Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

primera vez



-hace mucho tiempo pensé que había dejado de ser considerado como un ser humano, a veces simplemente pensé que era únicamente un juguete, algo que solo servía para complacer, pero no más, ya no más, no volveré a ser eso... ni ahora ni nunca, por eso los mate a todos, ellos querían un juguete y yo no se los di, no deje que me volvieran a llevar a aquel lugar, porque nunca volveré a ser su entretenimiento...

Decía con una sonrisa y gotas de sangre ajena resbalando sobre su rostro, sintiéndose resbalar por la pared hasta llegar al piso, mirando el rostro de sorpresa de los dos gemelos, aunque tal vez más que sorprendidos lucían horrorizados por aquella masacre, sin saber si acercarse o no a él, pues aun tenía la navaja en su mano, sujetándola con fuerza.

-nunca más...

Cerró sus ojos recargando su cabeza contra la pared, haciendo cada vez mayor su sonrisa.

-nunca

Una pequeña lágrima salió de sus ojos, la cual limpio inútilmente pues después de esa, muchas otras le acompañaron.

--- meses antes ---

- cálmate kanon, las cosas son así y no tiene remedio, lo único que podemos hacer es cuidar a Radamanthys.

Le gritaba Saga a su hermano menor, viéndolo como totalmente furioso guardaba un arma en su bolsillo, buscando sin encontrar las llaves de su motocicleta.

-ja, por dios saga -Alzó la voz comenzando a gritar- ¿qué es lo que quieres que haga? ¿Que espere? ¿Qué me oculte? ¿Para qué? ¿Para qué mi omega termine igual al tuyo?

Aquellas palabra generaron un profundo silencio en la habitación, haciéndole arrepentirse verdaderamente al menor, más guardó silencio desviando la mirada al peli celeste que los acompañaba, viendo en ese instante las ganas de este de matarlo por haber herido de esa manera a Saga.

-tienes razón, pero igual si vas hasta su casa y lo matas, tú y Radamanthys terminaran como mi omega.

Cerros sus ojos respirando profundo, intentando controlarse.

-perdona saga, yo no quería decir eso, solo que entiende... no puedes decirme que mi omega está en peligro y después decirme que lo tome con calma, tu sabes cuánto sufrí por él en estos dos años, cuanto recé por poder volverlo a ver y ahora, que por fin mi sueño se cumple pasa esto, saga por favor, déjame ir y liberar a mi omega de sus ataduras... te lo suplico.

Se acercó a su hermano mayor, esperando que se quitase de la puerta de la habitación, más este solamente suavizando su mirada, olvidando las palabras anteriores de su hermano menor, para así abrazarlo con fuerza, casi de manera protectora.

-te ayudare a cuidarlo, entre los dos lo protegeremos, pero por favor, piensa bien todo lo que harás, si tu mueres, ya no tendré razón para vivir... eres mi hermano, y esta vez soy yo quien te suplica que pienses tus acciones, así que por favor kanon, no hagas nada estúpido, no quiero estar sólo, te suplico que no me dejes solo, eres mi única familia.

aquellas últimas palabras le hicieron saber que el llanto estaba ganándole a su hermano, que ya no podía más con aquella actitud de su parte y aquello sólo logró estrujarle el corazón con fuerza, estaba lastimado a su hermano, lo sabía muy bien , pero no sabía qué hacer al saber que alguien quería lastimar a su Omega.

-te quiero kanon, eres mi hermano y te juro que daré mi vida de ser necesario para salvar a tu Omega... así que por favor, dame el arma.

Respiró con fuerza, aferrándose más al abrazo que compartía con su gemelo, logrando tranquilizarse un poco, entregando con dificultad el arma de su bolsillo, prometiendo que no haría nada estúpido.

-bueno, les parece una cerveza para calmarnos, y pensar un plan, Radamanthys y angeló regresaran en poco tiempo y tienen que vernos normal, pues esto de una o de otra forma les afecta ambos, si quieren puedo decirles lo que se dé Valentine, como de pandora, escuche mucho de ellos estando en el burdel y a Valentine le vi una vez, él fue quien me detuvo mientras asesinaban a la omega de Ángelo.

Ambos asintieron con la cabeza, bajando hasta la cocina, sirviendo una cerveza, fingiendo tomarla, pues no tenían animo de eso.

Había pasado al menos dos horas desde que su plática había comenzado, su cerveza a excepción del peli celeste estaban casi intactas y totalmente calientes, kanon miraba en silencio la atención especial que afrodita le daba a saga, la forma que, a pesar de aquella era una plática seria, le miraba, como cambiaba su voz al dirigirse a su gemelo mayor, causándole un poco de gracia todo aquello.

No era que le gustara estar atento en ese tipo de cosas, más necesitaba pensar en algo más que en su omega en peligro, pues de lo contrario saldría por esa puerta y mataría con sus propias manos a Valentine, sin importarle nada.

-llegamos.

Escucho la voz de Ángelo, como la risa de Mei desde la puerta, levantándose inmediatamente, viendo como Radamanthys cargaba al pequeño entre sus brazos, sonriendo también con la risa contagiosa del pequeño.

- eres muy bueno cuidándolo, creo que ya te quiere, o eso demuestra pues solo se comporta así con muy pocas personas.

Le sonreía el albino, al tiempo que el rubio le regresaba a su pequeño, para que pudiera ir con los demás, viendo como kanon llegaba rápidamente a su lado.

-por fin estás aquí.

Le abrazó con fuerza, para después besar sus labios, sintiéndose sumamente aliviado al tenerlo a su lado.

-¿todo está bien?

Encontró raro aquel comportamiento de parte de kanon, más no se negó a aquel abrazo y aquel beso.

-todo bien, solo que te extrañe bastante...

Beso la mano del menor tras decir aquellas palabras, todo esto sin apartar un solo segundo la mirada de aquellos ojos de color avellana que tanto le habían enamorado.

- tranquilo kanon, nunca te dejare, eres mi alfa, la persona que más amo.

aquellas palabras le hicieron olvidar todo por completo, amaba aquel cambio de Radamanthys, no había más que le llenara de gozo que ver que por fin se atrevía a verlo a los ojos al hablarle, más sobre todo que hace pocos días había dejado de hablarle de usted.

-ven conmigo...

No pensó nada en aquel momento, solo tomo la mano del rubio llevándolo hasta su motocicleta, recordando que las llaves estaban pegadas, arrancando de inmediato alejándose de su hogar en pocos segundos.

- ¿a dónde vamos?

Cuestiono el rubio, abrazándose de kanon.

-no lo sé, tengamos una cita... solo déjame estar contigo hoy, en cada instante... por favor... pase lo que pase no te alejes de mi... es solo un favor que te pido...

Comenzaba a preocuparse por kanon, pensando que algo tuvo que haberle pasado mientras él no estaba para que mostrara aquella actitud.

-¿en serio estás bien?

Esta vez no hubo una respuesta, solo continuó manejando alejándose lo más pronto que pudiera de la ciudad.

-¿dónde estamos?

Miraba con asombro aquel lugar perdido en lo que pensaba era un bosque.

-¿sabes usar un arma?

Cuestiono dándole al rubio un par de guantes un peto de camuflaje, unas máscaras, unos cinturones de camuflaje como algunas bolas de colores que no sabía con exactitud que tenían, usando las mismas cosas similares.

-no.

Aquello era verdad, tal vez había matado a aquel hombre aquella vez pero no por eso sabía cómo usar correctamente un arma.

-bueno, igual no te preocupes, yo te protegeré de todo, este es mi lugar favorito cuando estoy estresado, pero igual si no quieres estar aquí, si esto no te gusta en lo más mínimo, solo dime y nos iremos inmediato ¿está bien?

El menor asintió recibiendo un beso de kanon, quien solo cargaba su arma con aquellas bolas que guardaba en su cinturón.

-el juego se llama Paintball, tienes que sobrevivir lo más que puedas, y dispararles a los que más puedas, pero no te preocupes, solo son bolas de pinturas, duelen un poco pero es genial... además..

Guardó silencio unos segundos, mirando a su amado rubio, fingiendo una pequeña sonrisa antes de continuar.

-sé que, si algún día estas en peligro y yo por algo ajeno a todo no puedo estar contigo, te ayudará a protegerte, también si me lo permites, quiero enseñarte a pelear, a que te defiendas...

Desvió la mirada de los ojos del menor, comenzando a caminar a la salida, viendo como lentamente las manos del rubio rodeaban su cintura, envolviéndolo en un tierno abrazo.

-eso me gustaría, así yo también podre protegerte como tú lo haces conmigo, kanon, pero en verdad tienes que decirme si estás bien ¿qué fue lo que paso?

No recibo respuesta de su alfa, el cual evadiendo el tema se alejó un poco, en busca de información que le explicara mejor de qué trataba aquel juego.

Aquello le hizo sentir extraño, o tal vez no tan extraño, aquella sensación la había sentido toda su vida, más intentaba ocultarla lo más que podía estando con kanon, más por más que lo intentaba no podía dejar de pensar todo aquello que tiempo atrás le habían adoctrinado

Eres solamente un omega... seguramente quiere enseñarte todo aquello para así tirarte a la calle y ya, solo lo hace por caridad y lástima.

Aquello era su propio pensamiento, el cual le incomodo de inmediato, causándole sumo malestar, más aun así intentaba mostrar tranquilidad mientras kanon le explicaba con brillo en sus ojos como disparar entre otras cosas.

-kanon nunca haría eso... él no es como Valentine.

Dijo para sí mismo, suspirando con fuerza, preparándose para comenzar la partida, tomando el arma como kanon se lo había explicado, encontrando demasiado sencillo su uso, como también, notando que era demasiado bueno para disparar con precisión, logrando ganarse la mirada de muchos de los presentes, pues en muy tiempo, había roto incluso el record de kanon por tantas bajas en un solo juego.

-wooo, primero los topos en aquel juego de feria y ahora esto... vaya que eres un estuche de sorpresas rada... me haces sentir orgulloso de que me hayas permitido estar a tu lado.

Aquellas palabras logrando hacer sumamente feliz al rubio, quien luciendo incluso más relajado que kanon, continuo aquel juego, separándose de kanon un poco, escondiéndose entre los árboles.

-juegas demasiado bien para solo ser un omega...Radamanthys dime ¿así mataste a nuestro amigo el día de tu boda?

Aquella voz le erizo la piel de inmediato, haciéndole moverse de su lugar, buscar con la mirada a kanon, notando que aun que no estaba muy lejos de él, era imposible que los escuchara.

Sus manos comenzaron a temblar, aquel hombre que le hablaba era uno de los tantos amigos de Valentine, el joven de ellos tal vez, más uno de los que más disfrutaban de sus encuentros con el rubio.

-yo...

Intento responder más las palabras no salían de su boca, sabía que eso podía pasar, aquella era una ciudad chica, y Valentine siempre presumía de tener bastantes conocidos, más no esperaba que fuese tan pronto, aun no podía siquiera superar su encuentro con pandora.

-luces bastante relajado para ser alguien tan buscado, pero no te preocupes, me da igual, no le diré a él donde estas, bueno no si nada a cambio.

Trago saliva sin saber qué hacer, notando que kanon le había visto hablar con aquel hombre, sintiéndose aún más nervioso por aquello, pues no sabría cómo le explicaría a kanon cualquier cosa que aquel bastardo dijera de más.

-¿por qué no me respondes? Eres un omega, tu no deberías estar aquí y lo sabes, tu lugar es alguna cama gimiendo para algún alfa, además, no es la primera vez que me darías placer, tengo que admitir que entre las "joyas" de Valentine tu eres la mejor, y digo eres porque siempre le pertenecerás, así que piensa, tu cuerpo por mi silencio, es un buen trato para mí.

-no hay trato.

Aquella fue la voz de kanon, quien usando aquella arma de bolas de pinturas golpeo el rostro de aquel sujeto, después de haber escuchado cada una de sus palabras, comenzando a golpearlo una y otra vez sin descanso.

-kanon, suéltalo, vas a matarlo.

No solo Radamanthys intentaba quitarlo de encima de aquel hombre, los presentes ignorando su juego también lo hacían, sorprendiéndose por la fuerza y la agresividad de los golpes del gemelo menor, quien con las rodillas lastimadas y los nudillos llenos de su sangre como la de aquel hombre, solo sintió como después de algunos intento lograron apartarlo y con dificultad detenerlo para que no continuará con los golpes.

-vuelves a acercarte a mi omega, a hablarle como lo has hecho y te matare, te juro que lo haré.

Le gritaba a quien aunque adolorido y lleno de sangre estaba inconsciente, intentando reírse de aquellas palabras aun con un poco de orgullo.

- aquel al que defiendes no es más que una vil ramera, no sabes a cuántos de nosotros nos entretuvo, cuantas veces termine dentro de él, es uno de los caramelos que más disfrute comer.

Más jugadores, tuvieron que ayudar a que kanon no continuará con aquellos golpes, llevándose a aquel hombre casi a rastras hasta el hospital, más no solo eso, algunos miraban con ojos de acusación al rubio, culpándolo de todo, por ser un omega que puso a pelear a dos alfas.

- eres un omega ¿no? Tú debes de evitar que tu alfa cometas estupideces por ti, no causarle más problemas demonios. Sinceramente no sé qué pasa con ustedes, cada día creen que tiene más y más derechos, y se les olvida lo que son... solo problemas.

Le dijo con gran disgusto uno de los jugadores del lugar antes de irse, mientras kanon arreglaba aquel problema con los dueños, quien sin mostrarse molestos, le ayudaron también a limpiar sus heridas.

Sin más bajó la mirada, sintiendo como lentamente aquella fortaleza que se estaba creando dentro de sí desde que estaba con kanon se derriba, sintiéndose como hace apenas algunos meses.

-en verdad lo lamento, y les agradezco mucho que no me prohibieran el paso aquí, sabe que este es mi lugar especial desde que mi omega me traía aquí de niño.

Alzó un poco la mirada al escuchar a kanon llegar a su lado junto con el dueño del lugar, un hombre de no más de 45 años, parecía ser alegre y simpático.

-tranquilo, no es la primera vez que el causa problemas, le encanta meterse con los omegas así que no importa, es más yo te agradezco a ti por fin haberle dado un alto y a mí una perfecta excusa para prohibirle la entrada, así que la próxima vez que tú y tu omega quieran venir son bienvenidos, es más su próxima visita será totalmente gratis.

Esta vez le brindo una sonrisa a Radamanthys, despidiéndose de él de manera cordial, dejándolo solo junto al gemelo.

Bajo de nuevo la mirada, sintiendo un poco de miedo al ver a kanon, siendo consciente que no solo había escuchado el nombre de Valentine, si no que ahora también sabía que había compartido su cuerpo con demasiadas personas.

-ven sígueme.

Dijo el mayor tomándolo de la mano, entrando en aquel lugar, más separándose del campo de tiro, caminaron algunos minutos, en total silencio, sin soltar un solo segundo sus manos, más sin verse a los ojos.

-mira, este es mi lugar favorito en el mundo, la primera vez que vine aquí , era porque tenía pesadillas con mis verdaderos padres, y kardia me trajo a estos juegos, pensando que si aprendía a disparar me sentiría más seguro de mí, me dijo que si aprendía a defenderme ya no tendría miedo y sinceramente creo que sí tuvo razón.

No hubo respuesta de parte del menor, quien solo enfocaba su mirada a aquel paisaje en la orilla de un pequeño risco, donde a lo lejos, se podía observar la ciudad, con aquellos tonos grises que avisaba que la lluvia había caído encima suyo y se acercaba a ellos.

-kardia fue un buen padre, él te hubiera amado de haberte conocido, igual como amaba a Aioros, si él estuviera aquí, hubiéramos sido una familia más que feliz, él me enseñaría el camino, me dirá que hacer y que no, no sabes cuánto me hace falta, pues no sé qué hacer... en verdad que no...

Podía escuchar un poco de desespero en la voz de su alfa, tristeza tal vez, haciéndole sentir un fuerte deseo de ir a su lado, abrazarlo, más no podía hacerlo, no después de haberle causado aquel problema a kanon, pues sabía que ahora más que nunca su alfa estaría en peligro pues dudaba que aquel sujeto guardara silencio.

-perdóneme, le metí en demasiados problemas, por eso he decidido que no regresare con usted a su hogar, no soportaría meterlo en más problemas por mi culpa, lo que aquel alfa dijo es verdad, yo he estado con muchas personas y es normal que en algún momento alguien más me reconozca y no quiero eso, no frente a usted, por eso yo...

-detente, -le interrumpió el mayor, colocándose frente suyo- no hagas eso, no retrocedas lo que logramos avanzar, no me hables de usted que no lo soporto, eres mi omega, y no me importa que fue de tu pasado, ni con quién estuviste, ni nada, me da igual, así que por favor, para, no hagas eso... te amo Radamanthys, lo hice desde que te vi en aquel centro comercial, y te juro que no te dejaré ir... no sin mí.

No supo qué responder a aquellas palabras, en realidad no quería apartarse de kanon, no quería irse de su lado, pues también lo amaba, pero no podía dejar que le pasara algo por su culpa.

- Rada....

Retomo la palabra el mayor arrodillándose frente a su omega sin soltar un solo segundos sus manos, mirándolo a los ojos.

- te falle, te falle en el pasado, lo hice y me arrepiento, pero ahora te pido que no tengas miedo, que no te rindas, por qué nadie y repito nadie ha llegado a ningún lugar teniendo miedo y no hay día en el que en que no sufriera por no haberte ido a ayudar, por haber sido tan estúpido, por no protegerte, Radamanthys, no miento al decir que lo que más suplico en esta vida es que me perdones por no hacerlo, por no salvarte, pero esta vez será distinto, nadie va a tocarte, matare a cualquiera que quiera hacerlo, no dejare que nada, ni nadie, vuelva a lastimarte.

-no es así...

Esta vez fue el rubio quien interrumpió sus palabras, colocándose a la altura de kanon, besando sus labios.

-tu si me salvaste... porque de otra forma no hubiera soportado todo eso, fue tu recuerdo de aquellos escasos minutos, tu olor que por siempre se quedó impregnado en tu chaqueta y que me ayudaba a dormir por las noches, cada vez que ellos me tocaban pensaba en ti, en tu aroma, en lo bien que me sentí en esos pocos minutos a tu lado, pues estos bastaron para tener un propósito para vivir, soñar con un futuro a tu lado me hicieron vivir, me ayudaron a no suicidarme, pues no había algo que más rogara en el mundo, que saber que era ser tocado por ti, que fueran tus manos las que tocaran mi cuerpo desnudo, que fuera tu sexo el que estuviera dentro de mí, pues sabía que tu no me dañarías, que tu no lo harías solo por diversión, quería pertenecerte en cuerpo y alma y que con tus labios besaras cada una de mis cicatrices, para que las borraras,

Bajo la mirada al entender el impacto de sus propias palabras, pues dijo todo aquello sin pensar, mas no mentía aquello era el secreto que más guardaba en su interior, mas eso le hiso sentir sumamente avergonzado, sobre todo al sentirse tiernamente envuelto por los brazos de kanon, quien parecía no poder ocultar cierta alegría al saber que Radamanthys le deseaba en esa forma, como aun en el fondo más molesto, por lo que le habían hecho aquellos alfas.

-Radamanthys.

Susurro en su oreja, estremeciendo al mencionado,

-me encantaría hacerlo, que mis labios borren tus cicatrices, me sería un honor que me entregues tu cuerpo y tu alma, pues yo te juro que también soñé en esos tortuosos años el tenerte a mi lado, el tener nuestra familia, tal vez una hermosa rubia con tus ojos, tal vez tu ceja, sería muy linda, o un niño no importa que sea, pero sería nuestra familia, soñé con eso, pero eso no quita que no lo merezca, sufriste, sufriste mucho, y yo no puedo cambiar eso, me encantaron tus palabras, pero pude haberte evitado todo ese dolor...

Radamanthys se apartó un poco para besar los labios de kanon, abrazándolo de nuevo con fuerza después.

- no quiero que te dañen por mi culpa, pero no puedo mentir, que no hay cosas que más me encantaría que cumplieras tus palabras, ser feliz a tu lado de ahora en adelante, tener esa familia que soñaste conmigo, y hacerme olvidar todo,

No importaba cuanto su mente le dijera que no se quedara alado de kanon, por seguridad de este, no podía simplemente dejarlo, su vida estaba a su lado y no podía evitarlo, nunca podía.

no se dijo nada más en aquel momento, pues un nuevo beso fue el pacto silencioso de que aquello estaba borrado, que estarían juntos sin importar nada, así que simplemente se quedaron un tiempo más en aquel lugar, viendo aquel paisaje que aun que gris les resultaba sumamente hermoso.

-está empezando a llover, lo mejor será que nos vayamos, no quiero que te enfermes.

Se dispuso a levantarse del lugar, quitándose su chaqueta colocándosela en la espalda a Radamanthys, viendo como este cerrando momentáneamente los ojos aspiraba el olor de aquella chaqueta con discreción, sonriendo al hacerlo, enterneciendo sumamente a kanon.

-¿podemos –tomo la palabra el rubio- quedémonos un poco más?, nunca tuve la oportunidad de sentir la lluvia mojar mi piel y siempre quise hacerlo, bueno a excepción del día que me encontraste pero ese día no quiero recordarlo, en especial ahora que estoy contigo, quiero que esta sea una de las tantas cosas que probare por primera vez a tu lado.

Una tierna sonrisa se formó en los labios de kanon, quien regresando a sentarse alado de su omega, le acerco más a su cuerpo, abrazándolo volviendo su mirada a la ciudad.

-está bien, hagámoslo.

Poco a poco la lluvia había terminado empapándolos por completo, mas eso al mayor no le importaba, pues podía ver la sonrisa del rubio, le veía disfrutar de aquella sensación fría de las gotas de lluvia mojando su piel, todo era perfecto, tanto que ni siquiera rechisto al ver como el rubio se quitaba la chaqueta para sentir más de aquella sensación.

-estas totalmente empapado, tu ropa está totalmente pegada a tu cuerpo, ¿seguro que no quieres la chaqueta aun?

-solo déjame estar un poco mas así, aunque si no quieres que pase frio, abrázame, caliéntame con tu cuerpo.

Le respondió sin pensar, acercándose un poco más a kanon, haciendo que este le abrazara por la espalda, dejándole respirar desde la cercanía su aroma natural de omega.

- está bien...

Dijo con dificultad viendo aquellas pequeñas gotas resbalar por el cuello del rubio, colocando su cabeza en el hombro de este por inercia para poder respirar aquel olor que le encantaba, pues era único, era el de su omega.

- yo te daré calor.

Trago saliva intentando controlarse, después de las palabras de Radamanthys no podía verlo de otra forma, quería tocarlo, más no lo haría no, hasta saber que el menor estaba listo, no le mostraría que era igual a aquellas alfas.

Aquello ultimo erizo la piel del menor por completo, pues aquellas palabras eran como si no solo hubieran entrado a sus oídos, más bien parecía como si hubieran recorrido toda su piel, haciéndole estremecerse en los brazos de aquel alfa, causando que lo besara de manera instintiva, mas ese beso era muy diferente a cualquier otro, en aquel no solo sentía el amor de su omega, también logro sentir una pisca de deseo, la lengua de su omega había logrado crearle sensaciones que nunca en su vida había sentido, confundiéndolo un poco mas no sin dejar de corresponder aquel beso que poco a poco junto con el aroma de su omega le hacían perder la razón.

-kanon, te amo.

Susurro aquellas palabras en su oído, moviéndose ágilmente quedando totalmente de frente al mayor, recostándolo en el pasto húmedo, colocándosele encima, besando hábilmente su cuello, sintiendo los espasmos de su alfa, al no saber cómo actuar.

- Rada...

Quería decirle que lo mejor era irse, más le sentía tan cerca suyo que no podía actuar, comenzaba a perderse en un abismo del que no podía salir y siéndose honesto así mismo, tampoco lo quería, pues su sexo comenzaba a despertar al sentir tan cerca el del rubio, quien no dejaba de besar su cuello, rozando sus cuerpos por momentos.

Soltando un pequeño gemido sintiendo las manos de su alfa en su cintura, ayudándole a mover un poco la cadera, causándole gran estímulo.

- tres cosas nuevas el mismo día, definitivamente gane la lotería contigo.

Aquello le causo gracia al mayor, quien viendo el cuerpo marcado de su omega le dio la vuelta, recostando ahora a el sobre el pasto, mas quedando en medio de sus piernas, para continuar basándolo.

- según mis cuentas son dos, no tres, el pinball y la lluvia, no me des créditos que no gane.

Le corrigió viendo aquellos ojos amarillos que tanto amaba, dispuesto a seguir devorando aquellos labios que su omega mordía con discreción pero sensualidad.

-pero, también será la primera vez que haga el amor...

Detuvo sus acciones en seco, viendo el sonrojo en las mejillas del rubio, como la dificultad de este por controlar su respiración.

-¿seguro que esto es lo que quieres? ¿Que tu primera vez sea en este lugar? ¿En estas circunstancias?

Acaricio el rostro de su omega con las yemas de sus dedos, esperando una respuesta, la cual solo vino con el rubio besando aquella mano que le acariciaba, sonriéndole como si no pudiera pedir nada más en el mundo.

- nada me haría más feliz que sea aquí, en tu lugar favorito, bajo esta lluvia que sé que purificara mi cuerpo y lo volveré solo tuyo, nada lo haría más perfecto.

no hubo más palabras, kanon quitaba lentamente su camisa mojada, para ponerla en el piso, dejando ver su perfecto y marcado cuerpo, el cual fue rápidamente llenado de los besos de Radamanthys, mismo que dejaba pequeñas marcas rojizas que le causaron gracia y un tanto cosquillas que le erizaron la piel, mientras con lentitud despojaba de sus pantalones a su omega, como del resto de su ropa, viendo temblar de frio, con restos de barro por su cuerpo que eran limpiados con las gotas de la por suerte tenue lluvia.

-wooo

Fue lo único que pudo pronunciar al verle de aquella manera, pues aquello le parecía una obra de arte total.

más aun así decidió darle la vuelta colocándolo encima suyo, viéndolo como con agilidad quitaba su ropa sin dejar de besarlo, de estimularlo en todo momento, causándole un gran placer aun sin estar en su interior.

No podía reacción, su omega tenía el control de la situación, haciéndole ver como un novato, un pobre tonto que no sabía ni siquiera como moverse, más aquello no le molesto en absoluto, pues todo le parecía un sueño perfecto, el ver a su omega tomando su sexo, para introducirlo en su interior gimiendo al hacerlo, moviendo sus cadera como si danzara, manejando los ritmos en lo que pensaba le causaba mayor placer.

-eres perfecto.

le dijo al aterrizar en la realidad, buscando la manera de causarle mayor placer a su omega, ayudando con las envestidas, al tiempo que masturbaba su sexo, sonriendo con ternura al verle entre cerrar los ojos, mientras los gemidos aumentaban y sus uñas rasguñaban su pecho, haciéndole ver que muy pronto llegaría al tan esperado orgasmo.

y así fue, no pudo soportar mucho más, derramando su semilla en su pecho, sintiendo como el aliento le faltaba y su cuerpo se relajaba por completo, aumentando la sensación al aun sentir los embistes de kanon, quien también no tardo demasiado en terminar, acercándolo lo más que podía a su él, besando sus labios y dejando ligeras mordiditas en su cuello y pecho, tomándolo de la cintura provocando embistes más profundos, estremeciéndose al sentir su propia semilla en el interior de su omega, viendo a este caer exhausto en su pecho, buscando inmediatamente sus húmedo labios.

-te amo.

Limpio las gotas de lluvia que corrían por sus mejillas, sintiendo como las misma gotas comenzaban a caer más y más rápido.

-tenemos que irnos, no hay nada que más quisiera que abrazarte y mirar al cielo aun estando desnudos pero tampoco quiero que te enfermes.

El rubio asintió con la cabeza y una sonrisa de oreja a oreja, buscando su ropa para colocársela y ayudar a kanon a hacer lo mismo, dispuestos a irse, llegando rápidamente a su hogar.

-¿Dónde demonios estaban? ¿Ya vieron como vienen?, por favor a saga casi le da un infarto por no saber de ti, está en este momento en su habitación, yendo por una chaqueta para salir a buscarte, porque están llenos de barro y tan empapados..., se ven muy bien para haberse caído de la motocicleta, así que no creo que estén sucios por eso será que.... los golpearon o algo o...-guardo silencio viendo la sonrisa de kanon- hooooo... yaaaa.... ya entendi.

Les regañaba afrodita apenas entraron a la casa, viéndolos tan mojados y sucios, más su regaño fue silenciado a la sonrisa tanto de Radamanthys como de kanon, el cual tomo al rubio de cintura, acercándolo a su cuerpo para besar su mejilla.

-tranquila mamá, ya estamos aquí y estamos en una pieza, no hay necesidad de regaños, solo necesitaba relajarme con este hermoso rubio para estar mejor, así que ya no se preocupen o ¿quieres que te digamos que estábamos haciendo?

-no, -le interrumpió- no me importa, pero al menos llama la próxima vez idiota, iré con saga para avisarle que ya estás aquí y así por fin pueda tranquilizarse, solo háganme un favor tomen un baño rápido que van a enfermarse.

Se separó del rubio un instante para evitar que el peli celeste fuera con su hermano.

- espera dita, antes de que te vayas quiero pedirte un favor.

-¿cual?

Alzo una ceja con duda a aquellas palabras, sorprendiéndose un poco, pues kanon no era precisamente alguien que le gustara pedir favores.

- tengo entendido que has practicado algunas artes de marciales, defensa personal y esas cosas, así que quiero pedirte que le enseñes tus conocimientos a Radamanthys, claro está te pagare y todo... así que dime ¿aceptas? Antes de contestar piensa que no puedo confiar en nadie que no seas tú.

Sonrió ante lo que escuchaba, mirando al rubio un instante notándolo un poco apenado, entendiendo que todo eso iba enserio

-¡ja! Por favor claro que no te cobraría por algo así, acepto sin problemas igual prácticamente ahora que no tengo trabajo porque mi ex jefe era mi amante y me corrió al correrme de su vida, ustedes son los que prácticamente me mantienen, pero dime

Detuvo sus palabras sonriendo de manera burlona.

- recuerda que a pesar de mi apariencia soy un alfa, ¿qué te hace pensar que no te querré quitar a tu lindo omega?

Radamanthys solo rio discretamente ante aquellas palabras, en especial al ver como su alfa hacia lo mismo, imitando aquella risa burlona del peli celeste.

- porque contigo, debo tener más cuidado porque preferirías mil veces comerte a mi hermano que a Radamanthys.

Aquello ultimo no le causo tanta risa al menor, quien simplemente desvió la mirada fingiendo no haber escuchado eso, sintiendo un poco de verguiza al no saber en qué momento pudo haberse delatado frente a kanon.

-tranquilo dita, no diré nada, pero si me dejas meterme en lo que no me importa, te diré que quiero a Ángelo como a mi hermano, pero preferiría mil veces que saga terminara contigo aun tu siendo alfa, que un omega que no lo ama, ni lo amara, en el destino de Ángelo hay un alfa, lo se aunque él no quiera verlo, pero no es saga, y hoy pude ver en tus ojos como miraste a mi hermano y aquella mirada solo lo había visto en Aioros, pero el ya no está y tu sí.

El menor le sonrió con ternura, abrazándolo con fuerza, mas guardando silencio, dispuesto a seguir su camino.

-¿puedo pedirte una cosa más?

-claro.

-podrías llevarte a saga hoy de la casa, quiero total soledad junto a mi omega.

Sonrió de forma picara, dado entender la razón por la que quería a saga fuera de la casa, logrando que el menor riera, diciéndole que buscaría la forma de llevarse a saga a su departamento.

-bueno Radamanthys amor mío, te parece si tomas una larga ducha con agua caliente y ¿te espero en el cuarto?

Beso su mejilla al decirle aquellas, estando por fin solos.

-¿y tú? también vas a enfermarte.

-tranquilo, yo estaré bien, tomare una ducha rápido en el baño de abajo, me bañaría contigo, pero quiero que tu cuerpo se caliente bien y si estos contigo no creo que permita que eso pase... así que... solo hazlo por favor.

el menor asintió sin más, besando los labios de su alfa, retirándose de lugar, tomando una ducha larga, disfrutando del calor del agua, más aun que la sensación era agradable, no quiso estar ahí por más tiempo, quería estar con kanon y nada más.

Salió de la tina secando su cuerpo, colocándose únicamente una bata de seda que su alfa había dejado para él.

-kanon...

Sonrió al decir aquel nombre viendo que al filo de la puerta había un listón rojo el cual siguió viéndolo que le llevaba a su habitación; abrió la puerta esperando ver a su alfa, más lo que vio le causó aun mayor felicidad pues todo lucia hermoso, demasiado para que lo hubiera hecho en tan poco tiempo.

Velas aromáticas brillaban por toda la habitación, 50 tal vez más, y algunos pétalos de rosa estaban regados por la cama, y el piso.

Camino un poco acercándose a la cama, buscando a su alfa, el cual salió de entre las sombras abrazándolo por la espalda.

- juraría que esas rosas se parecen a las que tu hermano compro para la sala y esas velas también son muy parecidas a las que tu hermano tiene en su cuarto... ¿no crees que eso te meter a en problemas con el?

Le dijo con un poco de burla y ternura, escuchando reír al mayor.

-¿cuáles floreros? ¿Cuáles velas que saga tenía bajo su cama, junto con algunas películas eróticas, esposas, cuerdas y otros juguetes? las cuales juro eso si no toque, ni lo hare, perdón digo no sé de que hablas,

Rio para sí mismo sabiendo que saga le mataría pero no le importaba en ese momento.

-es más olvídate de saga, como también quisiera que olvidáramos un momento lo que ocurrió en el bosque fue hermoso, parecías una obra de arte que había llegado a la realidad para que lo admirara, nunca olvidare tu mirada, tu piel llena de barro y temblando por el frio pero...

Beso el cuello de su omega, acercándolo más a su cuerpo

- no –continuo- es como lo esperaba, yo soy diferente a cualquiera que haya tocado tu cuerpo y quiero demostrártelo, quiero darte lo que mereces, quiero que me permitas volver a empezar, que me permitas cumplir mi promesa y dejar que mis labios besen tu cuerpo, borrando cualquier herida del pasado.

no espero respuesta, únicamente comenzó a besar nuevamente el cuello de su omega, retirando aquella bata lentamente resbalando por el cuerpo del rubio, dejándolo totalmente desnudo, cerrando sus ojos al sentir la sensación de la respiración de kanon en su espalda como sus besos que lo estremecían causándole pequeños espasmos,

Lentamente le sentó en la cama, besando sus pies, subiendo por sus piernas, causándole ligeras y satisfactorias cosquillas que crearon sensaciones similares a toques eléctricos en su espalda, haciéndolo gemir ligeramente.

-¿qué haces?

Cerró sus ojos con fuerza al sentir como su sexo entraba a la húmeda boca de kanon.

-algo que sé que te encantara.

Dijo con picardía, subiendo y bajando, posando la mirada en el rostro de su omega el cual lucia estar experimentando un inmenso placer con el moviente, el cual aumentaba su velocidad con rapidez, tanto como su respiración.

-kanon, ha....

Intentaba hablar pero le era imposible, el placer que su alfa le brindaba era inimaginable, tanto que no noto cuando se dejó caer por completo en la cama, agarrando las sabanas con fuerza para intentar soportar un poco más, pues quería seguir gozando de aquello, más no pudo más, kanon había usado sus dedos, usando movimientos de tijera para estimular su próstata, mientras continuaba con aquella maravillosa felación.

-lo... lo siento.

Dijo con gran dificultad, al tiempo que kanon tragaba su semilla, acercándose a su lado como un dragón que aún no ha estado satisfecho con su comida.

-no te disculpes, porque esta noche es solo para ti...

Le sonrió al decir aquellas palabras, colocándose entre sus piernas, abriéndolas con delicadeza, besándolas un poco mirando algunos segundos el cuerpo desnudo de su omega.

-no importa lo que pase, yo siempre estaré a tu lado, y te juro que primero tendrán que matarme, antes de que yo permita que te lastimen, lo juro.

Introdujo su sexo con lentitud al terminar aquellas palabras, escuchando un gemido más sonoro de parte del rubio.

-llévame al cielo, y hazme olvidar el infierno.

Susurro con pena, acercando a kanon a su cuerpo aferrándose a él en un abrazo, moviendo sus caderas , apretando el sexo de su alfa con sus glúteos, causando también a este un gran placer, en especial al aumentar los envistes, que le hicieron enterrar sus uñas en su espalda, dejando pequeñas líneas rojas en su espalda.

Un par de horas había pasado, sus cuerpos bañados en sudor le pedían descansar, más no querían hacerlo, el placer y gozo que sentían era algo que nunca antes habían sentido, más tenían que parar ya, kanon con gracia podía sentir el ligero temblar de las piernas de su Radamanthys que estaba de rodillas a la cama, con el trasero en alto mientras disfrutaba de las envestida de su fiel amante.

Se acercó un poco más a su cuello, pegando su pecho a su espalda, masturbando el sexo nuevamente erecto de su omega notando con sus gemidos y su respiración que estaba a punto de terminar por 4 veces en aquel encuentro.

- Radamanthys te amo...

Susurro aquel nombre, antes de morder su cuello suavemente, más en el mismo lugar donde lo haría una vez que el rubio estuviera en celo de nuevo, para así volverse uno por siempre.

-pronto muy pronto tendrás mi mordida y nada ni nadie podrá sepárate de mí.

No supo si fueron aquellas palabras o la sensación de kanon en su cuello, o más un el sentir como el mayor le tomo de la cintura con fuerza una última vez derramándose en su interior, haciéndole sentir una sensación caliente y reconfortante, o todo junto lo que le ayudo a terminar derramándose en la mano de su amante, sintiéndose desvanecerse por el cansancio en la cama, intentando recuperar el aliento, acurrucándose con dificultad en el pecho del mayor.

-solo déjame descansar un poco y seguiremos ¿sí?

Bostezo aquellas palabras, haciendo sonreír a su alfa de inmediato.

-amor mío, tranquilo, vas a matarme a este paso, tendremos una vida juntos para parecer conejos.

Escucho reír a su omega que descansaba en su pecho, abrazándolo con ternura.

-una última vez ¿sí? solo una... solo déjame recuperar el aliento y te prometo que será la última...

-está bien, está bien, toma aire y tendremos un último round, pero rayos, vaya que eres un gran luchados, eres todo un dragón, mi hermoso dragón.

Nuevamente le escucho reír y bostezar mientras se aferraba más a él, besando su pecho con ternura.

- gracias kanon, nunca pensé que en mi vida viviría algo así, ni siquiera lo imagine, las velas, las rosas, en mi antigua vida era algo que nunca hubiera pasado en mi cabeza, por eso te confieso, que después de lo del bosque estaba feliz, completo pues nunca hubiera pensando que tu podrías hacer algo tan bello como esto, me hiciste sentir como nunca lo había hecho muchas gracias.

El mayor beso su frente con ternura, tomando con su mano libre su barbilla para ver sus ojos llenos de brillo como un poco adormilados.

-no me tienes que agradecer, eres mi omega y te juro que de ahora en adelante, hasta que me muera intentare sorprenderte con miles de cosas, te enseñare y te daré todo lo que siempre has merecido... solo seremos tú, yo y nuestro pequeño o pequeña...

Ambos sonrieron ante aquellas, palabras, sintiendo mayor el calor del cuerpo del otro.

-nada me gustaría más.... una familia.

Apenas terminó de decir aquellas palabras cunado sus ojos se obligaron a sí mismo a ser cerrados, llevándolo a un profundo sueño, el cual le permitía seguir con su sonrisa, la cual kanon admiraba como si se tratase del más grande tesoro del mundo.

El encuentro había sido fabuloso, su omega había terminado exhausto dormido plácidamente a su lado, una pequeña sonrisa aún estaba dibujada en sus labios.

Mas eso no bastaba para conciliar el sueño, sentía que algo malo pasaría, mas no podía saber qué.

Bajo las escaleras de su casa para dirigirse a la cocina por un vaso de agua, la lluvia aun caía con fuerza más a lo lejos logro escuchar el sonido de una voz fuera de su casa, haciéndole asomarse por la ventana, logrando ver bajarse a un hombre de traje y cabello rosado, el cual miraba atentamente la casa.

-¿Qué demonios?

Salió sin más, siendo solamente cubierto por el pantalón de su piyama, dejando al descubierto las marcas de pasión que Radamanthys había dejado en su cuerpo.

-¿se te perdió algo?

Le dijo a aquel desconocido acercándose a él en la lluvia, viéndolo aun con más detenimiento, sintiéndose ligeramente nervioso al ver el color de su cabello.

- wooo definitivamente si te pareces a tu hermano, ahora entiendo por qué Aioria se confundió, bueno es obvio son gemelos, aunque tengo que admitir que su mirada es distinta.

Detuvo sus palabras un momento, mirando fijamente al hombre que tenía enfrente.

- eres kanon ¿verdad?, mi amigo me ha dicho que tus golpes son fuertes, bueno tiene que serlo para ser un alfa de sangre pura supongo, bueno espero me perdones, últimamente he tenido tiempo de investigarte y darme cuenta que el mundo es muy pequeño.

No pudo evitar reir al ver el rostro de furia de kanon, quien lentamente se acercaba a el para golpearlo, mas fue interceptado por un par de hombres de con fuerza lo detuvieron.

- sabes como dueño de lo que ahora poses déjame darte un consejo gratis y es que no deberías llamar la atención si quieres mantenerte escondido, o ¿será tal vez ni siquiera sepas el problema en el que te has metido?... rayos lo siento, estoy un poco emocionado por este encuentro, tanto que he olvidado mis modales, primero déjame presentarme, mi nombre es Valentine y he venido a conocer a aquel que sintió el derecho de arrebatarme a mi omega. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro