PERSONA OMNISCIENTE

Eran cerca de las cuatro de la mañana y los lobos aullaban en la cabeza de Julieta y la martillaba con tal remordimiento, que parecía ser inevitable. Julieta se levantó de su cama después de tratar en vano conciliar un momento dónde no tuviera nada en la mente y fuera plenamente silenciosa, pero la vida de un vampiro no era así y Julieta era una.

Se miró al espejo del tocador y bufo tirando agua a su rostro para tratar de borrar los recuerdos del día anterior cuando besaba con ferocidad a Seth.

Y hacía mucho que no se sentía tan desesperada y ahogada en el silencio de la noche, el sonido de los árboles y de las personas alrededor cuando de vez en cuando sentía que debía escapar de su lugar de quietud para resolver su mente, pero recordó vagamente el diario que Carlisle le obsequio y hacía mucho que no lo usaba porque no tenía estás clases de ataque, pero ahora sí.

Julieta tomó el libro en mano y se sentó en el suelo contra la pared con su sonrisa al revés y miro todas las hojas escritas y en algunas manchadas de sangre, hasta que llegó al final con tres páginas, el diario la había dejado utilizar su interior para saciar su ansiedad, una ansiedad que hacía mucho no tenía, pero ahora la estaba matando por dentro y no tenía otra opción. Julieta tomó un bolígrafo de la mesa de noche inventada que había en el cuarto y arrancó dos páginas del cuaderno, primero dudó en plasmar lo primero que escribiría, pero la madrugada se acercaba y el tiempo para que los vulturis vinieran a por Carlisle también, Julieta le había prometido a Carlisle que consideraría la oferta de llevarlo, pero al final de la desecho y tomó la suya: una vida por otra vida.

Ir a Volterra, entregarse como una desleal y recibir el castigo merecido, eso retendría a Aro porque sabía que por más que quisiera, la lealtad hacia Carlisle jamás sería afectada y que Aro no tenía poder sobre Carlisle, porque aunque su clan era pequeño, era realmente poderoso.

Julieta escribió la primera carta hacia Allice:

"Para Allice Cullen,

En mis primeros meses de ser un vampiro, solo pensaba en Jasper y en la sangre, más en la sangre para serte sincera.

Siempre anhele que Jasper y yo estuviéramos por siempre juntos, tal vez los delirios de una niña para con su hermano, pero ¿por qué no? éramos jóvenes y nos teníamos el uno al otro y siempre quise ser feliz porque sabía que Jasper lo sería, lo anhele con todas mis fuerzas que no era capaz de discernir que era una fantasía que estaba lejos de ser real con el futuro que me esperaba. Pero aún así lo seguí creyendo, hasta mi muerte.

Cuando mi transformación se realizó, sentí que parte de mí murió además de la humana, mi sangre estaba siendo convertida en el veneno que tendría por el resto de mi vida. Pero más que nada, sentía un dolor profundo en mi corazón muerto que me hacía sentir culpable día y noche por las circunstancias que me llevaron a esto, sentía que había traicionado a Jasper y me había convertido en un enemigo demasiado peligroso para él, en lo profundo de mi corazón anhelaba verlo, pero sabía que no sería posible, constantemente invadía mi cabeza que él había muerto en batalla, como todo un soldado honorable, pero también estaba la otra faceta de la luna que me decían constantemente para aplacar el remordimiento que Jasper seguía vivo y que seguramente había vuelto a casa y había puesto un altar en mi nombre, pero que se habría ido de ahí y había formado su propia familia, por mí y por él, tenía la esperanza que él estaría feliz con una familia, con hijos, con una esposa la cuál le adorara, pero siempre era una incertidumbre, no una realidad.

Tenía miedo de volver a Estados Unidos porque sabía que lo buscaría, de casa en casa, de puerto en puerto, de lápida en lápida, que no descansaría hasta encontrarlo, por eso tenía miedo de ir a Estados Unidos y me obligue a mi misma a renunciar un viaje a sus tierras, taché en todo momento un viaje a ese país, a esos estados, a esa vida, porque además de la muerte de Jasper, no quería recordar en Georgia lo que había matado después de mi transformación, no quería tener que lidiar con ello, por eso cada que viajaba me transformaba en alguien distinto, en una mujer en busca de aventuras, en una lectora compulsiva, en una artista urbana, quería encajar en distintas historias y ser quién quisiera ser con tal de no volver a ser esa niña encerrada en su jaula de oro que no sabe cuándo le llegará el día de su muerte.

Volver a ver a Jasper realmente fue una sorpresa arrasadora para mí y saber que también era como yo, me hizo sentir traicionada por completo, porque me temía que Estados Unidos se había convertido en su lugar y yo era una viajera de países que le tenía miedo a ese enorme estado. Pensé que se había dignado a hacer otra vida y me había olvidado por completo, pero no pensé que lo que Jasper había hecho, era lo mismo que yo, seguir su vida, encontrar una familia y seguir adelante con el recuerdo de nuestro amor el uno por el otro, era lo mismo que había hecho yo y le recrimine por mi búsqueda cuando en realidad él también estaba en el mismo proceso que yo y sabía que correría un peligro sin se acercaba siendo yo una humana.

Quemé su carta, como si no me importará, pero está escrita en mi corazón y aún cerrando los ojos puedo recordar perfectamente y sentí que esa carta era como mi diario, porque era justo lo que en muchas de mis páginas había escrito, sobre la sed, sobre el miedo al olvido, sobre el pasado, sobre nuestros sueños juntos, sobre salir adelante pese a cualquier cosa, pero sobre todo sobre algo frustrado que nunca se hizo realidad.

Ahora sé que mi hermano está vivo y que mi arrogancia se hizo presente con él por todos los años de ausencia, pero ahora también me lo recrimina a mí por no ser lo suficientemente valiente como para volver y buscarlo por todos lados. No quiero irme sin hacerle saber a él que lo amo mucho aún durante mi muerte espere a que volviera, él era mi príncipe azul.

Pero decirle esto en persona sé que complicaría mi partida y no quiero tener que irme escuchando sus súplicas de convencerme a quedarme, porque tampoco puedo apartarlo de su familia, de su vida, de sus padres, de sus hermanos, de su sobrina y de su esposa, no quiero eso para Jasper, porque lo que tanto anhele que él tuviera, ahora lo tiene y eso me hace feliz, me hace feliz de una manera nostálgica porque no estuve ahí con él para ver el proceso, pero sí el final.

Te agradezco por todo Allice, porque pesé a mi inadvertida aparición (aunque dudo mucho que fuera inadvertida por tu habilidad innata) supiste darme el espacio que debía tener con mi hermano y me mostraste sonrisas y no enemistad cuando te referías a mí, aunque me hubiera gustado entablar más una amistad contigo, me temo que el tiempo con ustedes se me ha agotado y ahora debo hacer lo que tengo que hacer con tal de mantenerlos a salvo.

Con todo el deseo de mi corazón y sueños del pasado, te deseo lo mejor en esta vida y en la próxima, de una hermana profundamente orgullosa de llamarte hermana y verte junto a mi hermano.

Atentamente, Julieta Whitlock"