🩸 CHAPTER 4 - Lo que tengo para ofrecer
Tartamudeaba mucho que me daba jaqueca, pero cuando me vio su pánico se tenso y los guardias lo soltaron frente a mí, Daniel se acercó a mí asustado y con los dientes cascando.
Cerca de mí Daniel murmuró:
>> ¿Qué pasa? Me dijiste que esperara afuera ¿Son vampiros? <<
Era innegable su miedo, rodeé mis ojos.
>> Cállate de una buena vez <<
Dicho esto, Daniel trago fuerte y asintió bajando su mirada y sintiéndose intimidado por los tres frente a mí, Aro, Cayo y Marco veían a Daniel con total arrogancia.
>> ¿Traes tu diversión a nosotros? No es este tipo de entretenimiento que queremos, Juelita <<
Recordó Aro.
Pero Cayo tenía algo que decir también:
>> ¿Juegas con nosotros? Sabes que está prohibida la afiliación amorosa con humanos o cualquier cercanía que sea familiar <<
Las reglas vulturis eran las reglas de los vampiros, estar con humanos y contarles nuestro secreto estaba prohibido a no ser que los humanos fueran transformados o matados.
>> No es un juego, es mi demostración <<
Aro retrocedió cuando explique y tomando el brazo expuesto de Daniel, inserte mis uñas sin mucha espera e hice que Daniel se retorciera en su lugar, la sangre evidentemente salió de su brazo y la sed de los vampiros presentes se presenció, mire a todos en el lugar y apenas eran capaces de retener sus colmillos visibles, dos de los guardias luchaban por mantenerse a raya, mientras que Aro, Marco y Cayo mantenían sus bocas cerradas, pero sus ansias a flor de piel.
>> Duele, duele <<
Mi herida había tomado profundidad, Daniel se había caído de rodillas frente a mí y su sangre caía a chorros en el suelo, pero entonces tomé su brazo y lo toque con la palma de mi mano, respire profundo un instante y deje que el poder de la sanación, esa pequeña morfina que se dispensaba de mí, fluyera hasta Daniel, pronto lo sentí, Ferb dijo que cuando el poder actuaba en alguien, sentías como la piel se te erizaba, comúnmente ese era el indicio de que se había hecho bien. Separé mi mano de su brazo cuando dejó de gritar y solo gemía, mi mano estaba de sangre y no pude evitar no darle una lamida, mi lengua se encontró con una sangre espesa y pegajosa y era delirante.
>> ¿Y bien? <<
Cayo inquirió con un nudo en su garganta.
>> Por algo trajiste a este postre frente a nosotros, Juelita <<
Miré a Aro y sonreí, entonces me levanté y señale el brazo de Daniel.
>> El poder de la curación <<comenté>> gracias a él, Daniel ya no sangra y no muestra ninguna cicatriz <<
Asegure con orgullo. Los ojos de Aro se iluminaron y rápidamente tomó mi mano y luego vio el brazo fuertemente de un moribundo Daniel.
>> Espléndido <<
>> Sus dones son extraordinarios, señora Whitlock <<
Marco me felicitó y se inclinó levemente, también le imité.
>> Dime una cosa, este hombre mencionó antes que era tu novio <<
Pero Cayo nunca se sorprendía con nada y siempre parecía querer inculparme de algo, bufé con aburrimiento.
>> ¿Sí? <<
>> Aro, tu elegida ha roto una regla <<
Al instante me acusó con Aro quién a mi lado examinaba con interés el brazo de Daniel, tal vez por la cuestión o por la sangre que estaba presente en su interior y fuera de él, Aro pasó un dedo sobre el brazo de Daniel y recogió una muestra considerable de sangre para lamerla con su lengua.
>> Confío en que no será más que pasajero, ¿Cierto Julieta? No estás enamorada de este hombre <<
Los ojos de Aro volvieron a entornarse a mí y esboce una sonrisa mediata.
>> Sabes mejor que nadie que mi corazón ya está atado a alguien <<
Aro dirigió entonces su mirada a Alec y sonrió sabiendo a lo que me refería, Aro soltó la mano de Daniel y se alejó de él.
Cayo enojado aún, pedía a gritos que se solucionará el tema de Daniel, así que no dudó en proponer algo:
>> Entonces no te molestará que disfrutemos de él ahora mismo <<
Afirmó Cayo alzando su mano, un guardia cercano tomó a Daniel de los hombros y al instante este grito del susto, sus ojos llenos de pánicos fueron a parar a los míos y no pude evitar sentirme algo nostálgica porque ya no tendría mi termo de sangre conmigo, entonces tomé la mejilla de Daniel y sonreí.
>> Fuiste el mejor bastardo que tuve, te extrañaré <
Su mejilla cálida fue recorrida por lágrimas y abandonando su cuerpo y viéndolo alejarse, escuche a Cayo caminar a mi lado y pasar de mí. Era el mas sediento y el que se disgustara con Daniel.
>> ¡Julieta! ¡Julieta! ¡Julieta! ¡Julieta! <<
Grito y grito hasta que al final no lo escuché más. Los vulturis siempre me quitaban todo, ahí iban cinco meses de inversión con Daniel, tendría que encontrar otro más como él.
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