cap |15|
Estaba tumbada sobre la cama de piedra y sentía mi cuerpo arder en llamas, jadeando de dolor y mi cuerpo temblaba bajo mi peso. Era como estar de nuevo transformandome.
Mi cuerpo se sacudía como si fuera a colapsar en cualquier momento. Mi espalda estaba rígida, mis músculos tensos como cables de acero.
Fue consiente del sonido de las caneda romperse y levante mi mano, mi mano temblaba al tocar mi frente, y sentí una oleada de calor que se extendía por todo mi cuerpo. El dolor era agudo, como si estuviera siendo desgarrada desde el interior. Mi respiración era fuerte y entrecortada, y sentí que mi corazón estaba a punto de explotar.
De repente, mi cuerpo se sacudió con una convulsión violenta, y sentí que mi espalda se arqueaba hacia atrás. Mi cabeza golpeó la piedra detrás de mí, y sentí un destello de dolor que se extendió por todo mi cráneo.
Un grito salio de mi garganta cargado de dolor y frustración
"Concentrate" - Su voz sonaba angustiada. - "Calma tu mente".
¿Qué me sucedía? ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué mi cuerpo estaba reaccionando de esta manera? La transformación había sido dolorosa la primera vez, pero esto era diferente. Esto era como si mi cuerpo estuviera luchando contra sí mismo, como si estuviera tratando de contener algo que estaba a punto de explotar.
Me debatía en la agonía, sin entender qué me estaba pasando. Debia dar todo de mí si deseaba acabar con esta maldición.
Inhale y exhale tratando de controlarme, mi cuerpo se revelaba contra mí, pero él no podría ganarme esta ronda, seguía esforzándome y enviar el dolor a una zona lejana de mi cabeza.
-"Continua asi Hanna"
La voz de Bastian se escuchaba lejana, mi respiración se volvió más aguda. El dolor era abrumador, y sentí que estaba a punto de perder el control. ¿Qué estaba pasando? ¿Qué estaba sucediendo con mi cuerpo?.
Entre inhalaciones comencé a relajarme poco a poco, mi mente se clarificaba. La oscuridad que me rodeaba comenzó a disiparse, y una luz tenue se encendió en mi interior.
"No necesitas que nadie te salvara, eres lo suficientemente fuerte para hacerlo por tí misma".
La voz de Bastian volvió a resonar en mi mente, yo seguía en una lucha conmigo misma sin saber a que me enfrentaba.
"Hanna, tu mente es el campo de batalla más grande. No dejes que el enemigo te gane".
Abri mis ojos y la energía que emanaba de mi cuerpo se sentia como una fuerza salvaje y primitiva que se desataba desde lo más profundo de mi ser.
Esto era algo nuevo para mi, mi cuerpo se asimilaba a un recipiente que había estado conteniendo una tormenta durante demasiado tiempo y que finalmente, la presión se había vuelto demasiado grande para contenerla.
No tenia ni idea de que algo así permanecerá guardado en mí, la energía se extendía por mis venas como un río de fuego, calentando mi piel y haciendo que mis músculos se tensaran con anticipación no dolia pero si me era pesado.
Era como si mi cuerpo estuviera vivo, y la energía fuera su propia esencia, latiendo y palpitando con una fuerza que no podía controlar.
Con cada paso que daba la energía se desataba, mi cuerpo se habia convertido en una extensión de poder.
No se que sucedia, pero no era la misma Hanna porque me sentía más fuerte, más rápida y más poderosa. Como si pudiera hacer cualquier cosa, como si nada fuera imposible.
Salí al pasillo y vi a Lía junto a un numeroso grupo de guardias, no podían moverse y eso me hizo sentir un aire de arrogancia, pero al mismo tiempo, la energía también me asustaba.
Cada paso que daba por el pasillo los pegaba al suelo, como si los estuviera pisoteando, era una fuerza que no podía controlar, que podía volverse en contra de mí en cualquier momento. Era como si mi cuerpo fuera un arma cargada, lista para explotar en cualquier momento.
- ¿Qué has hecho? - gritó Lia, intentando acercarse a mí.
Pero fallando en su trayectoria, la escena era caótica, el cuerpo de Lía se pego a la pared del pasillo y la presionaba con fuerza.
No respondí a su pregunta, podía ver el enojo y la impotencia en sus ojos, nunca había conocido esa parte de Lía.
A pesar del miedo, no podía negar que la sensación de poder y libertad que me daba la energía era como si finalmente hubiera encontrado mi verdadero yo, mi verdadero propósito.
Y estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para proteger y controlar esa energía, para asegurarme de que nunca se volviera en contra de mí.
No habria necesidad que alguien viniera a salvarme porque a partir de hoy, lo haria por mí misma.
Comencé a subir las escaleras de piedra para salir de ese infierno, al notar la luz del sol entrar por la puerta. Era como un canto de gloria. Por la Diosa...
Estoy pisando el último escalón cuando un estruendo me golpea y siento como mi cuerpo vuela en el aire para terminar golpeándome la parte de mí espalda y la cabeza, no escuchaba más que el molesto pitido y me sentí desorientada.
- ¡No te escaparás de mí!
El grito de Lía se escuchaba en la lejanía, venía por mi.
Me esforcé por levantarme, pero el golpe me había aturdido y mi cuerpo parecía pesar toneladas tal parecía que había ocupado mucha de mi energía.
La cabeza me daba vueltas y el pitido en mis oídos era ensordecedor. Intenté mirar alrededor, pero todo estaba borroso y distorsionado.
- Debo seguir.
Me levante a tanteos y me dispuse a salir de ahí, no me rendiría tan fácil. Comencé a correr mis pies golpeando el suelo.
Cerre mis ojos y me concentre de nuevo en traer esa energía a mí, mi cuerpo se sacudio y la energía volvió a rodearme y podía sentir cómo tenía fuerzas para correr de nuevo.
Detrás de mi escuchaba los pasos de Lia y los guardias estaban ganando terreno. Podía escuchar sus gritos, sabía que no podía permitir que me alcanzaran.
Logre ver una puerta y no me lo pensé dos veces para correr a ella, tome el pomo para abrirla y estaba cerrada.
Maldije entre dientes, volveo a ver otra salida y nada. Esta era su única esperanza, con todas mis fuerzas empuje con fuerza la enorme puerta y se abrió, aunque no había logrado romperla.
Mis pies descalzos pisaron el frío suelo y seguí corriendo encontrándome con el exterior del lugar, baje las escaleras del lugar y voltee a verlo. Era un castillo abandonado, me encontraba en el patio interior, rodeado de altos muros de piedra.
Escuché pasos y no tenía tiempo de mirar más, así que comence a correr, sentía el peso de los guardias y Lía detrás de mí.
Corrí hacia la pared más cercana, la energía que me rodeaba parecía estar pasando factura porque me estaba faltando el aire.
- Respira hanna, respira...
‐ ¡Ahí esta!
Escuché los gritos de un guardia, mire el muro y sabía que no quedaba de otra. Comencé a abrir huecos con mis manos a la pared, estaba sorprendida de mí nueva yo. Continúe escalando hasta llegar a la cima del muro de piedra y por un momento me detuve pude ver a Lía correr con sus guardias detrás.
Su mirada era de odio y le lancé una mirada igual, llena con odio y frustración. No estaba para esto, asi que solo salte del enorme muro y cai al suelo, rodando para amortiguar el impacto.
Gemi de dolor por el impacto, respire hondo y me senté en el piso arenoso, mire a mi alrededor a ver donde estaba y solo había arena. A la distancia pude ver montañas y árboles.
Me alejé lo más rápido que pude, mis pies hundidos en la arena caliente. El sol brillaba intensamente en el cielo, y me sentía como si estuviera corriendo hacia él. Mi respiración era agitada, y mi corazón latía con fuerza en mi pecho.
Mientras corría, no podía evitar pensar en Lía y en la mirada de odio que me había lanzado. Me sentía furiosa y frustrada, y mi deseo de escapar era más fuerte que nunca.
Después de un rato, comencé a sentir un olor peculiar... como si me estuviera llamando, no sabía si dejarme llevar por ese olor o solo seguir mi intuición.
"Esperame"
Era la voz de Bastian, mi corazón se aceleró y sentí alivió, ¡Sí vendría por mí! Continúe corriendo, ya sentía mi cuerpo al borde del cansancio. El dolor en mis piernas y en mis pies. La arena era suave, pero correr sobre ella era agotador.
No vi a nadie detrás de mí, pero sabía que no podía detenerme. Tenía que seguir corriendo, tenía que encontrar un lugar seguro donde esconderme y esperar a Bastian.
Miré hacia adelante y vi las montañas y los árboles que había visto antes. Me sentí atraída hacia ellos, como si fueran un refugio. Comencé a correr de nuevo, mis pies llevándome hacia la seguridad que esperaba encontrar.
La distancia entre yo y las montañas parecía disminuir con cada paso que daba. Mi corazón latía con emoción y esperanza, ya que sabía que si podía llegar a las montañas, podría encontrar un lugar seguro para esconderme.
Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, llegué a la base de las montañas. Me detuve un momento para recuperar el aliento y mirar alrededor. La vegetación era densa y verde, y los árboles parecían estirarse hacia el cielo como gigantes.
Comencé a subir por la ladera de la montaña, mis pies resbalando sobre las rocas y la tierra suelta. La subida era empinada y difícil, pero no me detuve. Seguí adelante, impulsada por mi deseo de escapar y encontrar un lugar seguro.
Después de un rato, llegué a un claro en la ladera de la montaña. En el centro del claro había un pequeño estanque de agua cristalina, rodeado de rocas y árboles. Me sentí atraída hacia el estanque, sedienta y exhausta.
Me acerqué al estanque y me arrodillé para beber. El agua era fresca y deliciosa, y me sentí revivir al beberla. Me detuve un momento para mirar alrededor, y vi que el claro estaba rodeado de árboles y rocas, lo que lo hacía casi invisible desde abajo.
Me sentí segura por primera vez en horas. Había encontrado un lugar donde esconderme, un lugar donde podría descansar y recuperarme. Me acosté en la hierba, cerré los ojos y me dejé llevar por el sueño.
Final del maratón mis hermosuras... espero les guste y se hayan divertido, déjenme saber qué les pareció.
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