Erick, quien se acercó a ella y la besó, a lo cual ella correspondió - Te amo, Erick.

Mía esperaba que él le dijera lo mismo pero no lo hizo. Solo sonrió y volvió a besarla.

Estuvieron mucho tiempo en aquel lugar, disfrutando de la vista y de pasar tiempo juntos. Tomaron algunas fotos y comieron aperitivos que Erick había comprado en la tienda antes de encontrarse con Mía en el parque.

Cuándo se hizo de noche volvieron a la ciudad. Erick la llevó a casa y se despidieron prometiendo verse otro día.

Mía estaba feliz, aunque dentro de si había algo que no la dejaba tranquila.