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✩。: Aquella nota

Su madre le preparó el té, conversaron un momento, Jeongin no quería hablar aún del tema, prefirio esperar al siguiente día. Era mejor sentir la comodidad de su casa sin pensar en aquello.

Su madre al principio quiso saber que pasaba, pero comprendio que no quisiera hablar del tema. Ambos cocinaron juntos, pasaron una tarde tranquila, Hyunjin llegó y prepararon una torta. Sabía que necesitaba aquello, estar con ellos.

Su padre se les unió en la cena. Se sentia feliz en aquel lugar, olvidaba por un momento todo lo cargado de emociones que estaba por Chan.


Era algo tarde por lo que se dirigió a la habitación que solía compartir con Hyunjin y ahora estaba remodelada. Jeongin solía enviarles fuertes cheques a sus padres para que pudieran vivir cómodamente.

Se recostó tranquilo a lado de Hyunjin, este se abrazaba a él pese a ser mucho más grande, miraba el techo, se sentía bien saber que sus padres y hermano estaban cerca. Tras un rato bromeando Hyunjin se durmió.

Él no podía dormir, odiaba que la idea de volver con Chan rondará su mente Tenía que recordar por qué lo dejó ir, tenía que verlo. Tenía que ver aquella nota que fue su despedida, y el inicio de su intento por olvidarlo.

No quería despertar a Hyunjin, este estaba abrazado a él cual pequeño koala. Se despegó cuidadosamente y se puso sus zapatos.

Se dirigió a aquel sótano, muchas herramientas de su padre estaban esparcidas por ahí, pasó por estas, llegó al fondo encontrándose con aquel cofre, evito todos los lindos mensajes, solo necesitaba uno para recordar por qué dejaba ir a Chan.

"Tu no significas nada. Todo fue para que mi alfa se divirtiera. Que tú no entiendas me irrita. Perdonarás esto, pero no estaré explicándote siempre idiota. Mi estúpido amor fue mentira. No eres una boba luz como piensas. De tu estúpida Luna. Ridículo"

Lo releyó tantas veces, ahora volver a posar sus ojos en ese trozo de papel solo le traía amargos recuerdos.

Las lágrimas nuevamente empezaban a acumularse en sus ojos, iba a dejar aquella nota, planeaba botar todo... Cuando notó algo extraño...

"Tú no significas nada. Todo fue para que mi alfa se divirtiera. Que tú no entiendas me irrita. Perdonarás esto, pero no estaré explicándote siempre idiota. Mi estúpido amor fue mentira. No eres una boba luz como piensas. De tu estúpida Luna. Ridículo"

<Tú significas todo para mí. Sé que no me perdonarás, pero estaré siempre. Mi amor eres luz de luna>

Empezó a sollozar fuertemente. No podía creerlo, ¿acaso sería cierto? ¿Chan había enviado un mensaje oculto? Llamó a Changbin rápidamente.

—Aló —escuchó la voz somnolienta de Changbin—. Necesito su número, por favor, el de Chan —dijo desesperado.

—Ammm, bien, Innie —escuchó aquella perezosa voz.

—Disculpa por molestarte a estas horas, Bin, sigue durmiendo —dijo disculpándose al notar que el número ya había llegado con el número de Chan.

—Bien—escuchó como este volvía a dormirse.

Llamó a Chan de inmediato. Este contestó después de un rato.

—Aló —aquel tono tan frío—. ¿Quién es?

—Chan, yo... Necesito que hablemos —dijo aun sosteniendo aquel papel en la mano.

—Innie —escuchó la voz de Chan sorprendida—. Bien, iré por ti.

Jeongin se sentía nervioso, su corazón se aceleraba, escuchó aquel carro estacionarse afuera. Chan podía saber dónde estaba porque este podía sentirlo por el lazo. Salió con aquel papel en mano.

—Chan... —fue todo lo que artículo, entregándole aquel pedazo de papel.

—Yo... Jeongin, no sabía si entenderías.

—Entonces sí lo hiciste —sentía como el Omega de Jeongin moría otra vez por estar con él.

—Jeongin, no hay nada en este mundo que ame más que a ti —dijo prácticamente con su corazón en la mano. Lo tomo de la cintura y lo apegó a él, Jeongin no opuso resistencia.

—Chan, me lastimaste ¿cómo diablos esperabas que encontrara el mensaje?

—Simplemente tenía esperanza en eso Jeongin

Aquella luna brillaba sobre ambos.

—Chan, no vuelvas a dejarme —dijo abrazándolo fuertemente—. No seas idiota y déjame opinar en todo esto—Chan rio suavemente, lo abrazó con cariño.

Luego tomó su rostro con una mano y unió sus labios. Había extrañado esos labios, extraño que este le correspondiera de esa manera.

—Mi amor, no lo haré —dijo besando su nuca—. Ven conmigo, déjame tenerte —susurró en su oído.

— Quiero ser tuyo, Chan—vio aquel hermoso brillo en sus ojos.

Jeongin cerró la puerta suavemente, dejó una corta nota sobre la mesa avisando que tuvo que salir de emergencia. Llegaron al departamento, observó a su alrededor, todo lleno de tonos fríos.

Chan lo llevó a su habitación. Lo recostó en su cama, no le quitaba la vista de encima.

—Mi amor —dijo con cariño tocando su rostro.

—Te extrañé demasiado, Channie —dijo con los ojos cristalizados.

—Y yo a ti, bebé —dio un corto beso en su rostro.

Jeongin se acurrucó entre sus brazos, quería sentir el calor de los brazos de Chan. Respiraba aquel aroma que lo volvía loco.

—Jeongin, me alegra saber lo mucho que lograste, siempre supe que serías diferente.

—¿Diferente? —dijo divertido.

—Omega bullicioso —dijo con cariño—. Sabes, siempre estuve pendiente de lo que hacías. Aquellos programas, amaba tu risa, el modo en el que te esforzabas.

—Bang Chan, potencial acosador —dijo divertido.

—Eso no es cierto.

—Noté la foto en tu mesa —dijo divertido haciendo que Chan se diera una bofetada mental.

Había olvidado que la había dejado ahí, bien no se imaginaba que Jeongin lo llamaría.

—No es lo que crees —dijo riendo nervioso.

—¿Ah no? —elevó una ceja. Chan simplemente empezó a dar cortos besos en su cuello

—Puede que si sea lo que piensas —dijo una pequeña mordida—. Puede que necesitará tenerte desde hace tanto.

—Aghm... Chan —daba leves mordidas por su piel.

—Puede que me tocara pensando en ti, pensando en lo hermoso que eres —dijo empezando a quitar su polo. Su mirada aún fija en él.

—Chan —dijo serio Jeongin antes de que este continuará.

—Ese día en la escuela, tú... Me heriste realmente, lo que dijiste, en verdad quería odiarte.

—Innie, fui un idiota, estaba desesperado, de hecho, lo sigo estando porque no te pase nada.

—De cualquier manera, creo que te pasaste.

—Te lo compensaré, lo prometo, Jeongin —dijo abrazándolo fuertemente — Por favor perdóname por eso.

—Bien Chan es solo, nunca pensé que te escucharía decir algo así, mucho menos... En frente de tantas personas —soltó con mucha tristeza en la voz—. Lo que más me molestaba era que ni así podía odiarte Chan.

—Nunca quise llegar a eso, Innie, sabes que jamás hubiera hecho algo así —dijo viéndolo a los ojos—. Pero la idea de perderte Jeongin, la idea de que podías morir, prefería que me odiaras y continuarás con tu vida

—Jeongin miraba como en aquellos ojos el arrepentimiento estaba presente, sentía al alfa de Chan lloriquear regañado. Nunca había sentido algo así en un alfa, Chan podía llegar a ser tan dominante y fuerte y a la vez podía llegar a mostrar tanta debilidad en frente suyo.

Recordó en aquel momento también el cómo cuido de él, el cómo lo defendió de tantas personas, como salió de su zona de confort solo por satisfacer a Jeongin en aquellos años.

Una balanza mental venía a su mente, contaba en aquel momento todo lo malo que había hecho este y lo bueno. Definitivamente eran pocos los errores de Chan comparados a lo bien que lo había tratado. Estaba seguro de amarlo, estaba seguro de querer volver a sus brazos. Dio un fuerte suspiro.

—Bien, Chan, supongo que debo dejar eso en el pasado dijo con la voz suave.

—No quiero volver a verte así —dijo con la mirada perdida—. No fue tu enojo lo que me mató sino tu indiferencia, me hablaste como si realmente no te importara

—No iba a dejar que me vieras mal —dijo serio.

—Lo sé, Jeongin —dio un corto beso en su frente—. Nunca dejes que nadie te vea mal, ni siquiera yo.

Jeongin tomó su rostro con suavidad

—Te amo, Bang Chan, aunque a veces me resultes desesperante te amo mucho —dijo sonriendo.

—Y yo a ti, Jeongin —miraba su rostro con mucho amor—, cómo nunca podré amar a nadie —tomó sus labios y empezó a besarlo lentamente. Comenzó a quitar lentamente toda la ropa de Jeongin, quería volver a ver aquel hermoso cuerpo.

—Chan... Deja de verme así —Jeongin se puso nervioso tras sentir la penetrante mirada de Chan encima de él.

Vio como una sonrisa se formaba en sus labios.

—No puedo verte de otra forma si te tengo así —dijo acercándose a dejar suaves besos por su piel.

Empezó a quitar toda su ropa, Jeongin lo observaba nervioso, amaba el cuerpo de Chan, amaba la forma de sus hombros, aquella marcada clavícula, amaba todo de su cuerpo. Se le acercó y empezó a besar su cuello con mucha dulzura, Jeongin soltó una suave risita, Chan empezaba a hacerle cosquillas.

—Extrañaba esa ruidosa risa —lo miró con aquellos ojos, brillaban de manera hermosa.

—¡Hey! —dijo tras sentir los fuertes apretones en sus mejillas.

—¿Por qué eres tan bonito, Innie? —sentía sus mejillas rojas, Chan siempre causaba aquello en él, hacia que sintiera tantos nervios, hacia que sintiera tal calidez...

—Deja de decir esas cosas —dijo desviando la mirada. Chan rio bajo y tomó su rostro con cariño, plantó un suave beso que empezó a profundizarse más, Jeongin sentía la erección de Chan rozar con la suya. Chan movía la pelvis de manera deliciosa, Jeongin no podía creer lo bien que se sentía, ambos olvidaban todo a su alrededor.

La luna parecía ser siempre dueña de aquellos momentos en el que sus corazones volvían a reencontrarse.

Chan dejó un camino de besos hasta llegar a su erecto pene, daba pequeñas lamidas, mientras se masturbaba con la otra, era demasiado excitante tener a Jeongin nuevamente así.

Notó como su ano lubricaba y botaba aquel líquido, dio una lamida probando aquel delicioso sabor. Era embriagante.

—Chan... Mghmm... Quiero... —dijo entre gemidos—. Vamos Jeongin pídemelo —dijo jugando con su pene por su entrada.

—Mételo —dijo ansioso, quería tenerlo. Chan no demoró en hacer caso, rápidamente introdujo su pene, Jeongin nuevamente se sintió completo, Chan adoraba el rostro de Jeongin.

Empezaba a dar fuertes embestidas, mientras besaba su cuello, daba lamidas por la marca. Jeongin se retorcía de placer abajo suyo, Chan lo tomó cargado llevándolo hacia su pared, no dejaba de embestirlo.

Miraba como el pene de Jeongin golpeaba contra su abdomen, no había imagen más perfecta, miraba aquellas mejillas rosadas mientras mordía su labio. Jeongin se sujetaba del cuello de Chan.

—Mgmhm, Channie —continuaba con las embestidas, cuando lo sujeto por el cuello.

—Mírame, Jeongin —dijo haciendo que este hiciera contacto visual con él, no pudo con aquella imagen, aquel líquido blanco empezó a salir por el pene de Jeongin, mientras Gemía fuertemente.

Lo llevó nuevamente a su cama recostándolo, continuaba con las embestidas.

—Mi Omega —decía entre gruñidos—. Solo mío.

Se acercó a la marca, daba cortos besos por ella.

—Hazlo, Chan —escuchó aquello, era imposible. ¿Por qué le pediría algo así? El movimiento rítmico de su pelvis no paraba—. Mghmm... Sé que quieres hacerlo...

—Innie... Yo... —miraba con tanto deseo su cuello, era Jeongin quien se lo pedía y no su Omega, no podía rechazar aquello...

Estaba por llegar al orgasmo, cuando clavó aquellos dientes avivando aquella marca, noto aquellos espasmos en el cuerpo de Jeongin, todo era demasiado excitante, quería anudar dentro de él, pero con la marca ya había cruzado el límite, salió de él rápidamente y empezó a esparcir su semen por el cuerpo de Jeongin, era suyo nuevamente.

Después de verlo en tantas revistas, en tantos videos y añorar aquello, nuevamente era suyo. Le hizo el amor tantas veces esa noche, olvidaban todo, simplemente eran ambos amándose libremente.

¿Acaso está historia terminaría bien? ¿Podrían tener tanto el final que ambos querían?

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