—No entiendo nada, Changbin.
—Es muy extraño, quizá simplemente podrías preguntarle.
—Lo voy a seguir, sea lo que sea que haga no estoy seguro de si me diría la verdad —dijo serio—. Estoy seguro de que se trae algo.
—Te ayudaré, Chan, no estás solo en esto recuérdalo.
Chan lo abrazó fuertemente
—Eres el mejor, Changbin —dijo calmado
—Pero primero despejaré una de las opciones, iré a casa, hablaré con mamá.
—Bien, Chan, entonces mañana te recogeré de tu trabajo y vamos.
Chan le sonrió tranquilo para luego tomar el celular y avisar a su madre que iría. Se cambio y se dirigió a la casa de sus padres.
—Mamá —esta lo saludó con un corto abrazo, Chan correspondió tranquilo
—Hay algunas cosas que quiero preguntarte.
Ambos se sentaron en aquella sala
—Tú... No están planeando tener más bebés, ¿verdad? –preguntó calmado.
—Por supuesto que no, Chan. Tu padre y yo, pues bueno, ni siquiera hablamos en estos días.
Chan frunció el ceño.
— Y no hay nadie cercano que los vaya a tener?
—Que yo sepa no, bebé —dijo calmada.
Conversaron un rato más, le pregunto por su salud, evitaba el tema de Jeongin porque sabía cuánto le dolía a su niño.
—Iré a mi habitación. Solo... Creo que hay cosas que necesito ver.
—Bien, Chan —dijo con una sonrisa.
Se adentro a su cuarto, este se veía igual que la última vez que lo vio, se sentó en aquel escritorio.
Abrió aquel cajón, sabía que sería doloroso, pero tenía que leerlas. Encontró todas las notas del colegio, mordía su labio, ya había llorado suficiente, no quería continuar con aquello, pero...
"Querido, Channie
Espero que pases un lindo cumpleaños y que te haya gustado mi regalo, ese cup cake tomó horas, mis habilidades decorativas eran demasiadas para este mundo, espero que el sichul nunca se acabe y poder llegar a donde soñamos, hice esta carta con mucho cariño. Sabes que significas demasiado para mi Channie.
Eres la persona más dulce y comprensiva que he conocido y quiero que sepas que siempre vas a poder contar conmigo, aquí tienes a tu Innie para apoyarte en todos tus proyectos. Mi hermosa luna, ya no peleemos, me duele cuando nos alejamos por nuestros estúpidos celos. No sé qué me pasa, pero no me gusta verte con alguien más...
Hey, Channie, quedémonos juntos por siempre, sé mi amigo eterno o bueno... Lo que quieras, pero que sea eterno.
Y, Bang Chan, ¡no soy el único de risa ruidosa! Te recuerdo que la tuya es igual de aguda e irritante que la mía, que no la muestres con todos no significa que no sea molesta. Pero eso sí, nunca dejes de reír, a veces creo que realmente no encuentro un sonido más hermoso que el de tu voz y aunque no lo creas tu risa.
Niño hoyuelos, déjame seguir siendo tu sol"
La había leído cuando era niño tantas veces, siempre con una sonrisa, era la primera vez que sentía la pesadez más grande del mundo al leerla.
Se la llevó con él, tenía que tenerla consigo. A parte del collar sería lo más preciado para él. Salió a su departamento, durmió bien, sabía que al día siguiente haría algo arriesgado con Changbin, su padre realmente podría colgarlo si se enteraba que este lo seguía.
Jeongin dormía calmadamente en aquel cuarto lleno de cosas, su pancita era ya notoria, cumpliría ya los seis meses de embarazo.
Su lado racional prácticamente no existía. Sólo quedaba un Omega que alucinaba por momentos. El padre de Chan había desarrollado una obsesión por él.
Lo seguía golpeando a veces, pero se media por el embarazo, mantenía teniendo relaciones con él. Jeongin hablaba cada vez menos, las sonrisas juguetonas y lloriqueos era lo único que quedaba de él.
Lo atendían bien, Matthew se había encargado de que todo estuviera en orden. Le daban mucha comida y lo supervisaban constantemente.
El padre de Chan llegó a aquel cuarto. Miraba como aquel hermoso Omega jugaba con aquellos juguetes, reía sólo.
—Hola, bebé —dijo con dulzura tomando su rostro. Jeongin lo miró sin expresión y continúo jugando.
Mordía todo como un pequeño cachorrito. Empezó a desnudarlo suavemente, este lo miraba con inseguridad, siempre era igual, este se intentaba ganar su cariño, pero este lo rechazaba y la mayoría de veces terminaba golpeando su rostro sobre todo si se le escapada aquel nombre...
Su cuello continuaba con aquella marca que era básicamente nada notoria por los moretones, su cabello se mantenía morado, había encargado que lo mantengan así, amaba como le quedaba.
Lo tenía completamente desnudo, simplemente abría las piernas esperando a que pasara todo. Este besaba y mordía todo a su paso, aquellos pezones que empezaban cada vez a ser más abultados por la leche.
Lo cogió nuevamente, el hecho de que estuviera embarazado solo lo excitaba más, quería pequeños niños parecidos a aquel Omega, serían preciosos. Aumentaba las embestidas, apenas lograba lubricar Jeongin, su pene hace mucho que no se excitaba, solo era un muñeco con el que jugaban.
Terminó con aquel acto y lo dejaba continuar jugando con todo lo que había comprado.
Se dirigió a Matthew dándole siempre las indicaciones correspondientes de que hacer. La noche caía y Jeongin se refugiaba en aquella cama, se acurrucaba contra las sábanas.
—Alfa —lágrimas suaves caían por su lastimado rostro—. Chan...
Se abrazaba y tocaba su pancita con cariño.
—Quiero que se llamen sol y luna —sonrió—, ya sabes la parejita —reía—. Tú cargarás a Sol y yo a Luna, y tendrán los mismos collares que tú y yo...
Era la escena más tétrica y enferma que se podía observar. Su mente estaba tan dañada en aquel momento. Chan se encontraba en su oficina. Esperaba a que Mina le avisara cuando su padre saliera.
El llamado llegó pronto, tan rápido como pudo salió detrás de este. Changbin lo esperaba con el auto encendido. Salieron prácticamente pegados a él.
Vieron que este estaba por estacionarse cerca de un edificio abandonado, se preguntaba que carajos haría ahí. Se estacionó a la vuelta de este. Bajaron del auto a observarlo. Este sacaba una bolsa que parecía tener peluches y otra ropa.
Vieron como este se adentraba, por una puerta marrón, presionaba algo que le permitía un acceso fácil, cerró fuertemente la puerta detrás de él. Se miraron extrañados.
—Bien, Chan, podemos esperar a que se vaya y entrar, creo que sería lo más prudente.
—Tienes razón, Changbin, solo... Quiero ver un poco más, dame un segundo —empezó a acercarse lentamente a la puerta para ir pensando en cómo abrirla, iba a tomar una foto cuando de repente...
"Alfa"
Lo sintió, su lazo... Cayó al piso, Changbin a penas lo vio se acercó a llevárselo. Una vez que lo llevó a su auto le preguntó.
—Chan, ¿qué pasó? —dijo asustado, Chan tenía los ojos cristalizados, y apretaba los puños fuertemente.
—Está ahí.... —lágrimas fluían por su cara—. Changbin... —su voz se ahogó—. Está lastimado y...
Changbin lo miraba horrorizado, ¿qué podía ser peor?
—Está... Tendrá bebés...
Changbin estaba sin palabras. Chan se empezó a levantar por inercia.
—Escúchame, Chan —lo sujetó fuerte—. Mírame a los ojos —dijo evitando que este reventara de furia—, está vivo.
Chan se relajó.
—Eso es lo más importante ahora —dijo calmándolo—, piensa en eso nada más.
Changbin debía evitar que actúe por impulso, tenían que pensar antes de actuar.
—Escúchame —dijo mientras este se sentaba más calmado—. Creo que debemos llamar a Hyunjin, nos puede ayudar, aparte merece saber esto ya...
Chan reaccionó, Changbin tenía razón, solo asintió con la cabeza y tomó su celular para marcarle.
—Hyunjin —dijo a penas este contestó.
—Sí, Chan, dime —dijo con voz calmada.
—Necesito que vengas a la dirección que te enviaré. Es urgente.
—Ammm, bien, ahí estaré —dijo calmado, no se imaginaba lo que le dirían.
Esperaron en el auto, Changbin lo observaba, Chan no tenía expresión, sentía algo muerto en él. Se preguntaba qué diablos podía pasar ahí para que interrumpiera su lazo con Jeongin a ese punto. ¿Cómo era posible que estuviera preñado? Y lo peor, era más que evidente de quien era. Hyunjin llegó en unos minutos, lo adentraron al auto, estaba confundido.
—¿Qué pasa, Changbin? —dijo al entrar al auto y observar la mirada perdida de Chan.
—Hyunjin, necesito que me prometas que usarás tu cabeza fría. Que no actuarás por impulso.
—Me estás asustando, Changbin —dijo frunciendo el ceño—, pero bien —suspiró—. Lo prometo.
—Jeongin —la piel de Hyunjin se erizo al escuchar aquel nombre. Chan sintió el lazo.
—¿Dónde? —dijo sintiendo su corazón latiendo rápido—. ¿Dónde está mi hermano?
—Te lo diré, pero tenemos que esperar si queremos verlo —dijo Changbin.
—Changbin, dime... —dijo Hyunjin sintiendo sus lágrimas caer.
—Está en ese edificio, debemos entrar con cuidado. No sabemos que podemos encontrar ahí adentro así que debemos tener cuidado y pensar bien las cosas y siendo honestos el único que ahora tiene sus emociones controladas soy yo —suspiró — Necesito que sean fríos.
—Lo haré, no te preocupes, debemos pensar en algo —soltó Chan con una mirada segura—. Yo solo quiero a mi hermano de vuelta —sorbió su nariz
—Pensemos en algo entonces.
—Primero debemos esperar a que el padre de Chan se largue y de ahí entraremos no creo que sea tan sencillo, lo mejor será que consigamos algo con que poder defendernos
—Bien, en ese caso prende el auto Changbin, me sentaré adelante y te guiaré —dijo Hyunjin.
—¿A dónde iremos?
—A conseguir con que defendernos —dijo frío mientras tomaba el asiento de adelante. Changbin sólo asintió y se sentó bien.
—Supongo que nos enteraremos de algún secreto tuyo —dijo Chan cruzándose de brazos y con una ceja levantada.
—Nunca he usado aquello antes, pero, es un caso especial supongo. Llegaron a una casa que no lucía en buen estado. Un hico vestido todo de negro salió.
—Necesito tres armas —dijo serio.
—Hyunjin, no pensé verte por aquí tan pronto.
—No vine a hablar, quiero las jodidas armas, después arreglaremos cuentas —soltó con una mirada asesina, este solo se río nervioso.
—Bien, bien, ¿qué paso con el niño que se reía de todo? —dijo intentado calmarlo.
—No hay absolutamente nada que me de risa ahora, te espero.
Este volvió con una mochila.
—Ahí están —dijo suspirando—. Ten cuidado.
—Bien, Jay, nos vemos.
Los tres se fueron con dirección al mismo lugar, una vez que se estacionaron Hyunjin sacó las tres armas, las cargó asustando un poco a Changbin.
—Fui a un curso —dijo suspirando—. Mi papá es policía, ¿lo recuerdan?
Los dos sonrieron tranquilos.
—Espero no tengamos que volver a hacer algo así nunca —dijo Changbin con miedo mientras Hyunjin alistaba las armas.
—No le digan esto a Innie, me matará —sonrió.
—Yo extraño sus gritos —soltó Chan.
—Tienes razón, díganle entonces, quiero que me del sermón de mi vida —sonrió nostálgico.
Changbin se fue a observar, aún nada, el carro seguía ahí.
Jeongin estaba desnudo mientras era vestido con algunos trajes eróticos. Lo besaba por todos lados, estaba muy excitado de verlo con aquella falda, el estar embarazado para el solo lo ponía más caliente. Empezó a adentrarse, lo embestida fuertemente miraba que este lo observaba mientras soltaba sonidos más de dolor que de otra cosa.
—Chan... —susurraba.
—Deja de llamarlo Jeongin, no vendrá nunca —
—Chan... Mi alfa bonito —dijo sonriendo. Su mirada era tan perdida.
—¿Por qué mierda no puedes verme por una vez? —dijo molesto—. Los bebés que tendrás son míos, Jeongin.
—Tú no... Eres nada —lo miró calmado.
No pudo con la rabia salía de él para darle un fuerte golpe en la cara, hizo que escupiera algo de sangre.
—Dime quién es tu alfa —dijo serio.
—Chan... —soltó con una sonrisa.
No pudo más, lo pateó en el piso, Jeongin ya no tenía ni lágrimas y el dolor parecía no importarte. Continuaba dando golpes, pateó en su estómago no importándole que llevara a sus propios hijos ahí. Jeongin sólo tocaba su estómago, mientras evitaba vomitar. Manchas rojas se formaban en el piso.
—Mañana te golpearé hasta cansarme si vuelves a repetir ese nombre —dijo molesto—. Él ya se casó, ¿no entiendes? Se olvidó de ti.
—No... —sus ojitos estaban vidriosos.
—Sí, Jeongin, se casó con Félix, es su Omega, tú no eres nada para él —soltó frío—. Olvídalo —dijo antes de salir de aquel lugar.
Jeongin se quedó en un charco de Sangre, miraba hacia la pared, volvió gateando hacia aquella cama, quitó una a una sus ropas, estas estaban húmedas. Se abrazó a su pancita, no dejaba de sangrar, pero en este punto, todo era irrelevante.
—Te amo —salió de sus labios. Parecía hablarle a la inexistente luna que se formaba en sus pensamientos.
Changbin observó como el padre de Chan salía de aquel lugar, notó la rabia en él. Una vez que notó que este salió les aviso. Estos no esperaron nada, dirigieron a la puerta, Chan notó que está contaba con una soga que jalar por un costado para poder abrir la cerradura.
Estuvieron intentando abrirla, pero esta siempre quedaba en la mitad. Changbin cogió una piedra y empezó a dar pequeños golpes hasta que esta se rompió. No querían hacer mucho ruido. Se adentraron.
Notaron que todo estaba oscuro y había muchos pasadizos, pero justo al final había unas gradas que te llevaban a un sótano. Se adentraron, miraron como por dentro todo era tan distinto, paredes blancas y recién pintadas, había muchas puertas, pero no había nadie. Hyunjin abrió con cuidado una de las puertas, en este cuarto había una pequeña cocina, la comida sobre la mesa era fresca.
Se preguntaron si con eso lo alimentaban, querían tener la cabeza fría pero la rabia se empezaba a apoderar de ambos. Changbin les dirigió una mirada seria, continuaron adentrándose por aquella puerta cuando escucharon un ruido provenía de una de la puerta de que estaba al fondo. Se metieron a uno de los cuartos, este no tenía luz, Changbin prendió su linterna... Mala idea.
Un cuarto lleno de fotos de Jeongin, fotos, revistas, posters. Era enfermo, parecía el cuarto de un fanático obsesionado.
Chan sentía su corazón latir rápidamente, su lazo pese a sentirlo era débil, no sabía de dónde venía.
Una vez que notaron que nadie estaba afuera salieron. Exploraron un cuarto más, este estaba lleno de pastillas y jeringas, parecía un lugar para experimentar.
Chan se sintió horrorizado, ¿entonces de ese modo hacían que aquel lazo no se sintiera? ¿Lo drogaban y probaban todas esas cosas en él? Sentía que no podía más, empezó a vomitar, sentía un gran miedo por cómo debía estar Jeongin. Hyunjin apretaba los puños.
Mataría al responsable... Changbin le daba papel a Chan mientras le sobaba la espalda. Una vez que esté ya estaba bien salieron. Vieron aquella puerta al final, Changbin la abrió lentamente mientras Hyunjin le cubría la espalda.
—Quienes son ustedes —vieron a un sujeto de cabellos negros y alto.
—¿Dónde tienen a Jeongin? —soltó con rabia Hyunjin. Este no debía hablar, pero su mirada lo delató. Hyunjin lo tomó del cuello fuertemente.
—¿Tú hiciste todo esto? ¿Tú lo secuestraste? —se podía sentir el enojo de Hyunjin en cada sílaba. Chan apuntó hacia Matthew, pero Changbin le dirigió una mirada dura, sabía que si hacía eso todo sería peor.
Chan bajo el arma.
—Mi padre lo hizo —dijo frío—. Ese imbécil es solo su trabajador.
Hyunjin lo empezó a golpear sin compasión. Nada, Changbin y Chan no lo detuvieron. Ni siquiera se inmutaron. Changbin porque sabía que no importaba lo que diría igual lo haría y Chan porque observaba aquella puerta con un enorme temor... Porque sentía su corazón arrugarse... Volvería a verlo...
Su Jeongin estaba tras esa puerta, no podía sentir su aroma, eso lo desesperaba...
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