"La mirada de los funestos"

•°P.O.V Narrador°•

Pasadas unas horas, la chica había salido primero de las hots prings, Cómo las mismas eran mixtas, ella y Pit de bañaron juntos, como era muy inocente, realmente el no le tomaba mucha importancia, pero ella...

Mentiría si dijera que no estaba roja de la vergüenza hasta las orejas, es decir, a ella no le gustaba Pit, lo veía como un buen amigo apesar del poco tiempo que se llevan conociendo y luchando, pero bañarse con un chico... Esto sí que era nuevo.

Terminaba de secar de su cabello con la toalla, ya con su ropa puesta, y fuera de las hots prings, Pit seguia dentro de lo más tranquilo y jugando con el agua.

La chica suspiro y quitando su toalla blanca de cabello, su mirada paso al cielo azul y las nubes, la brisa empezó a soplar suavemente moviendo sus cabellos y despeinandolos un poco más de lo que ya estaba al principio, a la par que desplegaba un poco sus alas para que se secaran un poco.

Movió su mano para quitar sus cabellos de su cara que obstruían su visión, doblo la toalla y empezó a caminar en dirección a la sala central de Palutena, para ver si había algo nuevo, pero antes, iría a comer, que el hambre abunda después de arriesgar tu vida contra la cabeza de una serpiente y ser la "niñera" del capitán de la guardia.

Pero, seh, Pit había salido, y al ver a su amiga (o el ya la considera así), corrió hacia la misma y llamándola, preguntándole si querían comer juntos, la de ojos miel por su parte. Se asustó al escuchar aquel grito pero al instante se calmó al reconocer sin esfuerzo la voz del castaño más oscuro que ella.

- ¡Hey (Tn)!-Dijo ya en frente de la chica, con una gran sonrisa y ya vestido.

- Hola Pit...-Le respondió algo nerviosa recordando lo de hace rato.

- ¿Quisieras venir conmigo a comer? La última batalla me abrió el apetito.-Paso sus brazos tras su espalda mientras soltaba una risa.

- Oh, bueno...-Se hundió de hombros, ella no comía mucho que digamos.- Está bien, realmente me dio algo de hambre igualmente.-

- ¡Genial! Vamos.-La tomo de la mano y empezó a caminar a paso algo acelerado, la chica suspiro nuevamente dejándose llevar por Pit.

-[...]-

Pasados unos 25 minutos, ambos habían comido, Pit comía como un hoyo negro, mientras que la chica apenas si se comió una manzana y un pan junto un juguito de parchita.

Ambos salían del comedor estirándose, en ese momento la peliverde, diosa de la luz, se acercó a los mismos, casi corriendo cabe decir, un poco más y se caía de cara por esos zapatos de tacón elevado.

- Chi... Chicos.-Estipulo casi jadeante la misma peliverde, parecía que había corrido por un largo rato.

- ¡Lady Palutena! ¿Que sucede?-Pit se asusto un poco ante el estado de la más alta.

- Es Pandora...-Respondió recobrando la compostura.

- ¿Pandora?-La de ojos miel ladeó la cabeza.- La Diosa de la calamidad... ¿No es así?-Miro a Pit alzando una ceja.

- ¡Exactamente! Eres muy lista (Tn)-La Diosa la alago.

- ¿Gracias?-

- Da igual, ¡A las armas! Por el camino dirigido les informaré sobre lo que sucede con Pandora.-

- ¡Entendido!-Pit y la castaña clara hablaron al mismo tiempo para correr por sus armas, está ves la femenina tomo un arco y Pit una maza, pesada pero muy fuerte.

Las grandes puertas se abrieron y ambos ángeles tomaron vuelo, habían salido hacia el inframundo, donde los lacallos de este mismo mundo viven en cantidades abrumadoras.

•°P.O.V (Tn)°•

¿El inframundo?

Es más... ¿Normal? De lo que esperaba.

- ¿Qué hacemos aquí Lady Palutena?-Pit me miró algo confundido, apesar de que antes me había comentado que mas de una ocasión estuvo en el inframundo.

- Es Pandora, como les dije antes, estoy intentando ubicarla, y la mejor manera es yendo al castillo de los funestos.-Nos respondio, y Pit parecio tener un derrame cerebral ya que sus se abrieron del miedo.

- ¿Funestos? ¡Oh por Zeus no!-Reaccione casi gritando, antes nos habíamos topado con un funestos, fui la primera en gritar mientras escuchaba esa música de bits que me heló la sangre.

- ¿No iremos allí... Verdad Lady Palutena?-Pit forzó una sonrisa entre aquel miedo.

Silencio.

O por Zeus porque.

- ¿Ese silencio significa que debemos ir verdad?-Pit rompió el hielo.

- Si, ahora en marcha.-Lady Palutena empezó a dirigir nuestro vuelo, Pit y yo nos miramos una última ves antes de asentir perdiendo el miedo (o parte), preparar nuestras armas, y encarar a los monstruos del inframundo.

El viaje fue MUY movido, primero sobrevolamos por el sitio, eliminando Monocolus, Miks y Syrenas, obteniendo también corazones en el proceso, estúpido Eridulce que no se deja atrapar.

Cuando estuvimos al frente del castillo, las miradas rojas de los funestos fueron hacia nosotros, escapamos antes de que nos frieran las alas.

Nos introdujimos a una grieta de una cordillera, era una ruta alternativa y más "segura" para llegar al castillo de los funestos sin tantas posibilidades de morir.

Era una entrada algo angosta, debíamos tener cuidado para no estrellarnos contra estalactitas que estaban en los muros de la grieta y perder el curso, además de unas fuertes ventiscas, en las cuales Lady Palutena nos tuvo que echar una mano para tomar impulso y no salir volando por culpa de esas venticas...

Habían también unos cuantos funestos, así que desde la distancia los eliminamos para evitar que llamarán refuerzos si llegabamos a entrar en su campo de visión.

Nos ahorramos un buen dolor de cabeza en realidad al aplicar esa técnica de eliminarlos desde la distancia, no saben los escalofríos que me dan al escuchar su canción de bits y los sonidos que hacen al nosotros entrar en su campo de visión.

- Aquí estamos...-Hable, estábamos sobrevolando desde mucho más cerca el castillo.

- ¡Uf! Si, tomo lo suyo, pero mira, somos imparables, pudimos hacerlo.-Pit no perdió su sonrisa mientras me veía.

- Si, ojalá no hayan tantos funestos dentro... Algo irónico ya que se llama el castillo de los funestos.-Una gotita de sudor bajo por mi mejilla.

- Tranquila (Tn), todo estará bien, los guiare por el camino con menos funestos, y hablando de ellos, entremos ya, si no los notarán y no queremos eso.-Lady Palutena me saco de mis pensamientos y con ello, pudimos entrar.

Al entrar fuimos recibidos por unos jarrones que rompimos y salió comida, no se donde sale, pero está bien piola eso.

Los caminos estaban plagados de... ¿Cómo era que se llamaban? Esas cosas que se usan para degollar a las personas, bueno, en serio, no sé cómo se llamaban, [ya me acordé, se llaman guillotinas].

Los filos subían y bajaban con velocidad y fuerza hacia el techo y suelo, tuvimos mucho cuidado de no cortarnos las alas o algo más.

- Madre de...-Trague saliva y miré a Pit.

- Tranquila, cada vez falta menos, encontraremos a Pandora.-El puso su mano sobre mi hombro y yo inconveniente sonreí, el era capaz de elevarme el ánimo sin que me diera cuenta.

Pasados unos minutos, seguimos por los pasillos y partes externas del castillo, tuvimos que ocultarnos en zonas de pilares, ya que patrullaban funestos, no estábamos en alguna posición de pelear.

También había los clásicos enemigos, Miks, corales, Octos, Syrenas, Eridulces, ornes, pero nada fuera de lo común, con las indicaciones necesarias, pudimos avanzar hacia zonas más inospitas, subir por rieles deslizantes mientras disparabamos.

Pero bueno, al final dio algo de risa y pánico combinados, ... ¿Qué? No todos los días ves a tu amigo convertirse en una berenjena con piernas, alta risa me saco, porque en efecto, nos encontremos con un brujo berenjena, Pit mostró su pánico a estos, ya que en su primers vez salvando al reino de los cielos, los brujos berenjenas lo dejaban muy mal e incapaz de defenderse, tenia que ir a la enfermería más cercana. Aunque ahora con la magia de Palutena el efecto solo sería temporal.

Aún así, eso si que me saco una risa.

- Vaya... ¿Cuantos murciélagos más hay?-Dije, después de rubio rato, llegamos a la sala del jefe, o eso ya suponíamos, debido a que Palutena nos dió un elixir divino, pero tardamos un poco en llegar en si al sitio, ¿Recuerdan que Pit tomo una maza? Exacto, lento pero peligroso.

Muy, peligroso.

- No lo se, pero debemos entrar, el enemigo final nos espera.-Pit sin previo aviso, corrió hacia el sitio evitando los murciélagos esos.

- ¡Ehy! ¡Espérame!-Dije cuando reaccioné ante su acción, corriendo de igual manera y evitando que los cosos voladores.

Al entrar, era un lugar muy grande, con plataformas arriba y abajo, además de tranpolines en las partes bajas para llegar a las plantas de arriba, debido a que también había escaleras para subir a las mismas.

- ¿Donde-corte a Pit poniendo mi mano en su boca y apuntando a un funesto, luego quite la mano.- ¿Un solo funesto?-

El mismo ante la voz de Pit nos vio, Pero... ¡¿Que demonios!? Se transformó en un funesto, mucho, MUCHO, más grande.

- El funesto supremo.-Palutena corto el silencio.

Y así empezó un desastre entre gritos y órdenes de lady Palutena.

- Sus puntos débiles son los ojos y los dedos de los pies.-Nos dio una indicación más útil después de 15 minutos la de ojos verdes.

- (¿No pudiste haberlo dicho antes?)-pense soltando un suspiro ya cansada, miré a Pit, ambos estábamos en la planta súperior.

- Pit, tengo una idea.-

- Dime.-

- Sus puntos debiles son los dedos de los pies y los ojos ¿No es así?-le dije disparando al último lugar nombrado.

- ¡Si! Lady Palutena lo dijo.-

- Que tal si, tu que llevas una maza, y eres más lento, atacas a los pies y yo a los ojos que tengo más móvilidad.-Le propuse esperanzada de que aceptara.

- ¡Es una gran idea, al toque!-Yyyyy, Pit bajo de un salto para encargarse del lugar acordado.

Fue más sencillo después de ese mini-plan, el punto débil se reveló sobre sus ojos al hacerle sigue daño de parte de ambos, y yo hice el tiro final cargado, un jefe menos.

- ¡Lo hicieron! Estoy orgullosa de ustedes.-Se escucho la voz alegre de Palutena.

- Gracias Lady Palutena.-Respondimos ambos.

- Es momento de volver, luego les daré la ubicación del escondite y base de Pandora.-Un pilar de luz nos envolvió devolviéndonos al templo.

•°P.O.V Narrador°•

Apenas los angeles llegaron, cayeron rendidos al suelo jadeando, sudando, y apunto de caer dormidos del cansancio, correr de funestos por 20 minutos consume mucha energía.

- Vaya, ¿Tan difícil estuvo?-La diosa hablo sorprendida por el estado de ambos.

- Es... Estamos bien Lady Palutena...-Murmuro la oji-miel.

- Si, no... No es nada.-Esta ves respondió Pit.

- Ya veo, entonces cuando tenga las coordenadas exactas los enviaré de inmediato con Pando-se corto al escuchar ronquidos, en efecto, ambos se durmieron, tirados en el piso, y uno al lado del otro con sus armas allí tiradas..

La Diosa soltó una pequeña risa, parecían un buen dúo, fue una buena idea perdirle a (Tn) que acompañara a Pit, seguramente el era más feliz teniendo una compañera y una amiga igual a el.

Seguido se fue, y le dijo a los demás ángeles y sirvientes que si los veían, porfavor no los despertarán, pasaron unos días frenéticos.

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