🩸CHAPTER 80 - Últimas palabras
Las rodillas unidas y la capa deslizando sobre el suelo demostraba su total rendición, los labios de Aro se secaban ante las palabras de sentencia, cuando su amada elegida ahora yacía dispuesta a morir, después de todo, ahora era como todo acabaría, de rodillas dispuesta a morir.
>> Julieta Whitlock de Houston, ¿tus últimas palabras? <<la voz pacífica pero no retante de Marco, pronto marcó una cuenta regresiva. Una la cual ni siquiera el mismo Aro podría detener.
La sala era un completo silencio, todos atentos a lo que se tendría que decir por parte de Julieta, tal vez como cierta curiosidad por saber que tenía en mente, que sucedía por la cabeza de un vampiro que lo tuvo todo y al final decidió quedarse con nada.
Pero aún en medio de eso y absorbidos todos por el momento, ninguno se daba cuenta de la presencia intrusa de un grupo numeroso en el cuarto, un grupo que rodeaba con recelo para poder pasar al frente, entre ellos un hermano desesperado por su hermana, entre ellos un fiel amigo que esperaba cumplir su promesa, entre ellos un padre y maestro que no quería ver destruido a su alumna.
Los labios de Julieta finalmente se abrieron y su mirada caída la levantó, el iris de sus ojos demostraba una frialdad abrumadora, pues aún en sus últimos momentos, el vampiro parecía dispuesto a todo.
Y casi como si fuera la gota de la copa que rebosa, Julieta habló:
>> Durante toda mi nueva vida creí realmente en la doctrina que Aro me introdujo, siempre te vi como un modelo a seguir, un vampiro a quién respetar, un hombre capaz de respeto total <<sus ojos se encontraron con su convertidor>> creí siempre que mi vida te pertenecía y que mi libertad era gracias a ti, pero nunca me di cuenta de las cadenas que me ataban, hasta que las pusieron en mis manos y me vigilaban día y noche <<levantó sus manos y las cadenas sonaron en la habitación>> porque cuando creí haber encontrado mi camino, poco a poco ese castillo se fue derrumbando, poco a poco todas mis esperanzas se fueron desvaneciendo, creando fantasías que llenaban a medias mi alma muerta. Si estas serán mis últimas palabras que así sea, pero sé que no son capaces siquiera de juzgar la mitad de mi alma, porque las suyas pesan más que el Rio Estigio en el Inframundo <<
>> Aún en tu ejecución te muestras insolente <<la voz de Cayo despertó pronto la ira en Julieta.
>> no tienes derecho a juzgarme, jamás lo has tenido <<
Cayo se levantó de su asiento exaltado y ordenó>> Jane, demuestrale que tanta es su insolencia <<y en cuanto las palabras salieron de la boca de Cayo, Jane dirigió su mirada a Julieta.
Julieta estaba dispuesta a recibir el perturbador don de Jane sin rechistar, pero pronto en la sala un aura extraña se levantó, de pronto parecía que la intensidad del dolor que Jane quería provocar no sucedía y no encontraba la razón de ello.
Entonces volvió a probar parpadeando y pronunciando>> dolor <<pero seguía sin suceder nada, los labios entreabiertos de Julieta y su ceño fruncido mostraban su también extrañeza frente a la situación.
>> ¿Jane? <<Aro se levantó.
Pero Jane no entendía nada, absolutamente nada de lo que sucedía, hasta que entre los vampiros una voz se oyó.
>> miren nada más, había un fiesta a la que no fui invitado <<las luces del lugar se encendieron y muchas capas fueron bajadas, todos de inmediato se giraron hacia atrás.
La silueta no era usual en el lugar, sus pasos empezaron a realizar su recorrido hasta al frente, caminando entre todos y pasando sin mucho problemas, hasta que llegaron a la última fila y unos guardias lo detuvieron. Pero Julieta había sido capaz de reconocer a aquel hombre.
Era Devon, haciendo un espectáculo como siempre.
>> joven Romanoff <<llamó Aro>> debo creer que recibió nuestra carta, para su aparición <<Devon miró a Julieta, de rodillas y no pudo evitar sentirse ofendido.
Los guardias que lo detenía les ponían sus manos encima, pero Devon se las quitó de encima tomando ambas manos, pronto el calor del fuego recorrió las venas de Devon y tomó las manos presas de los guardias, ambos por reflejo separaron sus manos de Devon y frunciendo su ceño, pero a Devon le importo un bledo y siguió su camino.
>> lo que crea no me importa <<confesó Devon finalmente llegando al frente>> pero me interesa saber la razón de que nuestra líder sea sentenciada a muerte <<
>> nosotros somos sus líderes <<expuso Cayo.
>> no fueron ustedes quienes me encontraron en la nieve <<y si Julieta era insolente, Devon era más que eso, no temía a las razones de ejecuciones de los vulturis, ni tampoco al hecho de que fuera perseguido por los mismos, a Devon no le interesaba cuantas hectáreas de sangre o litros pudieran ofrecerle, no le importaba que se convirtiera en un blanco, porque sabía que podía arder en cualquier momento, pero ver a Julieta de rodillas, le parecía extremadamente grosero.
>> nos debes lealtad <<
>> no <<expresó su disociación>> soy miembro de la Última Guardia y mi lealtad está en la mujer que me tomó en el frío y en mi agonía <<Julieta levantó su mirada entonces con su ceño fruncido, casi enojada por como Devon ahora se volvía completamente un cordero frente a todos ellos.
>> ¿qué haces, idiota? <<
Pero Devon tan solo guiñó el ojo despreocupado, justo en el momento en que siete de los tantos vampiros, se acercaban al centro encapuchados.
>> salvarte la vida <<
>> ¿qué sucede aquí? <<los tres líderes vulturis se levantaron de sus tronos, pero Aro tenía un presentimiento más allá de una simple revelación, algo que lo hacía sentir nervioso.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro