Introducción

Miyagi

Las adyacencias de la ciudad de Sendai son hermosas. Rodeadas de prados y grandes montañas prominentes. Está ubicada en la isla Honshu en la región de Tohoku y es la capital de la prefectura de Miyagi. Su clima es de constante viento y humedad aunque durante las mañanas siempre consta de un sol incandescente.

Estoy consciente de que extraño Tokio, pero reconozco que esta es la única buena decisión que mi hermano ha tomado sin mi opinión.

Aomine es el ejemplo perfecto de cómo ser un mal hermano mayor. Aunque hubiera sido una mala decisión el mudarnos, a él no le hubiera afectado porque lo máximo que se deja ver por estos lares son dos días. Su trabajo como director de la orquesta juvenil de Japón lo alejó de mí, desde que nuestros padres murieron se alejó de mí. Entendía que sufría al ver mi rostro, lo más probable era que le recordaba a mamá, entendía que se sentía culpable, pero no podía aceptar el hecho de que no pensara en que yo también tenía derecho a sufrir y más aún, a tener un hermano que me consolara para no sentirme sola, sin embargo, Aomine nunca está, y ya me he acostumbrado a su ausencia.

Sé que hace lo de la orquesta como única forma de sentirse cerca de mamá, y aunque él se sienta culpable, nunca lo acusaría de algo tan vil que causó el destino. No hemos hablamos de aquella tarde, no se ha musitado alguna palabra sobre lo ocurrido, pero a pesar de haber despertado abruptamente de entre los brazos de Morfeo durante aquel viaje, recuerdo todo. Los gritos, mi mano entrelazada a la de Aomine, los golpes, el ruido ensordecedor del impacto, una enorme luz incandescente que se acercaba y posteriormente la oscuridad. La oscuridad fue el único acompañante permanente que me quedó desde ese día, desde el 09 de Agosto del 2004.

Han pasado siete años de que perdimos a nuestros padres, y por mi parte, siento que también perdí a un hermano.

Mi padre Yomo Hayashi, fue un hombre muy galante y reconocido en el mundo de las inversiones a sus cortos 30 años, proveniente de una familia japonesa adinerada y de buen estatus social, tenía un futuro planeado, el cual giraba en torno a ser el mejor empresario de Japón. Inesperadamente sus planes cambiaron al realizar un viaje de negocios a Venezuela, según lo que tengo entendido, quedó cautivado con la belleza de mi madre al escucharla cantar y tocar en una presentación de un club prestigioso de Caracas. Fue amor a primera vista, y aunque yo sigo sin creer en esa extraña sensación, de pequeña me gustaba  que mi madre me contara la historia, porque amaba la sonrisa de mi padre al escucharla y las expresiones de asco de mi hermano cuando se besaban al finalizar el relato.

Ella tocaba el piano, cantaba y estaba abriéndose paso en el mundo de la música latinoamericana cuando conoció a mi padre y no tenía en sus planes una familia, sin embargo, cuando ella culminó su presentación y notó el brillo en los ojos de él, quién estaba sentado en primera fila, cualquier camino planteado fue arrasado con furor por el deseo y más adelante las ganas inmensas de amarse.

Era 1988 cuando se plasmó su maravillosa historia de amor, y en 1989 a pesar de las adversidades y desacuerdos familiares sellaron su matrimonio, a los dos años nació mi hermano Aomine y cinco años después nací yo.

Mi nombre es Hotaru Hayashi, fue inspirado en una cita romántica de mis padres en una noche de verano paseando por el bosque, el hecho de que haya sido en el bosque fue absoluta casualidad, ya que mi apellido significa justamente: bosque, pero que ellos contaran que ese día fui concebida, nunca creí que fuera totalmente verídico. Sin embargo, bajo esos términos de romance aquí me encuentro, y gracias a un energúmeno que hace algunos años me bautizó como Taruu, soy conocida por ese apodo.

Ahora vivo en Sendai y estoy lista para cambiar mi historia.

Esta obra fue publicada en celebración de la afirmación de estreno para la cuarta temporada de Haikyuu el 22 de enero del 2020.

Editada en el 2022.