Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 28

Cuando todo dejó de dar vueltas a mi alrededor y abrí los ojos, lo primero que vi fue el cielo azul. 

—Nina, ¿dónde estás?

¿Estaba soñando?

De nuevo, esa voz volvió a pronunciar mi nombre y cuando me giré hacia ella, no pude creerme lo que vi. O mejor dicho, a quién vi. Los rizos le caían sobre los hombros y el flequillo le rozaba las cejas. Llevaba puesto un vestido de color negro, lo que me pareció extraño, ya que mi madre lo detestaba.

—Mamá—susurré.

Eché a correr y ella me recibió con los brazos abiertos. Si eso era un sueño, no quería despertarme, porque hacerlo, sería volver a una vida que no era la mía. 

—Tranquila. Estoy aquí contigo.

Comencé a llorar. Sabía que todo formaba parte de una ilusión, pero hasta que no volví a verla, no fui consciente de lo mucho que la echaba de menos. No quería que se fuera. No quería irme. Quería quedarme con ella para siempre. 

Cuando me calmé, retrocedí lentamente y la miré. Sus ojos castaños no brillaban como antes. Alzó su mano derecha y limpió con cuidado los rastros que lágrimas habían dejado sobre mis mejillas. 

—Lo siento—dijo por fin. Apretó sus labios en una fina línea y desvió la mirada hacia el suelo—. No debería haberte encontrado tan fácilmente. Todo ha sido culpa mía.

—Nada de esto es culpa tuya—la cogí de ambas manos—. Tú siempre has intentado protegerme.

—Siento no haber podido hacerlo hasta el final—me apretó las manos con fuerza—. Debí haberlo sabido cuando tus pesadillas comenzaron a ser más frecuentes.

—¿Esto es sólo un sueño?

Mi voz sonó desesperada. Realmente lo estaba.

—No lo es—sus ojos me indicaron que me estaba diciendo la verdad—. No he sido capaz de ponerme en contacto contigo hasta ahora. 

—P...pero, ¿cómo es posible?—volví a aferrarme a ella con fuerza—¿Cómo me has encontrado? ¿Estás bien? 

Suspiró lentamente y negó con la cabeza. 

—Incluso antes de nacer, ya eras especial—sonrió, pero sus ojos parecían melancólicos—. Todos creían que no sobrevivirías, pero yo confiaba en ti. Sabía que eras fuerte.

Traté de procesar sus palabras. 

—Nunca me habías dicho nada sobre eso.

Ella no es tu madre.

Recordé la voz de aquel hombre con el sombrero negro repitiendo esas palabras. 

—Lo siento—agachó la cabeza y comenzó a sollozar—.Debería habértelo contado antes, pero le prometí que te alejaría de este mundo. 

Cuando alzó la mirada, sus ojos estaban enrojecidos. 

—¿A quién?

Pasaron varios segundos antes de que me diera una respuesta. Sin embargo, para ese entonces, yo ya sabía a lo que se estaba refiriendo. 

—No quiero que me odies por lo que hice, yo sólo quería protegerte.

Solté sus manos y di un paso hacia atrás.

—¿A quién se lo prometiste?

—A tu madre.

Cerré los ojos y aparté la mirada. 

—¿Toda mi vida ha sido una mentira?

—Durante dieciocho años te he mantenido alejada de la magia y he ocultado tu verdadera identidad de aquellas personas que sólo te quieren por quién eres.

—¿Y quién soy yo?

—Eres la hija de una bruja—dijo con voz firme—al igual que yo. Seguramente ahora me odies por haberte engañado.

—No te odio.

No podía odiarla por haberme salvado la vida, aunque eso implicara mentirme.

—Después de aquel incidente cuando tenías diez años, pensé que Morgan simplemente se cansaría de buscarte. 

—Entonces, el accidente...

—Lo que sucedió no fue culpa tuya.  

—Mamá...—dije involuntariamente—. No estoy entendiendo nada.

—Conozco a Morgan desde hace tiempo y no va a jugar limpio. Sabe que estás frustrada porque quieres saber la verdad. Escúchame bien—colocó ambas manos en mis hombros—tienes que demostrarle lo fuerte que eres.

—¿Qué me diferencia de ellas?—quise saber—¿Qué me diferencia de ti?

—Verás, tu madre era una bruja, pero tu padre...

—Él no murió en el accidente de coche, ¿verdad?

Negó con la cabeza. 

Durante mucho tiempo me obligué a recordar el rostro de alguien a quien ni si quiera había conocido.

—Mi madre...—me sentí extraña al usas esas palabras—¿Dónde está?

—Ella...—le costaba hablar del tema. Cerró los ojos un instante y aflojó su agarre—. Murió en el parto. 

Un nudo se formó en mi garganta y los ojos comenzaron a escocerme. 

—Siempre quiso lo mejor para ti—habló en voz baja—. No fue tu culpa. No fue la culpa de nadie. Estaría orgullosa de ver la gran mujer en la que te has convertido.

Me abrazó y yo rompí a llorar. 

—No confíes en todas las personas de la academia a la ligera, pero sigue tu instinto. Una bruja nunca se equivoca.

—¿Debo...fiarme de un ángel de la muerte?

Acarició mi espalda durante un par de segundos antes de hablar. 

—Los ángeles de la muerte son los enemigos de Morgan, no los tuyos.

—Ellos te...te hicieron daño.

—Te equivocas. El único que trató de hacernos daño fue Cassiel.

Me alejé para mirarla mejor y me di cuenta de que estaba comenzando a desaparecer. 

—¡No!—grité—¡No te vayas todavía!

—Recuerda lo que te he dicho. Ahora tú eliges tu próximo movimiento. Sé una bruja—sonrío—.Te quiero.

Dicho eso, desapareció justo delante de mí, como si nunca hubiese estado.

—Yo también te quiero—susurré.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro