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✩。: Lazo

Era su último año ya, ambos tenían dieciséis años, su relación maduraba, ellos maduraban, sus peleas ya no eran de niños, los temas que discutían eran sobre un futuro que se hacía más realista. Jeongin continuaba siendo ruidoso y espontáneo, Chan se había vuelto igual de enérgico que él. Ambos compartían amistad con muchas personas, muchas veces peleaban, pero siempre volvían a unirse.

Félix continuaba odiando a Jeongin, este también crecía, su odio por él también.

Había intentado tantas cosas, lo único que lo alegraba era que terminando la escuela empezarían los planes de la boda, Chan sería suyo, así debía ser y su amor con Jeongin no quedaría como más que un simple amor de colegio. Él sería su esposo.

—El viaje de promoción será emocionante, Channie, estoy emocionado por pasarlo contigo —dijo emocionado.

—Odio que no podremos compartir cuarto, Innie —habló molesto.

—Channie, pero compartiré con Seungmin y tú con Changbin, simplemente podemos cambiar después de la revisión —dijo abrazándolo por los hombros.

—Tienes razón, Innie, quiero pasar la mayor cantidad de tiempo contigo —musitó, dando un corto beso sobre la mano de este.

Félix había tenido algunos cruces de palabras con Jeongin, éste no se quedaba callado. Chan cada día admiraba más a Jeongin, veía tanta fuerza en él.

—Más les vale que lleguen temprano, es mi día y ustedes son mis mejores amigos —decía Changbin, emocionado.

—Recogeré a Jeongin y de ahí iremos —dijo Chan, estaba con los brazos cruzados y Jeongin se encontraba recostado sobre su hombro.

—Mi primo consiguió mucho alcohol y mis padres no estarán así que podemos descontrolados.

—Seungmin no te dejará tomar mucho, Bin —habló Jeongin, sonriendo.

—Es cierto —dijo riendo levemente Chan.

—¿Y qué? A ti seguro Jeongin tampoco te dejará tomar.

Ambos rieron.

—No lo dejaré tomar más que yo claro —dijo Jeongin.

—Te reto —habló Chan bromeando.

—El que este más sano se encarga del otro —dijo Jeongin—. Nada de tomar agua, Bang, eso es de cobardes —Chan Soltó una carcajada.

—Tú eres quien pasa pidiendo agua cuando ya se siente mal, Innie —Chan empezaba a hacerle cosquillas a Jeongin, se metían en su mundo.

—Quién los entiende, mi Omega es preocupado, ustedes pueden morir juntos intoxicados y ustedes felices.

—La verdad sí, con tal de divertirnos —Jeongin dio un corto beso en la mejilla de Chan.

Toda su clase estaba invitada a la fiesta de Changbin, este era en extremo social, Chan y Jeongin se habían vuelto prácticamente inseparables con él y Seungmin. Salían muchas veces juntos, eran la salida de parejas perfecta.

Chan se dirigía a la casa de Jeongin, nuevamente había dejado crecer su cabello, sabía que a Jeongin le encantaba de esa forma.

—Channie, te hiciste tu trencita —dijo con cariño apenas salió de su casa—. Te ves genial.

—Sabía que te gustaría, Innie —lo tomó de la quijada, haciendo contacto visual con el—. Tú te ves hermoso.

Este se sonrojó un poco, su Omega se sentía tan cómodo con Chan.

Ambos fueron con dirección a la casa de Changbin, la bulla se escuchaba desde lejos, rieron al pensar en todo lo que harían.

A penas entraron todos bailaban y eran a penas las seis de la tarde, Changbin bailaba apegado a Seungmin, mientras mucho bebían de la mesa la cual estaba repleta de alcohol, la casa de Changbin definitivamente terminaría siendo un desastre.

Empezaron por agarrar el vino, ambos adoraban esta bebida, Chan era casi un experto, sus padres tenían toda una bodega, muchas veces había llevado vino a la casa de Jeongin, algunas veces como regalo para su familia y otras las bebían cuando estaban solos mientras reían y hacían karaoke, su relación mantenía todavía como núcleo aquella alocada amistad, siempre hacían todo tipo de cosas juntos, gracias al buen comportamiento de Chan este lograba salir con Jeongin muy seguido. Si bien es cierto no habían podido volver a tener algo en la intimidad, pese a que lo habían intentado muchas veces, nunca lo lograban porque siempre eran interrumpidos por un pequeño Hyunjin travieso o porque alguien los llamaba.

Empezaron a bailar divertidos, ambos se miraban retándose, hacían bailes extraños y no se median a la hora de beber, reían mucho al recordar sus primeras veces con el alcohol y lo rápido que caían bajo sus efectos empezando a reír de idioteces.

Tenían ataques de risa constantemente. Definitivamente ambos estaban hechos el uno para el otro.

Chan tenía sujetado a Jeongin de la cintura, continuaban besándose.

—Innie, iré al baño —avisó, arrastrando un poco las palabras.

—¿Entonces yo gané? —dijo de la misma manera que Chan.

—No —contestó, riendo—. Estás igual o peor que yo.

El otro le respondió con una sonrisa divertida, bien, sabían que era momento de dejar de beber.

Chan se fue al baño y Jeongin se sentó. Sentía su cabeza dar vueltas, se lavó la cara sabía que no debía tomar más, ni él ni Jeongin.

Jeongin esperaba pacientemente a Chan, todo le daba vueltas, quería dormir unas hora e irse, pediría a Changbin que le prestara su cuarto, no pensaba bien.

Se levantó a hablar con Changbin cuando sintió que una mano lo jalo. Por un momento pensó que era Chan, pero cuando lo vio bien notó que era Sunwoo.

—Hace tiempo que no hablamos, Innie —dijo, jalándolo hacia sí.

—Yo... —se sentía débil—. Ya me voy —dijo intentando irse, este lo sujetó por la espalda haciendo que un escalofrío recorriera toda su columna.

—No me puedes dejar así —este también había bebido mucho, sintió su erección en su trasero, esto lo llenó de asco, su Omega se sintió asustado, Jeongin quiso irse y cuando lo notó Chan estaba bailando con Félix. Sintió su sangre hervir. Le dio la suficiente fuerza para empujar a Sunwoo, se dirigió rápidamente donde Chan.

—¿Te diviertes? —preguntó lo mejor que pudo articular.

—Cómo no tienes idea —dijo fríamente.

Este había visto toda la escena con Sunwoo, automáticamente sintió la irá, no podía creer que Jeongin se dejase tocar así, estaba molesto, la primera persona que vio cerca era Félix, sabía que eso enojaría a Jeongin, pero él se sentía igual de molesto.

Jeongin solo sacudió su cabeza y se fue molesto donde Changbin.

—Déjame dormir en tu cuarto unas horas, por favor —dijo intentando no llorar, el alcohol hacía que sus emociones fueran aún más fuertes.

—Sí, claro —le dio la llave.

Chan lo vio caminar en dirección al cuarto de Changbin, para su sorpresa Sunwoo lo siguió.

Jeongin no notó que este estaba detrás, solo intentaba mantenerse en equilibrio, pensaba simplemente dormir y largarse, no quería ver a Chan. Odiaba que pasaran cosas como esas siempre entre ambos.

Los dos eran tremendamente orgullos, los dos preferían jugar a quien molestaba más al otro en vez de poder hablar lo mejor, Jeongin odiaba aquello, sabía que siempre ambos regresarían juntos y aun así a veces se dañaban, estaba cansado.

—¿Separaste el cuarto? —escuchó detrás suyo en tono burlón.

—Sí, para ambos —la voz de Chan sonó haciendo a Sunwoo retroceder—. Quiero que te largues y no te atrevas a volver a tocarlo o juro que te voy a reventar la cara a golpes.

Aquella voz tan varonil, tan dominante, Jeongin sintió su corazón latir rápidamente, pero eso no quitaba el hecho de que estuviese molesto.

Sunwoo se fue rápidamente, Chan continuaba con su mirada en Jeongin. Este tomo asiento en la cama ignorándolo, empezó por quitarse los zapatos, pensó en ignorar a Chan.

—¿Por qué mierda dejas que te toque? —soltó molesto.

—Lárgate —dijo Jeongin fríamente.

—¿Ahora te vas a enojar? —estaba molesto.

—Quiero dormir, será mejor que te vayas, Chan, puedes seguir bailando abajo —dijo Jeongin mientras se recostaba.

Chan cerró la puerta, le puso seguro y se dirigió a Jeongin, quien le daba la espalda.

Lo cogió del brazo y lo levantó.

—Maldita sea, Chan, yo solo quiero dormir un rato —expresó, intentando que este lo soltara. Estaba contra la pared.

—No quiero que nadie te toque —empezó a pasar su mano derecha por su cuerpo. Jeongin continuaba molesto, lo empujó. Chan no se inmutó, tomó ambas manos y las puso sobre su cabeza—. Eres mío —empezó a besar su cuello, Jeongin estaba demasiado molesto aún.

—Déjame Chan, maldita sea —intentaba soltarse, pero este lo tenía bien sujeto—. No me toques.

Chan apegó su cuerpo y tomó sus labios, este ponía resistencia, quería empujarlo, pero Chan continuaba besándolo.

—Chan, por favor... Mghmm —esta vez su voz se iba ahogando en gemidos, Chan mordía suavemente por su cuello.

—Mi Omega hermoso —Jeongin abrió los ojos de pronto, no podía ser cierto—. Mío —continuaba besando todo su cuello.

Jeongin sentía como la erección de Chan crecía, recordó aquel tamaño, sus mejillas se tornaron rojas, Chan tomó sus labios y empezó a devorarlos desesperadamente.

—Chan, debemos parar... Ohm... —mordía su labio inferior—. Detente...

Chan lo empezó a desnudar desesperado, quito su polo y empezó a besarlo mientras quitaba sus pantalones. Jeongin quería resistirse, pero su Omega moría de placer, quería desesperadamente a su alfa, este le gritaba que no, sabía que ambos se podrían dejar llevar...

Una vez desnudo, Chan pasaba su mano por todo su cuerpo, se detuvo en sus glúteos y los presionaba fuertemente, su erección dolía. Jeongin lo observaba, no podía quitar la vista de Chan y aquella mirada tan sensual que tenía.

Chan rápidamente bajo sus pantalones dejando aquella enorme erección, Jeongin sintió sus mejillas arder tras esto, su corazón latía rápido.

Chan lo volteó dando su cara contra la pared.

—Omega —Chan se mordía el labio, ver a Jeongin desnudo al frente suyo lo excitaba demasiado—. Tan hermoso cuerpo —pasaba su mano por toda su espalda.

—Chan por favor, tienes que detenerte —intentó voltearse, se sentía en extremo excitado y no le quedaba mucha voluntad, su ano había empezado a lubricar por la excitación, lo cual empeoraba las cosas excitando mucho más a Chan.

Este rozó su pene contra el trasero de Jeongin, este estaba nervioso, recordó la última vez que lo vio de ese tamaño.

Chan empezó a introducirlo.

—Mghmm... Chan —su pecho subía y bajaba, sabía que ya no podía más.

Este lo introdujo de una, no dolió para nada por la cantidad de lubricante natural que generaba Jeongin al estar tan excitado.

—Chan... Mghmm... —este empezaba a golpear duro, Jeongin sentía una excitación sobrenatural, su pene chocaba contra su abdomen por las fuertes embestidas.

—Eres delicioso, eres... Mghmm tan precioso, mi hermoso Omega —continuaba dando duramente. Jeongin perdio total control sobre su cuerpo.

—Alfa... Mghmm

Ambos se habían sumido en el celo, después de tanto tiempo en que habían disfrutado por última vez de aquel deseo sexual, ahora el placer era inevitable.

Ni Jeongin ni Chan podían controlarlo.

Chan continuaba embistiéndolo, no dejaba de pasar su mano por todo su cuerpo. De pronto se detuvo, dirigiéndose a la cama. Jeongin lo siguió.

—Alfa... Mghmm —gimió cuando este lo puso en cuatro sobre la cama.

Chan dirigió su rostro al lubricado ano de Jeongin, daba fuertes lamidas, amaba aquel sabor, juguetea a con aquella entrada, luego tomó su erecto pene y empezó a introducirlo, Jeongin tenía los ojos llorosos, no podía con tanto.

Chan embestía duramente a Jeongin, con una mano empezó a frotar su pene, su ano se contraída aparentando deliciosamente pene, Chan se sentía en la misma gloria. Jeongin podía morir en gemidos.

De pronto Chan se sentó en la cama, cargó a su Omega y lo puso con las piernas en sus costados, empezó a introducir su pene y Jeongin empezó a saltar sobre este, mientras continuaba gimiendo fuerte. Este lo miraba extasiado.

—Alfa... Sí... Mghmm... —se corrió en el abdomen de Chan, no dejaba de saltar sobre él, este miraba a su Omega con adoración.

Lo tomó de la cintura y lo puso abajo suyo, se colocó bien entre sus piernas y continuó embistiendo, movía la pelvis deliciosa mente, Jeongin no dejaba de gemir.

Chan lo Besaba por todos lados, entrelazó sus dedos y los puso por sobre su cabeza, continuaba con sus movimientos pélvicos más lentos, Jeongin elevaba el cuello. Sabía lo que su omega quería, y su alfa estaba seguro de dárselo.

Sin dejar de embestir dirigió su rostro a aquel precioso cuello, disfruto de su aroma combinado a las feromonas sexuales. Dejaba besos suaves antes de sacar sus dientes y posicionarlos suavemente contra su piel.

—Alfa... Mghmm... Márcame —decía con aquella voz tan sumisa, Chan no podía sentirse más extasiado.

Daba algunas lamidas por él lugar, moría por hacerlo, lo marcó, aquellos dientes quedaron bien incrustados en su cuello.

Jeongin se retorcía de placer, todo fue mucho más excitante con la mordida de Chan.

—Mi Omega —pasaba su lengua por aquella marca, su pelvis continuaba moviéndose lentamente mientras sentía un delicioso y lento orgasmo, el cual Jeongin disfrutaba, sentía como lo llenaba de su semen en gran cantidad.

Chan lo continuó besando, estaba feliz de por fin haber marcado a su Omega. Ahora sí era completamente suyo.

Jeongin intento moverse, pero estaba pegado a Chan. Se dio cuenta del nudo que se estaba formando.

—Bebés, alfa... —sonrió

—Te daré muchos bebés, Omega —susurró, dando cortos besitos por su cuello—. Bebés lindos como tú —lo miraba con tanto amor.

Este daba risitas pequeñas mientras aceptaba los mimos de Chan. Se sentían muy bien, toda la habitación de Changbin olía a feromonas de sexo.

—Alfa... Mghmm... —Chan continuaba jugando con uno de sus pezones.

—Omega tierno —decía encantado por la reacción de Jeongin a sus toques.

El nudo terminó y este pudo salir de Jeongin.

Ambos continuaban dándose cortos besos y diciéndose cuánto se amaban, el celo juntos hacía que ambos se sintieran tan completos.

—Alfa bonito, pero me hace llorar —habló con algo de tristeza. Sus ojitos se cristalizaban—. No te vayas con él... —era más que claro a quién se refería.

—Lo siento, Omega —musitó, besando su cabeza, ambos estaban acurrucados entre las sábanas—. Yo solo te amo a ti, mi Omega precioso.

La puerta de pronto sonó.

—Maldita sea, Chan, que no sea lo que estoy pensando —Changbin abrió la puerta molesto, Seungmin estaba a su lado hecho una furia.

—Bang Chan... —los dos se congelaron al notar que ambos estaban en celo.

Chan no dejaba de abrazar de manera sobreprotectora a Jeongin.

—Changbin, por favor, dime que lo que veo no es una... —murmuró Seungmin, asustado.

—Mierda, Chan, ¿cómo diablos se te ocurre marcarlo? —dijo, exasperado.

—Mi alfa —susurró Jeongin, con la voz rota cuando Changbin intentó jalarlo.

—Llévate a Chan, Changbin, esto está muy mal —Seungmin estaba irritado—. Debemos llamar a sus padres.

Chan rápidamente abrazo a Jeongin fuertemente, no pensaba alejarse de su Omega.

—Llamaré a sus padres, intentaré convencerlos de que se quede, pero estoy seguro que le darán la regañada de su vida —dijo Changbin, suspirando.

Chan continuaba abrazando a Jeongin quien se escondía en el espacio de su cuello dejando cortos besitos. Aquella imagen podía ser tan tierna, pero vaya que iba a costarles.

Changbin se resignó a dejarlos en su habitación, la madre de Chan se resignó a dejarlo ahí, para su suerte su padre estaba de viaje y no habría mucho problema, en el caso de Jeongin, su madre le dijo que no había problema en que se quede.

Changbin simplemente salió con Seungmin dejándolos a ambos en su nido. Sabía que ambos le debían colchas nuevas y si era posible una cama nueva.

—Nadie te va a alejar de mí —decía Chan mientras Jeongin continuaba entre sus brazos ahogándose en su delicioso aroma.

—Alfa... Te quiero, alfa —los brazos de Chan lo tomaron rodearon con fuerza, y dejaba mimos por su cuello.

—Yo te amo —empezó a hacerle cosquillas haciendo que este riera juguetonamente y empezará a morderlo.

Chan lo recostó, ambos estaban abrazados y Chan continuaba dando lamidas sobre su cuello, amaba que este tuviera su marca.

No sabían la cantidad de problemas que aquello traería, no sabía que la felicidad podía durar tan poco... 

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