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Capitulo 3

Despierto agitada por el mal sueño, las noches de insomnio no paraban y esta noche no podría dormir más, no cuando mi mente aún seguía lastimándome incluso cuando dormía, las pesadillas no me lo permitían el dormir bien ahora se me hacía difícil.

Lo cual me afectaba, dejo salir un largo suspiro y me siento en mi cama.

Indecisa me levanto de mi cama decidida a no dormir más, dejando a Lizzy en ella, ella si estaba completamente dormida siempre me preguntaba ¿Como lo hacía? ¿Como le hacía para que no le afectara? Mis latidos aún seguían frenéticos, realmente estaba muy asustada.

A veces me molestaba su indiferencia, porque sólo yo tenía que sufrir, ¿Porque lo hacía? Sonaba egoísta pero eso no me importaba.

Me le quedo observando durante un par de minutos, reflexionando, ella era cómo la luna tenía su lado lindo lleno de luz pero también su lado oscuro y perverso; cómo todas, pero eran pocos los que reconocían o lo admitían ya lo sabía. A veces no la reconocía.

Me tomo la cabeza con desespero, estaba cansada, no quería vivir así no quería sentirme mal siempre, salgo de mi habitación que me asfixiaba, necesitaba aire fresco, aunque realmente no sé qué es lo que necesitaba.

Sentía que algo no estaba bien seguro era la ansiedad o presion de todos estos dias.

Si seguia aquí las paredes me atraparian, sin mas tomo mi bata de dormir y mis pantuflas seguro afuera hacia frío.

Sin pensarlo más salgo y bajo las escaleras rápido, no me importaba mucho el ruido que provocara, mi familia sabía que no dormía, varias noches me han encontrado en el living viendo la pantalla o afuera observando el cielo entre las noches, aunque más bien me la pasaba pensando, no paraba de hacerlo, en mi mente había tantas cosas y a la vez nada, eso es lo que me hostigaba el no poder saber el porqué era asi.

Esto era cansado y desgastante, mi vida estaba yendo en picada así era desde entonces, volteo a ver el reloj que se encontraba colgado en la entrada de la casa y veo que son las 3:40 am la misma hora al igual que las tantas veces anteriores.

Abro la puerta de mi casa y salgo al exterior, el aire golpea dejandome sentir escalofríos, mi casa estaba rodeada de árboles y sobre todo humedad con su típico olor característico, hasta ese momento, me abrazo a mi misma tratando de no perder el calor corporal.
Camino sin más y me adentro en el bosque por un pequeño sendero que conocía muy bien, los árboles enormes tapaban el cielo estrellado de Millswood, la noche me daba miedo no me gustaba, por salir tan rápido de mi casa, no pensé en lo obscuro y tenebroso que lucia en ese preciso momento.
Mis miedos profundos comenzaron a hacer su trabajo en mi mente, los cuales no eran nada buenos, todo lo contrario.

La mente era realmente una hermosa enemiga y conmigo era muy cruel.

Sentía la ansiedad apoderarse de mi ser de mi vida. De...

—Pensaba que era el único que le gustaba salir a esta hora.—escucho una voz aguda de un hombre detrás de mío.—mi corazón empieza a latir con frenesí en ese momento.

Volteó con mi mano en el pecho, al verle lo reconozco con la luz tenue veo que era el chico que me ayudo, en el instituto en la salida, ¿Él de nuevo aquí?

Pero ¿Que hace en el bosque a esta hora?

—¿Lush?.—pregunto sutilmente.

Estaba confundida.

—Oh no cariño, no me confundas con mi hermano.—sisea con arrogancia.

Yo retrocedo automáticamente, con desconfianza al instante.

—¿Quien eres tú?—llego a preguntar con miedo disfrazado de valentía.—¿Que haces aquí?.—a quien carajos se le ocurre entrar al bosque a estas horas.

Bueno a mi tambien...

Me alejo de él poco a poco, ya que podría hacerme daño, aún estaba cerca de mi casa o eso creía.

Mejor dicho unos muchos metros de distancia.

No había tenido la noción y solo me adentré en este lugar, estaba tan sumida en mi mente que no vi el peligro. Rebecca tenia razon. Esto era mala idea.

Debi hacerle caso.

—No quise asustarte.—se disculpa.—Soy Evan Kahler el hermano de Lush.—me regala una sonrisa.—Vivo en frente. Ahora somos tus nuevos vecinos.

¿El era hermano de Lush? Su parecido era increíble.

—Perdona, yo pensé que eras... Sus características es... Demasiado su parecido es idéntico.—comentó aún sorprendida.

¡Eran iguales!

—Nos parecemos pero solo yo sigo siendo el más guapo.—me guiña el ojo sonriendo con encanto.

Le sonrió.

—Si sólo lo dices tú, puedes creertelo.

—Lo dicen todas las personas, incluida mi querida madre.

—Así que ustedes viven ahora en esa casa.

La cual fue un poco difícil vender por qué estuvo sola durante un largo tiempo.

—Si es muy esplendorosa, mi querido hermano la ha remodelado con mucho entusiasmo y hasta ahora la ha terminado. Y heme aquí en este lugar.—observa a su alrededor.

No puedo creer que el vivirá justo enfrente de mi y menos que tuviera un hermano. Esto era una gran casualidad, Lizzy se volvera loca al saberlo.

—Bueno pues espero que les guste esta pequeña ciudad, es muy hermosa.—emito.

—Entonces ¿Por qué vives lejos de ella?

Su pregunta me tomo por sorpresa, nunca lo había pensado, hasta ahora, sólo sé que esta casa es una herencia familiar mi madre le gusto tanto que cuando mi papá le propuso el irse a la ciudad a otra casa negó rotundamente le tenía aprecio, era una de las tres únicas casas de esta área privada a las afueras, la otra es la casa de la familia de Emma, la cual queda cercas del Río.

—Supongo que es por el precio sentimental y la libertad que da el bosque.—comentó sin querer decir mas.

El no lo nota, termina por sentarse en un pedazo de un tronco.

—La noche es muy bella y peligrosa al igual que tú, Halsey, deberías de volver a casa.

Yo le ignoro, no me importaba nada, hace mucho dejo de importarme.

—Todos los lugares son peligrosos no importa el sitio si es de día o de noche.—comentó.—O con quienes estés...

—Tienes razón, pero debes de ir a descansar, Gute Nacht. Buenas noches.

Termina por despedirse el en su idioma, cuando el se aleja, mis pensamientos llegan de nuevo a atormentándome. Doliendome.

Pero esa dirección no estaba hacia su casa, que extraño.

—Halsey.—escucho la voz desesperada de mi madre a lo lejos, seguro estaba angustiada ¡Rayos!.—!Halsey!.—otro grito de desespero.

Estaba realmente asustada, rápidamente doy media vuelta de camino a mi casa, ya estando cerca le veo ella me observa asegurándose que esté bien, observando de donde he salido, cómo si estuviera buscando a alguien más.

—¿Que haces aquí afuera?—pregunta cuando estoy al frente de ella.

Traía puesta su bata larga de seda, color blanco, con sus típicas gafas para leer y su cara no podía dejar de reflejar la preocupación y algo sorprendida.

—Yo....—no sabía que más decirle.—, sólo quería estar aquí sola mamá.—replicó a modo de respuesta.

—Hace demasiado frío aquí, mejor vayamos a casa.—contesta no muy convencida.

Me abraza durante todo el camino, yo se lo permito, no sabía cómo reaccionar ante eso.
No no era de las personas más cariñosas del mundo y menos con ella. No se desde cuando pero no me gustaba sentirme asi.

***

Ya había amanecido yo y las chicas estábamos vistiéndonos ya que según Emma se estaba haciendo tarde, Lizzy no paraba de apresurarnos a cada momento que podía, lo cual solo provocaba que me estresara innecesariamente, sabiendo que eso no ayudaba, ella ya había terminado desde hace tiempo, pero nosotras aún no, cosa que no le gusto. Era muy puntual en todo.
Yo me estaba colocando mis botas y un vestido medianamente lindo según mi madre este se me veía mejor que el color pálido de los que usualmente usaba.

Y mis amigas opinan igual.

—Halsey, Thiago a pasado por ti.—avisa mi madre sonriendo.

Mientras su asistente a su lado sostenía su portátil y bolso.
Yo me les quedo viendo con extrañeza a las chicas Thiago no me había dicho que pasaría por mi hoy. En fin termino de acomodar mi cabello en un moño despeinado pero algo pulcro y decente, tomo mi bolsa y salgo.

—Cuídate mucho.—sisea mi madre.

—Si mamá.

Salgo poniendo mi saco por lo frío de la mañana.

Thiago estaba recargado en su BMV de color gris, él lucia espectacular, siempre lucia muy guapo y apuesto llevaba ropa casual su típica chaqueta negra y sus pantalones desgastados, junto a unas botas militares obscuras.
Me observa con su sonrisa de modelo, que lo hace ver aún más guapo.

—Sabias que hoy te ves más hermosa que nunca.—comenta el con amor.

Yo le abrazo con mucho cariño, su fragancia me invade satisfactoriamente al instante, le beso la mejillas, no podía fingirlo ante el.

—Para ti siempre lo estaré.—contesto sin dejarle de sonreír.—Incluso cuando no lo estoy.

Saliendo Lizzy no repara en alagarnos.

—Que linda pareja, se ven muy bien juntos.

—Lizzy.—le reprochó poniendo los ojos en blanco.

—Solo dice la verdad.—le guiña él con complicidad, siempre siguiéndole la corriente.—¿A que es la chica más hermosa?.—pregunta a Lizzy.

—Lo es.

—Eres igual que ella.—le doy un pequeño golpe, no sé qué haría sin ellos.

—Vámonos ya que no llegaremos a tiempo.—comenta Emma apresuradamente, ya se encontraba adentro de su vehículo.

Me despido, Thiago amablemente me abre la puerta para irnos.

—Ayer ¿Por qué no me dijiste lo que te había pasado?.—pregunta.—Podría haberte ayudado,

Ayer no fue tan lindo como lo pensé, el estar ahí me dio un ataque de ansiedad, anteriormente los doctores me habían dicho que era normal, así actuaba desde entonces, por el TEPT.

—No es nada.—le sonrió para convencerle.—Sólo fue un pequeño desmayo.—trato de parecer despreocupada.

—Sabes que no es eso.

Ya lo sabía perfectamente.

—Lo se, pero en serio no es nada de que preocuparse así que no lo hagas.—le sonrio.

—Esta bien bonita.—me dice con ese apodo que tanto le gusta llamarme.

Otra de las razones por las que creían que éramos pareja, lo cual es entendible nuestra relación es especial.

Me había empezado a hablar así desde el segundo grado, desde el principio fue tan tierno y lindo, su familia estaba involucrada con el alcalde asi que nuestras familias eran muy cercanas, desde que tengo memoria tenemos esta linda amistad.

El es mi mejor amigo y yo su mejor amiga que podría tener.

—Me gustaría seguir hablando pero tengo clases.—ya habíamos llegado y el no parecía importarle un poco.

—Tú presencia me encanta, pero tienes toda la razón vamos bonita. Tenemos deberes.

—Nos vemos más tarde.

Me despido de él abrazandolo, entro al instituto, aún no veía a las chicas, seguro ya habían llegado antes, camino apuradamente, era tarde mucho y lo más seguro era que la maestra Fitzpatrick estaba comenzando ya su clase.
Llego y si efectivamente ella ya estaba en el aula, toco y mi mente estaba procesando una buena excusa para que me dejara entrar esta vez.

—Si le digo que tengo un amigo que maneja muy lento solo para estar más tiempo conmigo y por eso he llegado tarde ¿Me lo creería?—contestó lo primero que se me viene a la mente, cosa que provoca la risa de algunas chicas, seguramente entendiendo lo que decía.

Mademoiselle, de nuevo tarde en mi clase.—sisea la maestra de francés en tono de reproche, mientras negaba, ella me odia al igual que yo.

Desde que había empezado el año, sabía que no le agradaba la impuntualidad pero su clase no era la mejor, yo no era buena, por eso mis calificaciones medianamente en especial con ella.

Excusez-moi.—me disculpo, mi pronunciación era fatal pero me entendía, eso era algo.

—Pasa, pero que no vuela a suceder.—me dice ella con su seriedad tan característica.

Odiaba el retraso.

Era una de las únicas reglas que impuso y una de las cuales he incumplido en varias ocasiones.

Busco mi típico lugar y veo que este está se encuentra ocupado, Lizzy quien se sienta conmigo también estaba igual de confundida que yo, todos sabían que nosotras nos sentábamos juntas. Siempre en todas las clases que compartíamos.

Ella me pasaba los apuntes que ya que no hacía nada, o mas bien me la pasaba distraída.

—Este es mi lugar.—comentó a la rubia que había visto ayer y ahora ocupaba mi habitual asiento.

A su lado estaba otra chica muy parecida a ella.

¿Que hacían ellas ahí?

—Este lugar estaba desocupado y...—comenta la otra en un murmullo interrumpido por la otra tipa.

—Para la otra deberías de llegar más temprano, ser puntual, claro si quieres tú lugar.—emite la que no me agrada ni un poco.

Su voz era hostilidad pura al igual que su carácter.

Estaba por replicar cuando la maestra me llama.

—Tome otro asiento señorita Russell y déjeme empezar con mi clase de una buena vez, ¿Le parece?.—la maestra estaba exasperada, yo me le quedo observando aún más molesta.

¿En serio?

Con fastidio me doy media vuelta hasta que me siento al fondo del aula.

Ella empieza con las reglas de la gramática francesa y demás no presto mucha atención, solo a esa niña.

Te dije que no me agradaba, me envía un texto Lizzy.

A mi tampoco me agrada...—respondo.

La clase se convierte en una agobiante y atormentante hora, Lizzy notablemente estaba enfadada, yo a duras penas apuntaba un par de cosas, relevantes.

Llego el momento de su presentación y es cuando presto atención a lo que digan ellas.

—Me llamó Anessa Kahler—su acento estuvo muy marcado y parecía complicado el comunicarse.—, somos de Alemania y acabamos de llegar hace unos pocos días a la ciudad.

—Espero y les guste Millswood.—comenta la maestra con su rostro sorprendida.

Le agraban este tipo de estudiantes.

—Es ist nicht sehr interessant.—no es muy interesante.— responde en otro idioma el cual no era francés, si no el alemán.

La maestra no lo deja pasar

—Frances s'il te plait.—frances por favor.

—Je ne m'attendais pas à quelque chose comme cet endroit.—
No esperaba algo como este lugar—responde en un fluido acento.

Asi que las extrañas sabían de idiomas, esto estaba siendo muy perfecto. Ellas lo estaba siendo.

Genial.

—Excellent.—excelente.

Llega el turno de la otra chica quien, se veía un poco más simpática que su hermana.

—Mmm mi nombre es Abigail Kahler, soy melliza de Anessa, me gusta la literatura y las artes plásticas. Y debo mencionar que este lugar es muy hermoso, en especial sus bosques.—su voz sonaba más fluida y amable diferente a su hermana.

—Puede ser muy interesante, aquí encuentras todo lo que estabas buscando.—responde la maestra.

Ella de nuevo empieza a parlotear sobre unas actividades pendientes y demás trabajos atrasados.

Momento aburrido para mi.

Yo me perdí a la mitad de lo que decía, me pongo los audífonos y empiezo a escuchar música en aleatorio, al igual que mi vida.

***

El día estaba terminado muy bien, Emma se quedaría conmigo al igual que Lizzy.

Cinner no podía porque tenía que resolver algunos problemas de su familia.
Estábamos viendo la serie de Friends, toda la tarde nos divertimos, desde luego mi madre está entusiasmada de que volviera a hacer lo mismo de antes.
Estaba en la cocina preparando palomitas, junto a Nancy mi nana cuando escucho el timbre.

—Yo abriré, nana.—le aviso saliendo de la cocina.

Camino a paso lento hasta llegar a la entrada abro la puerta y veo un repartidor, quien en sus manos solo traía una caja blanca con un gran moño rojo la cual llamaba mucho la atención.
Seguro este era uno más de esos regalos de Thiago, el es quien me manda regalos a cada momento.
No encontraba excusa para hacerlo, el es tan detallista conmigo.

—Para la señorita Russell, ¿Es usted?

Le sonrió amablemente.

—Así es, ¿Donde firmó?

Me indica y dejo mi firma, le agradezco y cierro la puerta, para ese entonces las chicas ya estaban a mi lado entusiasmadas.

—Esto es demasiado muy tierno.—comenta ilusionada Emma..—Te ha mandado otro regalo. Seguro es alguna joya.

Hace una semana me envío tantos girasoles para contarlos y un oso muy grande, ese día no sabía que hacer con tantas flores en mi casa, mi madre le irritó por su alergia, pero fue muy lindo de su parte. El oso ahora ocupa gran parte de mi habitación.

—El te ama demasiado que no puede dejar de demostrártelo a cada instante.

No estaba tan segura de eso.

Coloco la caja en la mesa del recibidor y empiezo a abrirla con tal emoción, pero al abrirla completamente y ver lo que esta poseía dentro, me paralizo totalmente.
Dentro de la hermosa caja elegante habian unas rosas blancas, pero sin los tallos, sólo se encontraba las rosas, acomodadas delicadamente con salpicadura de algo que reconocí inmediatamente.

¿Eso era sangre? Si... si que lo era.

Dentro de ella traía una tarjeta, esta es de un color púrpura.

Conozco todos tus secretos.
Te veo desde ahora.
—A

—Esas flores eran las favoritas de...—sisea Emma dejando caer la notita al suelo después de leerla..

—De ella.—contestó yo dejándola caer.



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