Decisiones/Confusiones
bueno antes que nada, me disculpo por tardar tanto en actualizar, en verdad, la pandemia lo único que logro es llevarme a un punto de quiebre en el que sentí que enloquecía, pero gracias a los dioses creo haber vuelto a encontrar un poco de luz, así que me he sentido con ganas de escribir, de hecho durante la pandemia escribí un poco, algunos one shot que bien si no termine, ya me siento con animo de hacerlo, entre ellos hay un yuri marin x shaina, espero les guste, los estaré subiendo paulatinamente y tampoco prometo que será en cortos periodos de tiempo, pero de que ya me siento bien como para escribir ya lo hago,(bendito sea el medicamento prescrito) además estoy trabajando en un proyecto pero de eso les platicare después, sin mas solo les agradezco a los que aun se sientan interesados en esta historia , en verdad
¡muchas gracias por esperarme, espero no decepcionarlos!
-Despierta, tío Kanon por favor despierta.
fue la triste y desesperada voz de una Lumi lo que le hizo despertar por fin, lo habían drogado, era obvio, tardó algunos segundos en reaccionar, en entender que era lo que sucedía, cuando de repente, como un fuerte golpe todo regreso todo a su cabeza.
-¿Mei?
pregunto angustiado, buscándolo por todos lados, sintiendo un gran terror al no encontrarlo.
-Lumi, donde esta Mei había un niño conmigo, donde esta.
la pequeña aterrada y confundida, no pudo responder antes de comenzar a llorar a un más, viendo como Kanon se levantaba del piso, dirigiéndose a la puerta para golpearla con fuerza, casi como si quiera romperla, gritando desesperado que, si tocaban a Mei, mataría a quien fuera.
-calma, cálmate, saldremos de aquí, dime que paso.
le dijo por fin al no soportar más su llanto, abrazándola en un intento de consolarla.
-ellos, -contento entre sollozos aferrándose al gemelo menor- entraron a mi casa, mis padres me cargaron y corrieron, pero el golpeo a mi omega y le hiso sangrar mucho, papá Minos gritaba y yo tenía miedo y les pedí que no me llevaran, grite mientras tomaba a papá Lune con fuerza pero el estaba dormido y... y...
intento seguir contando lo sucedido, más el llanto regreso ante tal traumático momento.
-tranquila, todo estará bien, todo, saldremos de aquí, pero necesito que recuerdes, que si me viste llegar con un niño, su cabello es blanco como el tuyo, por favor, dime.
-el está conmigo, tranquilo, preocúpate más por ti y por esa omega que está a tu lado, mei estará bien.
escucho por un altoparlante en una esquina, notando a su lado también algunas cámaras, era una habitación vacía, más parecida a una asquerosa celda.
-hijo de puta, voy a matarte, juro que lo hare.
una risa se escuchó del otro lado, pero era de una persona diferente, el tono era totalmente distinto.
-tranquilo Kanon, ese mocoso no debe de ser tu prioridad ahora, eres un idiota, uno que ha dejado en bandeja de plata Radamanthys, gracias, por cierto, por fin voy a recuperar a mi omega y sabes que es lo mejor, que el vendrá a mí por cuenta propia y todo gracias a ti.
negó con la cabeza de manera inconsciente, sintiendo un fuerte dolor en el pecho, sintiendo como la desesperación quería apoderarse de él.
-Radamanthys.
pronuncio aquel nombre casi como un susurro, acercándose a la pequeña para cargarla entre sus brazos, intentando tranquilizarla, aunque él estuviera aún peor que ella.
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miraba desde una esquina el caos que había en la casa, intentando controlar el llanto, la desesperación, el dolor en el pecho que tenía ante tal sentimiento de culpa por todo lo ocurrido, escuchando por el piso de abajo los gritos de afrodita hacia angeló por dejar solo a Mei , mientras este sin saber que responder solo guardaba silencio, saga intentaba controlar a afrodita, más fue aquel desconocido quien mirando con desprecio al albino se lo llevo lejos, el gemelo mayor había ordenado a milo y Camus que se fueran del lugar, milo era un hermano para él y su omega estaba en cinta, así que no lo arriesgaría más, así que a regañadientes fueron con el alfa de milo.
todo era un caos, incluso la llamada de su hermano le haba alterado, su amada sobrina había sido secuestrada por ellos, Lune estaba hospitalizado al borde de la muerte, incluso Aiacos había desaparecido junto con aquella chica que era su omega, más que un caos todo aquello parecía un infierno, el solo pensar que su alfa estaba en sus manos, que estaba en peligro o muy posiblemente muerto le helaba la sangre, todo aquello le superaba le bastante y no podía más, la respiración comenzaba a faltarle, todo el ambiente parecía que se cerraba a su alrededor mientras se oscurecía lentamente.
-no puedo respirar.
se dijo a sí mismo, con la con la respiración tan agitada, que no le serviría para subsistir, así que ignorando todo y a todos, comenzando a caminar por inercia, sintiéndose mareado al borde de desmayarse.
nadie le vio salir, nadie le siguió mientras caminaba por la playa alejándose, su mirada estaba perdida, su mente en blanco, sus labios secos y sus manos se sentían totalmente temblorosa.
-Kanon, Kanon
susurro su nombre, aunque quería gritarlo, pero parecía que las palabras no podían salir de su ser con ningún tipo de fuerza; sin más se detuvo con el cuerpo ligero dejándose por fin caer de rodillas en la arena.
-me rindo, Valentine me rindo, Kanon todo esto es mi culpa, Kanon lo es, perdóname, yo traje el infiero a tu familia, ala mía, ojalá nunca hubiera escapado, hubiera sido mejor que solo yo pereciera a manos de Valentine y ahora tú, mi querido, mi alfa, Kanon....
no pudo más y por fin rompió en llanto, uno tan amargo y lleno de dolor que llevaría a la muerte a cualquier persona, más para él no era tiempo de morir, tenía que regresar con Kanon, tenía que traerlo de regreso, terminar con todo, costara lo costara.
-duele, ¿no? perder a quien amas.
escuchó a su espalda, reconociendo aquella voz.
- ¡Aioria!
miro con desprecio a su visitante, deseando golpearlo, matarlo en ese mismo instante, más se detuvo, sabía que, si no lo escuchaba, Kanon, Mei y Lumi estarían perdidos para siempre.
-tranquilo, no he venido a lastimarte, nadie sabe que estoy aquí, solo que no entiendo por qué tanto capricho de Valentine contigo, este juego, su comportamiento, no sé qué pasa pero él no es el Valentine que conozco, estos últimos días ha enloquecido tanto que ha superado a pandora en muchas formas, aclaro no me molesta, me gusta, bastante incluso me ha dejado divertirme un poco con Ángelo, no me importa ese niño, lo admito, pero Ángelo no tenía que escapar aun, era tan bueno en la cama que muy poco los han igualado, por eso lo quiero de vuelta, como Valentine te quiere a ti, pero aun así yo tengo mis motivos, pero los de él no los entiendo, un día te odiaba a muerte por ser un omega y al otro quiere encerrarte como pandora a Eurídice y solo vine a entender el por qué.
miro fijamente a Radamanthys, de pies a cabeza, no encontrando nada de interesante en él, sus cejas le parecían muy gruesas para ser un omega, era muy poco delicado, su cuerpo delgado, pero demasiado ejercitado. incluso pese al dolor que sentía, en sus ojos podía ver reflejado un odio infinito, coraje, desobediencia o resumida rebeldía, no era nada atractivo para ser un omega, pero entonces ¿por qué?, ¿por qué Valentine estaba tan aferrado a el? si había visto como lo compartía con tantos que había perdido la cuenta.
- hace unas horas -continuó- me ha dicho su plan, es demasiado retorcido, incluso para mí y eso ya es decir bastante, aunque no me molesta, solamente que no es nada justo a mi favor, él quiere ver que sufras, quiere ver como pagas con lágrimas y sangre tu ofensa, quiere ver como sufres por cada una de las decisiones que has tomado, eres un omega, no vales nada e intentaste fingir que sí, eso es lo peor, así que tiene que castigarte, pero yo puedo hacer que tu dolor sea menor, mucho menor, solo tienes que hacerme un favor.
-hare lo que se me ordene, -interrumpió- no luchare, no me resistiré en lo más mínimo, pero tiene que regresarlos a salvo.
Aioria rio ante sus palabras, sintiendo un gran coraje al escuchar a ese omega, tomando de la camisa al rubio tirándolo en la arena con fuerza.
-tú no eres nada para decirme que tenemos que hacer o como lo haremos, si, serás obediente, pero regresarlo sano y salvo solo va a depender de Kanon, ahora quien también tiene que pagar su castigo será ese bastardo, tienen que saber que es de mala educación tomar lo que no es suyo y profanarlo sin importarle nada.
sin más respiro intentando controlarse antes de continuar.
-Valentine ha dejado al último mi recompensa, pero al igual que el yo no puedo esperar, Ángelo es mío, me pertenece y la toda la vida tuvo que estar amarrado a los pies de mi cama, gimiendo para mí, teniendo mi descendencia y ya no quiero esperar más, por años lo busqué y gracias a ti volví a encontrarlo, así que lo quiero de vuelta, como él te quiere a ti, pero yo no voy a esperar hasta el final, pero tampoco voy a ir en contra de Valentine, algo me dice que eso no será muy buena idea, así que seré mas inteligente, simplemente hare que esto termine más rápido, es por eso que vine, quiero hacer un trato contigo, y es que me entregues a Ángelo, lo pongas en bandeja de plata para mí, a cambio liberare a Kanon y a esa mocosa, llamare a pandora, hare que lo obligue a regresar, así que tendrás unos días felices a su lado donde o bien podrás escapar o Valentine podrá torturarte aún más, pero lo tendrás a tu lado, yo solamente no quiero esperar, como vez ¿tenemos un trato?
su corazón se detuvo un instante, sorprendido por aquellas palabras mientras negaba con la cabeza.
-por favor no, si alguien tiene que sufrir por favor que solo sea yo, no puedo hacerlo yo...
sus palabras fueron interrumpidas por una fuerte patada del castillo quien con una sádica sonrisa solo argumento al tiempo que le lanzaba una tarjeta a su lado.
-este es mi número llámame para decirme donde dejaras a Ángelo para su fácil captura, ese maldito alfa que lo protege no me permite acercarme, parece tranquilo, pero sé que no lo es, lo conozco lo suficiente, fin al cabo saga fue el alfa de mi estúpido hermano, podrá parecer tranquilo, pero no lo es y quiero terminar con esto rápido, piensa tu decisión, pero te aviso, solo tendrás una oportunidad, si lo haces mal, tu tendrás la sangre de ellos dos en tus manos, cada instante que tarde en traérmelo alguien va sufrir las consecuencias y esta noche será tu pequeña sobrina primero, escuche por ahí que es un omega y para ser honesto muchos han dicho que es muy linda aun su edad, yo no lo sé, me repugnan los niños pero aun que sea muy chica servirá para algo, igual como lo sirvió ese bastardo alfa llamado afrodita al que vendieron como omega... esta noche ella tendrá su mismo destino, como se los enseñan a ustedes los omegas, piensen cada una de sus acciones, porque nosotros los alfas tenemos total poder sobre ustedes y sabes lo que seremos capaz de hacer... así que inicie el juego ¿cuánto tardaras en darme a Ángelo ? ¿cuánto dolor causaras hasta entonces?
río ante sus palabras, viendo la desesperación en los ojos de Radamanthys, quien sabía que no podía pelar con él por más que quisiera, no podía replicar verbalmente, solo podía quedarse ahí, desesperado, conocía a las alfas y más a los criados por pandora, los conocía muy bien y sabía que era lo que iba a pasar si desobedecía en su presencia.
-el tiempo corre y todo depende de ti.
sentencio marchándose, dejando al rubio solo algunos minutos, tirado en la arena, sintiendo todo el peso de sus acciones.
-Radamanthys.
escucho el grito de saga, que comenzaba a buscarlo, se había alejado bastante de la cabaña a altas horas de la madrugada.
-Radamanthys.
nuevamente escucho como lo llamaban más no quería levantarse, sentía que no tenía fuerzas, se sentía indefenso, solo, al igual que cuando estaba en esa habitación, como cuando era un niño.
- ¿qué demonios haces aquí?
le dijo el gemelo mayor al encontrarlo, levantándolo de la arena, para llevarlo de vuelta.
-es mi culpa, todo esto es mi culpa, saga lo siento, lo siento mucho, ahora las cosas están peor que nunca, no sé qué decir, no sé qué hacer, cualquier cosa que yo haga mal solo traerá más desgracia, lo siento, lo siento en verdad
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por fin había logrado calmar ala pequeña Lumi, quien aun sollozando dormía en sus brazos, estaba sentando en el suelo, mirando por una pequeña ventana la oscura noche, estaba preocupado por Mei, por la niña que dormía en sus brazos, pero más que nada por su amado omega, temía lo peor, sabía que ahora él estaba sufriendo, podía sentirlo, aunque no lo hubiera mordido aun podía sentir como estaban conectados, él era su destinado.
-yo tenía que protegerte y no lo estoy haciendo, perdóname Radamanthys.
dijo en un susurro, abrazando ala pequeña, sintiéndola tiritar de frio, escuchando muy a lo lejos los pasos de alguien.
-tenemos que esperar hasta el amanecer entiende, da igual que esa niña sea un omega, si no nos dan la orden no podemos tocarla, recuerda que el jefe Valentine quiere que grabemos todo para mandar el video a ese omega, además solo somos nosotros dos, los jefes no están y no sería justo para nuestros compañeros divertirnos sin ellos.
escucho por el otro lado de la puerta, preocupándose por lo que sucedería, así que simplemente se levantó, aun con la pequeña en sus brazos, despertándola suavemente, pidiéndole que guardara silencio, colocándola tras suyo por si aquellos hombres entraran.
-tienes que escucharme Lumi, si ves la oportunidad de correr, hazlo, corre y no mires atrás, hace rato dijiste que viste una puerta, que viste por donde te trajeron, que recuerdas el camino ¿no?
la pequeña asustada asintió con la cabeza.
-entonces, quiero que corras apenas puedas, no importa que me pase a mi ¿entendiste?
la pequeña no respondió, sintiendo que lloraría de nuevo, más intentaba controlarse por petición de Kanon.
-quiero a papá Minos y papá Lune, quiero que ya vengan por mí.
-volverás a verlos por eso tienes que correr, lo prometo que volverás a verlos, pero tienes que correr yo aún tengo que buscar a Mei, cuando estés fuera de este lugar sigue corriendo, tan fuerte y rápido como puedas, después escóndete, yo te buscare, lo juro que lo hare, pero tienes que correr
esta vez asintió con la cabeza, mirando con terror hacia la puerta, escuchando los pasos de aquellos hombres.
-bien solo será algo rápido.
dijo uno de los hombres quien abría la puerta pensando todo el tiempo que la niña estaba sola, entraron a buscarla recibiendo por su espalda un fuerte golpe, el otro no corrió con mayor suerte, también fue golpeado, más no noqueados, ambos lograron defenderse, regresando algunos golpeas ha Kanon, quien pese a todo tomo ventaja, saliendo de la habitación con la pequeña, encerrando a aquellos hombres.
-Lumi, tienes que correr, no confíes en nadie, mucho menos en la policía, sé que eres una niña muy lista, si recuerdas el camino tienes que correr por ahí, yo buscare a Mei,
por un momento creyó que la niña le haría caso y así hubiera sido si algo no la hubiera aterrado, viendo a sus ojos un demonio, una arpía de ojos color rosas que en silencio y por la espalda atacaba a Kanon golpeándole con tal violencia la cabeza contra la pared, haciéndole sangrar, aturdiéndole, logrando que tambaleara y su vista se volvería borrosa.
a lo lejos escuchaba los gritos de la pequeña, lograba ver como la alzaban y está a su vez pataleaba, mordía hasta sangrar, más no la soltaba.
-maldita mocosa.
grito aquel hombre al tiempo que sangraba de aquella mordida, aun aturdido el gemelo menor no se rendiría tan fácil mente, por lo que le tomo de la pierna, tirándole, con la niña en brazos, mientras aquel hombre con destreza le golpeo en la cabeza con su pie una y otra vez hasta que por fin quedo inconsciente.
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pasaron horas o ese creía, no sabía cuánto tiempo había estado inconsciente, la cabeza le dolía y podía sentir rastros de sangre seca en su rostro como en su nuca, los brazos también le dolían, fue cuando noto que estaba amarrado de las muñecas al techo con una cadena, estaba desnudo del pecho, aun aturdido, intento alzar un poco la mirada al ver un par de zapatos caros frente a él, viendo a Valentine sentado en una silla de madera, sonriendo como tranquilidad.
-una de las cosas que más amo en el mundo es romper a la gente, doblegarla a mi gusto, es algo tan divertido, que no podrías imaginarte y Radamanthys, amigo mío ha sido mi mejor proyecto, hubieras visto lo hermoso que fue romperlo, destruirlo, verlo llorar, suplicar un día y paulatinamente verlo perder la esperanza, fue algo tan exquisito.
-eres un maldito bastardo, ¿qué ganas con todo esto? ¿por qué quieres lastimarnos a toda costa? es estúpido pensar que todo esto lo haces por simple capricho tu no lo amas, solo lo has lastimado, porque no lo puedes dejar en paz, que tan miserable necesitas que sea.
Valentine se levantó de la silla, mirando fijamente a Kanon, sonriendo, suspirando con ironía y gracia hacia su pregunta.
-yo, siempre supe que era un omega, pero el no quiso verlo, seguía creyendo que Radamanthys era un alfa porque de ser omega, no podrían estar juntos por amor, no podrían huir, ese imbécil se enamoró, nos enamoramos -dijo eso último en un susurro solamente perceptible para él y continuo- y yo tenía que acabar con eso, él es débil y yo estoy aquí para protegerlo, amar a un omega sin domesticar es malo, más malo que el amor en sí y yo no puedo dejar que el sufra, porque yo también lo hare, es algo tan repugnante pero son sus deseos y aun que no me guste tengo que complacerlo, pero no será a su manera, no claro que no, será ala mía, para protegernos a ambos.
-de que mierda hablas, ¿de qué? ¿de quién? ¿estas haciendo esto por orden de alguien mas? ¿Qué tan retorcido eres?
interrumpió Kanon al no entender nada de sus palabras, al no comprender de esa tercera persona de quien hablaba Valentine, desconcertado por la poca coherencia y un tanto toque de locura de la voz del peli rosa, el cual solo guardo silencio algunos segundos colocando sus manos tras su espalda, colocándose totalmente erguido, negando levente con la cabeza.
-solo tienes que saber que un omega no domesticado, un omega que no ha sido quebrado, no sirve para nada, por eso hago esto, Radamanthys es mío y tu maldito bastardo me lo has arrebatado, me haces ver como el malo, como si todo ese tiempo que lo tuve encerrado solo hubiera sido por mero capricho, cuando yo solo buscaba educarlo, aun que también lo admito a su vez me has dado el arma perfecta para doblegar su alma indomable, Kanon plantaste en él, el peor mal que puede recibir a humanidad ¿y sabes cual es? esperanza, fe, amor, gracias a eso yo por fin tendré a un omega perfecto.
-estas enfermo.
le grito haciendo reír al peli rosa al tiempo que alzaba los hombros asintiendo con la cabeza.
-por eso el amor es el peor de todos los males, nos enferma y nos enloquece, así que no lo negare, pero bueno basta de platicas, porque no comenzamos con el proceso de quiebre, sé que tú te divertirás tanto como yo lo hare.
sentencio con una sonrisa caminando hacia una pequeña mesa, tomando de ahí una cámara, prendiéndola y acomodándola en un triple previamente acomodado para la ocasión.
-puedes torturarme todo lo que quieras, mátame si así lo deseas, pero Radamanthys no estará a tu lado ni hoy ni nunca, mi hermano no lo permitirá, saga no lo hará, así que has lo que quieras, me da igual.
vio como Valentine en silencio se acercaba a él, doblándose las mangas de su camisa con total calma, guardando silencio algunos segundos, riendo con mucha simpleza ante todo eso, soltando un golpe de nada, después otro y otro, comenzando a usar a Kanon como saco de boxeo.
-yo no espero que tu hermano o alguien me entregue a Radamanthys, él no se marchara sin ti, el vendrá a mí por su propio pie y tu serás testigo de eso.
dijo deteniéndose un segundo, viendo con gracia como parecía que esos golpes no parecían haberle afectado al gemelo menor, quien simplemente escupió sangre a su rostro.
-veamos que tanta es tu resistencia.
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casi 42 horas habían pasado ya desde la desaparición de Mei y Kanon, Ángelo guardaba silencio fumando fuera de la casa, mirando hacia al mar, su mirada perdida entre la desesperación y la tristeza, sintiéndose miserable, culpable por no estar ahí para Mei, odiando por un momento a aquel hombre rubio al que conoció.
-soy un idiota, debería estar muerto.
dijo para sí mismo, sin notar que una figura conocida está a su espalda.
-claro, lo eres, solo traes dolor a quien se te acerca, debiste haberte marchado y seguir con tú vida, pero no, como es tu costumbre, tus decisiones arrastran a quien más amas y ahora tu hijo está en manos del psicópata de Aioria mismo quien afrodita te dijo en el pasado que te alejaras y ¿lo escuchaste? ¡no! Entonces ¿Por qué ahora finges dolor? Ya debías de saber que era lo que podría pasar.
escucho esas palabras con molestia, sin siquiera voltear a ver a quien se las dirigía, guardando silencio ante tal provocación.
-afrodita, está durmiendo no ha descansado en toda la noche, porque no vas con él.
contesto simplemente, molesto al ver que aquella compañía no se iba
-toda esta novela a mí no me importa, él y yo estaríamos muy lejos en esos momentos si no fuera por todo este embrollo, el regreso solo por ese hijo tuyo, por eso no quiso irse, como siempre tienes que joder las cosas entre él y yo.
-Thanatos - respondió por fin dándole la cara- déjame en paz, te llame por su bien, porque quiero que pare su autodestrucción, no esperaba que esto pasara, yo no quería que esto pasara, yo... -guardo silencio un par de segundos- lo siento.
estuvo a punto de romper a llorar, más fue el escuchar la voz de afrodita lo que hizo que ambos guardaran silencio, buscándolo con la mirada, notando como este buscaba al gemelo mayor, acercándose a su lado en el sofá, tomando su mano para después abrazarlo con tanta fuerza que Thanatos no pudo hacer más que sentir en su interior mil y una emociones, entendiendo tantas cosas al instante que saga respondía ese abrazo, la forma en que encontraba calma en él, la forma en que se aferraba a su cuerpo.
-ellos no tienen nada, saga está enamorado de mí, pobre a él también le he arruinado la vida, afrodita lo ve como un hermano mayor, eso es todo.
sentencio el albino al ver aquella mirada de Thanatos para después alejarse de él, regresando a su habitación, dejando a este solo, estudiando cada uno de sus comportamientos, estuvo a punto de ir a su lado, arrebatar a afrodita de esa amenaza que se había convertido saga, quería entrar, golpear al gemelo mayor, dejarlo casi muerto o muerto mejor todo por el simple hecho de desear a afrodita, él no era tonto, lo noto desde el primer momento, saga sentía algo por afrodita y este también por el primero, así que no permitiría que volvieran a quitarle a su rosa, más algo más llamo su intención, logro escuchar a lo lejos a alguien moverse, atrás de algunas palmeras de esa playa, había alguien.
no tardó mucho en encontrarlo, caminando con total siguió, viendo como este hombre de cabello rubio bajaba la mirada al buscar algo y no encontrarlo, para inmediatamente intentar marcar un número que solo le mandaba a buzón, lucia triste, desesperado totalmente derrotado, por lo que había optado salir de ahí.
-eres de los hombres de Aioria ¿verdad?
dio un fuerte brinco ante aquella intercepción, buscando con la mirada a aquel hombre.
- ¿perdón?
respondió el rubio con rapidez para continuar un tanto a la defensiva evadiendo la pregunta.
-he venido a buscar a Ángelo, no quise acercarme por que hablaba contigo y lucia sumamente molesto.
Thanatos lo miro de pies a cabeza, guardando total silencio.
-le mandare un mensaje, después vendré a verlo cuando sea conveniente.
quería salir rápido de ahí, aquel sujeto parecía peligroso
-no soy estúpido, te he visto merodeando desde que llegué, tú y otro alfa, te vi con Ángelo el día que paso mientras tu compañero observaba a afrodita, no son difíciles de detectar.
sura guardo silencio, mirando a aquel hombre pensando que esto no terminaría nada bien.
-yo no soy el malo, me están obligando a hacer esto, odio tanto a Aioria, pero hago esto es por mi alfa, Shaina, ella trabajaba con él, sé que tú la conoces, te he reconocido de alguno de los documentos de ese bastardo, sé que tú y el no son amigos para nada, si yo no trabajo para él, el matara a mi familia, a mis madres, pero tampoco quiero hacerle daño a gente inocente, no soy como ellos.
-entonces ¿qué haces aquí?
-quiero salvar a Ángelo, llevarlo conmigo y que esto termine para él.
analizo cada una de sus palabras, mirando a aquel hombre rubio, sintiendo total honestidad en lo que decía, encontrando conveniente lo sucedido, pensando que al menos esta sería una oportunidad de deshacerse de uno de sus obstáculos para siempre, porque fin al cabo si sus palabras sean ciertas o no, le daba igual lo que pasara con Ángelo, fácilmente podría convencer a afrodita que este huyo con un amante al no poder soportar toda la situación, así que daba igual si lo entregaba en bandeja de plata o lo salvaba de las manos de Aioria.
-voy a darte el beneficio de la duda, has dicho que Shaina es tu madre, yo la conozco, quise que trabajara para mí, pero ella se negó al conocer a su omega, es una mujer audaz fuerte, muy inteligente, si tú eres su hijo, no puedes ser mala persona, así que quiero creer en tus palabras, ten este es el número de afrodita, él es algo así como su hermano, el podrá comunicarte con Ángelo.
fingió una sonrisa, si su amado tenía pruebas de que había otro hombre con más facilidad podría manipularle alejarlo de su hermano y si tenía suerte, lograr que este le odiara.
-dile la razón por la que quieres hablar con él, él te entenderá.
anoto el numero sin pensar, deseando en lo más profundo de su corazón poder hablar con Ángelo, no había recibido respuesta alguna de el en todo el día, tampoco haba sido llamado por Aioria, lo cual lo veía como una alarma, sabía que tenía que salvar a ese omega fuera lo último que hiciera, llevárselo lejos, esperando que sus madres lo perdonaran y lo entendieran.
-gracias...
respondió sin más, marchándose del lugar.
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caminos de líneas de sangre recorriendo su cara, su cuello, su pecho desnudo, cayendo finalmente en el piso, logrando que aquel pequeño charco creciera más y más, los nudillos de su verdugo estaban rojo, su ropa, su rostro, más parecía no quererse rendir, no le daría tal privilegio de verlo suplicar piedad.
-con esto bastara por hoy, manden el video a donde él se encuentra y díganle a Aioria que venga aquí inmediatamente.
ordeno Valentine, limpiándose la sangre de los nudillos, sintiéndose un poco mareado, su cabeza le dolía, sabía que era lo que eso significaba.
-suéltenlo ya.
ordeno de nuevo, más esta vez, lucía diferente, su voz era más pasiva, nada comparado con el sádico verdugo que había dejado sumamente herido a aquel hombre, el cual al ser soltado solo azoto contra el piso, apenas consciente, había sido golpeado con distintas cosas, todo de manera tan lenta y dolorosa que se sentía orgullo de no haberse desmayado en ningún momento.
-límpienlo con alcohol.
nuevamente ordeno aquella voz sádica de Valentine, quien sonreía al ver como sus hombres arrojaban aquel liquido de un pequeño valde, sintiéndose sumamente extasiado al ver como suprimía su voz para no gritar por el alcohol, estuvieron a punto de lanzarle otro valde cuando fueran interrumpidos por el mismo Valentine
-deténganse, es suficiente.
sus dos secuaces se miraban con desconcierto, viendo como el peli rosa se tomaba de la cabeza, masajeando su cien, simplemente para salir del lugar, ordenando que dejaran a Kanon ahí, en total soledad.
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-que mierda es lo que te pasa? no es esto lo que queras, no es esto lo que tanto deseabas, por qué demonios me interrumpes, te he ordenado que duermas, yo te daré todo lo que tu deseas, solo duerme y déjame hacer mi puto trabajo, la razón por la cual y estoy aquí.
se miraba al espejo, negando con la cabeza de manera desesperada, sintiéndose el peor monstruo del mundo.
-no, no no es así, yo no quiero esto, Radamanthys, no quiero que sufra, lo quiero para mí, pero no así, no quiero un ser roto, eso es lo que te ha ensañado pandora, pero no es lo que yo quiero, a ella la odio, la desprecio, quiero verla muerta pero no por eso me convertiré en ella.
-calla, -grito ante su reflejo en el espejo, cambiando sus facciones por otras más imponente- solo cállate de una puta vez y deja de pelear, todos los que nos lastimaron pagaran, ella también, le daré en lo que más le duele, todos los que nos han dañaron pagaran, pero déjame hacer mi maldito trabajo, para eso estoy aquí, para protegerte, para ayudarte, solamente déjame trabajar.
nuevamente negó con la cabeza, colocando ambas manos entre su cabello, deseando azotarse a si mismo contra el espejo, pero aquel otro ser se lo evito, por lo que solo dio un par de pasos atrás, chochando contra las baldosas del baño, dejándose caer en posición fetal quedándose ahí unas cuantas horas.
-no quiero, ya no quiero, detente, detente por favor.
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no supo en que momento por fin se había desmayado a causa del dolor y la pérdida de sangre, más lo había hecho viéndose así mismo en otro lugar, en uno de sus más preciados como dolorosos recuerdos; algunos años atrás, en casa, Kardia estaba en su habitación, sentando al borde de la cama, lucia triste mirando esa misma foto vieja, uno de un hombre de lentes con cabellera verde, parecía un intelectual, un ratón de biblioteca, más la forma en que su omega acariciaba esa foto, le hacía ver que él era o fue alguien muy importante.
-te he dicho muchas veces que espiar es de mala educación Kanon.
le dijo mientras el entraba al cuarto, arrodillándose a su lado, para tomar las manos de su omega, depositando un dulce beso es una de estas, mientras con la otra su omega acariciaba su cabellera.
-ustedes son lo único que me quedan; mis dos pequeños que la vida me dio, quiero que cuides mucho a tu hermano Kanon, cuídalo, sabes que le es muy difícil entender las emociones ajenas y mucho más las propias así que tienes que cuidarlo, como sé que él lo hará contigo hijo, quiero que cuando yo no este, estén unidos, quiero que cuando crezcas encuentres a tu destinado y nunca le dejes ir, Kanon tienes que prometerme que nunca lo dejaras ir y darás tu vida de ser necesario por él o ella, quiero tu felicidad, no hay nada que más pida que eso y yo sé que de una o de otra los cuidare todo el tiempo.
las palabras de Kardia le dolían, la melancolía con las que le decían solo le daba a entender que el mismo sabía que su problema de corazón muy pronto lo mataría y eso le aterraba, no dijo nada ese día, solo recibió aquella caricia, para despedirse después para ir al colegio, sin saber que esas serían las últimas palabras que escucharía de su omega, pues este moriría horas después a culpa de un alfa que abuso de el en su celo cosa que su débil corazón no pudo soportar.
era extraño que ese fuera el recuerdo que le traía paz, que le ayuda a sobrellevar la situación actual, el dolor, más aun así en un pequeño somniloquio solamente pronuncio.
-Kardia, cuídalo a él yo no creo poder seguir haciéndolo.
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el corazón de Radamanthys no había parado de dolerle, tenía un mal presentimiento, más intentaba calmarse, ante la pesadez que había en la casa, saga intentaba mostrar calma vigilándole en silencio, a su vez afrodita estaba a su lado llevándole un poco de té, sonriéndole en un intento de calmarlo aprovechando que su compañero había salido hace algunas horas, Ángelo miraba por la ventana como si esperara que su pequeño regresara, fue hasta que el peli celeste recibió una llamada, la cual duro poco pero lleno de ira al de cabello celeste, quien caminando a paso rápido tomo a Ángelo del cuello, para insultarlo y gritarle reclamándole que si había ido a buscar a un alfa ya teniendo uno y por eso habían secuestrado a Mei, saga que estaba al tanto de esto, solo alejo afrodita de Ángelo, intentando controlar la situación, los gritos y los insultos, mismos que solo aumentaban el malestar de Radamanthys, el cual escucho como dejaban algo en la puerta, no supo por que más corrió a esta, solo para encontrar un sobre con una pequeña USB adentro.
ignoro aquella pelea, tomando la laptop de Kanon colocándola en ella, abriendo el único archivo que se encontraba ahí, después de eso solo hubo silencio, las bocinas se encontraban a su máximo volumen, llegando a los oídos de todos, escuchando los quejidos de dolor de Kanon y la risa de Valentine ante tal acto.
-sabes Radamanthys, cuando veas esto, solo espero que el dolor que sientas sea inigualable, quiero que sientas lo que yo sentí al perderte, solo quiero eso.
sentencio pateando las costillas del gemelo menor, quien solo grito un poco al sentir la contracción, viéndole escupir sangre, su cuerpo estaba rojo, de su rostro pequeñas gotas de sangre resbalaban, todo era una atrocidad.
Valentine seguía hablando amenazando a Radamanthys atreves del vídeo, intimidándolo logrando con esto que su corazón latiera con tanta fuerza que dolía, dolía bastante, su rostro palidecía a cada vez y en sus ojos se reflejaba el verdadero terror.
-Esto es suficiente.
Dijo saga tomando el control de todo, cerrando la laptop, mirando con gran enojo a Afrodita y a Ángelo.
-Ustedes dos, me importa una mierda su riña, no quiero volver a oírlos pelear más -dulcifico su tono colocándose de cuclillas frente a Radamanthys- tranquilo tal vez no siento el mismo dolor que tú, pero todo estará bien, todo ya encontraré una solución.
Pese a que intentó calmarlo el rubio no respondió, estaba en shock, todo lo que escuchaba no era más que un ruido de fondo, no respondió, ni siquiera rechisto cuando saga lo tomo de la mano, solo miro sus ojos en total silencio, viendo que su rostro era igual al de su amado y eso le causó un dolor aún más profundo uno tan fuerte que no pudo hacer otra cosa más que abrazarlo y aferrarse a él con desesperación.
-perdón, perdón. Si yo no hubiera escapado nadie estaría pasando por esto.
Perdóname saga, Kanon, hermanos, Ángelo, Afrodita lo siento.
No podía llorar, solo sentía un miedo profundo y enormes ganas de vomitar, más no lo hizo solo se quedó aferrado a saga algunos, desperado buscando consuelo, pero no lo lograba encontrar, como podría encontrarlo cuando su alfa, el hombre que más amaba en la vida está en las manos del peor demonio que en su vida había conocido.
-perdón
repitió en un susurro más no para ellos, si no para su alfa, que conociéndolo estaba soportando todo e incluso estaba dispuesto a dar su vida de ser necesario para salvarlo.
- que horrible sentimiento el de saber que el amor entre alfa y omega es tan fuerte que rompe todo lo socialmente establecido, muy pocos tienen la socialmente de encontrar a su persona destinada, pero cuando por fin lo haces, solo hay dos caminos ambos sin puntos medios, uno es un amor y felicidad infinita y el otro es un profundo dolor que podría llevarte a la muerte, que triste destino, ¿no? fin al cabo, por eso prefiero de pareja a un alfa o aun beta, no soporto solamente tener dos caminos de los cuales escoger.
aquellas palabras un tanto poéticas eran de Thanatos, quien había visto únicamente el final de lo que pasaba, tomando todo aquello con indiferencia y una tanta molestia, él era así, la vida lo había hecho así.
-podrías callarte.
le dijo saga intentando tranquilizarse, mirando de reojo a afrodita, para tomar a Radamanthys de la mano, alejándolo de todo aquello, llevándole hasta su habitación.
-sé que es estúpido que te diga esto, pero tampoco quiero que estés haya abajo con los demás, intentan descansar, yo arreglare esto, Kanon él es mi hermano, es un hombre fuerte y el - limpio un poco su garganta al sentir que su voz flaqueo un poco- estará bien, es mi hermano - guardo silencio un par de segundos y repitió- mi hermano....
un silencio profundo invadió la habitación, saga en verdad estaba intentando mantenerse fuerte, intentaba controlarse, pero la verdad era que no había vuelto a sentir tales sentimientos como los que sentía ahora desde la muerte de su omega, aun así, se levantó, dejando para salir de la habitación, amenazando que regresaría con un poco de comida, diciendo que el rubio tenía que alimentarse, que no había comido nada, después de eso se fue, dejando al rubio totalmente solo.
- ¿qué debo de hacer?
se preguntó a si mismo caminando hacia la ventana, su corazón le dolía, la cabeza también, la desesperación le invadía más y más, tanto que por un momento parecía que no pensaba con claridad, pero aun así no lloraba, porque sabía que si lo hacía se derrumbaría completamente y no podía permitirse eso, más no permitiera que Kanon y su sobrina siguieran sufriendo por su culpa, así que suspiro con fuerza y nerviosismo, tomando su celular, marcando sin dudar el número que antes le había dado Aioria, sintiendo como si su corazón estuviera por salirse al tiempo que escuchaba aquel sonido que se hace presente antes de entrelazar una llamada, la que rogaba que no contestaran más la suerte no estuvo de su lado.
-Aioria ¡soy yo!
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los llantos de la niña lo enloquecían, esta no lograba callarse ni un solo segundo, pataleaba la puerta y gritaba por sus padres, Valentine la tenía encerrada en un cuarto cercano, no había guardias ahí, los había corrido a todos en un instante de molestia, en un momento de auto defensa para que nadie lo viera luchar contra la voz de su cabeza, no era tonto y no quería que las voces comenzaran a hablar a sus espaldas, tildándolo de loco como lo habían hecho alguna vez con su madre.
-déjala ya, ella no tendría que estar aquí, ella no te ha hecho nada.
-cierra la boca de una puta vez, esa maldita mocosa y su llanto insoportable, voy a matarla de una vez.
quiso caminar hasta ella, más sus piernas se negaron a moverse, y una gran melancolía invadía su corazón.
-no será que la razón que su llanto te moleste tanto es porque te recuerda al hijo que mataste con tus propias manos.
aquel alter ego, no dijo nada, a él también le dolía lo que había pasado, aunque no lo dijera en algún momento se sintió feliz de saber que sería padre.
-no sé qué estupideces dices, te hare callar como lo hare con esa mocosa.
-puedes mentirles a todos menos a mí y lo sabe, ella te recuerda lo que nunca seremos, por tu culpa nunca podre tener un hijo de mi amado Radamanthys es tu maldita culpa.
-claro que lo tendrás, cuando el regrese y suplique ante nuestros pies, podrás hacer con él lo que quieras, tomarlo en cada celo, hacerlo nuestro hasta que no pueda más, solo tranquilo, lo tendremos.
los gritos incrementaban, el llanto lo enloquecía tanto que la cabeza comenzaba a dolerle.
-no le hagas nada.
dijo más no pudo controlarse a sí mismo, caminando hasta aquel cuarto topándose con la mirada llena de terror de la pequeña, quien con los ojos rojos, busco un lugar donde esconderse, tras una pequeña mesa tirada en el lugar, siendo entrada con facilidad por su raptor quien con fuerza la tomaba del brazo jalándola fuera del lugar, intentaba soltarse, lastimarlo como su padre Lune le había dicho más era inútil, aquel hombre le superaba en fuerza y en tamaño, sin más la llevo al mismo cuarto donde estaba Kanon, tirado en el piso, con los ojos cerrados, bañado en un charco de su propia sangre.
-si no te callas te hare lo mismo que a él, eso quieres, maldita sea eso es lo que quieres, terminar como él.
nuevamente el llanto de la niña se hizo presente, quien logrando soltarse corrió con Kanon, comenzando a moverlo, ensuciándose su ropita con sangre.
-tío, tío despierta, porque no te mueves, tío, ¿porque mi tío no respira?
dijo la niña, sorprendiendo un poco a Valentine, quien solo uso eso para espantar aún más ala pequeña.
-yo lo mate, lo mate y hare lo mismo contigo si no guardas silencio.
no podía más con aquel llanto, por lo que quiso acercarse a la niña, golpearla para que se callara de una buena vez, quedando a pocos centímetros de ella, comenzando a tambalear, cubriendo su rostro con una de sus manos.
-vete, solo vete.
dijo con dificultad, sintiendo su cuerpo totalmente tenso, viendo como la pequeña no entendía lo que sucedía.
-que te largues maldita sea
le grito, a lo que la niña. por mero instinto obedeció, viendo una última vez a su tío tirado en el piso.
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