La calle se había empapado por completo de la lluvia que había caído, apenas alcanzaba a oler a distintas personas, no había muchas, aunque no estaban a la vista, Nico se había ido hacía mucho y estaba segura que para este entonces ya siquiera había rastro de él en Volterra y sabía que era mejor así.

Subí las escaleras entre los pasillos de los pequeños edificios y establecimientos donde había alquilado hacía mucho un apartamento para venir el tiempo necesario, era la primera que necesitaba uno en Volterra, pero había traído a Daniel y a Nico no le apetecía estar en uno de las tantas habitaciones que nos ofrecían en su asentamiento.

No hacía falta traer un auto cuando era capaz de acelerar mi paso si así lo deseaba, pero por mantener las sospechas por lo bajo y no crear un escándalo entre los humanos, las idas rápidas no era permitidas, aunque sí, ya había roto muchas reglas.

El abrigo hacía parecer que me moría de frío por el clima, era perfecto para un humano, pero la realidad es que estaba festivos, estos lugares se llenaban de montones de personas, niños, adultos, en especial el día de San Marcos, su día de fiesta nacional, el Día de San Marco el 19 de marzo, se celebraba todos los años por el pueblo de Volterra. La leyenda más probable se desarrolló a partir del hecho de que los Vulturi no permitían cazar dentro de los muros de Volterra. Pero según se cuenta y expande, fue porque Marco Vulturi "exterminó a los vampiros" de su época, logrando un futuro limpio de todos ellos.

Una de las tantas historias que se inventan para excluir o descartar la idea de que los vampiros aún seguían vivos o entre los humanos.

Pero sea como sea, eran solo rumores para evitar que los humanos se extendieron en contra de nosotros, aunque la realidad era que muchas veces la exterminación de los vampiros, siempre eran entre ellos mismos.

Cruzando la fuente que estaba en el patio principal de Volterra, mientras Heidi abría la puerta, el mundo por primera vez para mí, parecía ir en un tiempo sigilosamente lento, sabía que me esperaban, sabía que Aro ya me había mandado a buscar, pero cuando vi a los guardias salir, sin ser capaz de reconocer a ninguno de ellos, me acordé de la primera vez que salí al mundo exterior con Carlisle, a este patio para ser exacta y de cómo me impulsó a ver las maravillas de mi segunda vida, me indujo a apreciar mi lado vampiro, no el cruel y despiadado, sino el eterno y vivaz.

Había vivido tan plenamente porque Carlisle me mostró que era posible. Eso me dio paz.

Cuando dos de ellos arremetieron contra mí y me doblaron las manos para tenerlas detrás de mi espalda, Heidi esperaba con una sonrisa satisfecha, supe que ya no significaba lo mismo para nadie de la guardia.

>> Llevenla frente al consejo <<Heidi siquiera me dictaba su palabra, había perdido tal opción, no me rehusé a que me tomaran, ni tampoco me sentí ofendida de que siquiera Heidi no me apreciará como antes, simplemente deje que siguiera el flujo todo.

Los mismos pasillos por los que caminaba en paz, de pronto parecían el camino a mi calvario, bajando las escaleras hacia el ascensor, tan solo recibía empujones de los guardias.

>> muévete, elegida, ¿no ves que tenemos mejores cosas que hacer? <<

Sus palabras estaban llenas de sarcasmo y misoginia.

>> eres una pena para este clan, siendo mujer seguramente no pudiste evitar rendirte a Carlisle <<

Y eso me enojo, me zafé por un momento y empuje a uno contra la pared cercana, mientras al segundo que habló lo estrelle dentro del ascensor y vi su rostro lleno de gratificación>> eres una perra de Carlisle <<

El primero me tomó del cuello nuevamente y me alejó de su compañero>> maldita zorra <<y estrelló contra la pared>> entiende que ya no tienes valor para los vulturis, no eres capaz de arremeter <<

Lo sabía no tenía opción, lo empuje bruscamente lejos de mi oído para volver mi mirada al frente y ver como Heidi cerraba el ascensor frente a nosotros y ella se quedaba>> siempre quise saber que tanto te veía Alec para que lo tuvieras tan a tu merced <<lancé una mirada furtiva al segundo a quién había estrellado contra la pared y a quién no reconocía.

Y simplemente respondí>> lo que no vio en ti seguramente, deja de lloriquear como nena <<eso lo ofendió, pero fue suficiente para recibir una cachetada de su parte.

Gruñí e intente zafarme, pero el otro me mantuvo fuertemente agarrado, ahora sabía lo que se sentía ser un vampiro con sed y sin fuerzas, ellos seguramente habían tomado sangre, pero yo no.

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