Forks es una ciudad en el Estado de Washington, EE.UU. La población era de 3.120 habitantes según el censo del 2007. Durante muchos años la economía se basó en la industria maderera. Con recientes declinaciones en la industria, Forks ha tenido que depender de correccionales cercanas, como Clallam Bay Correctional Center y Olympic Correction Center, como fuentes de trabajo. Forks es un destino popular para los pescadores deportivos que pescan salmón y trucha arco iris en los ríos cercanos. También lo es para los visitantes del Parque Nacional Olympic. También, la ciudad es el escenario de los libros populares de Crepúsculo (Novela), y el turismo en la ciudad ha aumentado considerablemente.

Forks fue incorporado oficialmente el 28 de agosto de 1945, siguiendo el voto de los habitantes, los cuales se convertirían en los primeros miembros del pueblo.

Forks tiene latitud 47°57'4" norte, y longitud 124°23'5" oeste. La ciudad tiene un área total de 8,1 km².

Según el censo del 2007, había 3.120 habitantes, 1.169 hogares, y 792 familias residiendo en la ciudad. La densidad de población fue de 386.1 por km². Los grupos étnicos de la ciudad eran: 61.17% blancos, 0.876% afroamericanos, 14.03% nativos americanos. Hispanos o Latinos de cualquier raza fueron el 3.54% de la población.

Al menos eso estipulaba el internet sobre Forks, era el destino que me esperaba y a medida que el avión descendía en Port Angels, Forks. Las nubes opacaban el cielo ese día, al menos en este vuelo, las personas no se apiñaban o se cruzaban entre otras, el aeropuerto de Port Angels, claro que no era un lugar muy acogedor para vacaciones, las personas esperaban ir a playas, disfrutar del sol, aventurarse en lugares increíbles, pero Forks era todo lo contrario.

Forks era pequeño, era anticuado, no tenía mucha población y vagamente me recordó a mi pueblo en Houston, un escalofrío impacto mi espalda cuando los recuerdos me venían encima y eso me irritaba de gran manera. Pero me gustaba la idea de que Forks fuera totalmente frío un lugar apto para mí, un lugar apartado, un lugar tranquilo, pacífico, ya entendía el porqué Carlisle eligió este lugar, es maravilloso.

Salí del aeropuerto y espere el auto que me llevaría a Hoh Valley Cabins, eran cabañas en Forks, cabañas por la que tenías que ingresar por un pequeño camino en el bosque antes de poder siquiera llegar a la recepción y pedir la llave de tu cabaña y volví a recordar mi pequeño pueblo.

>> aquí tiene señorita Withlock espero tenga una excelente pasantía <<te trataban con tanta gentileza y creían que los notarías, era claro que moría de hambre y apenas podía resistirme a alguno de ellos, tarde o temprano terminaría muriendo de hambre sino conseguía a alguien cuanto antes.

Hasta llegué a pensar en comer carne fresca, tal vez eso haría erradicar esta sed, pero era claro que no y que ahora solo estaba alucinando con ello. Si cazaba ahora llamaría la atención del clan Cullen, debía primero encontrar a Carlisle antes de que eso sucediera.

Al entrar a mi cabaña tiré la bolsa en la cama y caí sobre ella porque el hambre me estaba cegando, escuchaba alrededor cerca de cinco personas, hablaban sobre un lugar llamado la Push, otro hablaba sobre el centro comercial de Port Angels y otros hablaban sobre lo que cenarían esa noche y yo no podía siquiera levantarme de mi cama para andar con naturalidad sin querer asesinar algo. Escuche animales, pude escucharlos, a unos cuantos kilómetros del lugar donde estaba, adentro del bosque escuchaba la sonata de las abejas, el pasto siendo pisado por animales, habían casi diez animales cerca y la palabra "sangre" palpitaba con gran fuerza en mi mente, no podía concentrarme, no podía simplemente, mis ansias me ganaban.

El corazón palpitante de un conejo cercano, fue lo que me obligó a salir corriendo de la cabaña, salte un tronco tirado en el suelo, cruce cuatro árboles seguidos y vi volar dos aves que salieron de la nada, en el instante me detuve, pensar que tal vez podría alcanzarlas, pero sería tomar más tiempo para subir los árboles hasta llegar a ellos, pero seguía escuchando ese corazón palpitante y estrepitoso, la sangre me llamaba casi con tanta urgencia como mis ansias, casi podía sentir su sangre recorrer mis labios, hasta que lo vi.

Un pequeño conejo, pobre e indefenso, gruñí por lo bajo antes de acercarme y clavar mis colmillos en él, casi al instante sentí como su corazón dejó de latir en mis manos y murió de manera inherente en segundos. Al poco tiempo desenterré mis colmillos de su cuerpo y tiré su cuerpo al suelo, caí sobre la tierra y limpié entonces mis labios, plasmando mi mirada en él.

Había chupado la sangre de un animal y estaba asqueada al mismo tiempo que sentía que mi cuerpo calmaba sus ansias, ya no tenía tanta como antes, pero el sabor entre la sangre humana y de animal era claramente visible. Era como darle vegetales de cena a un amante de la carne frita, alimentaba sí, más no satisfacía.

Suspiré con pesadez.

>> maldita sed <<

Me levanté del suelo para volver caminando a la cabaña, estaba a una vista considerable, pero me perdí entre los árboles y el sonido de los animales, era la sinfonía de la naturaleza, una majestuosidad que seguramente parecía magia en tus oídos, me gustaba escuchar la naturaleza y sentirla en mi alrededor.

No debía consumir sangre humana, no debía hacerlo para no ser detectada, era lo que me mantendría ahora en incógnito hasta encontrar la manera de acercarme a Carlisle, debía advertirle de las intenciones de Aro, debía hacerlo.

Tenía una mala costumbre, una mala, pero a la vez embellecedora, cambiar mi ropa cada vez que se me diera la gana, me encantaba lucir mis trajes, lucir mi ropa, era mi personalidad y mis facetas de ser quién era y ahora quería ser una buscadora, quería hallar a Carlisle y encontrar la manera de hablar con él.

Carlisle, Carlisle, ¿dónde estarás?