Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

✩。: Ámame

Despertaron desnudos, Jeongin se acurrucaba entre los brazos de Chan, este seguía dormido, recordó que este era de dormir hasta tarde, pero se sentía tan bien el tenerlo.

—¡Channie! —se tiró encima, abrazándolo fuertemente. Este despertó asustado, sus ojos continuaban rojos.

Odiaba que lo despierten temprano, pero al notar aquella bella imagen. Jeongin con el cabello despeinado aquellos labios un tanto hinchados, notó la marca, estaba más fresca que nunca, Chan la había avivado de aquella manera, esta estaba muy roja, amaba como lucía.

Abrazó fuertemente a Jeongin. Amo sentir su piel desnuda, amo tenerlo de aquella manera. Pasaba su mano por toda la piel desnuda, amó aquella sensación.

Amaba tenerlo entre sus brazos. El lazo se encontraba más fuerte que nunca, Chan empezaba a tener una erección mientras Jeongin se encontraba dando inocentes besos por su rostro.

—Channie —dijo notando el duro pene debajo de este. Chan lo sujeto fuertemente de la cintura, mientras su mirada estaba llena de deseo.

—Vamos, Innie, solo será un rato más —dijo empezando a mover la pelvis.

—Channie debo salir en un rato, hoy tengo que grabar... Mghmm... —Chan se movía de manera deliciosa, Jeongin se empezaba a frotar al ritmo.

—¿No puedes simplemente no ir? —dijo mientras dirigía su pene a la entrada de Jeongin. Sentía como aquel lubricante empezaba a caer sobre sus piernas sabía que Jeongin lo quería tanto como él.

—No puedo... Mghumm —Chan adentró su pene y empezó a moverse sin quitar la vista del rostro de Jeongin. Este empezaba a montarlo, se autopenetraba de manera deliciosa, Chan ponía sus manos en aquella hermosa cintura, amaba la figura de Jeongin, aquel precioso Omega tenía un cuerpo muy esbelto.

Aquella piel tan suave, aquel pene tan rosado, todo en Jeongin era adorable, El sonido de sus pieles chocando inundaba la habitación.

Jeongin delineaba aquellos pectorales con su mano, amaba el cuerpo de Chan, tan marcado, tan sensual. Chan empezaba a dar fuertes nalgadas haciendo que Jeongin gimiera fuerte.

Miraba como aquel rosado pene chocaba contra su abdomen, lo tomó con una mano y empezó a frotarlo haciendo que Jeongin acelerará sus movimientos, continuaba embistiendose duramente. Chan no dejaba de mover su mano.

—Chan... No... —no podia soportar aquello, exparsió su semen por el abdomen de Chan, este amo ver aquello, ya que al tener el orgasmo Jeongin apretaba su pene de manera deliciosa.

—Mghmm Jeongin —lo cogió de las nalgas y embestia mucho más fuerte, daba duro mientras Jeongin tenía algunos espasmos.

Rápidamente lo cogió y lo puso debajo de él. Continuó embistiéndolo, daba mordidas al labio inferior de Jeongin y gruñía de placer, aquel lunar en sus labios lo mataba lentamente.

Salió de él justo antes de anudar. Jeongin tenía una sonrisa mientras observaba aquel líquido caliente caía sobre él. Continuaron besándose.

—Debo irme, Chan —dijo dando un suspiro—. Ya es tarde.

—Bien, pero déjame darte algo antes. Jeongin lo observó sorprendido.

—¿Qué cosa, Channie? —dijo confundido.

—Yo no pude evitar comprarlos, pensé en lo hermoso que se vería en ti amor —dijo abriendo el cajón que tenía a su costado.

Sacó aquellos preciosos collares que había comprado. Jeongin se sorprendió al ver aquella caja, Chan la abrió, dejando a la vista ambos collares. Eran precisos. Sacó el que tenía por dije la luna y empezó a ponérselo con mucha dulzura, luego él se colocó el del sol.

—Quiero llevar a mi pequeño sol a todos lados —le sonrió mientras tocaba su rostro con dulzura—. Y quiero que tengas a tu luna siempre.

Jeongin estaba sorprendido, amó los collares, se sintió algo tocado.

—¿Acaso perdiste el original, te sentiste mal y compraste estos? —dijo riendo, era broma, adoraba los nuevos collares.

Se sorprendió cuando Chan del mismo cajón sacó aquel collar.

—Jamás lo podría perder —dijo suspirando mientras le mostraba el primero que tuvieron—. Todo este tiempo sentía que era mi único lazo contigo. El sol es el único que mira la otra cara de la luna Jeongin, tú conoces todo de mí y aun así no dejaste de amarme.

—No podía, Chan —dio un beso en su mejilla—. Te lo dije, no iba a dejar de amarte, yo... Supongo que hablaré con Eunhyuk —miraba aquel collar con mucha dulzura. Chan sintió una punzada al escuchar aquel nombre.

—Debió ser... Genial salir con tu ídolo —odió decir eso, odió pensar si quiera en eso. Se imaginaba todo lo que este le pudo haber hecho. Jeongin dirigió la mirada a Chan, noto lo herido en su voz

—Yo no pensé que pasaría algo así, para ser honesto —dijo tranquilo—. Quería olvidarte, Chan, sabía que no podría dejar de amarte, al menos debía buscar mi camino —se apoyó en sus rodillas—. Me convencía de que eras malo, de que me odiabas, mi Omega no quería olvidarte, pensé que como se sentía muy cómodo con Eunhyuk podría dejarte, pero, mi Omega te ama Chan, yo te amo —dijo mirándolo a los ojos.

Chan se sentía tocado con aquellas palabras.

—No lo volveré a hacer, Jeongin —sujeto su rostro—. No quiero herir a mi precioso Omega más.

—Más te vale, Channie —dijo sujetando su rostro

—Bien, debo irme.

—¿A qué hora estarás libre, Innie? —dijo tranquilo.

—En la noche, hoy será un día cansado.

—Quizá podría ir a recogerte y salir a cenar.

—No lo sé, Channie, creo que mejor podríamos vernos mañana. Hoy iré a hablar con Eunhyuk y terminaré cansado con lo de la tarde.

—Bien Innie —dijo evitando mostrar su molestia.

—No pasará nada, Channie —dio un corto beso en sus labios—. Te amo, Channie, no pongas esa carita.

Aquella costumbre de apretar sus cachetes volvía.

—Y yo a ti, mi Innie —se dio una rápida ducha y se cambió. Miraba aquella marca en el espejo, se sentía tan bien. Amaba tener su marca. La tocó con cuidado con una dulce sonrisa en sus labios. Tenía a su Chan. Salió apurado, no sin antes dejar un beso en los labios de este.

Llamó a Eunhyuk, lo citó para antes de asistir al programa. Tenía que ser muy honesto.

—Supongo que era de esperarse, Jeongin... Eres el Omega perfecto. No esperaba que te quedaras conmigo, pero... Bueno —se acercó a su rostro—. Moría por pasar más tiempo contigo.

—Lo siento, Eunhyuk —se alejó ligeramente.

—Omega hermoso, espero que sepa apreciarte —tenía una mirada muy triste. Jeongin sonrió con dulzura y tocó su rostro.

—Gracias por todo, Eunhyuk, siento que aprendí mucho de ti —dijo por aquellas clases de baile con las que lo había ayudado.

—No hay de que, Innie, estaré siempre para ti —sonrió mientras metía sus manos en sus bolsillos.

—Eres una increíble persona, Hyukie, estoy seguro que encontrarás un Omega perfecto para ti, tocó su rostro con cariño.

—Ya lo encontré, Jeongin —dio un corto beso en su mano. Jeongin solo sonrió y negó con la cabeza, Eunhyuk realmente era una hermosa persona.

Llegó a aquel programa, dejó sus cosas, se vistió bien y entró al set. El programa era de variedades, lo hacían cumplir diferentes retos, pero este llamó la atención de todos al notar aquella marca.

Las preguntas empezaban a surgir, Jeongin seguía luciendo una segura sonrisa.

—Debemos suponer que hay algún afortunado.

—Pues lo hay —dijo riendo coquetamente.

—Te noto enamorado Jeongin —dijo el MC divertido.

—Lo estoy —dijo tranquilo. Chan miraba todo desde su oficina. Sonreía, amaba que Jeongin hablara de aquella manera.

—Sabemos la manera en la que has avanzado en el mundo del entretenimiento. Jeongin eres una persona respetada, y muchos omegas te admiran, ¿no has tenido miedo en algún momento? ¿Cuánto te costó el llegar hasta dónde estás? —aquella entrevista tomaba un tono serio.

—Me costó mucho, hubo demasiadas dificultades, pero era lo que más deseaba, sé que la sociedad sigue viéndonos como inferiores, pero no me voy a cansar de demostrarles lo contrario —mantenía su actitud calmada.

—Me imagino que a lo largo de tu camino muchos te habrán pretendido, un Omega con tanta actitud, hemos visto que pese a que tenías tu marca siempre mostraba querer ser independiente y ahora ver esa marca muy fresca es sorprendente.

—La persona que lo hizo es... —se quedó pensativo—, muy especial para mí, no es un alfa normal, significa todo para mí.

Todos estaban estupefactos, Jeongin por todos esos años decía odiar la idea de pertenecer a alguien, decía.

—Y no, él no es la clase de persona que haría que retroceda en lo que quiero. Nos alejamos por muchos problemas externos, pero jamás lo deje de amar, y sí, soy suyo, pero él —dijo seguro—. Él también me pertenece.

La gente estaba impresionada, Chan sonreía, pensaba en lo cierto de sus palabras, amaba tener a su hermoso sol así, y este lo tenía loco. Amaba que lo dijera.

Llegó el día siguiente, Chan y Jeongin se encontrarían en un café, estaba feliz por tener a su Omega. Llegó este vestido de manera tan sexy, Chan podía derretirse solo viéndolo.

Tenía mucho trabajo por hacer, pero ahora mismo enviaba todo al infierno, solo quería pasar tiempo con Jeongin

Hablaban de tantas cosas, le contaba sobre sus padres, sobre Hyunjin.

Chan escuchaba todo atento queriendo evitar su propia vida, sabía que tendría que revelarse con su padre, sabía que le generaría un gran enojo, pero no dejaría de ahora en más que se lo arrebaten. Pasaron una hermosa mañana, caminaron por las tiendas, reían de todo. Entraron a comprar ropa, se probaban de todo riendo el uno del otro cuando se ponían cosas que realmente nadie en su Chano juicio compraría.

—Si sigues usando eso te cogeré acá mismo, Yang, ve a cambiarte.

Jeongin entre toda la ropa que había escogido había llevado una corta falda negra y un pequeño polo negro muy pegado, podías notar aquella forma de reloj de arena.

A Jeongin le parecía divertido, pero para Chan era un reto, un reto sobre aguantar las tentadoras ganas de follarlo...

—Vamos, Channie, eres un aburrido —dijo riendo—. Se acercó a dejar un corto beso en su mejilla cuando este lo tomó de la mano con una mirada seria.

—Que ni se te ocurra hacer lo que pienso, Bang, dijo aun siendo guiado a aquel vestidor. A penas entraron lo puso contra el espejo, dando la cara a este.

—Vamos, Jeongin, levanta esa faldita, déjame ver tu precioso culo.

Jeongin levantó aquella falda con una sonrisa satisfecha... No llevaba ropa interior. Chan había caído, Jeongin realmente pensaba sorprenderlo con aquello.

—Vamos, Channie, sé que mueres por hacerlo —dijo al volver ligeramente la cabeza y notar la enorme erección de Chan, aquel espejo le daba una vista espléndida de la mirada llena de deseo de Chan.

Elevaba el trasero dándole una preciosa vista de su rosadita entrada que lo invitaba a penetrarlo. Sacó su pene sin dejar de morder su labio inferior. Notaba como el ano de Jeongin empezaba a liberar aquel delicioso líquido.

Empezó a dar golpes contra sus glúteos mientras pasaba su otra mano por todo su cuerpo. Se adentraba lentamente.

—Mghmm... Chan —este empezaba a sentir aquella ola de placer, Chan empezaba a moverse lentamente, disfrutaba su vista.

Jeongin podía llegar a ser así de atrevido.

—Shh, mi amor —dijo golpeando aún más duro, tomó el erecto pene de Jeongin que bailaba con cada embestida y empezó a frotarlo al ritmo de sus movimientos.

Observaba el rostro de Jeongin deformarse de placer en el espejo, sus mejillas siempre se tornaban de aquel color cereza, sus labios se abrían levemente echando suspiros, mientras por momentos mordía sus labios intentando contener los gemidos. Chan sonreía, amaba poder ver todo de Jeongin, quito rápidamente su polo dejando a la vista todo su cuerpo.

Jeongin adoraba ver su cuerpo mientras lo cogía, ese abdomen era la misma gloria, sus hombros moviéndose con cada embestida. Lo único que llevaba a la vista era aquel collar, que sólo le daba un toque más sensual, no apartaba la vista de Chan quien se encontraba concentrado en su cuerpo, pero este lo vió directamente a los ojos.

No puso con aquello, todo era demasiado placentero. Esparció todo su semen por aquel espejo, este salía en grandes cantidades, era el orgasmo más largo que había tenido, y Chan no dejaba de embestirlo mientras continúa con la mirada fija en Jeongin. Miraba como este se retorcía de placer.

Sus pequeños espasmos se hicieron presentes, era adorable como su cuerpo temblaba por el placer. No podía con aquello, miraba esos rosados labios entreabrirse, los quería en su verga. Sacó su pene de Jeongin y lo volteó.

—Vamos, Innie, quiero terminar en tu preciosa boquita.

Jeongin sonrió y se agacho, se dirigió al aun duro pene de Chan y empezó a dar lamidas suaves con una sonrisa, volvía loco a Chan. Sin previo aviso se terminó por meter todo lo que podía en su boca.

Chan sintió la misma gloria, miraba como aquella inocencia no salía del rostro de Jeongin pese a todo lo que le estaba causando.

Chupaba, lamia y besaba por todo su pene, Chan lo tomó por el cabello y empezó a acelerar sus movimientos con su mano. Jeongin continuaba con aquello cuando Chan no pudo más y se corrió sobre su rostro. Manchaba todo este con su semen, ese líquido abundante manchaba todo el cuerpo de Jeongin.

Este continuaba con una sonrisa mientras intentaba tragar todo aquel líquido caliente.

—Maldita sea, Jeongin —dijo tirando su cabeza hacia atrás después de aquel placentero orgasmo, Jeongin continuaba probando de su esencia.

—Eso fue delicioso, Chan —dijo mientras se levantaba con una mirada pícara.

—Me vas a volver loco, Innie — Tomó sus labios, pudo probar de su propia esencia.

Salieron de ahí lo mejor que pudieron, aquella travesura era de las tantas que ambos podían hacer. Su amor estaba repleto de aquel juego, su amistad seguía presente, los hacia disfrutar mucho más el uno del otro.

Ambos apoyaban la locura del otro, el amor siempre manteniéndose entre ambos. Pasaron toda la tarde en el departamento de Chan, se besaban, se olvidaban de todo.

Miraban videos, hacían karaoke y comían helado, era casi una celebración. El estar juntos los cegaba de todo.

—Mañana pintaré mi cabello, Channie, creo que el negro es aburrido ahora.

—Pero, Innie, tu cabello negro es hermoso, aunque si me da algo de curiosidad verte con otro color.

—Pues ahora será rojo —dijo con una enorme sonrisa.

—Aww, Innie, será lindo verte con ese color —soltó con cariño.

—Es tu favorito después de todo —dijo sonriendo feliz.

La luz de la luna alumbraba aquel cuarto de manera preciosa, ambos estaban sentados en la alfombra con la ventana abierta observando la tranquilidad de la ciudad.

Chan se encontraba besando su hombro mientras lo tenía abrazado por atrás. Jeongin daba pequeñas risitas, los hermosos collares era lo único que usaban en aquel momento y aquella manta que los abrigaba a ambos.

Dos tazas de té caliente a un costado. Jeongin brillaba de manera hermosa para Chan. Un ambiente cálido, la paz en sus corazones, ambos lobos contentos.

—No importa qué pase, Chan, te voy a amar eternamente, hasta que aquella luz se apague —notaba el resplandor de la luna.

—Ámame como yo a ti, Jeongin, y juro que te mantendré a mi lado por siempre.

Esa misma noche, el padre de Chan observaba las fotos de aquel precioso Omega, era sincero consigo, lo deseaba. Miraba algunos videos suyos, como bailaba, lo sensual de su cuerpo, sería un bonito juguete sexual. Necesitaba ya algo con que divertirse...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro