5. Tormentas
La verdad es que no se esperaban eso para nada, parecía que se aproximaba un huracán mas que una simple tormenta, estaba nublado hace unas horas, iba a llover era seguro, pero era Paris, las lluvias eran algo bastante frecuente, sin embargo, de un momento a otro el cielo se puso completamente oscuro, la lluvia cayo como si alguien les estuviera arrojando el mar y un viento agresivo que incluso los desestabilizaba a ellos que tenían superpoderes.
Interrumpieron su patrulla después de comprobar que era un evento natural y no algún loco villano que hubiera aparecido, refugiándose en un pequeño café donde los que atendían les dieron algo de privacidad yéndose a la cocina.
—No puedo creer que esto sea natural, juraría que es un ataque de Clima tempestuoso— dijo el rubio viendo lo que parecía ser un triciclo salir volando.
—Lo que yo no puedo creer es que seas cliente frecuente en todos lados, te sabes el nombre de todos los meseros de este lugar— dijo la heroína con asombro, señalando el mural de celebridades de la cafetería donde se veía una foto del héroe con todos los trabajadores del lugar.
Y no era la primera vez que ocurría algo asi, cada vez que salían durante las patrullas y el chico recomendaba comprar algo de comida los llevaba a un lugar en el que todos lo conocían y pocos parecían desconcertados de su presencia.
—Que puedo decir mi lady, tengo que aprovechar que como Chat noir no tengo restricciones— dijo tomando un sorbo a su chocolate caliente —Además cuando llueve siempre intento venir aquí, me trae algunos recuerdos— dijo contento.
La heroína se quedo con un sabor amargo, no era la primera vez que el hacía alusión a no tener muchas libertades como civil lo cual siempre la dejaba con una sensación de molestia, al principio pensó que lo hacia solo por destacar u obtener atencion, pero el en verdad que le gustaba conocer cosas tan mundanas como una cafetería, se sentía triste cada vez que se daba cuenta, aunque en cierta parte le gustaba que fuera con ella con quien descubría muchas de esas cosas.
Aun así decidió no tocar el tema y mejor intentar hablar de otra cosa, no quería que el recordara alguna mala experiencia.
—¿Entonces te gusta la lluvia?— pregunto un poco sorprendida.
La lluvia por lo general no le gustaba, siempre estropeaba planes que tenia con sus amigos, o como en este caso, arruinarle las patrullas, desde su punto de vista lo único bueno de la lluvia es que podía usar su paraguas.
—¡Por supuesto!— dijo emocionado —No soy la persona que ama bailar bajo la lluvia, pero el ambiente me relaja, me hace acordarme de cuando era un niño y mi mamá me contaba lo que culturas antiguas creían de la lluvia, además, una de nuestras primeras peleas fue con este clima, Aurora no sabe que su akumatización marco un momento en mi vida, estabas ahí conmigo— confeso mirándola a los ojos.
La heroína aparto rápidamente la vista hacia la ventana fingiendo que veía algo, estaba segura de que su corazón no debía acelerarse como lo estaba haciendo y de que sus mejillas no deberían de sentirse tan calientes, que él no debía de provocar esos sentimientos, no era correcto, no en ese momento.
—Además— dijo el chico llamando de nuevo su atención —Bajo la lluvia conocí a mi mejor amiga, si hay un momento bajo la lluvia que quiero recordar para toda mi vida es el momento en que me perdono y nos hicimos amigos, ella es una chica grandiosa, es inteligente y amable con todos, si algo quiero en mi vida es tenerla a ella— confeso mirando al cielo nublado.
Por su parte la de rojo apretó los labios y su taza, intentando controlar la fuerza y no romperla, ese comentario se sintió como si el chico le hubiera disparado en el pecho, jamás se imagino a el hablando así de otra chica que no fuera ella, sentía como algo en el fondo de su estomago comenzaba a hervir y exigía salir por su garganta.
Ladybug se puso verde de envidia y luego roja de celos.
Ni siquiera le dio tiempo de reaccionar a lo que estaba pensando cuando un gran rayo seguido de un trueno se escuchó, sobresaltando a ambos héroes al tomarlos de sorpresa y haciendo que la heroína dejara caer su bebida la cual se derramo y la taza se rompió.
Ambos héroes se agacharon para levantar los pedazos de la taza dándole un golpe en la cabeza por no notar la cercanía del otro.
—Lo siento— susurraron al mismo tiempo sobándose donde habían recibido el impacto.
Ambos se quedaron viéndose a los ojos un momento, o talvez más, todo parecía muy lento y demasiado rápido al mismo tiempo, siempre que se miraban había algo que querían conocer, algo que los empujaba a acercarse más.
—Escuche que algo se rompió ¿todo— pero la camarera de pelo rojo no pudo terminar de preguntar ya que se encontró con una escena que estaba segura de que no debía de haber visto —¡Lo siento los dejo solos! — grito avergonzada lista para volver por donde vino.
—Camille espera— pidió el rubio levantándose avergonzado y ayudando a su compañera a hacer lo mismo —Lo siento, un trueno nos asusto y la taza se cayó ¿nos ayudarías a limpiarlo? Prometo pagar la taza— dijo el chico acercándose a la camarera.
—Claro ya sabes que no hay problema— dijo la chica aun con cierta pena y yendo por la escoba y el trapeador, el héroe siempre solía pagar por los clientes que le agradaban o por incidentes de ese tipo no completaban.
—Siento que tengas que pagar mas por mi culpa, siempre se me olvida traer dinero a las patrullas, algún día te voy a pagar lo que te debo— dijo la heroína avergonzada a lo que el rubio sonrió.
—Mi lady, lo hago con gusto, además, ¿Qué mejor es gastar mi dinero en la chica de mis sueños? — le pregunto con sinceridad.
La heroína sintió nuevamente la cara roja y volteo de nuevo a la ventana, por lo menos parecía que al tormenta estaba pasando, solo quedaba una ligera lluvia que seguramente no duraría más de unos minutos.
—Emmm ¿ya se van?— pregunto un chico de cabello castaño saliendo por la misma puerta que había salido Camille y vestido de la misma manera que ella —Es que es la primera vez que Ladybug viene y queríamos ver si se tomaría una foto para el muro de celebridades— pregunto el chico de forma nerviosa.
—Por supuesto Vincent, no creo que mi lady se niegue ¿verdad bogaboo?— pregunto el héroe a lo que la heroína sonrió aun apenada.
Ambos meseros posaron para la foto con los héroes y la cámara instantánea les dio la fotografía.
Los camareros agradecieron a ambos héroes y estos al ver que la lluvia cesaba decidieron que era hora de retirarse.
—Buenas noches, chicos— se despidió el héroe dejando vario billetes sobre la mesa.
—¡Chat noir no puedes seguir dejándonos tanto! ¡Nuestra jefa se enojo con nosotros porque dice que no es ético aceptar tanta propina de un héroe! — dijo Camille intentando devolverle el dinero sobrante.
—Repártanlo entre todos, no tiene porque enterarse— dijo el chico, pero viendo como ambos camareros se acercaban a devolverle el dinero abrió la puerta, tomo de la cintura a su compañera y huyo rápidamente de ahí escuchando los reclamos de ambos chicos.
—Parece que te llevas muy bien con ellos— dijo la heroína abrazando por el cuello a su compañero sin intención de bajarse de sus brazos.
—Una noche sin luz por una tormenta y un paquete de cartas hacen grandes amigos mi lady, ya veras que tu también te llevaras bien con ellos cuando te traiga más seguido— dijo el chico con emoción.
"Eso espero gatito" pensó la heroína escondiendo la cara en el hombro del rubio, talvez las tormentas no fueran tan malas después de todo, definitivamente tenían su arcoíris, aunque el suyo fuera mas bien de negro.
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