Capítulo 96
—Te he notado inquieta toda la tarde. ¿Has tenido problemas para dormir?
Después de una larga jornada donde cada minuto que pasaba parecía una eternidad, por fin parecía que la misma llegaba a su fin. Pensar en la cuarta prueba no era lo único que rondaba por mi cabeza. A decir verdad, hablar con Lilith y tomar una decisión respecto a mi parte del trato era lo que realmente me preocupaba.
—No puedo evitar ponerme nerviosa antes de cada prueba.
Apoyé las manos en la mesa que tenía a mis espaldas y miré a Kai directamente a los ojos. Mi uso de la transmutación era bueno y si a eso le sumábamos el hecho de que ni siquiera habíamos salido de la biblioteca, se podría decir que los resultados tras la práctica eran muy satisfactorios.
—Tus habilidades mejoran con cada día que pasa—dio un paso hacia mí y entrecerró los ojos—. Cualquiera que no conociese tu realidad diría que estás recibiendo la ayuda de otra persona.
El aire se me quedó atascado en la garganta cuando traté de respirar. Podía sentir el aura de frialdad que se cernía a nuestro alrededor, pero tenía que intentar hacer todo lo posible para no levantar sospechas.
—Es todo gracias a ti—dije tratando de sonar tranquila—. Sin tu ayuda no habría sido capaz de superar ninguna de las pruebas.
El siguiente movimiento que hizo acortó la distancia que nos separaba. Cuando colocó su mano derecha junto a la mía casi rozó mis dedos. Tragué saliva y aparté la mirada.
—Mi función es similar a la del broche que llevas puesto en este momento. Sin ti—comenzó a decir en un tono más bajo—, no serviría para nada.
—Ya sabes lo que opino al respecto—comencé a apartarme, pero él colocó su mano alrededor de mi muñeca y me retuvo—¿Te encuentras bien?
—Hay una cosa que debo contarte.
—¿Ha pasado algo?
Había estado comportándose de forma extraña todo el tiempo. Se alegró cada vez que lo encontré escondido tras las estanterías mientras ponía en práctica la transmutación, pero desde el principio percibí que algo no andaba bien.
—Se supone que sería Morgan la que debería decirte esto—tras decirlo, chasqueó la lengua como si realmente estuviera molesto—. Sé que guardarás el secreto y por eso quiero que lo sepas.
Lo miré confundida y él me soltó la muñeca. Se apartó y se cruzó de brazos. Su silencio hizo que todavía me sintiera más inquieta.
—¿Qué te ha dicho?—pregunté visiblemente nerviosa.
—Supongo que más de una vez te habrás preguntado por la presencia de los encapuchados en la academia—asentí en respuesta y cuando habló, lo hizo en voz baja—. Morgan nunca nos ha explicado quiénes son ni por qué están aquí—admitió—. Es por eso que su presencia me resulta amenazante.
—¿Y qué pasa con ellos?
Si desconocía esos datos significaba que Morgan estaba escondiendo algo muy importante. Cuando comprendí que Kai no sabía nada al respecto sentí que aquel lugar podría ser más peligroso de lo que en realidad pensaba.
—Para ella es sólo una medida de protección—mantuvo un rostro serio mientras pronunció esas palabras—. Quiere asegurarse de que todo lo que le decimos es verdad y que no tratamos de encubriros.
—¿Encubrirnos?
—Sí. Como ya sabes, la comunicación entre vosotras está prohibida. Cualquier comportamiento o actitud extraña debe ser reportada.
Por ese motivo no podía permitirme bajar la guardia. Cualquier paso en falso podría arruinarlo todo y no estaba dispuesta a perder la oportunidad de recuperar mi vida.
—¿Y qué tienen que ver en todo esto?
—Lo único que sé con seguridad es que son como estas paredes. Lo ven y lo escuchan todo—hizo una pausa y suspiró con fuerza—. Uno de ellos tendrá que acompañarnos a partir de la cuarta prueba.
—¿Eso significa que no volveremos a estar a solas de nuevo?—asintió y frunció los labios—. ¿Por qué hace esto ahora?
Una parte de mí comprendió lo que podía estar pensando Morgan para tomar una medida como esa y Kai terminó confirmando mis sospechas.
—Supongo que no confía plenamente en nosotros. Quizás piensa que en el peor de los casos podemos acabar mintiéndole para manteneros a salvo.
—¿Por qué haríais algo así?—el silencio fue la única respuesta que obtuve. Sin embargo, me fue difícil quedarme callada—. No creo que seáis capaces de traicionarla. Siempre habéis seguido sus órdenes al pie de la letra.
Kai volvió a acortar la distancia entre nosotros y no fui capaz de reaccionar cuando colocó sus manos en mis mejillas.
—Las personas cambian porque sus emociones, sus pensamientos y sus sentimientos lo hacen. Eso puede ser una ventaja o una desventaja, dependiendo del punto de vista de la persona afectada.
—Aunque ese sea el caso—rodeé sus manos y las aparté con cuidado—, no creo que os atreváis a mentirle. Yo no lo haría.
Retrocedí hasta el extremo de la mesa y me giré hacia él. El entrenamiento había acabado y al día siguiente sería la siguiente prueba. Estaba segura de que la superaría y lo único que quería hacer era irme a mi habitación para prepararme para mi cita con Lilith.
—¿El amor y la amistad no significan nada para ti?
—Lo significan todo—contesté. Las luces anaranjadas del atardecer desaparecieron. Pronto la biblioteca se quedaría sumida en la oscuridad—. Por eso no haré nada que pueda poner en peligro a las personas que quiero.
—¿Y si el sacrificio es la única solución?
Esa era una opción que había tenido en mente desde el principio, así que le respondí sin titubear.
—Si esa es la única forma de salvar a los demás, entonces seré yo misma la que se sacrifique.
***
Una sensación que no lograba descifrar se expandió por todo mi cuerpo tras la conversación que tuve con Kai. No entendía a qué quería llegar con todo lo que había dicho. Si trataba de averiguar si alguna de nosotras hacía cosas a las espaldas de Morgan, lo tenía realmente difícil. Rina, Gwen y yo no habíamos llegado tan lejos por mera casualidad.
Mientras esperaba que el reloj marcase la medianoche, pensé en todo lo que hablamos. Puede que su acusación indirecta fuera el resultado de mis buenos resultados. Mi primer intento con Jared fue parecido a lo que estuve haciendo toda la tarde con él y por eso me resultó sencillo. Aún así era consciente de que Morgan podía hacer algo similar a lo que sucedió en la prueba anterior.
Si ya me sentía vigilada, tener a un encapuchado detrás de mí todo el día no haría otra cosa que aumentar la sensación de ansiedad que me pisaba los talones con cada movimiento que hacía y con cada palabra que decía.
Cuando Rina tocó a mi puerta y me miró con sus brillantes ojos verdes recordé lo que Kai había dicho sobre sacrificarse. Kieran hizo eso por ella. Él se sacrificó por amor.
—¿Cómo te encuentras?—susurró.
—Creo que me sentiré mejor cuando haya hablado con ella.
Salí de mi habitación y cerré la puerta con cuidado. El pasillo estaba oscuro y en completo silencio. Me pregunté qué estarían haciendo mis compañeras y deseé con todas mis fuerzas que ninguna de ellas se despertara y le pusiera fin a nuestros planes.
—Puedes estar tranquila. Nadie nos descubrirá.
Me aferré a sus palabras y respiré con calma. Cuando estuvimos frente a la estatua de Lilith, ella me miró y asintió con la cabeza. Al principio no estaba segura de lo que tenía que hacer, pero pronto comprendí que ese era el problema. Debía dejar la mente en blanco y pensar únicamente en el vínculo que nos unía, así que cerré los ojos y en ese instante dejé de sentir el suelo bajo mis pies.
—Bienvenida, Nina. Te he estado esperando.
Cuando abrí los ojos, Lilith se encontraba frente a mí. Tenía los brazos extendidos como si realmente me hubiese estado esperando todo ese tiempo. Las lágrimas acudieron a mis ojos con rapidez e hice lo que había estado esperando hacer desde la noche anterior.
Avancé hasta llegar a ella y la abracé con fuerza.
***
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