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Capítulo 12: BRUNA🦋

Capítulo dedicado a:

castilloangy

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Reconócelo en todos tus caminos,
Y él enderezará tus veredas.

Proverbios 3:6

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— La historia de la música es el estudio de las diversas tradiciones en la música y su orden en el planeta a lo largo del tiempo. Ya que en toda cultura conocida hubo alguna forma de manifestación musical, la historia de la música abarca todas las sociedades y épocas...— decía el profesor mientras escribía en el pizarrón que se encontraba al frente colgado en la pared.

Me encontraba en mi tercer clase de la universidad.

Cuando terminé el instituto biblico, me propuse a que entraría a estudiar la universidad, al principio no sabía que carrera elegir pero orando mucho y hablando con mis padres, al final me decidí por: licenciatura en Música, opción: Canto.

El instituto nacional de bellas artes era uno de los mejores y únicos lugares donde se podía estudiar eso. Pero no era sencillo entrar, pues además de ser algo costoso también requería presentar un examen de admisión.

No fue sencillo pero agradezco a Dios por la oportunidad que me dio de poder pasar el examen con un alto puntaje.

Me encontraba sentada casi al final en la fila, tomando ya la tercer clase de: Historia de la música.

Hasta ese momento aún no hablaba con nadie de mi clase.

— Bien, ahora...— dijo el profesor — ahora veremos el origen de la música — de su escritorio tomó una guía — en sus libros en la página 15 lo pueden encontrar, vamos a leer y luego les dejaré una actividad que deberán entregar la próxima clase.

El profesor nos repartió a cada uno, el párrafo que leeriamos en voz alta.
Primeramente él comenzó a leer.

— El origen de la música se encuentra cubierto de misterio, aunque se estima comenzó en la prehistoria de la humanidad.
La danza y el canto parecen haber estado desde el principio asociados al modo en que el ser humano comprende el mundo. De hecho, formaban parte de sus manifestaciones religiosas, como rituales de sanación, cantos de batalla o de cacería, o bailes para atraer la lluvia.

Luego cada uno de los estudiantes ahí presentes, comenzaron a leer de uno por uno el párrafo que les tocó.

Escuchaba atenta y leía en mi mente lo que cada uno iba leyendo.

La lectura hablaba de que los instrumentos más antiguos encontrados habían sido flautas de hueso y de cómo la música iba evolucionando en cada parte del mundo a través del tiempo.

Al estar ahí recordé que en clase de alabanza y adoración en el instituto, habíamos aprendido que originalmente Dios había creado la música para su honra y gloria.

A las 10:30 el timbre sonó para salir a almorzar. Me paré de mi asiento y guardé todo en mi mochila, iría a la cafetería para comprar algo de comer.

Realmente extrañaba a mis amigos, extrañaba los almuerzos con ellos en el instituto.

En la universidad no conocía a nadie.

Salí del salón y me encamine hacia la cafetería. Cuándo iba pasando por los pasillos había dos chicas y un chico parados ahí. El chico tenía una guitarra en su mano y estaba recostado en la pared, las otras dos chicas paradas frente a él riendo.

Cuándo pasé justo donde ellos estaban, una chica me llamó.

— ¡Hey, Hola!

Me detuve y volteé a ver a todos lados para ver si era a mi a quien le hablaba, literalmente no había nadie más ahí, así que si era a mi a quien llamaban.

— ¿Hola? — sonreí nerviosa

— ¿a dónde vas? — preguntó la chica, quien tenía el pelo negro hasta los hombros con varios mechones de color azul, usaba lentes.

— a almorzar — respondí

— ¿por qué no vienes con nosotros? — dijo, los miré, la otra chica y el chico también me miraban con una sonrisa en sus rostros.

<porque no los conozco> iba a responder pero en vez de eso solo asentí con la cabeza.

Ahora que lo recuerdo, ellos estaban en la misma clase que yo.

Junto a mis tres compañeros comencé a caminar hacia la cafetería.

— Te vimos en la clase, estabas muy sola — dijo el chico

— Es que aún no conozco a nadie — me encogí de hombros

— entiendo — sonrió — mi nombre es: Jahir

Jahir era un chico alto, Delgado, de cabello negro y piel morena.

— gusto en conocerte — dije — yo soy Bruna.

— ¡lindo nombre! — exclamó la chica de pelo negro con morado — yo me llamo Ariana.

— Y yo soy: Alexa — dijo alegre la otra chica, ella tenía el cabello rubio combinado con mechones azules, le llegaba un poco más abajo de los hombros, sus ojos eran muy bonitos, azules celestes.

— ¿y se conocen de hace mucho? — les pregunté

— Si — contestó Ariana — somos mejores amigos desde la primaria.

— Wow, es mucho tiempo.

— así mismo — dijo Alexa — Somos inseparables.

— ¿los tres estudian la misma carrera?

— te parecerá raro — dijo Jahir — pero si, licenciatura en Música, opción canto. Supongo que tú también.

— exacto — contesté — me gusta cantar y todo lo relacionado a la música.

Alexa y Ariana se miraron y sonrieron.

— ¡Entonces, bienvenida a nuestro pequeño grupo! — exclamaron al mismo tiempo.

Sonreí.

Cuándo llegamos a la cafetería, nos sentamos en una de las mesas que aún quedaban vacías en una de las esquinas. Alexa y Ariana se ofrecieron para ir por la comida, dejándome sola con Jahir.

El moreno me miró y sonrió, luego dijo:

— cuéntame de ti.

— mmm...¿cómo qué? — fruncí el ceño.

— cómo, ¿por qué eres tan hermosa? — me miró fijamente a los ojos.

— ¿Disculpa? — me sentí incómoda ante su pregunta.

Antes de que él pudiera responder, las dos chicas llegaron.

— ¿qué hacían? — preguntó Alexa.

— Nada — respondí mirando a Jahir quien solo bajo la cabeza riendo.

— ¡Bien, a comer! — exclamó Ariana mientras se sentaba.

Jahir fue el primero en probar un bocado de su almuerzo, luego las otras dos chicas lo hicieron.

En el instituto biblico, siempre antes de comer orabamos, dando gracias a Dios por los alimentos. Pero ahora, ¿podía hacerlo también aquí en la universidad? ¿Qué dirían mis nuevos compañeros?

— Bruna, ¿esta todo bien? — la voz de Ariana me hizo salir de mis pensamientos.

— si, todo bien — sonreí.

— ¿entonces por qué no comes?

— solo, pensaba en algunas cosas — dije, tomé una papa frita y la llevé a mi boca.

Mientras comíamos, platicabamos, me preguntaban sobre mi, sobre mis gustos, mis pasatiempos y demás cosas, y ellos me contaban sobre sus vidas.

Omiti la parte de que era cristiana y que mis padres eran pastores, y directores de un instituto bíblico.
Pensaba que ellos no debían saberlo puesto que recién los conocía y no quería que pensaran que era religiosa o algo por el estilo, aunque no lo era, pues para mí no era religión, era una relación personal con el Dios verdadero.

Pero, ¿estaba bien ocultarlo?

¿y si les contaba eso, ellos aún me aceptarían en su grupo?

Mientras pensaba en eso, sentí que algo o mejor dicho alguien, me decia: no puedes ocultar tu luz, tienes que brillar.

¿Pero cómo? ¡es difícil! ¡estoy en la universidad no en el instituto biblico!

¿Y si me rechazan por creer en Dios?

Ignore los pensamientos que venían a mi mente y decidí seguir conversando con mis compañeros de manera normal.

Pero algo dentro de mi no me dejaba tranquila. Algo en mi me decía que no debía callar, que debía proclamar a Cristo aún en ese lugar donde me encontraba.

Pero el miedo al que dirán de mi fue mayor, que me impidió hablar. Ni siquiera oré antes de comer.

El resto de las clases me la pasé con mis dos nuevas amigas y Jahir. Las clases acerca de la música eran muy interesantes e increíbles.

La universidad era diferente al instituto pero esperaba me fuera bien todo el semestre que recién comenzaba.


















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