Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 2. Mi Regreso


Me levanté rápidamente, mi corazón no paraba de latir a gran velocidad, estaba un poco asustada, nunca en mi vida pensé que al regresar un animal parlante me atacaría o por lo menos eso fue lo que me pareció.

Caminé siguiendo mi propio rastro de hielo, no bajaba mis manos por seguridad, estaba indecisa si seguir o no pero de igual manera continué despacio. Cuando llegué me asombré de tal manera que abrí mi boca en señal de sorpresa por lo que veía, era un enorme lobo negro, tenía el tamaño de un caballo de un año.

Lo descongelé con suma delicadeza, no quería que apenas lo descongelara me volviera atacar. Pasé la mano desde la izquierda mientras la luz rosa se desprendía de mis manos para que el hielo se empezara a derretir desde su cabeza con tranquilidad. Medio cuerpo libre cayó inconsciente y con sumo cuidado lo terminé de descongelar para que cayera al suelo sin cuidado alguno.

Sentí el deseo de tocarlo pero no podía evitar tener el temor de que despertara y me atacara pero mi curiosidad era demasiada fuerte por lo que lentamente me acerqué a él pero empezó abrir sus ojos y me alejé. De pronto vi como todo su cuerpo empezaba a deformarse, eso me asustó aún más. Terminó tomando la forma de un chico de aproximadamente unos 26 años

-Un-un-un Hombre Lobo- pronuncié impactada para sacudir mi cabeza y concéntrame o por lo menos hacer el intento

-Lo sé hermosa. Parece que al menos alguien sabe de nosotros- dijo al levantarse. Me coloqué seria y firme lista para atacar -Tranquila, nunca lastimaría a mi Mate y la Luna de la manada más poderosa del reino de...- dijo altivo para acercarse apresuradamente y yo lanzarle un rayo de hielo en el hombro para que diera un paso atrás se quejara de dolor y se llevase la mano al hombro

-No sé cómo rayos entraron ustedes en este reino, ni siquiera sé cómo existen pero te advierto si te atreves a realizar otro movimiento te convertiré en paleta de hielo- lo amenacé. Que fuese sumamente atractivo, fuerte, alto no quería decir que podía atacarme o al bosque

-Sé que usted no es de aquí, así que no sé porque se molesta en defender algo que no es suyo- me observó para que yo lo mirara confundida ¿cómo lo sabía? -Tus vestiduras te describen mi Luna- dijo a medida que se acerba lentamente. No me había dado cuenta que mis ropas no cambiaron, puesto que seguía con el mismo suéter negro, jeans azul claro y botines negros -Tienes un olor demasiado esquicito, no creo poder resistirme- olfateó mi cuello mientras apartaba mi cabello. Yo estaba paralizada pero sin perder la cabeza, estaba atenta a cualquier movimiento -Esta noche mi manada conocerá a su Luna- me susurró para tomar mi muñeca con fuerza por lo que reaccioné

Dejé que mi cuerpo tomara una fuerte temperatura tan caliente que casi llegara a la del sol, pero por alguna razón resistía aunque pude notar como retorcía un poco la cabeza y sudaba sin control. Sin perder tiempo posicioné mi mano libre en su rostro y dejé escapar una ráfaga de hielo que le golpeara fuerte el rostro dejándome libre.

Empecé a correr lejos de allí, sabía que no lo vencería a menos que tuviera algo de plata y por desgracia no tenía nada, ni siquiera mis aretes o cadena. Sentía el viento golpear mi cara y los pasos acelerados de un animal enorme detrás de mí. Se había transformado en lobo para perseguirme. De esa manera nunca escaparía. Aulló fuerte y claro para que otros aullidos lo secundaran. Estaba más que en peligro, ya no era uno sino toda la manada.

Creé un torrente de hielo bajo mis pies creando un gran bloque de hielo que me levantara y con el mismo hielo que salía de mis manos me deslicé por él, mientras escuchaba como el animal chillaba por una caída y los demás lobos quedaban atrás. Podía ver el castillo a lo lejos. Ya estaba anocheciendo y si había hombres lobo en el bosque no dudaba que hubiera vampiros cerca, no estaba lista para morir, no después de haber vuelto

Bajé un poco puesto que ya no escuchaba a los lobos y toqué tierra para continuar corriendo, necesitaba llegar al castillo de Elena en el bosque pero después de todo este tiempo me resultaría imposible encontrarlo. El bosque se veía completamente diferente a mis sueños, no veía ni rastros de algún hada o ser mágico al menos. Yo empezaba a preocuparme, ya que sabía que no podría con ellos, no sin algún arma de utilidad. Encontré el lago por suerte y retrocedí siete años atrás para recordar el camino a casa de Elena.

Caminé con sigilo, sentía que alguien me seguía, el sol se terminó de ocultar y mi corazón se aceleró por completo.

-Parece que una pequeña presa se escapó de casa- escuché la voz burlona y perturbadora de un joven detrás de mí por lo que volteé para verlo mejor, era demasiado pálido y con su sonrisa se le veían claramente sus colmillos afilados

Lancé una ráfaga de fuego rosa hacia él para despistarlo y correr a toda velocidad a casa de Elena. Pude escuchar su horrible chillido detrás. Sentía como volaba a gran velocidad para alcanzarme, esto era lo peor que había vivido, incluso más horrible que cuando Sol reinaba el bosque.

Lo tenía a milímetros detrás de mí y no podía usar mi hielo o llamaría la atención de otros vampiros u hombres lobo y todo sería peor. No estaba lista para morir, no todavía. Logré divisar un castillo hecho con elementos naturales casi destruido, por lo que ignoré mi primer pensamiento y congelé el resto del caminó, me deslicé sobre él para sentir como rozaba mi cabello para intentar atraparme.

Llegué a la puerta y sin llamar solo la abrí, descongelé el camino y cerré la puerta congelándola por completo y creando un bloque extremadamente grueso de hielo sintiendo el golpe del otro lado del vampiro. Me apoyé en la puerta dejándome deslizar por ella hasta sentarme en el suelo y cerrar mis ojos en señal de alivio

Dejé escapar un suspiro, nunca había apreciado la vida como en ese momento.

-¿Reina Elena? ¿Majestad?- escuché la voz de un niño hablarme

-Ezlany aléjate- ordenó la voz de una mujer con temor

Abrí mis ojos y observé a una gran cantidad de seres mágicos que me miraban con temor y curiosidad. Había un niño elfo que estaba cerca de mí y detrás su madre. Allí estaban todos, incluso los gigantes que con dificultad estaba agachados al final.

-Mami ella no es la reina ¿quién es? ¿Por qué viste tan raro? Y ¿por qué se parece a la reina?- preguntó el niño que no aparentaba más de 7 años

-Ezlany no lo sé solo aléjate. Puede ser uno de ellos u otra criatura con los poderes de la reina- tomó al niño de la mano y lo alejó

Todos me miraban asustados y no los culpaba. Encogí mis piernas con lentitud y ellos se alejaron un paso, otros se posicionaban en forma de ataque. ¿Dónde estaba Cleindes, Daniel o Elena, incluso la diosa de blanco cuando se necesitaba? Me levanté con lentitud para hacerles entender que no les haría nada.

Una luz azul que se acercaba apresuradamente seguida por un hombre de casi 30 años. Mis ojos se iluminaron al reconocerlos, esa era Cleindes y Daniel.

-Cleindes- dije suave y con alegría

-¡Eliana! ¿Eres tú?- me preguntó mientras se acercaba, todos bajaron la guardia y le abrieron paso a Daniel mientras bajaban sus cabezas en señal de respeto

-Claro que soy yo ¿Quién más sería?- le respondí para que su cuerpecito me abrazara, le correspondí y todos se relajaron al instante pero aún me miraban extrañados

-Por la Guardiana del Bosque. Si haz regresado es porque realmente te necesitamos- continuó Cleindes, mientras Daniel terminaba de acercarse

-¿Qué ha sucedido?- pregunté para ver como Daniel bajaba la cabeza hacia un lado con furia y dolor -No- susurré pensando lo peor

-No sé cómo pasó pero esa noche tú estuviste en mi cuerpo. Lo sentí-

Todos bajaron sus cabezas, mientras otros dejaban escapar algunas lágrimas y se abrazaban con pena y tristeza

-No, fue solo una pesadilla- dije recordando aquel sueño -Fue producto de mi cansancio. Esto no es real- coloqué mis manos en la cabeza para dejar escapar algunas lagrimas

-Eliana- Daniel captó mi atención colocando su mano en mi hombro y dedicándome un abrazo que duró unos segundos para luego romperlo -Escucha. Os necesito. Has regresado y eres mi única esperanza, incluso de este bosque y del reino entero- me habló mientras dejaba escapar algunas lágrimas y posaba su mano en mi hombro, por lo que asentí y me relajé limpiando mis lágrimas.

Ahora que estaba aquí debía ayudar a encontrar a Elena sin importar lo que cueste y salvaría este bosque. Sentí como me llenaba de fuerzas, usaría mis conocimientos y poderes para vencerlos, nada podría detenerme

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro