Jimin.
Me habían quitado finalmente el yeso, solo debía usar una tobillera, pero ya estaba casi recuperado, nunca creí que regresar a clases me daría tanta emoción, aunque la verdad también estaba muy nervioso. Mis compañeros no estaban al tanto de mi nueva situación.
—¿Quieres que mandé a alguien por ti a la salida? —Jungkook me ayudaba a bajar de su coche.
—No, me iré caminando me hará bien, te veo en casa.
—Ten un lindo día —beso mi frente y luego lo vi irse hacia su trabajo.
—¡Jimin! —me abrazaron desde atrás — me hiciste falta, el coro no es lo mismo sin ti.
—Hola Brunette, ya estoy de vuelta —ella es una de mis mejores amigas.
—¡Park Jimin! —y ahí venía la otra Cecil — ¿Quién era ese? —me miro un segundo y se tapo la boca —apestas a alfa, tu aroma también es más intenso, por la madre luna.
—Yo no huelo nada.
—Los betas no pueden hacerlo Brunette.
—Vayamos al salón, las pondré el tanto.
Mientras les platicaba como sucedió todo daban gritos de emoción, tenía que estarlas callando a cada rato, ellas siempre han sido más escandalosas que yo además de más sociables, yo no salía con ellas mucho pero siempre estaban para mí aceptaban mi personalidad algo tímida.
—Ay amigo, que envidia, yo también quiero vivir algo así.
—Pero si tú tienes un alfa Cecil.
—Lo se, pero no me han marcado.
—La marca puede esperar, no es algo que yo planeara, pero tampoco me arrepiento.
—Oye, ¿Qué va a pasar con Yoongi?
—¿Qué hay con él? —dije mientras alistaba mis cuadernos.
—A él le gustas, se le romperá el corazón al saber que ya no estás disponible.
—El está con Hyuna, yo no le gustaba, solo es coqueto.
Las clases avanzaron con normalidad y aunque no tendría la clase de deportes por mi tobillo tenía que asistir igual, sentarme en una banca y mirar que los demás jugarán basquetbol.
—Se me mete demasiado el short, siento que engorde —me acomodaba el uniforme deportivo, la camisa me quedaba justa al igual que el short se marcaba en mis muslos un poco.
—No querido no engordaste —Brunette me tomo de la cintura —tu eras un cachorro hace poco, no habías tenido un celo, prácticamente entraste a la pubertad apenas, tu cuerpo debe cambiar con las hormonas, además de que no solo entraste a la pubertad ya eres un omega marcado con vida sexual activa.
Alzó sus cejas de manera coqueta, yo la mire achinando los ojos, me quedé sentado mientras todos jugaban, sentía miradas de vez en cuando de parte de algunos alfas me hacían sentir algo incómodo, no es que no yo llamará la atención de otros alfas antes, pues sin aroma ni un cuerpo llamativo pasaba desapercibido hasta hoy.
Al terminar la clase nos dirigíamos a cambiarnos, cuando Yoongi se atravesó.
—hola Jimin —me analizo de arriba abajo sin pudor alguno — vaya entonces es verdad, ya tienes un alfa, es una pena, si no fuera por ese aroma sobre el tuyo…
Dejo la frase incompleta y se fue caminando al lado contrario como si nada.
Las siguientes semanas estuvo actuando algo extraño, me merodeaba mucho, me saludaba más frecuentemente incluso se sentaba con nosotros en el almuerzo, me parecía algo extraño.
—¿Qué tienes bebe? — Cecil me miraba preocupada a la salida
—No lo sé, he estado muy inquieto, me duele un poco el vientre y siento algo de calor.
—¡Jimin estás entrando en celo! — me olfateo por completo —¿No llevas el control?
—Es que no me había pasado más que una vez ¿Cómo llevo el control?
—Es cada dos meses pequeño tonto, yo no traigo supresores para pasarte algunos, háblale a tu alfa para que venga por ti es peligroso que te vayas a casa así.
Le marque a Jungkook, Cecil me acompaño hasta que llegó su madre vino por ella, yo me quedé esperando sentado en las gradas de la entrada aunque el frío aún era notorio mi cuerpo no lo sentía por el calor que estaba iniciando el celo.
—Jimin.
Gire pensando que era Jungkook, pero un par de ojos negros me analizaron desde las sombras, un escalofrío me recorrió desde la columna hasta mi nuca.
—¿Quién es? — salió de entre las sombras —Yoongi.
—Crei que tu amiga no se iría nunca — su voz salía entre algunos gruñidos, me levanté de las gradas y mire a todos lados —estamos solos Jimin
Comencé a correr, fue más por instinto que por otra cosa, el temor que me género la voz de Yoongi nunca lo había sentido, pero en nada me alcanzó, me tomo de la muñeca y me lamió la base del cuello.
—Aunque huelas a tu alfa, el aroma de tu celo me está volviendo loco Jimin.
—Suéltame Yoongi por favor.
No razonaba no encontraba las pupilas de sus ojos, están perdidas en lo negro de su mirada, metió su mano debajo por mi pantalón en la parte de atras, lo empuje con todas mis fuerzas y logré alejarlo un poco, cuando comencé a querer correr me tomo por el cabello haciéndome caer, él se posó encima de mi.
—No te muevas — utilizo su voz de mando contra mi — levanta la cadera.
Hice lo que me pidió, yo solo miraba si alguien había. Cualquiera. Alguien debía pasar.
—Eres tan bonito, Jimin —se acercó a mi cuello — ¿Sabes que pasa si te muerdo la marca? —su lengua delineó mi hombro — tu alfa muere y te vuelves mío.
—¡Jungkook! —alcance a gritar antes de sentir como lo alejaban de mi.
—Ya estoy aquí.
Lo siguiente que vi fue una pelea de dos lobos, el lobo de Yoongi era mucho más pequeño que Jungkook pero era bastante ágil, aún así el lobo negro lanzo al plateado contra la pared de la escuela, los gruñidos eran estruendosos.
"Detente"
Solo lo pensé, pero basto para sentir una mano acariciando mi mejilla.
—Abre los ojos amor, por favor deja de llorar— Jungkook me miraba con tristeza también mi vista se fue a sus espaldas, vi a el lobo plateado herido, pero respirando pausado —esta vivo, vamos a casa.
Tomo su abrigo del piso y me lo coloco encima, me cargo hasta el auto yo no quería despegarme de él, pero me quito el agarre para sentarme y abrocharme el cinturón, al llegar a la casa, bajé del auto solo metiéndome sin decir nada, cuando cerro la puerta me estremecí un poco, estaba aun algo alterado, el me analizaba desde la entrada, estaba soltando feromonas para que me calmara, pero había otro aroma mezclado con el de él, un aroma a Almizcle con fuego.
—Jungkook —me quite la chaqueta del uniforme, la camisa, l pantalón y talle mi cuerpo —tengo su aroma encima, quítame su aroma.
Él se acercó a mi puso sus labios sobre mi cuello gruñendo en molestia por el olor invasor.
—Tomaremos un baño juntos.
Preparo la tina ayudándome a desnudar por completo, sus manos frotaban mi cuello antes de meternos a bañar, me tomo el rostro con algo de delicadeza se agacho a la altura de mis ojos.
—Escúchame Jimin, jamás dejare que ese imbécil vuelva ponerte un dedo encima, te protegeré a toda costa, no importa si me cuesta la vida, no tienes que temer —su rostro tenia cortadas, al igual que sus brazos y su abdomen —sanaran rápido, no tienes que preocuparte.
Mis dedos tocaron cada herida, él se dejaba hacer, cerro sus ojos disfrutando del tacto, sus facciones varoniles me encantaban, el me protegería de eso no hay duda, la calma que me transmitía era algo nuevo, él estaba deleitándose con los mimos, sonreí un poco olvidando de momento.
"eres mi omega"
Se escuchó en un susurro de sus labios, abrió lentamente sus ojos.
—Debí llegar un poco antes —beso mi frente —perdóname Jimin.
Estaba mostrándose vulnerable conmigo, mi omega empezó a aullar por un contacto más íntimo, el celo seguía presente y lo que el estaba haciendo lo despertó de nuevo.
—Alfa, tócame por favor, márcame de nuevo — me beso la mejilla, después la nariz, para por último atacar un poco mis labios.
Me tomo de la mano para guiarme a la bañera entro el primero, yo entre para subirme en el no quería tanto juego previo solo quería sentirlo, quería que el único aroma en mi cuerpo y la única esencia en el fueran los nuestros.
Jungkook
Tomarlo en la bañera no fue suficiente, aunque fue un sexo lento y placentero, necesitaba mas de él nunca tenia suficiente de él, y con su celo presente me aprovecharía de eso, se que tuvo un mal trago en la escuela, pero su omega está llamándome, la verdad intento detenerme y dejar que él tenga un poco de tranquilidad, pero él sigue con su respiración agitada por la necesidad de estar con su alfa, que este soltando su aroma tampoco deja lugar a mi prudencia.
—Jimin debes descansar, habrá tiempo mañana .
—No — se sentó en medio de la cama con sus mejillas ruborizadas —no puedo, no quiero descansar.
—Que dijimos de los berrinches
—No es un berrinche —se mordió los labios —alfa —esa voz — estoy bien, lo que necesito ahora es a ti dentro de mi ¿es mucho pedir?
Ahora usaba una cara de ternura que no le había visto nunca, sus manos recorrieron su abdomen hasta llegar a su miembro, se comenzó a tocar enfrente de mí, no pueden pedirme que me controle después de eso.
Le hice señas para se acercará a mí, él vino obedientemente. Subí de rodillas a la cama su cara quedaba a la altura de mi miembro, no necesite decirle nada él solo lo metió al fondo de su húmeda boca, cada succión, cada lamida en el tronco me estaba causando un placer que no se describe, metí mis dedos entre su cabello para mover mis caderas penetrando su boca, él se masturbaba mientras me estaba dando el mejor oral en todos mis putos años.
—Jimin tu lengua es el infierno —no pude resistir más me corrí dentro de su boca, él bebió cada gota, para después girarse y darme una vista preciosa de su trasero estaba en cuatro con la cadera levantada mostrándome como sus dedos entraban una y otra vez en su rosada entrada —Provocarme así tendrá su castigo.
Ya estaba erguido de nuevo, sus gemidos al masturbarse tocaban cada fibra de mis nervios, fui por una corbata al armario cuando volví, le di un azote en el trasero.
—No puedes tocar lo que es mío, las manos a la espalda ahora —dejo de masturbarse para hacer lo que le dije, el brillo de sus dedos por la lubricación de su entrada húmeda me hizo ir a lamerlos, exquisito como siempre, ate ambas manos —cada vez eres mas sucio Jimin, tengo que controlarte más.
Lo penetre en esa posición, una de mis manos agarro el nudo de la corbata para impulsarme de ahí en cada embiste, él jadeaba sin control, los golpeteos eran cada vez mas intensos, el rebotar de sus nalgas era hipnotizante, sus manos se retorcían por desatarse, lo levante mas para alcanzar su rostro con la otra mano, metí dos dedos en su boca él inicio a lamerlos.
Sali de él para girarlo aun con las manos atadas, abrí sus piernas metiéndome de nuevo de un golpe, esto causo que me apretara bastante dentro de él, me detuve un poco para controlar las ganas de correrme de nuevo, me agache para alcanzar sus pezones lamiendolos.
—Jungkook no te detengas.
—¿Qué deseas que haga amor? —continue mordisqueando sus pezones
—No dejes de moverte, quiero seguir sintiéndote, desátame quiero tocarte.
No dije nada solo pase mi mano para su espalda y poder soltar el nudo de la corbata, él no perdió tiempo y paso sus manos por mi pecho hasta la espalda, sus caderas se movían para que continuara con las embestidas, sonreí al ver su mirada molesta porque no me movía, pase una mano por la cadera para levantarla un poco y darle una estocada violenta, él clavo sus uñas por el brusco movimiento, continue el ritmo acelerado él enrollo sus piernas en mi cintura.
—JUNGKOOK.
Gemía una y otra vez, me tomo de la nuca jalándome me hacia el para poder besarme, poco a poco se había vuelto muy bueno tomando el control del beso, su lengua ya dominaba la mía, aunque a veces volvía a esos tiernos besos torpes del principio, ya no aguantaba mas cada vez me aprisionaba mas en su interior indicándome que pronto vendría su orgasmo, deje de besarlo para sacar mis colmillos y renovar la marca, cuando lo mordí llego a su orgasmo, lo seguí poco después mientras limpiaba los rastros de sangre de la herida con mi lengua.
Lo acomode para no aplastarlo mientras admiraba su rostro, el sonrojo de sus mejillas seguía presente y su pulso acelerado se sentía bajo mi pecho.
—No quiero volver a la escuela.
—Esta bien —le di un beso corto —veremos que podemos hacer para que termines cursos, solo te quedan un par de semanas.
Soltó una pequeña carcajada algo tierna.
—Jungkook —me sostuvo el rostro —no dejas de llamarme niño mimado, pero el que mas me cumple los caprichos eres tú.
—No puedo evitarlo —le mordí una mejilla — me es imposible resistirme a cualquier deseo tuyo, cambio totalmente a tu lado, cuando me sonríes, o cuando cantas mientras haces tus deberes me derrumbas, eres mi punto débil Jimin, eres un niño mimado pero eres mío.
—Siempre tuyo.
No habrá nada que él no tendrá, tal vez es te mal la obsesión que tengo por complacerlo, pero también me da pretextos para "ponerle castigos", mataría por él y lo sabe, cada obstáculo que se interponga en nuestra felicidad, será apartado de cualquier forma.
Y esta es la última parte, vaya que si les gustó, me encanta que sigan mis locuras los amito. Besos en la cola.
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