🩸CHAPTER 19 - Polidipsia
JULIETA WITHLOCK
Zumbidos, risas, charlas, bombeo, sangre, corazón palpitante... sed...
Abrí mis ojos de golpe y transpire con sed, sentía mi garganta se secaba a medida que la sed aumentaba cada vez más y aunque no era capaz de sudar, era capaz de desgarrarme la garganta para quitar la sed de ella, sentía que moriría por aquella incesante necesidad de sangre.
Me levanté de mi cama con tanta violencia que mis sábanas terminaron rasgadas al caer, me senté sobre mi cama y trate de mantener mi respiración, constante y abiertamente, de alguna forma respirar era lo que me tranquilizaba en ocasiones, me acostaba en la cama y dejaba mi mente en blanco para tratar de conseguir una paz y menos tormento, pero los recuerdos siempre me llegaban a atormentar una y otra vez, la sed de sangre, la incertidumbre del abismo y en frecuencia la soledad que representaba mi vida.
Pero esto era lo que era ahora, la mayoría del tiempo amaba ser un vampiro, no había nada mejor, pero en estás pequeñas ocasiones, en estas efímeras circunstancias deseaba ser humana y poder dormir para olvidar un rato los problemas.
Levanté mi mirada cuando escuché nuevamente las voces de esas dos chicas, a unos treinta y cinco o cuarenta kilómetros de mi cabaña, las podría escuchar y reír, parecían hacer un intento de acampado. Trague con dificultad, pero lo cierto era que eso hacía crecer más mi sed. Al mismo tiempo en la cabaña próxima a la mía escuche una radio encendida.
| Transmitiendo desde Seattle, hoy cinco y media de la mañana, gran mañana y buen día a todos, les deseamos éxitos en sus labores de parte de RadioEstelar, ¿Qué dices Joy? ¿Tienes algo importante que decirnos |
| Por supuesto que sí, Carl, las noticias nunca se dejan de lado, muy buenos días a todos, pero no siempre son buenos para todos, en especial para la familia de la joven que desapareció hace veinte días de su casa y en horas de la noche de ayer fue encontrada, ya ha sido identificada por su madre Vanessa Lang, madre de la joven encontrada muerta en horas de la noche Olivia Lang, es un lamentable suceso |
Eran las cinco y media de la mañana y mi vecino parecía encantarle las noticias matutinas, me levanté de mi cama y me ví en el espejo, deseaba al menos verme horrible para distraerme en mi apariencia, pero era imposible cuando eras esto.
Abrí la puerta de la parte trasera de la cabaña y salí a "tomar aire" aunque en realidad tenía unas ganas incontrolables de tomar sangre. Me apoye en el barandal de mi cabaña y sentí la mirada de mí vecino y como una corriente eléctrica se atrevió a cruzar mi espalda cuando pude sentir el hedor putrefacto del señor que había alquilado la cabaña de al lado, volqué mi mirada lentamente a medida que su olor se impregnaba en mi nariz, el néctar de la sangre corría por sus manos, pero no era su sangre, era de otra persona, en sus manos cargaba sangre de otra persona.
| Es muy lamentable este hecho, últimamente el secuestro, violación y asesinato en jóvenes se ha cometido brutalmente en Seattle, las jóvenes ahora temen aparecer solas en la calle |
Asesino en serie o asesino serial designa a un individuo que asesina a tres o más persona, en un lapso de 30 días o más, con un período de "enfriamiento" entre cada asesinato y cuya motivación se basa en la gratificación psicológica que le proporciona cometer dicho crimen. Los asesinos en serie tienden a ser selectivos al acechar a sus víctimas y que lo hacen impulsados por alguna necesidad interior imperiosa. Los crímenes tienden a estar específicamente motivados por una multitud de impulsos psicológicos, en particular ansias de poder y compulsión sexual. Suelen seguir una misma metodología o modus operandi, involucrando a víctimas que a menudo comparten alguna característica con el agresor, ya sea ocupación, raza, apariencia, sexo o edad.
A pesar de que el fenómeno de los asesinos múltiples es generalmente considerado un hecho contemporáneo, puede ser detectado en la historia, no obstante con cierto límite de precisión.
En el siglo XV, uno de los nobles más ricos en Francia, Gilles de Rais, secuestró, violó y asesinó al menos un centenar de niños y muchachos. La aristócrata húngara Elizabeth Báthory, fue arrestada en 1610 y subsecuentemente acusada de torturar y matar hasta seiscientas jovencitas. Ella constató en su diario todos sus asesinatos.
Aunque mi vida comenzó a partir del siglo XVIII, entendía a qué se refería con asesinatos múltiples aunque el término "asesino serial" no se había constatado. Pero por lo general y con el tiempo fui entendiendo quienes eran este tipo de personas, como se veían, como se comportan, qué hacen y el por qué lo hacen.
>> Buenos días, vecina, linda mañana ¿No? <<
Y mi vecino lo era. Él era un asesino.
Porque sus manos olían a sangre de otra persona, su cuello tenía rasguños de otra más, sus antebrazos tenían moretones de otra más y su mirada estaba puesta en dos más. Fumaba un cigarrillo sentado en una silla afuera de su puerta trasera, mirando hacia el bosque, vestía con camisa polo y pantalones caqui, su cabello era rubio pero parecía sufrir de alopecia, tenía unos lentes demasiados viejos y sonreía con unos dientes tan amarillos como el maíz, que seguramente se debía a tanto cigarrillo.
Sí había un tipo de ser humano que odiaba y esos eran los asesinos. Me veía y sonreía, casi como si imaginará cosas en su cabeza, como si ideas le cruzarán la mente, era tan perturbador, pero desgraciadamente para él, yo lo era aún más.
Y sí, también era una asesina, pero él lo hacía por deleite, yo lo hacía por sobrevivir, se aprovechaba de su sexo opuesto e indefenso y las atacaba, casi era posible ver todas las almas que traía consigo encima.
>> bonito día para cazar ¿no? <<aplastó el cigarrillo en su cenicero y sonreía mirándome, acto seguido tomó una escopeta que estaba a su lado y miró al bosque>> seguramente conseguiré buena caza hoy, ¿quién sabe? tal vez dos ciervos <<y se puso un gorro sobre su alopecia de la cabeza y con una pequeña inclinación se despidió de mí como si hubiéramos conversado por horas, aferró su agarre en la escopeta y salió de su casa, aún con la radio encendida y con la puerta de su cabaña abierta.
Y a medida que se adentraba en el bosque, tan solo pensaba en su corazón acelerado como un motor y en su sangre que recorría con rapidez a través de sus torrentes. Era claro lo que planeaba hacer, asesinar a las chicas, tal vez divertirse a su manera, pero yo era capaz de divertirme a mi manera también, además tenía sed.
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