✩。: Solo un beso tuyo
—Chan debemos preparar todo, tu madre irá conmigo por los trajes, debes tratar...
—No tengo tiempo —no despegaba su rostro del celular.
—Chan nuestra boda será en menos de un mes, y...
—Tranquilo, Félix, todo estará bien —dijo suspirando fuerte.
Habían pasado 4 años desde que había salido del colegio, ahora se preparaba para asumir el puesto de su padre. Este estaba muy orgulloso de él, Chan vivía tranquilo, en un mes empezaría a vivir con Félix, ambos se llevaban muy bien. Continuaba hablando con Changbin, de hecho, le ofreció trabajo apenas este asumiera su puesto.
—Contrataré mucha gente para que nos ayude, estaremos bien —dijo tomando sus cosas de su oficina—. Almorzaré con mi padre, nos vemos en la tarde.
—Bien Chan —sonrió.
Chan le dirigió una sonrisa antes de irse.
Tomó asiento en aquel lujoso restaurante, vio a su padre llegar con una enorme sonrisa.
—No puedo creer que mi hijo ya sea todo un empresario —dijo sonriendo—. Ahora que te cases todo mejorará aún más en la empresa, sabía que mi hijo sería grande.
—Gracias, papá —sonrió tranquilo—. Supongo que pronto podré manejar todo.
—Quién lo diría, pronto cumplirás 20 años, te casarás y vivirás una buena vida.
Ambos comieron mientras Chan escuchaba todos los planes a futuro que tenía su padre. Sólo asentía respetuosamente.
—Bien, hijo, me alegra que tengas ya tu departamento, aunque supongo que después de casarte querrás comprar una casa con Félix —dijo mientras se levantaba.
—Me gusta más la idea de vivir en un departamento la verdad.
—Bueno, bueno, supongo que es tu decisión, solo sé que quiero nietos —dijo riendo—. Podrás mudarte a uno más grande después supongo.
Chan sólo sonrió incómodo.
—Bien, nos vemos hijo.
Se fue, Chan suspiró fuerte. Tomó su auto y se dirigió hacia su departamento, dejó las llaves sobre su mesa, empezó a desvestirse. Rápidamente prendió su laptop.
Había visto aquel video mil veces.
En este podías observar a Jeongin bailando, llevaba un terno, su cuerpo mantenía siendo tan esbelto, aquel hermoso cabello caía sobre su rostro.
Se encontraba en una sala de ensayo, cada que este subía un nuevo vídeo era lo mismo...
—Mghmm... Jeongin... —se masturbaba, aquellos movimientos lo volvían loco.
Moría por entrar en aquella sala y tomarlo ahí mismo, moría por ver ese cuerpo moverse debajo suyo.
Aquella manera de vestir, tan sensual, tan deseable.
Se mordía el labio inferior mientras aceleraba los movimientos de su mano. Se lo imaginaba debajo suyo, recordaba aquellas facciones llenas de placer, recordaba aquel precioso cuerpo tan sumiso, recordaba como este se ponía durante sus celos...
—Mierda... Jeongin... —sus pensamientos cada vez más sucios, repetía aquel video, no podía más.
—Sí... Mghmm... Mi hermoso omega —de pronto sacó una foto que tenía, la había conseguido de una revista, en esta notaba aquel bello rostro y un poco de su pecho descubierto. Jeongin se veía exquisito
Llegó al orgasmo con Jeongin rondando todos sus pensamientos. Aquel líquido caía por su abdomen.
Todos sus celos habían sido tan dolorosos sin él. No tenía de otra que ver aquellos videos.
Jeongin después de tres años como trainee había logrado debutar, vivía una buena vida, Chan había observado toda su transformación por videos, reía cuando este aparecía en aquellos programas con su característica risa estruendosa. Sabía la cantidad de gente que lo deseaba, que lo amaba.
Su precioso Omega había logrado tantas cosas solo, estaba orgulloso de él, aquel lazo seguía, pero parecía que Jeongin no quería nunca recurrir a él. Muchas veces intentó comunicarse por este, nunca recibía respuesta.
No faltaba mucho para que tuviese que quitar aquel lazo, lo más probable era que tras casarse su padre exigiría que marque a Félix, en todos esos años no se había atrevido a ponerle un dedo encima.
Miraba de frente a la dura realidad, Jeongin había logrado tanto solo, lucía feliz y más brillante que nunca. Él sabía que nunca podría olvidarlo, sabía que no importaba que siempre se mantendría fiel a él. Odiaba pensar en él, se detestaba. Nunca se atrevía a preguntar por él, Changbin al igual que él ignoraba el tema cuando se encontraban. Hablaban del negocio del trabajo, de su relación con Seungmin, pero jamás tocaban el tema, era prácticamente un tabú.
Se dio una ducha, su cabeza estaba llena de imágenes de Jeongin. Volvió a su habitación tras la ducha, se recostó a ver aquella pantalla cuando notó que Jeongin había subido un nuevo video. Se sirvió agua y le dio play al video.
—Honestamente te he admirado por muchos años Eunhyuk, me pareces el mejor bailarín —decía este emocionado.
Eunhyuk sonreía muy agradecido por aquel cumplido.
—No puedo creer que digas aquello, Jeongin, para mi es un honor tenerte aquí —dijo sonriendo mostrando aquellas características encías.
Jeongin sonreía nervioso, Chan sabía cuánto cariño y respeto le tenía este a Eunhyuk.
Tras una demostración de habilidades por parte de Jeongin todos los presentes aplaudieron, Jeongin sonrió y se agacho agradeciendo, Chan observó como este no quitaba la mirada de él. Su alfa gruñó sin querer.
Aquella vestimenta le daba un toque tan dulce a Jeongin, llevaba unos jeans negros un polo blanco y una casaca negra, aquella boina le daba un toque tan dulce.
Continuaron preguntándole cosas, el respondía a todo con una hermosa sonrisa. Eunhyuk lo continuaba viendo, podía ver el interés de este en sus ojos.
Jeongin continuaba siendo tan espontáneo, siempre respondiendo con cosas ocurrentes haciendo reír a todos. Era algunas veces incluso coqueto, aquello mataba a Chan.
—Jeongin, tienes una mandíbula muy marcada —soltó Eunhyuk de repente—. Es bastante sexy.
De pronto Chan sentía su sangre arder. Miraba como Jeongin se sonrojaba por el cumplido.
Ambos se rieron todo el tiempo, parecían llevarse tan bien.
Chan sólo suspiro fuerte y cerró su laptop, estaba irritado. Se adentro en sus cosas, definitivamente lo último que necesitaba era en la posibilidad de que Jeongin estuviese con alguien más, al menos sabía que en su época de trainee eso sería difícil pero ahora...
Escuchó su celular sonó, rápidamente se dirigió a atender la llamada.
—Bang Chan —escuchó la emocionada voz de Changbin—. ¿Sabes quién cumple años este fin de semana? —dijo divertido.
—No —respondió cortante, quería molestarlo.
—Vamos, Chan —rio—. Es la primera vez que estás en Corea por estas épocas, siempre andas de empresario importante viajando por todos lados.
—Bien, bien. ¿Harás una fiesta?
—Pensaba más en poder salir contigo temprano, en la tarde haré una fiesta, pero mmm... no sé si quieras ir...
—¿Por qué lo dices? —frunció el ceño.
—Él... Él también irá —dijo con un poco de miedo.
—Ya veo, no te preocupes...
—También quiero que vengas, solo no quería incomodarte, ya sabes.
—No lo haces, Changbin. Sí iré, supongo que tienes razón, tengo que tener un tiempo para mi mejor amigo —sonrió con nostalgia.
—Eso será genial, Chan, la fiesta será a lo grande —dijo emocionado—. No creo ni que se crucen, invite a demasiadas personas.
—Bien, Changbin, iré —sentía su corazón latir rápido, volvería a ver a Jeongin después de tanto tiempo. No iba a negar que se moría por eso hace tanto pero jamás se atrevía. Sabía que ahora Jeongin tenía dinero y era famoso, pero algo de lo que casi estaba seguro era de que este no lo perdonaba. Su lazo en ese punto era casi inexistente.
—Cariño, iré por algunos documentos a tu departamento —escuchó de la otra línea a Félix.
—Claro —dijo como si nada.
Este llegó tras unos minutos.
Félix no dejaba de intentar conquistarlo, pero Chan siempre era igual, se rehusaba. Parecía mantenerse fiel a Jeongin pese a que este parecía haberlo borrado de sus recuerdos.
—Iré a una fiesta el sábado —dijo Chan calmadamente mientras le entregaba los documentos—. Por si mi padre te pregunta.
—Bien, igual y el sábado estaré con tu madre, iremos de compras —dijo con una gran sonrisa.
—Félix —suspiró fuertemente—, si fuera por mí te dejaría libre, no creo que merezcas esto —se sinceró—. Siendo honesto, yo jamás vi a los omegas como objetos y odio que tengas que estar conmigo...
—Yo... Chan, a mí me gustas, nadie me obliga a nada.
—Lo sabes, Félix... Sabes que para mí no habrá nunca nadie más que él.
—Yo... Lo sé, Chan —dijo agachado la cabeza.
—Incluso después de marcarte, jamás podré cambiar lo que siento. Puede que mi alfa lo llegue a aceptar, pero yo... Yo jamás lo haré... Lo siento —dijo serio.
—No tienes que decir todo eso, lo sé perfectamente —dijo con una mirada triste.
Chan sólo asintió y se dirigió a su habitación. Odiaba que Félix se llevara aquello de su parte, pero era cierto. No iba a engañarse a sí mismo.
Llegó el sábado, Chan se vestía lo mejor que podía para aquella fiesta. Decidió ir por lo sencillo, llevaba un traje negro con un polo negro, tenía un pequeño corte en la ceja, este le daba un toque aún más varonil.
Tomó las llaves de su auto y se dirigió a la dirección que le había dado Changbin. Este lo recibió en la puerta con una enorme sonrisa.
—Bang Chan —gritó y se fue a abrazarlo, era cierto, el lugar era inmenso y la música sonaba de manera estruendosa.
—Changbin, Seungmin, hace mucho no los veía —dijo con una sonrisa.
—El señorito empresario nunca tiene tiempo.
Chan sólo negó con la cabeza riendo. Se adentraron en aquel lugar. Tantos aromas, alfas, Omegas e incluso betas. Caminaba tranquilo por la fiesta cuando pudo distinguir aquel aroma que lo había vuelto loco por años, su alfa se desesperó.
Continuó caminando detrás de Changbin quien lo guiaba a la zona de bebidas. Observaba a todos, sin querer sus ojos lo buscaban, moría por verlo, ver aquel dulce rostro en persona.
Changbin le hablaba y este solo asentía con la cabeza, su alfa se desquiciaba buscando desesperado a su Omega, y de pronto... Ahí estaba.
Se enojo mucho cuando notó a aquel sujeto rubio abrazándolo de manera protectora. No le quitaba la vista de encima, Jeongin simplemente reía mientras esté continuaba pegado a él.
Empezó a fruncir el ceño, su alfa podía dominar la situación en cualquier momento.
—Deja de verlo así, Chan —continuaba en sus pensamientos—. Chan...
—Yo...
—¡Bang Chan! —gritó Changbin desesperado.
—Perdón, yo... —intentaba manejar su ira.
—Es Hyunjin —dijo cruzándose de brazos Changbin—. Deja de mirarlo así que créeme que el más que nadie quiere asesinarte en este lugar.
—¿Él? Pero... Pero es enorme —dijo sorprendido.
—Creció bastante —sonrió Changbin.
—No puedo creerlo.
Seguían tomando, Changbin hablaba de distintas cosas, el alcohol empezaba a surgir efecto, de pronto vio a Jeongin bailando con un chico en la pista, este se movía sensualmente captando la mirada de tantas personas, Chan apretaba los puños, su alfa moría de celos...
De pronto vio como Hyunjin se acercaba a él, pasó por su costado, iba con dirección a servirse algo a la cocina, le dirigió una mirada asesina, ambos alfas gruñeron. Sabía que tenía razón en odiarlo, se hizo una idea de la manera en que vio a su hermano en su ruptura. Este se mantenía cerca de la puerta conversando con Changbin, su vista pasaba por Jeongin quien se divertía sin siquiera notar que él estaba ahí.
De pronto sintió aquel olor acercarse, su corazón latía rápido, se desesperaba.
—Un permiso por favor —dijo con una sonrisa, eso era todo... Le habló como si nunca se hubiesen visto en la vida, como si todo ese pasado no fuera más que una vil mentira.
Chan se movió, pese al lazo no sintió nada de parte de Jeongin, su alfa lloraba, sintió el rechazo del que aceptaba como su único Omega.
Intentó tranquilizar a su alfa, este nunca mostraba debilidad ante nada y ahora cual cachorro se recostada sintiéndose rechazado.
—Hyunjin, te dije que trajeras el alcohol no que te lo tomaras todo tu solo —escuchó la chillona voz de Jeongin.
—Ya iba a ir Innie, lo juro.
—Ajam.
Ambos salieron riendo del lugar, nuevamente, nada...
Changbin observó todo con pena.
—A ambos los quiero tanto y en verdad esperaba que su final fuera otro Chan, creo que no todo puede ser perfecto.
—Dímelo, ¿alguna vez te pregunó por mí? —sentía su pecho doler.
—Chan, no creo que...
—Responde... Por favor.
—No, Chan, lo siento —dijo con la voz apagada—. Él simplemente ignora el tema, quien si nos habló de ti fue Hyunjin pero no eran cosas para nada buenas...
Chan rio de costado, recordó cuando aquel pequeño niño se les acercaba a ambos en los recreos, cuando reían los tres juntos y le enviaba dulces, ahora este lucía enorme, era un alfa bastante atractivo y por lo que notaba de carácter fuerte, pese a todo notaba el respeto que este sentía por Jeongin.
Se adentró por más tragos, quería evitar sentir. Jeongin continuaba bailando alegre, odiaba que muchos se lo comieran con la mirada, odio que no volvería a tenerlo como quería.
—Debes parar con eso, Chan, no lograrás nada así...
Este no lo escuchaba, solo mantenía su vista en Jeongin.
Jeongin se mantenía pegado a Hyunjin, sabía que sería difícil, cuando se enteró que Chan iría primero no quería ir, pero no podía evitarlo quería verlo, Hyunjin le dijo que estaría con él todo el tiempo, era listo, sabía que él olor dominante de Hyunjin cubriría el suyo, sabía que de esa manera sería mucho más difícil para Chan notar a su Omega, estaba orgulloso de su conexión con su lobo, ambos básicamente tenían un lazo perfecto. Su Omega entendía que ese ya no era su alfa, entendió que quien te lastimaba de aquella manera no podía estar con él.
Se divertía bailando con mucha gente, Hyunjin cada vez tomaba más y más, Jeongin intentaba medir lo que este tomaba, pero no le funcionaba, de pronto llegó el novio de Hyunjin, Chan, un hermoso Omega de cabello rojo.
Ahora los tres conversaban emocionados, Jeongin evitaba mirar a Chan.
De pronto Hyunjin y Chan se dirigieron a bailar mientras Jeongin tomaba de su vaso y descansaba. Miraba su celular, desinteresado en el exterior.
No supo cómo ni cuándo cuando Chan estaba al frente suyo.
Su corazón se arrugó, pero suprimió todo, no debía sentir.
—¿Se te perdió algo? —dijo divertido.
Chan rio suavemente.
—¿Quieres bailar? —dijo sonriéndole, aquellos bellos hoyuelos, los ama...
—No lo sé, estoy algo cansado —bebía de su vaso.
—Solo será un baile —dijo ofreciéndole su mano.
Jeongin sonrió y tomó su mano, sabía que, si Hyunjin lo miraba asesinaría a Chan, le echó un vistazo, pero este se encontraba bailando alocadamente con su novio.
Se fueron a la pista de baile, de pronto la canción que sonaba era alegre.
Ambos se movían simplemente a los costados mientras tomaban de sus bebidas, de pronto el bit de la música subía y Chan empezaba a hacer pasos extraños haciendo reír a Jeongin.
—¿Qué diablos haces? —cubría su boca.
—Te enseñó los pasos prohibidos —dijo riendo.
—Si son prohibidos es por algo —dijo riendo.
—Supongo que no estas al nivel para apreciarlos —Jeongin rio por aquel comentario y empezó a seguirle el ritmo, ambos bailaban de manera extraña en la pista mientras reían, nuevamente se juntaban y parecía que absolutamente nada había pasado.
Parecía que nunca se hubiesen separado, parecía que ambos volvían a brillar juntos, nuevamente la gente a su alrededor desaparecía.
Sus risas eran todo lo que ambos escuchaban. Su Omega se mantenía tranquilo, el alfa simplemente se ahogaba en su aroma, lo observaba de lejos, lo contemplaba...
Escuchaba la chillona risa de Jeongin al hacer aquellos pasos que solían hacer en las fiestas retándose cuando estaban en el colegio. No importaba cuan bueno era en el baile Jeongin, siempre terminaba siguiendo los pasos de Chan.
De pronto la música cambió por uno más sensual, Jeongin no pudo evitar sentirse un poco nervioso, por su cabeza simplemente pensó volver a su sitio. Chan lo tomó de la mano y lo miró directamente a los ojos.
—Sólo está más —dijo en tono serio. Jeongin sólo asintió con la cabeza. Chan se acercaba a él sutilmente, ambos continuaban bailando, esta vez no había movimientos exagerados, sólo la mirada penetrante de Chan que se dirigía de sus ojos a sus labios, Jeongin empezaba a sentir nervios. Quería volver a su sitio, cuando Chan tomó del brazo y lo apego a él, ambos continuaban bailando. Todos estaban sumidos en su mundo, Chan lo cogió de la cintura apegándolo a su cuerpo.
—Vamos, Innie, vuélveme loco con tus movimientos —dijo cerca de su oído—. Mueve tu delicioso cuerpo para mí.
Jeongin sintió un escalofrío recorrer su espalda, este solo sonrió y empezó a moverse de manera sensual, Chan no le quitaba la vista de encima, ambos habían bebido bastante.
Changbin observaba todo sin saber que hacer, miraba como Jeongin se movía entre los brazos de Chan de manera insinuante. Chan mordía su labio sin despegar la vista de él.
De pronto Chan lo volteó y apego su cuerpo, Jeongin se sorprendió. Sintió la enorme erección de Chan.
—Vamos, Jeongin, déjame hacerte el amor —empezó a besar su cuello con suavidad—. Déjame tener a mi precioso sol conmigo.
Jeongin sentía las lágrimas acumularse en sus ojos tras escuchar aquello.
¿Cómo podía decirle eso?
—Chan... No —se quiso alejar, no podía perder el control—. Por favor, déjame.
—Jeongin —recostó su cabeza en el espacio de su cuello—. Vuelve a ser mío.
—Chan estás mal, será mejor que me vaya —Jeongin por primera vez se sintió débil, se había jurado de mil maneras dejar todo aquello en el pasado.
—Vamos, Omega hermoso —dijo dejando suaves besos haciendo que este soltara un suave gemido, se odio, pero era como si su cuerpo no le hiciera caso y reaccionará por inercia a Chan—. No me rechaces más... Por favor...
Sintió aquella humedad en su hombro ¿Acaso Chan estaba... Llorando?
—Lo mejor será que me vaya, Chan —dijo suspirando.
—Te amo —soltó de repente haciendo que el corazón de Jeongin latiera demasiado rápido, su Omega empezaba a reaccionar a las palabras de Chan, volvía a caer...
—No me digas eso por favor —dijo casi como una súplica.
—Déjame besarte, Jeongin —besaba su cuello, llegó a aquella marca la cual parecía cicatrizar—. Déjame amarte... Omega precioso, eres mío, mi Omega bonito...
—Alfa... —escuchó en un gemido.
Chan reacciono rápido, lo tomó de la mano y se abrió paso por la gente saliendo por la parte trasera del lugar.
Se dirigió a su auto, abrió la puerta y se adentró en la parte de atrás.
—Alfa... No... —intentaba luchar contra aquello.
—Omega hermoso —le daba pequeños besos por el rostro.
—Chan... No —moría por mantener su cabeza fría.
—Jeongin, déjame... Solo una vez más —besaba por sobre la marca. Daba cortas lamidas.
—Alfa... Mghmm —se dejaba llevar por las caricias de Chan.
Chan lo abrazó fuertemente y se recostó con él entre sus brazos.
—Siempre serás mi debilidad Jeongin.
—Me quiero ir —aquella voz lo destrozó, realmente sentía que lo tenía contra su voluntad, se dio cuenta de lo idiota que era al llevárselo simplemente por su desesperado deseo de tenerlo nuevamente con él.
—Lo siento, Innie, yo... Bien volveremos, te dejaré... Disculpa si... Me pasé, soy un idiota —se alejó, era cierto Jeongin no quería eso, solo era su Omega reaccionando al alfa de Chan.
—No quiero salir lastimado Chan —se sinceró.
—Lo entiendo Jeongin, es solo... Me vuelves loco, y... No puedo controlarme contigo... —dijo muy cerca de su rostro. Sus labios estaban a nada de rodarse, Jeongin se derretía por dentro, en eso retrocedió y se dio cuenta, no le había hecho ignorarlo para nada, no podía simplemente hacer que volviese a sentir cosas por el si este de cualquier modo tendría que continuar con su vida.
—Perdóname, Jeongin, volvamos —dijo dirigiéndose a la puerta.
Jeongin trago saliva, su corazón latía rápido sabía que quería, que moría por tener, pero no pensaba volver a fallar.
Este lo esperaba en la puerta, Jeongin salió lentamente con un revoltijo de ideas en mente. Chan lo detuvo cuando esté estaba en su costado.
—Sólo uno, Jeongin —dijo sin mirarlo—. Sólo un beso tuyo...
Jeongin temblaba, sabía que si este hacía tal cosa sería muy difícil detenerse. Sabía que, si le permitía aquello, le permitiría muchas cosas más, pero su Omega se había rendido, volvía a emocionarse por la atención de su alfa, este lo animaba a aceptar todo lo que Chan quisiera.
—No lo sé... —dijo nervioso, odiaba sonar débil, quería ser fuerte y largarse.
Chan lo tomó por la cintura y lo apego a él.
—Extraño tus labios, Innie —dijo muy cerca de su rostro—. Prometo no pasar de eso —miraba de manera penetrante sus labios. Jeongin moría por aceptar y su Omega no gritaba otra cosa.
Fue él mismo quien beso a Chan, unió sus labios en un casto beso. Amo la sensación de aquellos delgados labios, se sentía tan bien, Chan lo apego a su cuerpo, profundizaba aquel beso, empezó a abrazarlo fuertemente, no despegaba sus labios, sus corazones se completaban, el tiempo no pasaba, se besaban lentamente y con ganas.
Chan introdujo su lengua volviendo loco a Jeongin, sabían que debían parar, sabían que si no lo hacían todo iba a ser en vano, pero se sentía tan correcto estar de aquella manera.
De pronto Jeongin recordó todo, su trato, la boda, Félix. No, no podía hacer eso.
Intento alejarse, pero Chan bajo a su cuello, puso sus manos en el pecho de Chan intentando alejarlo.
—Chan, no... —dijo lo mejor que pudo, pero este lo hacía sentir tan bien, no supo en qué momento este lo sentó en la parte trasera del auto y continuaba besándolo.
Enredaba sus dedos en los cabellos de Chan.
—Mghmm... Chan... —este amó escuchar su nombre entre sus gemidos, se había tocado tantas veces pensando en su precioso Omega y ahora lo tenía, no iba a aguantar, lo quería tanto, la anhelaba...
De pronto un celular sonó, era el de Jeongin, este salió de aquel trance y contestó empujando a Chan.
—Sí... Hyunjin continúa en la fiesta... Sí, por favor, estoy afuera... Bien, gracias.
Chan lo miraba con mucho deseo, Jeongin colgó la llamada, sintió aquella mirada tan centrada en él.
Se levantó rápidamente.
—Esto no volverá a pasar, Chan —dijo fríamente—. No lo permitiré.
De pronto un carro llegó. Era negro y muy lujoso. Vio como de aquella puerta salía a quien nunca pensó ver en persona.
—Hola, bebé, te llevaré a tu departamento —dijo tras bajarse Eunhyuk.
—Gracias —sonrió dulcemente Jeongin mientras se alejaba.
Chan los miraba, nunca pensó que terminaría de esa forma, jamás si quiera se lo imagino.
Eunhyuk le dio un corto beso en la cabeza, antes de que este se adentrará en su auto, le dirigió una mirada fría a Chan al sentir su olor sobre Jeongin. Le blanqueó los ojos y se metió en el auto, las ventanas estaban abiertas, y Chan no quitaba la vista de ambos.
Jeongin se ponía el cinturón tranquilo cuando Eunhyuk lo tomó del rostro y le plantó un largo beso. Jeongin solo se dejó, correspondió a aquel beso con total normalidad.
Chan sentía que iba explotar en celos, su alfa se sentía molesto, apretaba los puños, sentía su pecho doler de manera tremenda.
Ambos se separaron, Eunhyuk sonrió antes de darle un corto beso en la frente. Jeongin solo sonrió y fijo su vista al frente, no pensaba mirar a Chan, ya no soportaba la idea de verlo.
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