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13. Consecuencias

Advertencia: este capitulo puede contener escenas fuertes con violencia detallada, mención de agresión, muerte, daño psicológico, sangre y lenguaje no apto para menores de 13 años, se recomienda que si son sensibles a estos temas pasen de este capitulo.


Su cabeza daba vueltas, estaba tan desubicada, podía jurar que alguien simplemente la arrojo a ese lugar desde algún agujero, lo cual no tenia mucho sentido ya que estaba en alguna azotea que no lograba identificar.

Aun con la vista algo borrosa miro a los lados, pero no lograba ver nada, se acerco a la orilla y quedo horrorizada al ver la ciudad hecha escombros y sumergida en varios metros de agua, estaba pasando otra vez.

Su corazón acelero por el miedo acumulado, sintió que las extremidades dejaban de responderle y aun así hizo un esfuerzo y miro a todos lados escaneando el lugar deseando no encontrarlo, alguna señal que no era el, que era algún otro problema, cualquier cosa menos él.

Pero ahí estaba, de pie sobre lo que alguna vez fue la atracción más reconocida de Francia, cantándole a la destrozada luna sobre los sentimientos que tenia y los que alguna vez tuvo, girando para verla, y dándole esa fría y psicótica mirada que solo unos ojos azules tan pálidos como los de él podían lograr.

—Nonono— dijo la heroína con desesperación.

Era falso, tenia que ser falso, no le importaba nada en ese momento, tenía que huir, dio media vuelta y corrió tan rápido como sus piernas le permitieron y cuando llego a la orilla se lanzo sin pensarlo al agua.

—¿Vas a dejar plantando a tu novio Marinette?— pregunto el mientras ella caía.

"No lo escuches, no lo escuches" se repitió la chica cerrando los ojos con fuerza.

Entro en el agua fría y salada que le dio un escalofrío y miro en todas direcciones, era tal y como lo recordaba, estatuas de piedra que algún día debieron ser personas con expresiones corporales de terror plasmadas, se le hizo un nudo en la boca del estomago y si no fuera porque estaba bajo el agua hubiera jurada que estaba llorando.

Pero tenia un problema mayor, no encontraba su yoyo, intento buscarlo por todos lados, pero simplemente no estaba, no fueron mas de unos minutos cuando sus pulmones empezaron a arder exigiendo aire y tuvo que apurarse a salir de nuevo a la superficie.

Se recargo sobre un auto que flotaba e intento hacer el menor ruido posible, respiraba de forma irregular, sentía que se ahogaba, aunque no estuviera en el agua, todo estaba en silencio, eso la hacía tener aún más miedo, miro en todas direcciones, pero él no se veía, tal vez se hubiera rendido.

—Te encontré—.

Sintió que perdía el alma en ese momento, ni siquiera le dio tiempo de gritar ya que el la jalo del cabello para que la mirara, pero se negó a abrir los ojos para verle y esto solo lo hizo enfadar más, la tomo con ambos brazos y la arrojo fuertemente contra la pared de un edificio que no estaba hundido por completo.

El golpe de su cuerpo con el concreto la desestabilizo, fue un golpe horrible en la cabeza que de inmediato le trajo una jaqueca punzante y un sonido irritante en los oídos, no termino de caer el agua porque él ya la había tomado bruscamente de un brazo y la dejo caer sobre la azotea del edificio.

—¿Ya te vas a dignar a verme Ladybug?— pregunto con un tono de voz que dejaba notar lo enfadado que estabas.

—No mereces que te vea, solo eres alguna especie de sucia trampa, una ilusión— dijo la chica apartando la vista del tipo de blanco sin moverse de su posición, tirada en la azotea.

Y de repente sintió un dolor aun peor que cuando el la tomo del pelo o la lanzo, el peliblanco había tomado su arma, extendiéndola hasta que midió alrededor de un metro y la había usado para darle un golpe en las costillas el cual inevitablemente hizo que la chica dejara salir unas lágrimas.

—Dime ¿te parece que eso fue una ilusión?— pregunto lleno de rabia para luego repetir la acción escuchando solo un leve quejido por parte de la chica —¡DIMELO!— grito hirviendo en rabia.

La heroína solo pudo girar la cabeza y cerrar fuertemente los ojos mientras apretaba los labios, lo último que permitirá es que esa cosa la viera llorar

Escucho un gruñido de frustración por parte del villano y como este caminaba rápidamente en círculos, volteo a verlo disimuladamente y noto como este se pasaba las manos por el rostro y se jalaba levemente el cabello, lucia desesperado.

—Lo siento mi lady— dijo parándose frente ella —Es solo que me duele que me digas esas cosas, llevábamos tanto tiempo sin vernos— dijo agachándose un poco y estirando una mano en un intento de tocar la mejilla de la chica que se alejó con miedo.

—Tú no eres mi novio, eres un maldito lunático y no quiero que me toques, toda esta mierda es tu culpa— dijo la heroína con rabia lo que solo despertó mas la ira del chico frente a ella.

—¿Mi culpa? ¡¡MI CULPA?!— le grito con enfado el ojiazul a la chica de rojo —¡ESTO ES TU MALDITA CULPA MARINETTE, TODO LO QUE PASO SON TUS MALDITAS CONSECUENCIAS!— le grito acercándose más.

La heroína aun en el piso solo pudo arrastrarse con las manos en un intento desesperado por alejarse del chico que no dejaba de avanzar en su dirección, todo en el desprendía un aire de muerte que la mareaba y aterrorizaba, pero no duro mucho hasta que tomo con la barandilla de concreto de la azotea que no la dejo continuar.

—Cuando me confesé tu fuiste quien rompió mi corazón— dijo parándose frente a ella —Cuando descubrimos nuestras identidades yo fui quien te tuvo que rogar que no le quitaras su miraculous— dijo con tanto enojo que elevo la mano y abofeteo con fuerza a la chica.

La azabache giro la cara por la fuerza del impacto y unas lagrimas se le asomaron por el ardor que sentía en su mejilla, sin embargo, el parecía no querer parar, aún tenía mucho que reclamar.

—¡Cuando mi padre nos ataco tu no hiciste nada! ¡Te quedaste quieta esperando que yo pudiera con todo! ¡Solo miraste cuando ese maldito lunático me controlaba frente a el cadáver de mi mamá— grito el chico con odio, lagrimas de rabia y frustración salieron de sus ojos las mismo tiempo que tomaba su arma para golpear una vez mas a la chica en el rostro al cual inútilmente intentaba cubrirse con los brazos.

—¡Por favor para!— suplico la azabache sin poder evitar que las lagrimas cayeran como cascadas de sus ojos, bloqueo el primer golpe con el brazo lo cual pareció enfadar al chico que seguía repitiendo los golpes, cada vez con mayor fuerza.

Los brazos le dolían, sentía que en cualquier momento alguno de sus huesos iba a ceder, logro darle varias veces en la cara, sentía algún liquido que no era agua correrle por el rostro, de un color rojo aun mas fuerte que su disfraz, pero él no paraba.

—¡Me pudrí en este infierno por culpa de tus decisiones!— grito dando un golpe más en el rostro de la chica.

—No quería, no sabía— dijo al chica entre lagrimas y con la voz rota, sentía el sabor metálico de la sangre en su boca, pero aun con todo lo que le estaba pasando su corazón dolía más.

—¡Desde el primer día todo lo hice por ti! ¡Todo por ganarme tu amor, por ser digno de pelear a tu lado! ¡Mori por ti mas veces de las que pudiera contar! ¡¿Y cuando yo te necesite a ti que hiciste?!— pregunto el héroe atinando otro golpe.

La chica solo podía abrazarse a si misma, haciendo una bolita en espera de que se calmara, de que parara eso, sus sollozos eran audibles, pero a él no le importaba, quería que le respondiera y ella no podía formular palabra.

—¡NO HICISTE NADA!— grito dándole un ultimo golpe con el bastón y arrojándolo lejos.

—¡Lo siento, lo siento mucho! ¡No fue mi culpa!— grito la chica desesperada, llorando del dolor y arrepentimiento.

—¿No fue culpa tuya? ¡¿NO FUE CULPA TUYA?!— pregunto con rabia, tomándola del cuello y obligándola a levantarse —¡¿Quién prometió estar ahí para mi siempre?! ¡¿Quién me hizo sentirme la persona mas amada del mundo para luego abandonarme?! ¡¿Quién ME HIZO ESTO?! — le grito a la cara apretando cada vez mas el cuello de la chica.

La heroína ya no podía responder, el aire no pasaba por su garganta, el mundo se veía borroso y empezaba a tornarse negro, y de repente el la soltó dejándola caer.

—Todo lo que hice por años fue para que estuvieras orgullosa de mi— dijo con un semblante serio salpicado de tristeza —Por ser el chico que merecías a tu lado y aun asi me dejaste— dijo el chico con el corazón roto.

Ladybug apenas podía mantener los ojos abiertos, todo su cuerpo ardía, cada centímetro sentía dolor, su alma y su corazón estaban destrozados y las lagrimas no dejaban de salir, ni siquiera pudo moverse cuando el se paro enfrente de ella y le apunto con el dedo del cual empezó a salir un destello de luz blanca que se iba volviendo más grande.

—Afronta tus consecuencias Marinette—

—¡NO!— grito con terror, levantándose de donde estaba acostada pero sin poder lograrlo por un agarre firme sobre su cintura.

Miro alrededor con pánico, estaba oscuro, ya no sentía dolor el clima era agradable y estaba acostada en una cama con una sabana encima, a su lado los ojos de su prometido la veían con una preocupación enorme, ojos verdes, esos ojos que la llenaban de alegría y seguridad, no sus ojos.

Abrazo al chico sin siquiera decir una palabra y termino de sollozar, el la abrazo de vuelta sin preguntarle nada y dando un leve masaje en la espalda en un intento de tranquilizarla, fueron varios minutos asi hasta que la chica logro abrir los ojos, en una de las paredes de la habitación estaba enmarcada la primera página de un periódico con fecha de hace unas semanas.

La derrota del segundo Hawk Moth a manos de Ladybug y Chat noir, el mayor logro en la carrera de ambos héroes.

Se sintió a salvo de nuevo cuando todos los kwamis entraron en la habitación alertados por el grito de la chica, todos incluidos Dusuu y Nooro los cuales llevaba tantos años sin ver a sus compañeros.

Al separarse del abrazo del amor de su vida sonrió al verlo tan preocupado con ella, con Plaga tranquilamente sentado sobre su hombro, habían sido unas semanas difíciles, en las que muchos de sus peores miedos la habían atormentado casi a diario en sus pesadillas, pero siempre que despertaba ahí estaba su gatito de siempre para recordarle que todo estaba bien, que por fin podían descansar.

Los kwamis regresaron a la caja y ellos volvieron a abrazarse para dormir, la chica sonrió cuando el la envolvió entre sus brazos, ese era el futuro perfecto que había soñado por tanto tiempo, en donde gracias a un par de intervenciones todo salió bien, donde las consecuencias de un gato blanco no la atormentarían jamás.



Si ya saben como soy para que leen mis cosas.

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