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N

Jimin miró tras él cuando Lilith detuvo sus pasos en la entrada del edificio. El lugar, tal y como lo conoció la primera vez, se veía un poco descuidado, pero no menos cálido y acogedor. Se notaba que no era como los demás departamentos de la ciudad, que incluso contaban con esos rociadores automáticos para que el aire tuviera siempre un olor a lavanda. Lilith odiaba la lavanda.

Lentamente miró al anciano que se le había quedado observando y le sonrió, modulando un saludo. El conserje la reconoció y no tardó en desearle buenas noches también.

Jimin, viendo recién al hombre, lo saludó también animadamente, llamándolo por su nombre y aprovechó para acercarse a Lilith y llevársela con él.

—No tienes que estar nerviosa, Li. Yoongi no va a echarte o algo así —bromeó. Sin embargo, Lilith no estaba para bromas en un momento así. Ella en verdad tenía miedo de que Yoongi no quisiera verla más. Aunque lo entendería después de todas las veces que ignoró sus llamadas y mensajes.

Luego de subir unos cuantos pisos por las escaleras, al encontrarse descompuesto el elevador, Jimin miró a la pelirroja y le sonrió cálidamente antes de atraparla en un abrazo. No iba a negar que él también se encontraba ansioso de saber qué pasaría, pero solo por ella, quería mostrarse más seguro. En ese momento, era el único apoyo seguro que Lilith podía tener.

Sin preguntas de por medio y bajo la atenta mirada de Lilith, Jimin usó su llave para entrar y lo primero que los saludó tras abrir la puerta fue una esponjosa bola de pelos.

—Él es Leonard Alexander Michel Prince, pero yo le digo bebé y hyung solo gato feo —susurró Jimin sin querer levantar mucho la voz al ver todo a oscuras. Lilith solo lo miró con una expresión de "¿en serio le pusieron así al gato?" mientras el minino se paseaba contra sus piernas, pidiéndole mimos.

Cargando al felino para que ya no maullara, Jimin terminó de cerrar la puerta tras él y le susurró a la mayor que lo siguiera. Lilith sonrió al ver todo a su alrededor incluso más acogedor que en aquella tarde. Sin duda, la luz de luna era lo que le daba el último toque a ese pequeño hogar. Aunque ahora que recuerda, el gato no estuvo allí la otra vez.

Cuando al fin se dio cuenta de donde estaba, sus pies se clavaron en el suelo mientras el pelirrojo se acercaba hasta la cama para dejar caminar a su "bebé" sobre el cuerpo acurrucado bajo las sábanas. Yoongi no tardó en gruñir cuando sintió los piececitos pisando su pecho y alzó su mano dispuesto a ahuyentar al gato, mas lo único que hizo fue gruñir un «gato feo» y abrazarlo para continuar durmiendo.

Lilith cubrió sus labios para ocultar su sonrisa y Jimin rio alegre al descubrir que en verdad el peligris no odiaba a su mascota como decía hacerlo. Su hyung solo era un hombre complicado a la hora de expresar sus sentimientos.

Esta vez, Yoongi sonrió tras oír aquella melodiosa risa que tanto le gustaba y abrió apenas uno de sus ojos, descubriendo al pelirrojo junto a él. Quién, tras tenderle una mano, no dudó en sentarse junto a su pareja para llenarlo de besos. Todo bajo la atenta mirada de aquella persona que Yoongi todavía no notaba.

—Yoonie, tienes una visita —le susurró entonces Jimin y el mayor lo miró frunciendo sus cejas. Volteando apenas para mirar por sobre sus hombros, se encontró con una delgada figura recargada en el marco de la puerta, todavía con una mano en la boca, mordiendo disimuladamente la piel de su pulgar.

—¡Lilith! —se precipitó entonces el mayor, sentándose en la cama de golpe cuando una oleada de ansiedad y nerviosismo lo invadió. Para su sorpresa, la pelirroja bajó su mano y le sonrió –aunque algo apenada–, antes de soltar un apenas audible saludo.

Jimin los miró a ambos mientras sonreía y volvió a tomar a su bebé en brazos para salir y darles un poco de privacidad a los dos. Al pasar junto a Lilith, no se contuvo de darle un pequeño empujón con sus caderas para que la otra reaccionara y al fin avanzara dentro del cuarto. Y aunque supo que tuvo el consentimiento de Jimin para estar allí con el otro, a solas, todavía se sentía un poco extraña.

—¿Quieres... sentarte? —El mayor rascó su oreja, nervioso, cuando quitó las sábanas de su cuerpo y se acomodó mejor en el borde de la cama. Cada latido de su corazón era como un horrible martilleo mientras la veía avanzar indecisa hasta al fin sentarse a su lado. Sus miradas poco se conectaron, y extrañamente, ambos continuaban sintiendo un pequeño miedo a ser rechazados.

Pero entonces pasó lo impensable. Yoongi casi se atraganta con su propia lengua cuando todo el aire abandonó sus pulmones al ser atrapado en aquel abrazo. Sus brazos ansiosos no tardaron en corresponder y sus labios pronto se pegaron a los suaves cabellos rojizos que acariciaron su rostro. Ahora sí, ya sentía que no había nada qué temer.

Aun así, estaba dispuesto a hablar con Lilith y aclarar todos los malentendidos para que ella ya no dudara de su amor.

—Lamento... no haberte escuchado —comenzó a hablar la pelirroja, sintiendo un horrible nudo en su garganta, que apenas la dejaba respirar —. Pero es que Jimin... pensé que... De hecho, no pensé que él era parte de... —gruñó frustrada cuando no se pudo dar a entender. Yoongi, después de apartarse un poco, solo la observó con una cálida sonrisa.

—¿Pensaste que estaba engañando a Jimin? —Lilith asintió sin mirarlo. Yoongi entrelazó sus manos con las de ella y decidió ser el que continuara —. Jimin es... Dios, él es un maldito demonio disfrazado de ángel.

Lilith rio.

—Le dije lo mismo hace poco.

—Es bueno saber que no soy el único que lo nota —bromeó apenado antes de continuar —El día en que Jimin se me confesó... Ciertamente no creí en sus palabras. Hasta llegué a molestarme, pensando que se burlaba de mí. No entendía por qué una persona tan increíble como él se fijaría en alguien como yo...

—¿Quizás por ser tú? —Yoongi la miró sorprendido cuando la escuchó hablar con un tono casi molesto —. ¿Es que acaso no notas todo lo que tienes para dar, Yoongi? Eres inteligente, ingenioso, perseverante. Siempre que has fallado y lo has vuelto a intentar, los resultados esperados fueron aún mejores. Y tu forma de ser... Muchos podrán decir que eres un hombre frío y sin corazón, pero ese montón de tontos no han visto aún al verdadero Yoongi. Un hombre dulce, tímido, caballeroso, atento, respetuoso. Un hombre con el que me sentí a gusto desde el primer momento en el que comencé a trabajar con él. Un hombre que me cautivó... con aquel tropiezo que tuvimos... Tú... quizás me gustaste mucho antes de que yo te gustara a ti.

Yoongi se soltó de ella tan repentinamente, que uno podría pensar que las manos de la pelirroja le quemaban. Lo cierto es que solo quería alejarse por estás sumamente avergonzado. Sus mejillas calientes y la boba sonrisa en sus labios eran la prueba de eso.

—Sé que Jimin también vio todo eso en ti, así que no te preguntes por qué te eligió, Min —continuó ella, todavía indignada. Sin darse cuenta, se le había confesado al peligris, pero su enojo fue más grande que ni lo notó —. No tienes por qué sentirte inferior a él o dudar de su amor. Jimin no te ama por lástima. Incluso por mi culpa... él sufrió mucho y aun así se quedó a tu lado —susurró apenas.

Cuando oyó el primer sollozo, Yoongi se volteó preocupado, encontrándose con una de las escenas que más odiaba en su vida: Lilith con sus ojos lleno de lágrimas.

Dando los pocos pasos que los dividían, el mayor regresó hasta ella y se sentó a su lado para poder abrazarla.

—No llores, por favor... No fue tu culpa Lilith. Al contrario. Ahora a Jimin le gusta bromear con decir que, si no fuera porque me friendzoneaste, yo nunca me hubiera fijado en él —él sonrió dulcemente cuando ella hipó y se aferró más a la tela de su pijama.

—Pero... de todos modos sufrieron —sollozó. En un impulso por querer secar sus lágrimas, terminó restregando su rostro en la playera blanca del otro, dándose cuenta tarde que todavía traía maquillaje. Y entonces, sus lágrimas volvieron a caer —. Dios, ¡ahora arruiné tu pijama!

Yoongi rio enternecido y la abrazó con fuerza, tirándolos a ambos hacia atrás en la cama.

—Deja de llorar o él pensará que-

"—Min Yoongi, ¿estás haciendo llorar a mi chica? ¡¿Quieres que patee tu trasero?!"

—¡No la hice llorar! ¡Y también es mi chica! —se defendió altanero, mas sus mejillas no pudieron evitar sonrojarse cuando esos ojos cafés lo miraron asombrados.

Todavía avergonzado, Yoongi secó las lágrimas con suma delicadeza sin dejar de verla a los ojos.

—No llores por una playera vieja y no pienses que nos hiciste sufrir, porque créeme, cada día, cada hora, cada minuto y segundo, valió malditamente la pena si ahora puedo tenerte aquí conmigo—susurró, sonriéndole dulcemente para al fin juntar sus labios con los de ella.

"—¡Sí! ¡Al fin se besaron, Leonard Alexander Michel Prince! ¡Ya tienes mami!—" gritaron del otro lado de la puerta y esta vez, ninguno de los dos pudo evitar carcajearse.

—Es imposible no amarlo a pesar de su doble personalidad retorcida —murmuró Yoongi, besándola de nuevo —. Así como fue imposible no amarte a ti a pesar de ser prohibida. 

Jimin entró apenas para espiar y sonrió tiernamente cuando los vio abrazados en la cama. Ni siquiera pensó en contenerse cuando corrió hasta ellos, aplastándolos en el proceso para sumarse al abrazo. Él no quería ser el único que se quedara sin mimos. 

Seokjin bebió otro trago y observó a su amigo que no dejaba de revisar su celular a cada minuto. Más de una vez le había preguntado si es que tenía algo que hacer, a lo que el moreno solo respondió con diferentes excusas; siempre negando.

De cierta manera, era estresante verlo actuar así, pero aun así Jin no le reprochó. Después de todo, su invitación había sido repentina y su amigo quizás dejó sus planes solo por hacerle compañía. De todos modos, no negaba que se sentía un poco herido.

Quizás su amigo solo fue con él por lástima.

—Nam, por el amor de Dios, si acaso tenías planes, solo ve. O llama a esa persona. ¿Acaso tienes novia y no me lo has dicho? —preguntó entonces, y el rubio al fin le prestó atención, mirándolo sorprendido.

—Yo no... bueno sí... Digo... Sí. Sí tengo —habló bajo y Seokjin lo miró atento.

¿Hacía cuánto que no tenían una charla amena como para que su mejor amigo no le contara de su vida amorosa? Aunque más de una vez llegó a creer que Namjoon jamás le mencionaría a una mujer. Después de todo, el moreno siempre fue de "sexo de una noche".

—¿Tienes novia?

—Sí...

—¿Qué? Pero, ¿cómo? ¿Cuándo pasó? ¿Por qué no me hablaste de ella?

—Hace unos meses —respondió cauteloso —. Pero todavía no quiero presentártela. Solo te diré que es la mujer más hermosa, increíble, sexi, atrevida, inteligente y perfecta que verás en tu vida.

Jin rodó los ojos y negó no creyendo eso posible. Para él solo había una mujer así en el mundo y lamentablemente, la había perdido por idiota.

—Algún día verás —comentó Namjoon, acabándose su cerveza. El mayor solo sonrió a medias y le palmeó la espalda antes de levantarse.

—Voy al baño. Tú aprovecha para llamar a tu chica misteriosa.

Namjoon se carcajeó, pero siguiendo su consejo, no tardó en marcarle a su pelirroja favorita. Sin embargo, después de unos cuantos tonos, nadie atendió. Frunció sus cejas y lo intentó una vez más antes de llamar al teléfono de la casa de Hope. Ninguno de los dos fue atendido.

Algo preocupado, esta vez le marcó a su otro amigo y el alegre pelirrosa sí que no tardó en contestar.

—Namie~

—Hope, ¿todavía no estás en casa? Lilith no me contesta y no sé dónde está. Lo siento si soy paranoico, pero en la tarde se veía decaída y... —Escuchó como del otro lado de la línea una silla fue corrida con brusquedad y el tono del menor pronto cambió a uno más serio.

—Ella dijo que invitaría a Taehyung. Lo llamaré. Tú pregúntale a Jimin.

Esa llamada no duró ni un segundo más y pronto el moreno ya se encontró marcando el número del secretario de su chica. De nuevo nadie atendía y los nervios ya comenzaban a comerle la cabeza. Llegando detrás de él, Jin casi rio al conocer esa nueva faceta de su amigo. Quien quiera que fuera su novia, al parecer le había volado la cabeza.

—¡Jimin! Por qué no respondías, hombre —gruñó el rubio, poniéndose de pie para caminar hacia afuera de aquel pequeño bar —. ¿Sabes dónde está Lilith? La llamo y no responde. ¿Qué? ¿Contigo? ¡No me interesa saber lo que están haciendo, idiota! ¿Por qué no me dijiste que la llevarías con Yoongi? Ya preocupé a Hope y él a Taehyung. Sabes lo exagerados que son los dos cuando se fusionan. Sí, sí. Lo sientes. Como sea, dile que luego la castigaré por olvidar su teléfono en la oficina —bromeó, ya más calmado —Y también dile que la amo y que me alegra que ya esté riendo de nuevo.

Con una expresión más tranquila reflejada en su rostro, Namjoon finalizó la llamada y regresó a su mesa. Ahora sí podría disfrutar del resto de la noche y de su cerveza. Saber que ella estaba bien, era lo único que necesitaba para calmarse.

Pronto le envió mensajes a Hoseok y Taehyung para tranquilizarlos y pidió dos cervezas más a una camarera mientras esperaba a que Jin regresara del baño. Sin embargo, los minutos pasaron y él no regresó. No creía que con solo una cerveza el mayor se hubiera desmayado en el sanitario, pero por si acaso fue a revisar. Y no estaba.

—Amigo, ¿por si acaso no viste salir al tipo que venía conmigo? —le preguntó al barman que se encontraba sirviéndole a otro cliente. El hombre no tardó en asentir y señalar la otra salida. La de emergencia.

—Llegó justo cuando te levantaste a hablar por teléfono. Te siguió. Pensé que se despidieron porque vino a pagar su cuenta y salió por la otra puerta.

—¡Mierda! —gruñó Namjoon y pronto le soltó un billete para pagar sus bebidas —Quédate con el cambio —agregó, ya no queriendo retrasarse otro segundo.

Ahora sí que la había cagado. Solo por esta vez iba a permitir que Tae y Hope entraran en verdadero pánico. 

—Jimin... —gruñó el mayor a modo de reproche mientras el pelirrojo no dejaba de toquetear a la Lilith a escondidas.

Después de haber escuchado el estómago de Lilith rugir, Yoongi se levantó inmediatamente a prepararle algo luego de escuchar a Jimin decir que su última comida fue al mediodía. Claro que el menor también aprovechó para que su novio le cocinara a él también. Y como Yoongi sabía que, si no lo hacía su cocina sufriría las consecuencias, no puso objeción.

Por primera vez, Lilith había sido testigo de las cualidades culinarias que poseía el peligris y vaya que quedó maravillada luego de tener su primer bocado.

Media hora más tarde, ya se encontraban en la pequeña sala, apretados en el sillón de dos piezas, viendo una película en la computadora del mayor, o al menos hacían el intento. Porque cierto pelirrojo calenturiento no dejaba en paz a Lilith. Aunque tampoco era como si a ella le molestara. Después de las noches de películas con Namjoon y Jungkook, ya estaba más que acostumbrada.

—Pero Yoonie... —protestó cuando el mayor le lanzó otra mirada asesina —. ¡No hago nada que ella no quiera! Por qué me miras como si me estuviera aprovechando de su pureza —rezongó, apretando más a la mayor contra su cuerpo.

Lilith rio y Yoongi frunció todavía más sus cejas.

—¡Pero estoy yo aquí! Digo, debe ser incómodo para ella. Prácticamente te la quieres follar enfrente de mí.

—Tampoco te digo que no te unas —susurró Jimin, haciendo un tierno puchero para convencer al mayor. Aunque solo logró que se escandalizara todavía más.

—¿Qu-? ¡¿Qué clase de persona crees que es Lilith?! ¿Crees que ella... con los dos? —Yoongi suspiró exasperado y tiró sus cabellos hacia atrás —. Lo siento, Li. Ni siquiera tendríamos que estar teniendo esta conversación frente a ti —se disculpó, sin embargo, su mirada viajó de uno al otro cuando ninguno de los dos dijo más. Lilith solo parecía mirarlo con vergüenza, mientras que Jimin parecía decirle "¿eres idiota?"

—De hecho... —se atrevió a hablar la pelirroja, con las mejillas levemente sonrojadas —. Yo...

—Lilith estuvo con mis hyungs y Jungkook y no le molestó. Oh y vaya que lo disfrutó —se le adelantó Jimin, subiendo ambas cejas de forma sugestiva. Lilith prácticamente chilló por haberlo dicho sin tacto alguno y cuando regresó su vista al peligris, éste solo la veía con la boca abierta más petrificado que nunca.

Entonces Jimin se pegó al oído de la pelirroja para susurrarle.

—Solo mira la evolución que tendrá su rostro —Lilith mordió sus labios por el escalofrío que le envió a su cuerpo aquel susurro —. Pasará de súper pálido, a su tono normal —Jimin esperó a que ocurriera antes de continuar —, a tener las mejillas rosaditas —esperó y continuó cuando eso pasó —. Hasta terminar con toda la cara roja —concluyó, carcajeándose por lo tierno y puro que podía llegar a ser el mayor.

Yoongi gruñó y no tardó en molestarse con el pelirrojo. La almohada que antes descansaba bajo su espalda, no tardó en impactar contra el rostro del otro. Entonces fue Lilith la que tuvo que intervenir para que los dos hombres no se mataran frente a ella. Aunque Jimin ni siquiera se defendía, él solo moría de risa, ahora tirado en el suelo.

—Hyung~ Lamento no habértelo dicho, pero Lilith me confió ese secreto~ —habló con un tono meloso, pero Yoongi lo ignoró.

—¿Estás... decepcionado de mí... Yoongi? —habló entonces Lilith y para su suerte, no fue ignorada como Jimin.

Con las mejillas todavía un poco coloreadas, Yoongi negó frenéticamente antes de carraspear y modular un suave "no". Lilith rápidamente se lanzó sobre él para abrazarlo. Y mientras Jimin era testigo de todo eso, su perversa cabecita ya estaba maquinando su siguiente movimiento.

Lilith se carcajeó en cuando unos fuertes brazos la alzaron en el aire y en pocos segundos, una juguetona nalgada impactó contra su trasero.

—Lástima para ti si no quieres unirte, Yoonie~, pero yo muero por hacer mía de nuevo a esta mujer. No me conformaré con aquel rapidito en la oficina —comentó cantarín, llevándose a Lilith hasta la habitación.

Yoongi tragó saliva cuando los vio caer sobre la cama. Jimin sin perder el tiempo, comenzó a desvestir a la mayor al mismo tiempo que la besaba de forma intenta, casi como si quisiera robarle el aliento. Lilith ronroneó cuando unos dedos acariciaron por sobre sus bragas y Yoongi maldijo en su mente cuando aquel erótico sonido impactó justo en su entrepierna.

Maldito Jimin por no cerrar la puerta.

El pelirrojo sonrió y se quitó la camisa antes de ponerse de rodillas en la cama, justo detrás de Lilith. Sus manos sosteniéndola contra su cuerpo, ambos exhibiéndose al hombre que intentaba ignorarlos. Ella ya no traía su falda ni ninguna prenda arriba y sus pequeños botones no tardaron en ponerse en punta en cuanto Jimin comenzó a pellizcarlos, mientras besaba su cuello.

—Gime para él, preciosa —la incitó, juguetón y Lilith sonrió soltando un gemido gustoso en cuanto volvió a sentir aquellos dedos acariciándola allí abajo —. Mira como nos desea —volvió a susurrar Jimin en su oído. Los ojos se Yoongi parecían querer desnudar hasta sus almas con aquella forma intensa que los miraba. Jimin en serio estaba disfrutando en provocarlo.

Lilith soltó otro gemido un poco más alto cuando Jimin mordió su cuello. Esta vez, ambos vieron como el mayor apartaba su mirada, apenado por estarlos viendo, pero no por eso menos excitado que ellos. Aquel bulto que intentaba ocultar con la almohada, no mentía. Y eso era más que suficiente para que Lilith también quisiera jugar con él.

Girándose hacia el pelirrojo, lo empujó para que se recostara en la cama y con rápidos movimientos, terminó por deshacerse de la poca ropa que a él le quedaba. Jimin comenzaba a entender el mensaje y antes de que ella bajara hasta su entrepierna, le pidió que no olvidara darle una buena vista a Yoongi. Lilith asintió y pronto se acomodó entre las piernas del otro, dejando su trasero al aire al momento que dio la primera lamida.

Jimin no tardó en gemir cuando ella comenzó a dar chupetones por su base. Sin meterlo en su boca, y sin que fueran simples besos, Lilith comenzó a recorrer todo el pene del menor, realizando pequeñas succiones luego de cada lamida, como si estuviera saboreando un helado. Cuando realizó la misma acción en la punta, Jimin no pudo evitar lloriquear. Esa mujer iba a llevarlo a la locura.

Y no solo a él.

Cuando sintió un peso extra en la cama y Lilith jadeó sobre su dureza al sentir una mordida en una de sus nalgas, Jimin supo que lo habían conseguido. Una oscura mirada pronto chocó con la suya y él quiso hacerse pequeño en cuanto vio al peligris sonreír. 

Oh vaya que disfrutaría eso.

Lilith ahogó un gemido contra el pene de Jimin cuando se lo llevó casi por completo a la boca. Justo en su feminidad, unos largos dedos la acariciaban sin piedad al mismo tiempo que Yoongi besaba su espalda. Jimin gemía con solo tener esa escena. Con solo ver como el otro lo miraba a él mientras que a quien la hacía sentir tan bien era a Lilith.

—Hyung~ —jadeó necesitado cuando quiso que el mayor también lo tocara a él.

Sin embargo, Yoongi sonrió con dulzura y negó. Como si le dijera que ese era su castigo por ser un mal chico. Por ello Lilith no tardó en levantar su mirada cuando oyó al menor lloriquear. Sonriendo por lo manipulador que trataba de ser con el mayor, tiró de su mano para que se sentara en la cama, ella entre ambos hombres, manteniéndolos cerca para que Jimin pudiera lograr lo que quería: besar a su hyung.

Yoongi entonces la apretó contra su cuerpo, aprisionando uno de sus pechos mientras su otra mano sujetaba la nuca del pelirrojo al que devoraba con sus labios. Lilith tampoco se quedó atrás y comenzó a regar de besos húmedos el cuello del menor mientras Jimin la sostenía por las caderas, rozándola entre sus labios inferiores con su dura erección.

El mayor de los tres, también liberando su pene de aquellos pantalones cortos, comenzó a frotarse contra las mejillas traseras de la pelirroja. Lilith no pudo evitar sollozar y su cabeza pronto cayó sobre el hombro del peligris en cuanto ambos comenzaron a simular duras embestidas.

Jimin fue el primero en penetrarla cuando ya no resistió más. Sosteniéndola con firmeza, comenzó con un lento vaivén al mismo tiempo que la besaba. Su lengua recorriendo cada rincón de su boca y sus manos picando por explorar cada curva de aquella mujer que hacía estremecer su cuerpo con una simple mirada.

—Eres tan perfecta... —le susurró cuando se apartaron para respirar. Con sus narices todavía rozándose, Jimin empujó aún más, queriendo rozar ese mismo lugar que haría delirar a su chica.

Detrás de ella, Jimin observaba al mayor sonreírle mientras terminaba de desvestirse antes de escupir sobre su pene para lubricarlo un poco. Él también sonrió cuando sintió a Lilith estremecerse entre sus brazos. Sabía que su hyung la estaba acariciando para entrar en ella.

Ayudándolo un poco, Jimin tomó ambas nalgas para separarlas, apretándolas, sin detener sus cortas embestidas. Supo el momento exacto en el que Yoongi comenzó a penetrarla porque las uñas de la pelirroja pronto se clavaron en su espalda al mismo tiempo que su linda boca ahogaba un gemido sobre su garganta.

En cuanto Yoongi entró por completo, se quedaron unos segundos así. El mayor abrazando a ambos mientras regaba de besos los hombros de la mujer que tanto amaba.

—En serio... él es un maldito demonio... disfrazado de ángel —comentó el mayor y Lilith no tardó en darle la razón, haciendo que una dulce risa burbujeara en el pecho del menor.

—Pero así me amas... —se defendió Jimin y tratando de juntas las bocas de los tres, comenzaron a besarse, dejando que sus labios y lenguas mezclaran sus fluidos en aquel ardiente contacto.

Cuando la necesidad comenzó a hormiguear en la parte baja de sus cuerpos, los suaves vaivenes se convirtieron en rápidas embestidas que pronto empezaron a golpear en lo profundo de Lilith. Ella no hacía más que gemir con desesperación.

Al instante, una tortuosa y a la vez, placentera sensación, no tardó en instalarse en su vientre, dejando todavía más sensible cada fibra de su cuerpo. Aquellos empujes sincronizados ni siquiera la dejaban pensar. Entre gemidos y lloriqueos, ella solo quería alcanzar el ansiado clímax que parecía burlarse de su desesperación. Sus cortas uñas no tardaron en clavarse en los hombros de Jimin y sobre los labios de éste, gritó el nombre de los dos en un sonoro gemido, al correrse.

—Hyung~ —lloriqueó el menor también en cuanto Yoongi dejó a Lilith descansando en la cama y recostó al menor a su lado para subirse sobre él.

—Tú aún no te corres, bebé —susurró, besando sus labios al mismo tiempo que dos de sus dígitos tantearon la entrada del menor.

Jimin jadeó de forma necesitada cuando su agujero prácticamente se tragó aquellos largos dedos. Lilith sonrió y apartó los mechones que caían en su frente mientras observaba a ambos mirarse de forma intensa. Yoongi no pudo contenerse mucho más cuando el menor le pidió que se lo follara. Y quitando sus dedos, los reemplazó por su miembro, mientras los lamia de forma erótica, probando la humedad del menor.

El pelirrojo gimió y lloriqueó todavía más cuando Yoongi comenzó a embestirlo con fuerza. Tan rudo como a él le gustaba y tan dulce como solo su hyung podía ser, repartiendo besos por todo su rostro con cada embiste. El peligris no solo era aquel que le daba los mejores orgasmos de su vida, sino también él que, cada vez que le había el amor, le recordaba cuanto lo amaba.

Entonces Jimin sintió las caricias en su cabello. Miró a su lado y Lilith lo veía de la misma forma intensa que el mayor. Ambos comiéndoselo con la mirada, deseándolo con cada fibra de sus cuerpos. Regalándole una sonrisa juguetona, Jimin la invitó a subirse sobre él, indicándole que se sostuviera de los barrotes de la cama.

La lengua del pelirrojo no tardó en dar rápidas lamidas, simulando embestidas contra la entrada de Lilith de la que sus propios fluidos pre seminales todavía se encontraban cayendo. Yoongi, excitándose todavía más con aquella obscena vista, llevó ambas piernas del menor, pasándola por sobre sus hombros para embestirlo más profundo. Ambos menores se deshacían en gemidos frente a él y a pesar de que sabía que después querría ocultarse en el baño hasta que se le pasara la vergüenza, ahora lo único que quería hacer era verlos correrse frente a él.

—M-Más... Jimin... —suplicó en lloriqueo Lilith cuando los labios del otro comenzaron a succionar su montículo sensible. Se sentía tan desesperada que sus propios gemidos comenzaron a opacar los del menor que sollozaba cada que su hyung empujaba duro contra su próstata, sin darle descanso.

Cuando el conocido hormigueo comenzó a crecer en el vientre del peligris, tomó el pene de Jimin para bombearlo, sin dejar de embestir rudo dentro de él. Y solo con eso, fue suficiente para que Jimin se corriera soltando un agudo gemido y gruesos hilos de semen cayeran sobre su propio estómago. El siguiente fue Yoongi cuando el menor lo apretó tan fuerte con sus calientes paredes anales, obligándolo a vaciarse en su interior. Y, por último, Lilith, ayudándose de sus propios dedos cuando Jimin ya se encontró muy exhausto para seguir.

Los tres se miraron agotados luego de recuperar el aliento. La pelirroja terminó por regresar a su lugar junto al menor y Yoongi, todavía sobre el cuerpo de Jimin, la abrazó para pegarlo más a ellos.

—A Yoonie le encanta acurrucarse después del sexo —bromeó Jimin, haciendo gruñir al otro, quien ocultó su rostro avergonzado en su cuello. Tan tierno como solo él podía ser.

Lilith riendo con el pelirrojo. Asintió dándole la razón y solo se dejó hacer cuando Yoongi comenzó a acariciar las hebras de su nuca. A pesar de no decírselos, el mayor se sentía tan pleno teniendo a sus dos amores allí. Sin duda, no cambiaría ese momento por ningún otro.

Entre pequeños suspiros y caricias, los tres comenzaban a quedarse dormidos, así que el mayor salió del interior de Jimin, no queriendo quedar atrapado allí como ya le ha pasado. Besó a sus dos amores y caminó hasta su mesa por las toallitas húmedas para limpiarlos a ambos y luego las desechó en el baño donde se aseó él.

—¿Ves que es un dulce? —le susurró Jimin, abrazando a Lilith mientras Yoongi se limpiaba. Quizás, de los dos, el pelirrojo era el más feliz de tenerla con ellos solo por el simple hecho de que, en Lilith, había encontrado a su compañera de travesuras para molestar a su hyung.

—Y tú en serio eres perverso —le respondió ella, dándole un corto beso en los labios. No fue hasta que el menor le sonrió por quedársele viendo que confesó la verdad que agitaba su corazón —. Me hace tan feliz no haberte perdido, Jimin —susurró, acurrucándose en su pecho antes de que sus propias lágrimas la traicionaran.  

Sin embargo, toda idea de descansar abrazados, quedó olvidada cuando fuertes golpes se oyeron en la puerta de entrada. Jimin no tardó en mirar al mayor, asustado por la violencia de los golpes y Lilith se aferró más al menor cuando Yoongi les pidió que guardaran silencio y comenzó a colocarse un pantalón de chandal. Pero antes de que el peligris siquiera pudiera dar un paso fuera de su cuarto, los tres se congelaron en el mismísimo instante que aquel grito llegó a sus oídos.

—¡Lilith, sé que estás ahí!

Ese... era Seokjin. 

Sin duda, este fue el capítulo más largo que tendrá la historia xD "5250 palabras"

Es así como me imaginé la distribución del departamento de Yoongi :) Pa' que se guíen también xD 

Ahora sí, se prendió esta mierda 7w7 

Final in coming~



(5/6)

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