Capítulo 20 Hope.
A la mañana siguiente vino Leah pidiendo que le dejáramos quedarse con nosotros, llevaba un bebé en sus brazos.
- Leah, ¿qué pasa? - le pregunté abrazándola provocando que Damon que estaba serio me apartase de ella con cuidado de no hacer daño a nuestro bebé.
- No te acerques. No vaya a ser que te haga daño - dijo besándome
- No me va a hacer daño, tranquilo - le dije besándolo cuando estaba bajando Stefan con Emma en sus brazos mientras que por detrás le seguía Nathan.
En cuanto me vio Nathan corrió hacia mí para abrazarme.
- Mami, te quiero mucho - dijo intentando abrazarme aunque Damon no le dejó y lo apartó de mí.
- ¡Damon! ¿qué haces? - le pregunté molesta.
- No quiero que su hermano o hermana se haga daño y por supuesto tú tampoco - dijo abrazándolo por mí.
- ¿Es en serio? - pregunté algo molesta con él.
- Luna, eres muy frágil y encima más ahora - contestó haciéndome un puchero delante de los niños.
- Mami no es frágil, papi - le dijo Nathan provocando que yo sonriera para mis adentros orgullosa.
- Necesito vuestra ayuda - nos interrumpió Leah.
- ¿Qué pasa? - le pregunté cogiendo a Nathan en brazos.
- Klaus quiere muerta a nuestra hija - explicó Leah mirándonos arrepentida.
- Ni hablar, eso lo solucionas tú solita - le dijo Damon.
- Damon, por favor necesita ayuda, que se quede - le pedí.
- Deja que se quede, Damon, da igual - le intentó convencer Stefan.
- Sabes que odio cuando haces eso, hermanito - le dijo algo molesto.
- Lo siento, sé que os hice daño a vosotros y vuestra hermana pero... - se intentó excusar.
- No, no le hiciste daño, eras más bien un estorbo, es decir que no servías para nada porque no nos ayudabas - dijo Damon enfadado.
- Me voy a ver si Ric se está tomando las hierbas - dijo preocupado por su amigo.
- Te quiero - le dije besándolo.
- Y yo más - dijo abrazándome con cuidado de hacer daño a nuestro hijo.
- Papi, no te vayas - le dijo Nathan preocupado.
- Luego volveré - nos dijo a ambos.
Se fue y nosotros nos quedamos en casa.
Dejé a Nathan en el suelo y Emma vino a abrazarme y de repente lo supe. Sonreí y le dije a Stefan.
- Es niña - dije con una sonrisa.
- Damon va a estar muy feliz - añadí contenta.
- Bueno, me queréis escuchar, quiere muerta a nuestra hija porque no quiere tener ataduras mortales y por eso planea matarla, por favor necesito que me ayudéis - explicó.
- Déjala con mamá - le dije.
- Tengo una idea, déjala con mamá y vamos al baile y le plantamos cara a Klaus - propuse reflexionando.
- Está bien, pero se llama Hope - accedió a regañadientes para irse.
Cuando volvió de dejar a Hope nosotros ya nos habíamos preparado y estábamos listos para ir al baile. Pero antes dejamos los niños con mi madre.
Al llegar nos encontramos a todos bailando como si fueran la década de los veinte. Hasta que pusieron música para bailar lentamente en pareja. Fue muy romántico.
De pronto Damon vino hacia nosotros tirando de la mano de Leah y nos dijo.
- Tenemos que hablar - nos dijo bastante serio.
Le seguimos fuera del gimnasio y dijo.
- Tú, quitecita, no hagas nada sospechoso - le dijo a Leah provocando que rodara los ojos algo molesta.
- Ric no se ha tomado las hierbas - nos dijo.
- Si Ric está mal, hay que encontrar una cura. Lo que sea - dije.
- Ya hemos probado con pastillas y con magia - dijo Damon.
- ¿Y dejarle sin verbena y obligarle? - preguntó Stefan.
- ¿A qué? ¿A que finja ser Ric? El tío que conocemos ha muerto. Ahora no solo odia a los vampiros también a quienes les apoyan luego uno de sus objetivos más claros eres ¡tú! - dijo para mí.
- Y Leah - añadí.
- Lo que tu digas - contestó mi hermano.
- Y Leah - dije nuevamente.
- Está bien y Leah - añadió finalmente mi hermano rodando los ojos.
- Entonces, ¿qué insinúas que hagamos? - pregunté satisfecha con la respuesta de mi hermano.
- Insinúo que acabemos con su sufrimiento - contestó.
- ¿Qué? - pregunté atónita.
- ¡Ni de coña! - añadí.
- Venga, es lo que él querría. Es una muerte piadosa - contestó intentando convencerme.
De pronto escuché una voz de una mujer que me era extrañamente familiar.
- Luna, si quieres ayudar a tu amigo Alaric, te sugiero que vengas conmigo. Estaré fuera esperándote. Soy Esther - me dijo la voz.
- ¡Ah! - me quejé por el dolor de cabeza.
- ¿Estás bien? - me preguntaron los dos sosteniéndome.
- Sí, tranquilos necesito salir un momento a que me dé el aire - les dije.
- Te acompañamos - dijeron los dos.
- Está bien - dije algo arrepentida.
- Leah, tú te vienes detrás de nosotros - le dijo Damon.
- Oye, no es una esclava - le dije a mi hermano algo molesta.
Ambos se cogieron de mis brazos y fuimos a afuera donde nos encontramos con Esther.
- No quiero hacerte daño. Pero vendrás por las buenas o por las malas - dijo yéndose.
Miré a mis hermanos y ellos me impidieron moverme.
- Si no soltáis a vuestra hermana, lloverá sangre - dijo
- No pasa nada, hermanos - les dije besándoles a ambos.
- Voy a ir con ella y no pasará nada no siempre me podréis proteger y no siempre tengo que estar lloriqueando para que me salvéis, ya no soy pequeña - les dije abrazándoles con una sonrisa.
- Por cierto, Damon, es una niña - añadí sonriendo.
- Te amo - me dijo abrazándome con cuidado de no hacernos daño.
Me soltaron y me fui con ella. Sin embargo mis hermanos no pudieron salir porque Esther había hecho un hechizo con sal.
- Perdóname por haberte sacado del baile esta noche. Me temo que esa es la cruz de ser la réplica más poderosa de todas - explicó disculpándose.
- Tu sangre es el agente vinculante más potente en los hechizos - explicó.
- Por favor, no hagas daño a Alaric - le pedí.
- No me está haciendo daño - dijo de pronto Ric apareciendo en el cementerio.
En cuanto lo vi supe que no era él mismo no dije nada y le pregunté a Esther.
- ¿Qué estás haciendo con él? - le pregunté.
- Voy a mejorarle - contestó.
- Le haré fuerte, rápido, como a mis hijos. Indestructible - añadió para después seguir explicando.
- Por última vez me serviré de la magia negra que utilicé hace mil años. Como ya hice con mi marido Mikael, le convertiré en un auténtico cazador, el vampiro que acabará con la especie - siguió explicándome.
- No puedes crear a otro Original ¿Y si resulta ser un monstruo aún peor que tus hijos? - repliqué.
- No lo será. Ahora que ha abrazado su lado más oscuro su odio hacia ellos se volverá más inflexible y puro. En la muerte ese odio se magnificará - explicó.
- No lo sabes. No sabes nada sobre él - contesté.
- Ahí te equivocas. Cada vez que moría con el anillo en su breve viaje a la muerte yo estaba allí, al otro lado. Hablándole. Instruyéndole. Sabía que cada muerte le acercaba más a su auténtico yo. Los vampiros se lo arrebataron todo. Y ahora tendrá su venganza - dijo mientras entrábamos en el panteón Salvatore.
Eso me molestó bastante pero aún así no dije nada.
- Esto no es lo que quieres - le dije a Ric mientras que Esther encendía las velas para el hechizo.
- No eres tú - añadí.
- Tú no sabes quién soy, Luna. Solo conoces mi parte más débil, la del hombre que perdió el norte y se unió a los vampiros en lugar de matarlos - dijo.
- Son monstruos - añadió.
- La sangre de sus víctimas está en mis manos. La sangre de Jenna está en mis manos - siguió diciendo.
- Yo la reviví - contesté.
- Cuando quieras - dijo Esther.
- Lo voy a impedir - dije preparándome para utilizar mis poderes.
- ¿Crees que no contaba con tus poderes? te equivocas - dijo poniéndome unas esposas de kriptonita celestial.
- No lo hagas, por favor - le pedí a Ric.
- No te ayudaré, antes muerta - añadí.
- No será necesario - dijo Esther haciendo que me acercara adonde estaban para hacerme una herida dolorosa con kriptonita celestial.
Echó mi sangre en el bol y me soltó para decirle a Ric.
- Bebe y se consumará - le dijo Esther.
- No, Ric, por favor no lo hagas - dije intentando quitarme las esposas.
De nada sirvió lo que dije porque se bebió el bol entero y le preguntó a Esther.
- ¿Se ha consumado? - le preguntó.
- Aún no - contestó clavándole una estaca para que cayera al suelo.
- Quieres borrar el mal que has hecho pero esto, es igual de perverso - dije molesta.
- Alaric jamás se convertirá en lo que son mis hijos. Le he concedido el poder suficiente para culminar su tarea. Y después, llegado el momento morirá - explicó.
- Hablas como una diosa y tuvieses el poder de hacer lo que te diera la gana - dije algo molesta.
- Ah, y lo tengo. Estoy canalizando poder de ti - explicó.
- Mis hermanos se van a enfadar mucho contigo - dije resignada a continuar con la discusión.
- Cuando todo esto termine habremos acabado con todos los vampiros de una vez por todas - explicó.
- Sí, pero pagarán justos por pecadores. No eres mejor que Klaus - dije.
- ¿Cómo que no? - preguntó.
- Deseo un mundo en el que ni tú ni tus seres queridos sufráis a manos de los vampiros - dijo recordándome lo que sufrieron mis hermanos por culpa de Katherine.
De pronto escuchamos un ruido y Esther salió afuera.
Al escuchar lo que dijeron Matt y Jeremy salí.
- Qué tontos sois. Arriesgáis la vida en defensa de aquellos que os matarán. Pero si es lo que queréis - dijo haciendo que se giraran para apuntarse con las armas que habían traído.
- ¡Esther, para! - dije.
De repente salió Ric y le apuñaló por detrás con la misma estaca matándola en el acto.
Miró mi mano y me preguntó.
- ¿Estás bien? - me preguntó entre jadeos.
- Dios - comentó al observar lo que había pasado.
Le estuve explicando tranquilamente lo que ocurrió y me acompañó con mis hermanos para que ellos me ayudaran a quitarme las esposas.
Al verme Damon se puso hecho una furia.
- ¿Quién te ha hecho eso? - me preguntó furioso.
- Hermano, ahora no tengo ganas de hablar - contesté mirándole con tristeza.
- ¿Qué te pasa pucheritos? - me preguntó intentando que no se notara su enfado.
- Necesito ayuda - contesté mostrándoles las esposas.
Entre los dos me ayudaron a quitármelas y les conté todo.
- Damon, sé más sensible con ella - le pidió Stefan.
Stefan se acercó a mí y me abrazó.
- Ric va a morir, Damon - dije derramando lágrimas.
- Soy una estúpida - añadí martirizándome.
- No, tranquila, no pasa nada - me dijo Stefan.
- Ric era tu amigo y ahora va a morir - le dije a Damon.
- Luna, no te preocupes - me dijo Stefan.
- Lo arreglaremos - añadió.
- Los tres - agregué.
- Te amo, pequeña, y no te preocupes lo arreglaremos - dijo Damon besándome como si fuera pequeña.
Yo rodé mis ojos y lo abracé.
Él me mordió el cuello y gemí.
- ¡Ah! - gemí.
- Vamos al cementerio - dijo algo serio mi hermano.
Allí estaban todos, Caroline, Elena, Bonnie, la doctora Fell, etc...
La doctora Fell se acercó a mi hermano y le dijo.
- Le he dado un sedante. Primero se dormirá y se irá sin sufrir - le dijo.
Stefan me dio la mano y decidió protegerme del sufrimiento. No quería que viera como Damon sufría.
- No, Stefan, espera, la necesito - dijo Damon cogiéndome la mano.
- Está bien - accedió Stefan.
- Esperad aquí, ahora vuelvo - dijo para irse con su velocidad vampírica, al cabo de unos minutos apareció con una botella de bourbon.
Stefan me soltó y fuimos con él para intentar que no sufriera tanto. Damon me ofreció la botella y bebí un poco con él. Me rodeó con su brazo y cogió la botella para darme de beber como si fuera su hija.
- Damon, no soy tu bebé - dije relamiéndome los labios.
- No, pero eres mi hermana pequeña - contestó abrazándome.
- No has debido dejar que tu hermana hiciera eso - le dijo.
- Es lo que quiere ella - contestó con una sonrisita.
Ella me miró, se fue y yo abracé más a mi hermano al ver su cara.
- Cuida de ella voy a entrar - le dijo a Stefan.
- No, Damon, te acompaño, no quiero que sufras - dije empezando a derramar lágrimas por la tristeza.
- Estaré bien, hermanita, espera con Stefan - me dijo algo triste.
Nos separamos y cogí la mano de Stefan para esperar a que saliera de allí.
Cuando salió ya se había ido todo el mundo y fue la primera vez desde que volví con ellos que lo vi con lágrimas en su cara. Porque de pequeña recuerdo que una vez estaba muy muy enferma y lo vi llorar preocupado por mí.
Stefan me soltó y fui corriendo a abrazarle.
- Luna, no es culpa tuya, no te martirices - dijo intentando sonreír.
- Damon, te quiero - le dije abrazándolo.
- Vámonos a casa - dijo Stefan cogiéndome de la mano.
Damon cogió la mano de Leah y le dijo.
- Quietecita que no tengo ganas de que des problemas - dijo molesto.
Ella prefirió callarse porque sabía como estaba Damon.
Debo pediros disculpas si no está muy bien narrado y tiene algunas faltas y fallos pero es que apenas tenía tiempo para escribir y no me hubiera gustado desilusionaros y dejándoos el jueves sin nada nuevo que leer 😕
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