⚠️Mejores amigos.⚠️
Dedicado a: Akina55 para que lo disfrutes 😏, jajajaja. Muchas gracias por tu apoyo amiga 😁🥺🧡
Hoy se iba a quedar a dormir conmigo mi mejor amiga.
- Bueno, ya estamos aquí - dijo al llegar a mi habitación con su mochila.
- Tienes que tener cuidado, hoy va a quedarse mi hermano por el pueblo y posiblemente venga por aquí - le expliqué preocupado por ella.
- No te preocupes, soy una chica dura - me contestó sonriendo.
Dejó su mochila encima de una silla y empezó a sacar su ropa para ordenarla en mi armario.
Cuando terminó escuchamos cómo Damon entraba a la mansión y oímos un vaso caer al suelo y romperse.
- Voy yo - me dijo sonriendo. Era demasiado valiente.
- No, voy yo, es mi hermano y puedo hablar con él - le expliqué. Ella se encogió de hombros y decidió venir conmigo.
Se cogió de mi brazo y bajamos.
Damon estaba muy enfadado, supuse que todavía estaba buscando a nuestra hermana y no la había encontrado.
En cuanto vio a Luna corrió a abrazarla pensando en que era nuestra hermana.
- Me tenías muy preocupado, pequeñaja - le dijo estrujándola contra sus brazos. Aunque al parecer Luna ni se inmutó.
- Damon, ella es mi mejor amiga - dije arriesgándome a que se enfadara.
- Se parece tanto a ella... - comentó mirándola con pena a los ojos.
Ella le sonrió con ternura y la soltó con cuidado algo que no pasaba nada más que con nuestra hermana.
Damon la miró con una especie de deseo en sus ojos y decidí dejarlo estar creyendo que eran imaginaciones mías.
Volvimos a mi habitación para hablar y decidir lo que íbamos a hacer. Entonces me miró y cogió una bocanada de aire para comentar.
- No sabía que tu hermano mayor estuviese bueno - comentó divertida.
- No sabía que la chica más buena de todo el instituto estuviera enamorada de un chico malo - comenté riéndome un poco y provocando que ella empezara a reírse también.
- Además él es mayor que tú - añadí.
- Ya veremos quién es mayor - me contestó mirándome con desafío como si pensara que ella era mayor que él.
- Ah, antes dijo que yo me parecía a alguien - me recordó.
- ¿Era alguien especial para vosotros? - añadió preguntándome. Eso logró que recordara a mi hermana pequeña, la que había conseguido que me enamorase perdidamente. Me puse algo triste.
- Sí, era nuestra hermana pequeña, la queríamos mucho - contesté triste.
- Hace años que no sabemos nada de ella - añadí.
- Ah..., yo..., lo siento, no pretendía... - se intentó disculpar.
- No pasa nada - contesté.
Nos quedamos un rato en silencio y al cabo de un rato yo decidí hablar.
- Oye, ¿y si vemos una película en el salón? - le pregunté.
- Vale, pero que no sea de miedo - contestó.
Ella odiaba las películas de miedo porque odiaba que al pegarse un susto se pegara junto a mí y me abrazase. A mí me encantaba que se pegase a mí y más todavía que me abrazase.
- Puede ser - la provoqué.
Ella se cogió de mi brazo y bajamos a ver la película.
Hicimos unas palomitas y nos sentamos en el sofá. Durante toda la película estuvo abrazada a mí. De vez en cuando nos mirábamos y le sonreía pero ella me lanzaba su mirada asesina que hasta a mí me daba un poco de miedo, ya que no le había hecho caso y había puesto una película de miedo.
Al terminar la película ella se quedó durmiendo en mi regazo. Había veces que la gente pensaba que estábamos saliendo pero en realidad era que teníamos tanta confianza que lo parecía.
La llevé en brazos hasta mi habitación y nos acostamos juntos.
Luna P.O.V
A la mañana siguiente me desperté en otra habitación. Supuse que era la habitación de su hermano aunque él no estaba, se estaba duchando.
Miré a mis alrededores y me encontré con una caja de condones encima de la mesita de noche. Estaba a rebosar de ellos. Lo más normal del mundo. Un chico dejando una caja de condones a la vista de cualquiera. Sí, sí, lo habitual en los chicos de ahora.
De pronto salió de la ducha y me hice la dormida.
- Sé que estás despierta - dijo haciendo que abriera los ojos y comentara.
- Técnicamente esto es un secuestro - comenté mirando algo incómoda la caja a rebosar de condones.
Agarré las sábanas al comprobar que estaba en ropa interior y él me explicó.
- Tenía ganas de hablar contigo - me explicó metiéndose en la cama.
Estaba sin camiseta.
- No me trago eso de que eres la mejor amiga de Stefan. Eres demasiado guapa para serlo - me explicó.
- Pues lo soy - contesté mirándole a los ojos con desafío.
- Entonces quiero enseñarte una cosa. Ven conmigo - dijo cogiéndome la mano.
- Espera, estoy sin vestir - le expliqué intentando que me soltara.
- Pues ponte un albornoz por encima y ya está - contestó sin hacerme caso.
Siempre que Stefan y yo dormíamos juntos dormíamos en ropa interior, así que posiblemente él me la quitó para que durmiera cómodamente a su lado.
Probablemente estaba durmiendo y como no quería molestarlo le pedí a Damon que me cogiera un vestido de su habitación.
- ¿Puedes traerme un vestido de la habitación de tu hermano? - le pregunté.
- Solo si me besas. Ayer te escuché como le decías a Stefan que yo estaba bueno - me chantajeó.
Me pareció raro lo que dijo, ya que él estaba abajo y normalmente se tardaba un rato en subir las escaleras y más teniendo en cuenta en que la puerta estaba cerrada. Pero aún así me quejé.
- ¡Argh! Está bien - me quejé.
Él se subió encima de mí y le besé muy a regañadientes.
Cuando nos separamos me volvió a besar y me volví loca.
Le terminé de quitar la ropa para dejarlo desnudo y él decidió hacer lo mismo conmigo.
Se puso un condón y lo hicimos. Realmente era un chico malo y lo hacía tan bien que mi primera vez fue estupenda.
- Más rápido - le pedí intentando no gemir por el dolor y posteriormente por el placer.
Él me hizo caso y fue más rápido provocando que me viniese.
Intenté no gemir aunque él me besó varias veces para impedir que gimiera.
- Eres fantástico en la cama - comenté entre jadeos.
- Salgamos juntos, en plan como novios - me pidió de repente.
Eso me chocó al principio, pero después le expliqué.
- Pero Stefan... Tengo miedo. No sé cómo reaccionará - le expliqué.
- Si reacciona mal yo me encargo - me aseguró.
- Vale, está bien - accedí a regañadientes.
Me volvió a besar y se fue a coger mi vestido con una sonrisa de felicidad.
Cuando volvió me lo puse, le cogí la mano y fuimos a ver la cosa que me quería enseñar.
Era en el cementerio.
- Te voy a enseñar la tumba de mi hermana. Stefan creyó que había muerto y le hizo una tumba donde poder dejar sus pertenencias y demás - explicó.
- ¿Por qué me la vas a enseñar? - le pregunté extrañada.
- Para asegurarme al cien por cien de que no eres mi hermana - contestó.
- Ah, pues si fuera tu hermana la habríamos liado, porque nos hemos acostado - dijo sonriendo para empezar a reírme.
Aunque él me miró algo serio me abrazó y comentó.
- Espero que no sea así - comentó.
Entramos a la cripta Salvatore y ahí todo cobró sentido.
En cuanto vi mi nombre en la tumba me quedé en shock.
Solté la mano de Damon y recogí algunas de mis cosas.
- Este fue un anillo que me regaló Emily - recordé poniéndomelo entre lágrimas.
- ¿Tú lo sabías? - le pregunté entre lágrimas.
- Y aún así me has obligado a besarte - añadí molesta.
- ¿Saber qué? - preguntó confuso.
- Que éramos hermanos - contesté.
Eso lo tomó por sorpresa.
- No - contestó seriamente parecía que estaba afectado por lo que acababa de pasar.
- ¿Ahora cómo se lo cuento a Stefan? - pregunté con desesperación.
Me cogió la mano para que me acercara a él y me abrazó.
- Lo siento - se disculpó depositándome un beso en la frente.
- Pensaba que estabais muertos - le dije abrazándole con todas mis fuerzas.
Damon P.O.V
Había cometido el error más grande que se podía cometer, había obligado a mi hermana pequeña a que me besara y peor todavía, me la había tirado.
- Lo siento, es que esto ha sido demasiada información - se disculpó mientras yo le limpiaba las lágrimas.
- Vamos a casa, te voy a hacer un buen desayuno - dije. Pero ella me volvió a besar.
- No me molestó cuando lo hicimos, estuvo bien, ni tampoco cuando me chantajeaste para que te besara - confesó mientras la acariciaba.
Por el camino de vuelta a casa le fui haciendo cosquillas para que se riera.
Llegamos y me puse a hacerle tortitas sin camiseta.
- Estás muy guapo sin camiseta - me dijo entre risas mientras me besaba.
Todavía no quería contarle a Stefan que era nuestra hermana, quería esperar un poco más.
- Te quiero - me dijo sonriéndome.
De repente bajó Stefan que estaba preocupado por quien se suponía que era su mejor amiga. Entonces Luna decidió actuar con normalidad y dijo.
- Hola, tu hermano me está preparando tortitas - dijo sonriendo.
- Te estaba buscando - dijo preocupado por ella.
- Ah, tranquilo, Damon me secuestró por la noche y me he despertado en su cama - contestó con una sonrisa consiguiendo que Stefan se enfadara conmigo.
- Pero estoy bien - añadió sonriendo.
- Te la estás jugando, pequeñaja - solté sin querer con una sonrisa.
- Ya lo sé - contestó sonriendo.
Stefan no entendía nada y yo solo tenía ganas de volverla a besar.
Cuando terminé de hacer las tortitas las puse en un plato y les puse un poco de sirope y nata por encima. Así que decidí coger un poco de nata y ponérsela en la nariz. Ella cogió otro poco de nata y antes de llegar a ponérmela en mi nariz le chupé su dedo.
- A ver, ¿qué pasa aquí? - preguntó Stefan.
- Estamos saliendo - contesté.
- Idiota - me insultó Luna.
- No estamos saliendo - añadió mirándome molesta.
Sabía cuáles eran sus intenciones así que le callé con un beso sobre sus labios.
- Somos novios - confesó al final bajando la cabeza. Así que yo la rodeé con mi brazo.
- Eso es lo mismo - le dije besándola otra vez.
- Nos hemos acostado - añadí.
- ¡Damon! - me regañó Luna.
- No es verdad - le explicó Luna.
- ¿Lo probamos? - la provoqué haciendo el ademán de quitarme el pantalón con una sonrisa.
- Eres un maldito acosador, ¿sabes? - se quejó.
- Damon, déjala en paz - dijo Stefan defendiendo a su mejor amiga.
- Yo pensaba que serías más dulce conmigo - me dijo haciendo un puchero.
Ahora sí que tenía muchas ganas de acabar en la cama con ella.
No sé por qué pero tenía un presentimiento de que Stefan se había hecho mejor amigo de Luna para salir con ella. Y cómo no hacerlo, estaba buenísima, era amable, buena, cariñosa, tierna... Era perfecta, como nuestra hermana pequeña. Y la realidad era que ella era nuestra hermana.
- Y lo soy - contesté besándola.
Le mordí el labio y ella se resistió a gemir delante de nuestro hermano.
La cogí en brazos y la puse contra la pared.
- Damon, aquí no. Vámonos a tu habitación - me pidió ruborizada.
Llegamos a mi habitación y me tiré con ella encima de la cama.
- ¿Por qué no me has dejado decírselo? - me preguntó.
- Porque podemos disfrutar juntos un poco más y luego te dejaré que se lo confieses - contesté.
- Damon, a él no, no puedes pedirme que haga eso. Soy incapaz de mentirle - me explicó.
- Por favor, esto para mí es una tortura - añadió quejándose.
- Solo un par de horas más y se lo decimos - contesté besándola.
- Está bien - accedió a regañadientes.
- ¿Cómo es que seguís...? - Sabía adónde quería llegar con esa pregunta pero no le dejé terminar para evitar que Stefan escuchara que ella era nuestra hermana. La besé y le contesté.
- Una chica nos convirtió en vampiros ¿y tú? - contesté suponiendo que contestaría lo mismo que yo. Con chica me refería a Katherine.
- Soy diosa de la naturaleza - contestó acariciándome.
- Desde siempre - añadió para besarme.
Eso que dijo me impresionó. En aquel momento me sentí orgulloso de ella.
- ¿Podemos contárselo a Stefan? - me pidió.
- Es que quiero hacerlo contigo primero - contesté mirándola traviesamente.
- Yo..., no sé, soy nueva en todo esto y esto es ir demasiado rápido para mí. Es la primera vez que me acuesto con alguien - me confesó mirándome con algo de vergüenza.
- ¡Qué! - exclamé. En ese momento no entendí cómo mi hermana pequeña, que era tan guapa, durante todo este tiempo no lo había hecho con nadie a excepción de mí.
- Nunca tuve tiempo para el amor - contestó besándome.
¿Qué había hecho? Le había quitado la virginidad a mi hermana pequeña sin siquiera preguntarle.
- ¿Por qué no me lo has dicho antes? Te habría dejado elegir - le dije.
- No lo sé, pero de todas maneras no sabíamos que éramos..., y además yo también quise hacerlo contigo. Si te hubiera dicho que era mi primera vez no habría servido de nada lo habríamos hecho igual porque solo eres bueno con... - explicó haciendo que entendiera que se refería a que yo me tiro a todas las chicas aunque sean su primera vez a excepción de mi hermana, que la trato con más cuidado.
- ¿Te dolió? - le pregunté preocupado por ella.
- Al principio mucho pero luego estuvo muy bien - contestó sonriendo.
- Ehhh..., vamos, no te preocupes. Al final me ha encantado - añadió abrazándome al ver que estaba muy preocupado por ella.
- Hagámoslo de nuevo - me pidió mirándome con sus preciosos ojitos azules.
- No - me negué.
- No quiero seguir haciéndote daño - añadí.
Pero de nada sirvió eso. Luna se tiró encima de mí y empezó a besarme.
- Te quiero - me dijo besándome.
- Vamos a decírselo a Stefan. Tenías razón - dije mientras ella enrollaba sus piernas en mi cadera.
Bajamos abajo y nos encontramos a Stefan algo triste recogiendo las cosas que nos habíamos dejado sin recoger.
Se bajó de mí, se acercó a Stefan y le dejó un beso en su mejilla.
- Te quiero - le dijo.
Él la miró algo confuso y Luna lo abrazó.
- ¿No estabas con Damon? - le preguntó mirándome confuso. Supongo que estaba confuso por mi sonrisa por haber vuelto a encontrar a nuestra hermana pequeña.
- Hemos roto - contesté provocando que Luna me mirara con pena.
- ¿Cómo? - preguntó enfadado pensando que estaba jugando con los sentimientos de ella.
- Quiero decir que no podemos seguir juntos - corregí rodeando con mi brazo a mi hermana.
- Soy Luna Salvatore, vuestra hermana pequeña - soltó ella.
- ¿Qué acabas de decir? - preguntó Stefan atónito parando de recoger las cosas.
- Que soy vuestra hermana. Nací en 1849, tengo tres años menos que tú y diez menos que Damon - contestó provocando que le salieran unas lágrimas.
- No llores, hermano - le pidió abrazándolo.
- Entonces, te has tirado a nuestra hermana pequeña sin dejarle siquiera que eligiera, ¿no? - supuso apartando a Luna de mí.
Luna estaba nerviosa, intentó ponerse entre nosotros para evitar que nos peleásemos pero Stefan no le dejó. Estaba muy enfadado conmigo y con razón.
- Damon no quería que te lo contara todavía, pero yo quería contártelo desde que volvimos del cementerio - le explicó intentando tranquilizarlo.
- Después pasó eso y decidimos contártelo - añadí.
- ¡Damon, cómo has podido! ¡Después de lo que ha sufrido nuestra pequeña! - exclamó apartándola de mí entre lágrimas.
- ¡Eh! Mírame - le llamó Luna.
Él la miró y ella lo besó, ahí fue cuando me sentí un poco celoso.
- Te amo. Desde siempre - añadió para él cuando se separaron.
- Al igual que a Damon - siguió diciendo mirándome con una sonrisa.
- Yo también te amo - le contestó Stefan algo ruborizado.
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