✩。: Sol y Luna
Chan despertó temprano, tomó todas sus cosas y se dirigió al auto, llegó a la escuela, se dirigió rápidamente por su instrumento, todos se encontraban formados, logró divisar a un pequeño Jeongin entre todos, este se encontraba conversando con una omega, se alegró de que tuviera otra amiga, sabía que por momentos no iba a poder estar con él.
Era extraño como durante la semana de sentirse incómodo y fastidiado empezó a sentir que necesitaba de la compañía de aquel niño juguetón.
Lo miraba con dulzura, este podía llegar a ser muy ruidoso e increíblemente esto no le molestaba. Le encantaba escucharlo, le encantaba que siempre le preguntaba cómo se sentía, le preguntaba por lo que le gustaba, era muy espontáneo.
Llegó la hora de tocar, todos escuchaban atentos, pero entre todos pudo divisar a un Jeongin cuyos ojos brillaban emocionados, no pudo evitar sonreír mientras tocaba. Una vez que terminó todo se dirigieron a sus clases, tomó asiento a lado de un Jeongin que parecía contener sus gritos.
—Eres increíble, Channie. Y ese instrumento dorado, qué genial, quería gritar, pero la Profesora Park me hubiera pegado —dijo rápidamente.
—Puedo prestártelo en la hora de recreo si deseas, igual es mío —sonrió.
—¿En serio? —preguntó emocionado, pero luego su expresión pasó a una preocupada—. Pero... ¿Y si lo rompo?
Chan se rio.
—No lo harás, lo prometo, no es tan frágil —dijo, sacando sus cuadernos.
—Bien —sonrió Jeongin.
Una vez que llegó la hora de recreo ambos se dirigieron hacia la sala de instrumentos, Chan cogió su saxo, tomó su caña y preparó todo el instrumento, mientras Jeongin miraba todo admirado, aquel instrumento le pareció tremendamente precioso.
—Bien, Innie, aquí tienes —dijo, ofreciéndole su saxo.
Este lo cogió con suavidad y posicionó sus labios en la boquilla, no demoró mucho en comprender como salía el sonido, Chan estaba impresionado, era su primera vez con aquel instrumento y ya le sacaba un agradable sonido, le empezó a explicar la posición de las manos, cuando el profesor de música acompañado de algunos alfas entraron a aquel salón.
Este se molestó mucho al ver a aquel omega sujetar el saxo, los alfas eran los únicos que podían tocar aquel pesado instrumento, y este no tenía por qué estar en aquel salón.
—Hey, omega, largo de aquí, esto es sólo para alumnos de banda —dijo serio.
Jeongin se asustó por la manera en la que el maestro le habló, empezó a quitarse el saxo cuando Chan le contestó.
—Yo lo traje y es mi instrumento — Dijo en tono frío. Su mirada era de reto. Jeongin no sabía cómo reaccionar.
—Chan, sabes que los omegas no deben tocar ese instrumento, se podrían dañar, ya sabes son muy débiles —la sangre de Chan hervía, no le gustaba que hablara así de los omegas en frente de Jeongin.
—Creo que será mejor que me vaya, Channie —dijo Jeongin, quitando el instrumento. Los otros alfas lo miraban de manera intimidante, sus feromonas de miedo se empezaban a hacer presente y Chan lo pudo notar, estas fueron totalmente cubiertas por las de enojo de Chan.
—Bien, Innie, vámonos —guardó el instrumento. Los otros alfas se sintieron un poco asustados, Chan no necesitaba decir ninguna palabra para denotar su molestia.
—Suerte en su estúpida banda —dijo, llevándose su instrumento.
—Chan, no puedes llevarte eso, en la tarde tenemos ensayo —habló el maestro, cruzándose de brazos.
—Ustedes tienen razón, estoy fuera —dijo sin más, tomando del brazo a Jeongin y sacándolo de aquel asqueroso lugar lleno de alfas idiotas.
Jeongin sentía miedo aún, podía sentir claramente la molestia de Chan, su omega se sentía muy angustiado y asustado. Chan lo llevó con dirección al salón de clases, notó que Jeongin seguía teniendo miedo, se volteó y le sonrió.
—Hey, no tengas miedo —habló suavizando su voz, su alfa empezó a liberar feromonas para tranquilizarlo. Este sólo asintió con la cabeza—. Mañana lo traeré y podré enseñarte como tocarlo, ¿bien? —apretó una de sus mejillas.
—¿En serio? —preguntó, dejando el miedo de lado—. Eso sería genial, Channie.
—Claro, Innie —sonrió.
Terminó el recreo y continuaron con sus clases normales, Jeongin se apoyaba por momentos en el hombro de Chan cuando se empezaba a aburrir durante las clases. Chan le daba mucha tranquilidad.
Unos minutos antes de que la clase terminará el maestro de música se acercó al salón para hablar con Chan y pedirle que no se retirara, él representaba prácticamente a la banda, era una parte demasiado importante, Chan sólo suspiró y aceptó seguir en banda, con tal de que este no se metiera con Jeongin. El maestro se preguntaba por qué le importaba tanto, era extraño incluso entre otros alfas defender así a un omega.
Las clases terminaron y se encontraban formados. Antes de separarse Jeongin le dió un fuerte abrazo, el cual fue correspondido, Chan sentía mucha calidez con ese tipo de actitudes.
—Gracias por ser mi amigo, Channie —dijo con seriedad. Chan se sintió feliz al escucharlo.
—Gracias por ser el mío, Innie —se separaron con una sonrisa. Jeongin se dirigió hacia su madre, Chan siempre los veía, moría por conocerla y a su familia, Jeongin le había hablado de cómo eran todos en su casa, le encantó todo lo que le contó.
Iba con dirección a su auto cuando un chico de su clase se le acercó.
—Chan, la siguiente semana será mi cumpleaños, estás invitado —dijo con una sonrisa y una invitación en la mano.
Chan sólo la recibió por cortesía y se retiró, no tenía pensado ir, no le gustaban para nada las fiestas, prefería quedarse en casa leyendo.
La siguiente semana llegó rápido, se encontraba en el patio en la hora de recreo, después de mucho Jeongin lo había convencido de salir.
—Es Super Junior y es el mejor grupo del mundo, ellos son Kyuhyun, Heechul, Leein, Yesung, Sungmin, Ryeowook, Leeteuk, Eunhyuk, Donghae, Shindong, Siwon, Hangeng, Kibum Henry y Zhoumi —le mostraba una foto, emocionado. Chan sonreía al verlo tan alegre—. Debes aprenderlos y luego escoger a tu favorito, el mío es Eunhyuk, él baila increíble, me encantaría bailar como él.
Chan comía de su pan, mientras continuaba escusando a Jeongin, este lo había convencido de traer más que una fruta para sus recreos, le decía que se preocupaba mucho por él, Chan no pudo evitar hacerle caso. De vez en cuando le traía algunos dulces a Jeongin, no le permitía comer demasiados, sabía que este terminaba poniéndose hiperactivo y con dolor de estómago.
—Creo que el tuyo será Heechul, porque es cool igual que tú, aparte de que es el más atractivo. Tú eres muy lindo, Channie; así que, será para ti —Chan se quedó, sorprendido, Jeongin siempre le recordaba lo atractivo que era, pero esto nunca sonaba a que le coqueteaba, salía de los labios de Jeongin como si fuera una verdad más en todas sus frases.
—No lo sé, Innie, supongo que tendré que conocerlo mejor —musitó, sonriendo.
—Sí, Channie, sé que te gustará, además, sus canciones son geniales —dijo, sonriendo—. Tienes que escuchar bonamana.
Chan sólo asentía, no sabía por qué, pero todo lo que Jeongin decía lo emocionaba, se lograba contagiar fácilmente por él.
—Channie, tú no me has dicho si hay algún grupo que te guste —dijo, apoyándose sobre sus rodillas, se encontraban en medio del enorme patio verde.
—Mmmm, creo que mayormente escucho música clásica y rock —contó, tranquilo.
—Podrías decirme el nombre de tus bandas favoritas para escucharlas, Channie —habló muy emocionado. Este sonrió y asintió con la cabeza.
Jeongin amaba como Chan se comportaba con él, este había empezado a ser cada vez más cálido con él, le explicaba todo lo que no entendía en clases, le hablaba de música.
Los días pasaron y ambos tenían largas conversaciones, Jeongin continuaba haciéndole muchas preguntas, muchas lo hacían reír, le parecía muy ocurrente. Se volvía un hábito salir juntos al patio, aunque a veces preferían quedarse en clases, sus conversaciones parecían nunca tener fin. Se volvieron muy unidos, Jeongin no dejaba de preocuparse por Chan, cuando este no comía bien, le daba de su comida, pese a que este le decía que no tenía hambre, Chan procuraba llevar más comida para no preocupar a Jeongin.
Jeongin y Chan empezaban a hablar muy seguido por papelitos, muchas veces no podían contener las risas, se sentían completos, aquella hermosa amistad lo era todo para ambos.
Los viernes por costumbre se sentaba con Soyeon, ella también se volvió muy cercana a él, pese a que había tenido que lidiar con otros omegas molestos, había conseguido llevarse bien con muchos de su clase. Los alfas por lo general sólo lo ignoraban.
—En estos 5 años que conozco a Chan nunca lo había visto reír y hablar tanto —contó Soyeon, mientras moldeaba a un trozo de cerámica en frío.
—Es cierto, a veces solo sonreía, pero siempre era igual, como si no quisiera estar aquí, era un poco estresante ver como se le acercaban y este las alejaba con alguna excusa —dijo Aiki, también se volvió muy cercana a ella, era amiga de Soyeon.
Los tres continuaban con el molde.
—Me alegra haber podido volverme su amigo, es genial hablar con él, está lleno de vida y de cosas interesantes, sabe de muchas cosas, incluso de medicina —rio, recordando el día que comió algo en mal estado y Chan inmediatamente sacó una pastilla de su mochila, era para el dolor de estómago, rápidamente se la dio, Jeongin se había quedado sorprendido.
"Sabía que en algún momento me iba a servir traerla, después de todo lo que te gusta comer obviamente algo te iba a caer mal Innie" le dijo Chan, dándole de su bebida para que tomara la pastilla.
—Es lindo su trato, Innie, sólo... ten cuidado, hay mucha gente envidiosa. Por cierto, ¿irás a la fiesta de Jiseob? Dicen que será a lo grande.
De pronto todos los que había salido a banda entraron. Soyeon volvía a su sitio tranquila, mientras Aiki esperaba una respuesta. Chan se acomodaba en su sitio.
—No lo creo, Aiki, no sabía que haría una fiesta —habló tranquilo, guardando el trozo de cerámica.
Jiseob escuchaba aquella conversación al estar Chan a su lado.
—Oh, ya veo, tampoco creo que vaya entonces. ¿Tú irás, Chan? —preguntó, este había empezado también a hablar un poco con las amigas de Jeongin al ver que a este le agradaba mucho y no parecían ser molestas.
—No —respondió, haciendo que Jiseob frunciera el ceño—. Sin Jeongin todo sería aburrido —Jeongin continuaba guardando sus cosas.
—Jeongin, olvidé darte tu invitación, espero que puedas asistir —Jiseob se acercó a Jeongin con sonrisa superficial para darle una invitación de las que sobró.
—Ah... Bien —contestó con una sonrisa tranquilo.
—Sí irás, ¿verdad? —preguntó, obviamente con doble intención.
—No creo, me encantaría, pero no creo que mis padres puedan llevarme —respondió con un poco de tristeza en su voz.
—Si quieres ir puedo recogerte y podríamos ir juntos, Innie —sugirió Chan, sonriéndole.
A las dos amigas de Jeongin esto les pareció en extremo adorable, Chan realmente podía ser todo un encanto. Jiseob estaba irritado, ese definitivamente no era el plan, pero al menos sabía que Chan iría.
—En ese caso creo que sí iré, supongo que le pediré permiso a mis padres —le contestó con suavidad a Jiseob quien solo hizo una leve mueca y se fue.
Todos regresaron a sus asientos, Jeongin y Chan de vez en cuando comían en clases, ambos sacaban una porción de lo que había quedado de su recreo y se reían bajo mientras comían.
Los profesores empezaban a notar tal cercanía, a algunos les alegraba ver a Chan por fin siendo abierto con alguien y a otros les fastidiaba un poco, ya que tenían el mismo pensamiento cerrado de algunos padres de familia.
Tal como dijo Chan, lo fue a recoger, sus padres al saber que era la fiesta del hijo de uno de los trabajadores más importantes de su empresa accedieron rápidamente.
Jeongin se le hizo muy lindo, usando aquella ropa de calle, una sudadera negra y pantalones negros, se despedía de su madre muy emocionado. Rápidamente se dirigió al coche y se sentó en la parte trasera con él, Jeongin abrió mucho los ojos al notar como iba Chan, hasta ahora siempre lo había visto con uniforme, ahora usaba algo más casual pero lo que más le impresionó fue aquella pequeña trenza a un costado formada en la parte de su mechón ahora azul.
—Channie, te miras increíble —soltó, emocionado—. Me gusta tu trencita — musitó tocándola, este sólo se rió.
— También te miras bien Innie, eres el Omega más lindo —dijo sonriendo.
—Y tú el alfa más bonito —le dio un corto abrazo antes de que el carro se pusiera en marcha.
Ambos llegaron a la fiesta, esta era algo lujosa, todos sus compañeros estaban ahí, y también algunos niños que no conocían, suponían los familiares de Jiseob.
Entraron hablando, todos divisaron a Chan, este lucía en extremo atractivo para todos, Jiseob se emocionó al verlo pasar por la puerta.
La música sonaba fuerte, todos bailaban, algunos solo estaban sentados conversando. Jiseob se les acercó.
—Chan, me alegra verte —dijo con una sonrisa
—Hola —respondió seco, mientras Jeongin observaba todo el lugar.
—Tu casa es muy bonita, Jiseob —halagó Jeongin sin despegar la vista de los enormes cuadros que había por todo el lugar.
—Gracias —soltó con indiferencia.
—Ven, Innie, veo algunas bebidas que debes probar, estoy seguro que te van a gustar, pero solo será un poco, no quiero que te ande doliendo el estómago.
—Bien, Channie —Chan lo tomó del brazo cariñosamente y se lo llevó hacia la mesa de bebidas, Jiseob estaba molesto, sería demasiado difícil llamar su atención su este se mantenía apegado a Jeongin.
—Minho, hazme un favor —pidió, acercándose a su primo—. ¿Miras a aquel omega? —este dirigió la vista hacia él.
—Es lindo —dijo viendo como este bebía del vaso con cara sorprendida.
—¿Por qué no lo invitas a bailar?
—No sé si su alfa esté de acuerdo, desde acá puedo sentir su aroma rodeándolo.
—No te preocupes por eso, sólo son amigos, estoy seguro que aceptará.
—Bien, iré —avisó, dejando su bebida en su silla.
Chan y Jeongin probaban todo lo que podían de aquella mesa.
—Hey, niño bonito, ¿no quieres bailar? —preguntó, tomándolo por la cintura, dejando a este frío. Nunca le habían hablado así, ni mucho menos tocado de esa forma.
—Quita tus asquerosas manos de ahí —expresó Chan con voz de mando, haciendo que todos los omegas automáticamente sintieran miedo, aquel sujeto lo soltó de inmediato.
Jeongin se alejó nervioso, odiaba ver a Chan enojado, este no cambió de expresión hasta que Minho se alejó lo suficiente.
—Channie —susurró con miedo.
—No debes dejar que nadie te toque así, Innie —dijo tocando su rostro cariñosamente.
—Lo sé, sólo... es que me tomó por sorpresa —musitó un poco más calmado—. No reniegues, Channie —le dio un suave abrazo, su omega se sentía muy seguro cuando este le correspondía. Ambos lograban sentir mucha calidez.
Jiseob se sentía enormemente frustrado, no había funcionado para nada bien y ahora parecía que Chan quería a Jeongin para sí.
—Dijiste que sólo eran amigos —reprochó Minho con molestia.
—Se supone que lo son —estaba molesto, quería ir y separarlos.
Chan y Jeongin se mantuvieron conversando por el resto de la noche, ambos salieron un momento a la parte trasera de la casa que daba con un pequeño patio, había luna llena, cada uno podía sentir a su lobo interior de manera más intenta. Ambos se querían.
—Sería genial que pudieras venir a mi casa, Channie, podríamos jugar y hacer muchas cosas más.
—No sé si mis padres me dejen, Innie, pero me encantaría.
—¿Sabes, Chan? Creo que eres la mejor persona que he conocido, eres muy dulce, amable, divertido y siempre cuidas de mí —contó Jeongin, viendo a la luna—. Eres... Eres como la luna —dijo sonriendo. Chan sólo lo observaba, aquellos ojos brillaban de manera hermosa—. Brillas tanto, y eres... Eres muy hermoso como ella —su sonrisa era tan cálida.
Chan sentía su corazón latir demasiado, su alfa empezó a emocionarse. Pedía a gritos a aquel omega, este se repetía que aquello no podía pasar, sus padres jamás lo aceptarían.
—Y tú eres como el sol, Innie —susurró, dirigiéndose la mirada—. Tú brillas a pesar de todo, eres quien me brinda toda la calidez y me permite brillar también —dio un corto beso en su mejilla.
Jeongin sintió que su omega se desesperaba, sentía que quería a Chan, lo quería demasiado. Esperaba que solo estuviera confundiéndose, ellos solo eran amigos, aquello no debía pasarle.
Sus ojos se encontraban, no había palabras, se sentían completos juntos.
—Aquí está.
Escucharon que alguien entró, haciendo que estos salieran de su pequeño momento.
—Cantarán para el cumpleañero, todos tienen que estar —avisó Aiki—. A menos que quieran que él mismo venga a molestar —suspiró.
Estos de inmediato entraron a la fiesta, una enorme torta en medio de todos. Jiseob vestido de aquella forma parecía que iba a presentar alguna clase de Show, ambos esperaban que este ya hubiera pasado, preferían salir a conversar sin ser molestados.
Una vez que cantaron les pidieron sentarse, ambos estaban sentados juntos con sus rebanadas de pastel, Jeongin comía rápidamente, amaba el pastel, no solía comerlo mucho por lo que no tardo en terminarlo.
—Puedes comer el mío también, Innie, no tengo mucha hambre —dijo Chan ofreciéndole su rebanada con una sonrisa.
—Gracias, Channie, te quiero mucho —le dio un fuerte abrazo antes de tomar el pastel.
Chan estaba frío, nunca le habían dicho tal cosa en su vida ni siquiera sus padres y a Jeongin le había salido de los labios con tanta sencillez.
Vio como este devoraba su trozo de pastel, emocionado. Chan tenía muchas cosas en mente en ese momento, sentimientos que no terminaba de descifrar.
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