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Presa


Jimin

Nunca he sido una persona de hacer ejercicio, adoro más leer un libro y escuchar música debajo de algún gran árbol conectándome con mi lobo. Si, amo la naturaleza pero para admirarla más que para ser un lobezno salvaje.

Claro que a veces uno puede cambiar de opinión, más cuando el nuevo vecino, bronceado, atlético de 1.8o le gusta correr todos los días a las 6:00 am. La primera vez que lo vi yo estaba recostado debajo de un roble muy viejo que estaba en el parque del vecindario, estaba con los ojos cerrados tarareando una canción, cuando un olor a eucalipto y lluvia me erizo la piel, abrí los ojos para toparme con la mirada penetrante del alfa de enormes ojos dueño de ese delicioso aroma.

"Hola"

Fue todo lo que dijo antes de seguir corriendo, mi lobo inicio el movimiento de cola, sintiéndose atraído en su totalidad por el alfa pelinegro.

Así que ahí estaba yo a las 5:30 am todos los días para trotar y toparme a mi vecino, llegaba primero porque no quería que supiera que el era la única razón porque yo realice algún esfuerzo físico, aunque solo interactuábamos con un "Buenos días" o un "Hola" casual, me era más que suficiente para seguir viniendo.

Poco a poco entre los chismes de las vecinas que iban a comer con mi madre me entere de que se llamaba Jeon Jungkook, que trabajaba en la comercializadora de la ciudad, tiene 28 años y para mí sorpresa sigue soltero.

Quiero aclarar no es que sea una especie de acosador, además ¿Qué podría hacerle yo? Soy 11 años menor además de un Omega, jamás podría ir más allá de una admiración simple.

........

Ahora le añadimos a mi patética existencia que mi única diversión es saludar a mi delicioso vecino, porque no es suficiente que a mis 17 años aún no hubiera llegado mi primer celo, sin mencionar que mi aroma es casi inexistente, se que soy Omega por qué certificado de nacimiento lo dice, pero solo soy atractivo para los betas y si la madre luna lo quiere algún día tendré mi celo.

Pero esto tiene sus ventajas puedo andar solo sin preocupaciones, sin el temor de ser violado o marcado por algún alfa en celo. Así que por eso me daba el lujo de andar por el parque de mi vecindario siguiendo a ese alfa mayor.

Aunque claro la madre luna a veces jode nuestros planes...



Jungkook

Cuando decidí mudarme a este vecindario pensé en todas las ventajas que tendría, la mayoría son familias nucleares sencillas, además de hijos pequeños, no me causarían problemas, sin mencionar el parque que tenía me ayudaba a calmar mi excesos de energía, a veces daba paseos en mi forma lobuna, sentir el viento fresco entre los árboles y ser libre en momentos.

A pesar de ser un alfa no me siento muy atraído hacia los olores de los omegas, me resultan molestos, pesados y me muchos me dan náuseas, esa es otra de las razones de venir aquí, no hay interés en que yo me fijé en alguien y así estaba bien, en verdad lo estaba.....

Una mañana mientras corría en mi forma humana, escuché un ligero canto como un susurro, era una voz afinada, que llegaba de manera dulce a acariciar mis oídos, mi lobo se agito sintiendo la necesidad de correr hasta él dueño de la voz, para esto el viento me dio una bofetada con un aroma, vainilla y jazmines.

Era sutil, delicado como su canto, era la primera vez se un aroma me hacía aguar la boca, sin querer o tal vez queriendo, un gruñido leve salió de mi garganta, mi lobo reclamaba ese aroma y por la madre luna sería mío.

¿Cuál fue mi sorpresa? Él dueña del aroma, era un niño, un pequeño Omega, de cabello rubio algo ondulado, su piel lechosa, labios rosas gruesos, pestañas largas que adornaban unos ojos pequeños. Lo observe una eternidad. Seguía cantando sin pudor, sus labios se movían de manera lenta como si bailarán para mí. Quería tocarlo, sentir su piel entre mis dedos, mis deseos en este momento eran simples, su perfilada nariz se movió un par de ocasiones, sin querer está a soltando feromonas para llamar a su alfa, abrió sus pequeños ojos, y por un momento una mirada grisasea me domino.

"Hola" fue lo único que pude decirle, antes de alejarme tan rápido como pude antes de que mi lado lobezno me dominará.

Hubiera deseado que esa fuera mi última interacción con él, pero no fue así, todos los días lo veía, corría en el mismo sendero que yo, para después tomar un descanso en ese viejo roble, analice todos movimiento de ese precioso Omega, sabía en qué casa vivía, a qué escuela asistía, quienes eran sus padres hasta me enteré que jamás había tenido un celo.

Tan virginal

Tan inocente

Tan puro

No era correcto, él despertaba en mi los deseos mas bajos, tan oscuros, sueños húmedos, y fantasías que ni en mi adolescencia llegué a sentir.

Es mejor que siga corriendo de él, si me alcanza no se qué podría hacerle, tampoco sé si me detendría.

Habían pasado varios meses desde que lo descubrí, me había ya acostumbrado a su presencia en el parque, ya era una de mis rutinas favoritas, mas que nada porque él verlo de cierta manera hacia que mi lobo se calmara, era como tener mi droga en dosis controladas. El invierno había venido sin aviso, por lo que el aroma del Omega era menos intenso y me controlaba más en su presencia.

Tenía un par de días que no la veía, no estaba viniendo al parque, me sentía preocupado, ansioso, necesitaba verlo.

Su casa quedaba a un par de la mía, así que decidí que era un buen día para arreglar mi jardín y lavar el auto, vigilando siempre hacia la morada del niño.

No me tomo mucho tiempo. Lo vi, llegó con un par de muletas y su pie derecho enyesado, se veía algo triste entro a su casa con la cabeza baja.

Su madre me miró y saludo en mi dirección, tenía que saber que le pasó.

—Buenas tardes vecina, ¿todo bien?

—Si señor Jeon, Jiminnie tuvo un pequeño accidente en roble del parque, estará con férula un tiempo.

¿El parque? De haberse lastimado ahí me hubiera dado cuenta, pero no puedo decirle eso a su madre.

—Espero se recupere pronto.

—Si, por lo pronto estará en casa estos días.



Jimin

Una maldita mierda, eso es mi suerte una maldita mierda, esguince dijo el médico.

¿Cómo me lo hice?

Quisiera olvidarlo. Resulta que mis hormonas de omega funcionan a la perfección y el viento temprano del invierno me hizo darme cuenta. Mientras estaba en mi habitación bailando de manera tranquila, el calor dentro de mi cuarto me hizo abrir la ventana exhalando el vapor típico del choque de temperaturas, mezclado con algo más, eucalipto y lluvia.

Su ventana estaba abierta, y desde aquí alcance ver una espalda musculosa, haciendo flexiones, mi visión se agudizó lo que pudo, haciendo que mi temperatura subiera aún más, saque tanto la cabeza por mi ventana agarrado de la orilla, que al sentir una humedad leve en mi entrada me asusté.

¿Algo estúpido no es así? Pues más estúpido aún, que esto me hizo resbalar y caerme desde mi ventana hasta el tejado de la puerta. Mis reflejos ayudaron a qué el golpe no fuera tan grave, así que logré solo salir con un esguince de esto, pero no podría salir a "correr" estás dos semanas. Regla que no se segui porque aun asi sali.

No tanto por él, necesitaba hacerlo, estar encerrado me había estresado estos días. Mis padres no estaban así que no tenía quien me detuviera, tomé mi abrigo, mis audífonos y salí de la casa.

Me divertía ver cómo mi aliento hacia el vapor mientras cantaba, mis mejillas ardían un poco por el frío, todo estaba muy tranquilo, el atardecer estaba por llegar, llegué como pude al roble y me senté, seguí cantando mientras el sol bajaba, me veía el pie con la férula, le lance un par de piedras al yeso, suspirando en un par de ocasiones.

—Estúpida, estúpida cosa.

El sol por fin se metió, me pare del roble para regresar a casa, pero un escalofrió que no era causado por el clima me recorrió desde la nuca hasta mi espalda baja.

~¿Qué haces fuera de casa?~

No me pude mover, una enorme bestia de ojos amarillos, me cortó el paso, no es como si pudiera correr a alguna parte, mi voz intento salir pero solo movía los labios sin emitir ningún sonido.

Mis piernas flaquearon, mi cuerpo temblaba totalmente, estaba perdido, muerto, hasta que...

—Eucalipto.

El olor era sumamente fuerte, y los gruñidos de la bestia, provocaron otro golpe en mi al ver cómo ese lobo enorme, iba cambiando poco a poco a Jeon Jungkook, su aroma era más fuerte de lo normal.

Sus ojos seguían amarillos aún en su forma humana, a pesar de estar desnudo su cuerpo emanaba calor, nunca había visto a un alfa en celo hasta el día de hoy.

—Debiste quedarte en casa pequeño —su voz entre gruñidos me hizo erizar la piel —tendrás que pagar las consecuencias en mi cama.

Me levanto sin un mínimo de esfuerzo, mis fosas nasales se ensancharon al sentir toda su esencia tan cerca de mi, la vista se me había nublado, me sentía mareado, agitado y mi pulso se aceleró.

Era una sensación entre el terror y la excitación, estaba asustado de la bestia que me cargaba, pero también tenía empapada mi ropa interior, estaba lubricando, su mano estaba en mi cintura mientras me llevaba a cuestas, y aunque yo traía ropa puesta su tacto me quemaba.

Habíamos llegado a su casa en nada, entramos por la puerta de su patio, sin bajarme subió las escaleras, yo iba sin resistencia, no gritaba, no me movía, estaba bajo una especie de hechizo.

El mayor me puso en la cama para... ¿ya les dije que estaba desnudo? Pues mis ojos analizaron desde su mirada amarilla, bajando por esa piel bronceada de su torso hasta su entrepierna, era como un dios griego, trague saliva al ver su erección, jamás había visto un alfa desnudo, mucho menos en esta situación. Podría gritar, pedir ayuda, después de todo mi casa estaba cerca, pero no quería hacerlo, mi lobo empezaba a llorar por el contacto, y un dolor iniciaba en mi vientre.

—Jimin— mi nombre dicho por su voz cargada de deseo, encendió un interruptor que se supone que no pasaría —¿Estás entrando en celo?



JUNGKOOK

Hoy iniciaba mi celo, cuando pasa siempre trato de alejarme de todos, sin mencionar que ahora debía de alejarme del vecindario, mi lobo no resistirá estar cerca del aroma del pequeño Omega, mi autocontrol desaparece en su presencia.

Salí al parque, y sin pensarlo mucho me quite la ropa para transformarme en mi forma lobuna, ese fue mi primer error.

Inicie mi recorrido, cuando una ventisca de aire helado trajo a mi su aroma, "No debía salir" Jimin estaba en su casa, por más que me negara ese era su aroma, también su voz.

~mio

Gruño mi alfa al verlo, ahí estaba mi presa, la Omega que había estado evitando y ahora estaba servido para mí disfrute. Su mirada al verme en la noche que recién llegaba era de terror, mire su pie lastimado, estaba vulnerable, cosa que me excitaba aún más.

Me transforme ante sus ojos llenos de miedo, le dije lo que iba a pasar, lo cargue en mi hombro para llevármelo a casa, él no se movía, no se resistía.

Me había costado mucho no arrancarle la ropa y tomarla ahí mismo, pero él es algo que debe disfrutarse, algo que no debo comerme de un solo bocado, debo saborear cada momento.

Tras llevarlo a mi casa y dejarlo en mi cama, me detuve un segundo a admirarlo, su respiración era erratica, como si estuviera teniendo un ataque de asma, pero no era eso, su aroma se intensifico llamandome.

—Jimin— su nombre salió en un gruñido —¿Estas entrando en celo?

Lo poco que me quedaba de control se esfumó, me arroje literalmente sobre él, mi nariz se pegó a su cuello, inhalando su aroma como si fuera una droga, daba leves lamidas mientras tanto mis manos arrancaban la ropa del pequeño, la chaqueta fue a dar hasta el otro extremo de la habitación, rompí sus pantalones, hice lo mismo con su camisa y la estorbosa ropa interior, solo quedó él con esa cosa en su pie, no me estorbara estoy seguro de ello, solo será un poco molesto para Jimin.

—Espera— su voz estaba entre el llanto y la excitación —estoy asustado.

Sus ojos reflejaban tanta timidez que cada vez era peor para mí aguantarme penetrarlo, que sea tan vulnerable me excita aún más. Pero debo tranquilizarlo para que su entrega sea más placentera.

—Seré lo más gentil que pueda, pero no esperes mucho.

Me acerqué a sus labios para darle un beso mordiendo primero su labio inferior para que abriera más la boca, sus movimientos eran torpes, no podía seguirme el ritmo, su lengua se intimidaba por la mía, en lo que dejaba que sus dedos se metieran entre mi cabello, mis manos se deslizaron por su piel, la piel de mármol, la piel pura de un Omega, apreté mis dedos en su pequeña cintura, fácilmente le doblaba el tamaño.

—Alfa— gimió en mis labios —tus manos me queman.

—Te hare sentir mejor muy pronto, Jimin.

Mis labios fueron a su cuello para recargarme de su aroma, el miembro me dolía palpitaba y chorreaba por él, necesito distraer mi atención. Baje a su pecho admirando sus pezones rosados los cuales estaban erguidos esperando por mi lengua, dio un mordisco causando un grito y el arqueo de su espalda, succione enredando mi lengua alrededor, si su voz cantando era un deleite su voz gimiendo era un coro celestial. Deje mi mano atendiendo sus pezones para bajar a su miembro, por la madre luna, es un aroma delicioso, di una lamida violenta desde la base hasta la punta, esto fue suficiente para que él convulsionara un poco jadeando, corriéndose por primera vez.

—Estas demasiado sensible, Jimin, ¿tu primer celo es como lo esperabas?

Solo negó con la cabeza con sus ojos grises cerrados, su mano se cubrió el rostro.

—Jimin, mírame, quiero que me veas mientras te devoro.

La tome por los muslos abriéndolo pegando mi boca totalmente en su entrada, él se aferro de la cabecera de la cama, pero no dejo de mirarme, mi lengua sería el primer invasor dentro de su rosado anillo, sus jugos me facilitaron la entrada, se retorcía ante cada lamida, nuestras miradas estaban conectadas, di una leve mordida en sus glúteos firmes, él hizo la cabeza hacia atrás, los músculos de sus piernas se tensaron, su segunda liberación llego. Me incorpore para mirar como trataba de regular su respiración, cerro las piernas acariciando su vientre, si un orgasmo suele ser muy satisfactorio en el celo lo es mucho más.

Me coloque sobre de él sin aplastarlo, sus manos temblaban un poco, pero recorrió mi abdomen con su tiernos dedos, hasta llegar a mi cuello me atrajo hacia él, su nariz fue directo a donde se concentraba mas mi aroma aspiro para tranquilizarse, cosa que causaba todo el efecto contrario en mí, no soporte más, tome mi miembro y lo frote un par de veces en su hendidura para empaparme de sus jugos, la ventaja de que hubiera entrado en celo, es que su lubricación le haría menos dolorosa la primera vez, tome la pierna donde tenia el yeso para moverla hacia arriba y así tener mejor acceso a su interior, metí la punta Jimin clavo sus uñas en mis hombros.

—Alfa, duele espera, espera.

No lo hice.

Entre mas profundo, pero no me moví, su estrechez era demasiado para mí, si me movía ahora terminaría en un instante, lo cual sería vergonzoso para mí.

—La madre luna jugo sucio conmigo, no merezco a un omega tan dulce, tan puro, solo quiero corromperte Jimin, quiero mostrarte todas las formas del deseo posible, quiero arrebatar cada atisbo de inocencia de tu cuerpo —su cadera se movió un poco, gruñí al sentirlo.

Saque mi miembro, que ahora tenía algunos hilos rojos mostrándome que había tomado lo que reclame como mío desde la primera vez que lo vi en el parque, volví a entrar esta vez me moví, embestidas lentas pero certeras, él se aferraba de mi espalda dejando marcas rojas, me separe un poco para ver su cara cuando lo penetraba, él se mordía los labios ahogando los gemidos, había algunas lágrimas en sus ojos, me acerque a recogerlas con mis labios, ahora mi lobo me odiaba por hacerlo llorar.

—¿Me detengo?

—No, no, quiero más Jungkook.

oh dulce Jimin no tienes idea lo que acabas de hacer.

Me hinque en la cama, lo tome de las pantorrillas para abrirlo, entre mas fuerte solo vi como mi virilidad desaparecía dentro de él una y otra vez, lo sonidos húmedos mezclados con nuestros aromas del celo quedaran marcados en nuestras memorias.

Subí sus piernas a mis hombros y lo tomé de las caderas, mi miembro se había amoldado tan bien a su cuerpo que no quería parar de follarlo, sus gemidos roncos me provocaban darle con mayor fuerza, su erección golpeaba su abdomen en cada movimiento.

—Jimin tócate, mastúrbate para mi —obedeció, pero estaba muy sensible.

—Alfa me voy a correr de nuevo.

Me salí al escucharlo, él gruño de manera adorable, por un momento su lobo se asomó para recriminarme el cortarle su placer, me senté a su lado y lo tome por las caderas tratando con delicadeza su pie lastimado, no creo que él sienta molestia alguna a este punto, sus mejillas estaban rojas y su aliento era demasiado caliente, era casi como si tuviera fiebre, él solo acomodo mi miembro para que al sentarse se le clavara por completo, sus rodillas se apoyaron en la cama, para darse impulso al principio lo hacía de manera torpe, lo tome de la cintura para enseñarle como debía moverse, él parecía tener algo de pudor aun, así que escondía su tierno rostro en mi cuello al penetrarse.

—Ya no puedo más Alfa.

El sudor que recorría su espalda que acariciaba mis dedos, bese sus labios para aprisionarlo contra mi mientras se corría de nuevo, aprisionando mi miembro en sus paredes, provocando que mi nudo se formara, mis colmillos brotaron jale su cabello r para tener acceso a su cuello, mordiéndolo mientras los dos llegábamos al clímax.

Cuando me separé de su cuello, él estaba llorando, puse mi frente en su hombro.

—Me tienes Jodido Jimin muy jodido.

Lo había marcado, lo había anudado, y él aun era una omega menor de edad.

—Escúchame bien, no estoy arrepentido de nada, pero entiendo que puede ser difícil para ti, Jimin solo adelante lo inevitable, mi alfa te reclamo desde la primera vez que te vi en el parque.

Se limpio los ojos con sus pequeñas manos, entre hipidos se metió en mi cuello.

—Es que mi madre me va a asesinar —su nariz se pegaba a mi cuello lo más que podía — además de que quiero más.

Cierto los celos de los omegas son más demandantes, solo sonreí para besarlo de nuevo, ya mañana lidiaría con los problemas....




Como leyeron es un 3S ¿Quieren las siguientes partes?

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