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Capítulo 2: REALIDAD🍃

Capítulo dedicado a:

Yetmari_Fujisaki

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Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien;
He puesto en Jehová el Señor mi esperanza,
Para contar todas tus obras.

Salmos 73:28



●°●°●—————— 🩰 ——————●°●°●



Al salir del hospital luego de ir a ver a la pequeña de Rodrigo me diriji a casa.

Mientras caminaba una sensación de temor me invadía, ya sabía lo que me esperaba al llegar.

La tarde estaba por irse para dar paso a la noche, el viento soplaba con fuerzas haciendo que me abrazara a mi misma por el frío, a lo lejos los últimos rayos del sol se perdían entre las espesas nubes de tormentas que anunciaban que hoy habría lluvia.

Las personas a mi alrededor caminaban apresuradamente, de un momento a otro yo también lo hice para llegar a casa lo más pronto posible.

Iba tan distraída pensando en que debía llegar antes de que la lluvia comenzara; que no me di cuenta de que choque con una persona ocasionado que terminara en el suelo.

— Lo siento — me dijo mientras me extendía una mano para ayudarme a parar.

— Descuida — le dije, alcé mi mirada y no pude evitar sonreír al ver su rostro, no lo conocía pero era lindo.

Un joven con cabellos rubios desordenados, ojos verdes, y piel tan blanca que parecía un personaje sacado de alguna película, pero era real y estaba frente a mi.

— ¿estás bien? — me preguntó esbozando una sonrisa que hacia que se le marcaran unos hoyuelos en las mejillas.

— Si — respondí

— ¿cómo te llamas? — cuestionó sin dejar de sonreír lo que hacía que me pusiera un poco nerviosa y mis mejillas se sonrojaran.

— Mía — dije bajando la mirada

— encantado de conocerte — hizo una pequeña reverencia que me hizo reir.

— ¿y tú, cuál es tu nombre?

— Erick — dijo

Erick, tan solo al verlo me pareció agradable y una extraña sensación se instalaba en mi corazón ¿qué sería?

Un trueno se escuchó a lo lejos.

— parece que va a llover — me dijo

— si no me dices no me doy cuenta — reí

— ah, muy graciosa Mía — también rió

— Bueno, debo irme, no quiero mojarme

— esta bien, ha sido un gusto chocar contigo — sonrió mientras en mi mente guardaba esa sonrisa para no olvidarla.

— igualmente — sonreí, me di la vuelta y seguí caminando a casa sin borrar de mi rostro la sonrisa.

Pero al llegar a mi hogar toda la alegría se esfumó al encontrar a mis padres nuevamente discutiendo.

— ¡¿y tú de dónde vienes?! — papá me gritó en cuanto me vió entrar por la puerta.

— estaba con mis amigos — le dije con miedo al verlo tan enojado.

Él solo me miró pero ya no dijo nada, se dirijio a mamá y la golpeó.

— ¡déjala! — traté de intervenir pero no pude hacer más pues mi padre me lanzó contra el mueble y luego salió de la casa.

— ¿mamá estas bien? — me acerqué a ella con lágrimas en los ojos

— Si — dijo con su voz entrecortada, y llorando.

— ¿qué fue lo que pasó? ¿Por qué discutían?

— ya conoces a tu padre, por cualquier cosa se molesta — me respondió.

Vaya que si conocía a papá, si algo no se hacía como quería tendia a molestarse y desquitarse con quien estuviera frente a él.

Cuando era niña recuerdo que papá era muy distinto, jugaba conmigo, pasábamos tiempo en familia pero luego todo cambió cuando cayó en el alcoholismo, comenzó a llegar tarde a casa cuando yo ya estaba dormida, casi no lo veía, y cuando estaba en casa eran puras discusiones con mamá, jamás le había pegado hasta ahora.

Me dolía ver a mis padres así, pero ¿qué podía hacer? Solo orar y orar para que Dios obrara en ellos, en especial en la vida de mi padre.

Mamá algunas veces iba a la iglesia conmigo, no siempre pero me ponía feliz cada que me acompañaba.

Y yo estaba estudiando en el instituto bíblico, a papá eso no le importaba, yo no le importaba.
Mamá y mi tía eran quienes me ayudaban a pagar la inscripción y todo lo que necesitara.

Miré por la ventana de mi habitación, hace poco había comenzado a llover fuertemente con truenos y relámpagos.

Afuera de la casa la tormenta inundaba las calles, y adentro de casa los problemas me inundaban a mi.

En medio de tanto caos, Jesús era mi refugio, él era quien le daba aliento a mi vida y me ayudaba a seguir en pie.

Al término del día y estando acostada en mi cama dispuesta a dormir sonreí al recordar lo único lindo que había en mi día lleno de problemas: Erick.
No se porque pero no podía sacarlo de mi mente, una y otra vez lo recordaba sonriendo con esa sonrisa tan hermosa.
Deseaba nuevamente volver a verlo.

.....

Días después...

1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8...

Me encontraba en la academia de Ballet, hoy después de mucho tiempo volvía a tomar las clases.

Hace unos días que había hablado con la instructora para que me permitiera volver.

Desde muy pequeña me gustaba practicar e incluso soñaba con convertirme en una bailarina profesional pero ya no, luego de las estrictas reglas que debía cumplir, ahora solo tomaba las clases como un hobby.

Eramos unas quince chicas que practicabamos, de entre 8 años a 20.
Dimos un último repaso y luego la instructora nos dió la salida.

— ¡Bien chicas! ¡eso es todo, las veo en el próximo ensayo!

Todas nos dirijimos hacia los vestidores. Me quité las balletas y las coloque en mi bolso, luego mis mallas y me cambié a ropa más cómoda.
Me deshice el moño y dejé que mi cabello rizado cayera sobre mis hombros.

— ¿qué haces aquí Mía? — preguntó una de las chicas — ¡creo que fuimos muy claras al decirte que este no es tu lugar! — rió mientras se cruzaba de brazos y su otra amiga hacia lo mismo.

Desde que entré hace unos años, un par de chicas siempre me han hecho la vida imposible, solo porque yo siempre lograba sobresalir entre todas y según mi instructora era la mejor, de hecho fueron esas dos chicas quienes se encargaron de que cayera y me lastimara el tobillo aquella vez.

No hice caso a sus palabras así que una vez que me terminé de vestir salí apresuradamente mientras unas cuantas lágrimas salían de mis ojos.

Esa era la realidad de mi vida, una realidad que ocultaba a todos. Solo Dios lo sabía y para mi era suficiente pues nadie más que él podía comprenderme.

Su amor era suficiente para mí, para sostenerme como a una estrella en una noche oscura.

Apesar de que toda mi vida y mi familia era un caos, yo confiaba en que Dios obraria y todo estaría bien.






























N/A

Holaaa👋❤

¿Cómo están?

Aquí les traigo el segundo capítulo del libro, pronto viene el siguente😍.

Y solo para aclarar.

⭐...la estrella significa narrador omnisciente.

Y

🩰...los zapatos de bailarina significan que Mía será quien narre.

Y en caso de que algún otro personaje narre, el nombre del cap llevará su nombre.🤭

¿se imaginaban así la vida de Mía?🥺









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