Después de tantos contratiempos en la vida, Luna y Fabio decidieron casarse e intentar ser felices. El matrimonio aconteció en la Catedral Central de la capital. Había muchos invitados en la fiesta; algunos eran amigos de los novios en las empresas donde trabajaban. El sector de investigaciones que la joven dirigía prosperó y el laboratorio Urano se convirtió en el más famoso de Brasil.

Como el cáncer estaba relacionado con un aumento exagerado del telómero cromosómico, el equipo dirigido por Luna también empezó a estudiar su cura, ya que el Titán estaba atrasado en sus investigaciones. A su vez, la joven farmacéutica dominaba la ansiedad y, con la ayuda del marido, controlaba la hipocondría que tantos problemas le había traído en su juventud.

Ambos decidieron comprar un apartamento más grande en la capital, pues querían tener un hijo y necesitarían más espacio.

Los años pasaron y no tardó mucho para que Luna fuera agraciada con un embarazo. Después de la gestación, cuando todos mimaban a la futura madre, nació un bello bebé. El hogar entró en fiesta con la llegada del nuevo miembro de la familia.

— ¿Qué nombre le daremos a nuestro hijo? – Los padres pensaban llenos de dudas. – Está llegando la hora de registrarle y aún no nos decidimos – Luna le preguntó a Fabio que también estaba indeciso.

— Luna, yo creo que el mejor nombre para él sería el de una persona que representó muchas cosas buenas en tu vida – dijo el marido, entusiasmado con una sugerencia.

— ¿Quieres decir, Otto?

— Sí. Todo lo que él hizo por tu madre y por ti, me hizo apreciarle. Al principio sentí unos celos tontos, pero ¿quién sería capaz de vivir una vida humilde para ayudar a doña Solange como él lo hizo? ¿Y tú no has dicho siempre que tu madre era la persona más importante en tu vida?

— Siempre me pareció que Otto interfería demasiado en nuestra familia, pero él demostró ser una buena persona. Ayudó a mi madre hasta el final y se sacrificó por mí. ¿Quién más haría eso? Aún tengo unas dudas sobre lo que decía sobre el futuro, pero existía la sorprendente Bete que corrompió el sistema del Titán e impidió que robaran mi investigación.

— Sin duda, ella será el próximo nivel de la inteligencia artificial. Así que la realidad aumentada sea implementada por la tecnología 5G, estos dispositivos serán sustituidos por imágenes tridimensionales. A las personas les gusta ese tipo de interacción audiovisual.

— Fabio, nosotros tuvimos el placer de vislumbrar el futuro. Creo que Otto decía la verdad. Decidí hacer la voluntad de mi madre a causa de eso y, por eso, postergué el lanzamiento del Eternal. ¿Será que en el futuro podré liberar el fármaco de la longevidad? Tú sabes que eso va a derribar las acciones relacionadas a medio ambiente.

— Esa decisión será tuya. Tú me conoces más que nadie, sabes que soy un tanto ambicioso y me gusta lucrar con las acciones. Tal vez algún día los seres humanos pasen a valorar el medio ambiente, reaprovechen las aguas de las lluvias, descarten las pilas llenas de ácido químico en lugares apropiados, separen la basura en sus respectivos recipientes, aprovechen el aceite de cocina en vez de tirarlo en los ríos, utilicen plásticos y ropas biodegradables y realicen muchas más acciones que palabras para mejorar la naturaleza.

— Tienes razón. Hacen el discurso bonito de la preservación ambiental, pero no hay campañas de concienciación de la población y la polución continúa... Todos prefieren gastar mucho más con el marketing de consumo.

— Lu, eso es asunto para muchas conversaciones y vamos a tener mucho tiempo para esto. Quiero charlar mucho contigo en los desayunos, las comidas y cenas, en la cama y al salir a pasear. Pero, ¿y en cuanto al nombre? ¿Estás de acuerdo?

Él volvió al asunto pasándole la mano sobre la barriga.

— Sí. Nuestro hijo se llamará Otto. Él merece ese homenaje.

— Entonces, está escogido.

Ambos se abrazaron felices con la decisión.

Fabio continuó trabajando con su empresa en la bolsa de valores invirtiendo en acciones ambientales. Cada día adquiría más experiencia y era, además de eso, el responsable por las aplicaciones de Luna, que rendían bastante con la experiencia del marido.

Un día, ella fue a su antiguo apartamento con Fabio a recoger algunas pertenencias suyas y de su madre. Ellos decidieron alquilarlo para generar una renta extra. Las cosas de Solange las donaría para la caridad.

Curiosamente, el profesor Otto había dejado su notebook, con el cual tuvo acceso a Bete en el laboratorio Titán, en el cuarto de Luna dentro de un cajón. Cuando ella lo vio, llamó al marido.

— Mira, Fabio. En el ansia de resolver el problema del peligro que rondaba mi vida. Otto se olvidó de llevarse su ordenador personal.

Ambos miraron curiosos; Luna levantó la máquina, observó los lados y por debajo de la misma. Después la abrió y una proyección salió de esta.

Era una mujer negra parecida a Bete, como si también hubiera en él un aplicativo de realidad aumentada.

Otto le había pedido a Bete que instalara una copia del programa virtual en su ordenador.

— ¿Sabes la clave?

— Voy a intentar la que él usaba en el ordenador cuántico que me regaló.

Ella repitió la clave conocida. Súbitamente, una proyección femenina apareció.

— Me llamo Atena. ¿Qué deseas? – La Inteligencia Artificial se manifestó – Por favor, quédate inmóvil para que yo pueda reconocer tu iris.

Fabio observaba todo curioso. Nunca viera tal tecnología de realidad aumentada funcionar tan bien.

Una luz salió de los ojos de la mujer virtual escaneando el globo ocular de la farmacéutica.

— ¿Luna es tu nombre?

— Sí. Eso mismo.

— Tengo un recado de Otto para ti.

Una imagen de Otto fue proyectada de una fuente puntiforme de los ojos de Atena y se posicionó frente a la pareja.

— Si has liberado este mensaje holográfico es porque lo has conseguido. Gracias, mi madre querida, por salvar a toda la humanidad. Soy tu hijo y de mi padre Fabio. Este era el secreto que te dije que un día sería revelado.

Ella empezó a llorar con la revelación. Fabio se acercó a ella con los ojos llenos de lágrimas.

— ¡Dios mío! Yo tuve celos de mi propio hijo – dijo él emocionado. – No puedo creerlo...

— Por eso, él quiso ayudar tanto a su abuela y se sacrificó por mí.

El holograma de Otto continuó:

— Puedes tomar pose de Atena. Si ella está contigo es porque yo no existo más como yo era. Deja al futuro resolver los problemas del presente. Si mi sacrificio salió bien, mi hijo estará bien, así como toda la humanidad.

Luna no conseguía parar de llorar. Los motivos eran demasiado fuertes y, tal vez por eso, ella nunca había entendido tanta dedicación por parte de él. Los labios de la imagen continuaban hablando.

— Libera la fórmula del Eternal en el momento apropiado y pídele a mi padre que oriente a los inversores de todo el mundo para que apliquen sus reservas financieras en medio ambiente. El planeta durara miles de millones de años, pero nosotros tenemos un plan de caducidad corto; lo que importa es hacer valer la pena el tiempo que vivimos. Siempre te dije, madre, que la calidad de vida era más importante que el tiempo. Mi padre, Fabio, necesita concienciar a la humanidad de las consecuencias de la degradación. Los humanos deben usar matrices energéticas limpias como electricidad y deuterio como fuente de energía nuclear. Es hora de acelerar los cambios. Y tú, madre, podrás crear el Eternal para que todos vivan con calidad. Nosotros tenemos científicos capaces de resolver los problemas con inteligencia.

Después de decir esas palabras, la imagen tridimensional fue desapareciendo poco a poco.

— Yo pensaba que él era como un padre para mí, pero en verdad yo era su madre. ¿Y ahora? ¿Cómo haré para que él siga el camino correcto en su vida, cuando crezca?

— Luna, la vida toma el mejor rumbo cuando elegimos de manera correcta. Cuando sea la hora, nuestro hijo tendrá sus opciones, así como todos nosotros lo hacemos, y espero que sea feliz. Tú escogiste la mejor para todos nosotros.

— En lo que dependa de mí, él será feliz, porque daré mi vida por él.

Después fueron a la cuna a admirar al bebé y sus semblantes se iluminaron. Los ojos de los padres brillaban.

Los años pasaron. Luna y Fabio vivían felices con el hijo, que crecía saludable. Pero había algo impresionante en aquel niño, diferente de los otros de la misma edad. Desde temprano, el niño desarrollaba habilidades que tendían para la ciencia y ya comentaba sobre su deseo de estudiar los fenómenos físicos de la naturaleza.

Otto se convirtió en un joven estudioso, con maneras de empollón, un poco torpe con las chicas, pero alcanzó una nota alta en el examen de las oposiciones y empezó a estudiar Física en la Universidad de Belo Horizonte. Luna se dio cuenta de la atracción del hijo por la ciencia.

En el curso, Otto conoció a una joven estudiante, llamada Celine, de quien se enamoró y con quien más tarde se casó. Después de algunos años tuvieron un hijo llamado Gabriel.

¿Pero, será que todo se repetiría en una paradoja inmutable? Tal vez no... Porque muchas cosas habían cambiado de modo irreversible.

La naturaleza estaba preservada con muchas florestas; el oxígeno era abundante para todos. Varias especies de animales habían sido preservadas y, en la escuela, había asignaturas especiales sobre ecología y ambientalismo, donde los niños desde temprano aprendían a reciclar la basura, aprovechar las sobras de alimentos, entregar los productos descartables como baterías de telemóviles en lugares especiales de recogida y muchas otras acciones en pro del medio ambiente.

Fabio adquirió una empresa de utilización de energía solar y diversos empresarios hacían reforestación de las selvas destruidas por la acción humana.

Muchas empresas invirtieron en la obtención de deuterio, un isótopo estable del hidrógeno para crear energía limpia, desarrollando una especie de sol artificia con fusiones nucleares con alta liberación de energía.

Las grandes corporaciones privadas, junto con los gobiernos, cuidaban de los detritos, todo siendo reprocesado. Con leyes pertinentes que también creaban beneficios fiscales, las empresas y personas físicas construían sistemas de reaprovechamiento de las aguas de la lluvia en sus casas y edificios.

Una bancada ambiental en el Congreso Nacional fue elegida por el pueblo para cuidar de los intereses de las próximas generaciones de brasileños. El mundo también siguió el ejemplo.

Luna se prometió a sí misma que guardaría todo lo que sabía en secreto, de momento, para que la vida siguiera su flujo normal, y las personas ni siquiera sabrían del maravilloso viaje de Otto, para que no hubiera más cambios de los que ya habían ocurrido. Sin embargo, pretendía un día contarle la verdad al hijo.

La ciudad de Belo Horizonte prosperó, pues Brasil se convirtió en un país moderno con producción industrial renovable. Los hijos nacidos en las tribus indígenas eran abogados, jueces, médicos y políticos que salvaguardaban los intereses de sus pueblos. No había hambre, ni falta del precioso oxígeno. El agua era abundante.

En cuanto a Luna, algunas sorpresas aún la aguardaban.

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