Cap |11|
La vida es un tapiz intrincado, tejido con hilos de secretos y misterios que nos rodean desde el momento en que nacemos hasta que partimos. Es como si estuviéramos inmersos en un gran enigma, del que solo podemos vislumbrar fragmentos de la verdad.
Había descubierto que la vida está repleta de ellos, como una niebla que nos envuelve y nos hace preguntarnos. ¿Cuál es mi origen? ¿ Acaso tengo un destino?¿cual es mi origen en este universo?, ¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? Eran preguntas que merodeaban mi mente, y aunque buscaba respuestas como si fuera el mismo oxigeno, fallaba. Porque aunque me esforzará estan eran preguntas qué aun se encontraban bajo debate y reflexión no solo de dias o años, sino durante siglos, y no tenian una respuesta definitiva.
Me desperté y solo había árboles a mi alrededor ¿Dónde estoy? ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué es lo que se supone que debo hacer?
Escuché sollozos ¿Qué estaba haciendo aquí?¿Qué carajos paso aqui? Comencé a caminar y solo me encontraba con más destrucción a mí pasó. Reconoci aun en la distancia la manda, sus casas, las instituciones y todo... En ruinas, sentí mi respiración fallar y mis ojos abrirse por el asombro.
Comencé a correr y el primer lugar en visitar fue mi hogar, estaba todo en cenizas.
-¡Mamá!
Fue lo primero que pude gritar y con lagrimas en mis ojos entre al lugar encontrando me la casa vacía, las escaleras ya no existían, todo lo que había dentro se había convertido en destrucción.
Me quedé parada en medio de las ruinas, mi mente tratando de procesar lo que estaba viendo. La casa donde había crecido, donde había pasado momentos felices con mi familia, ahora estaba en cenizas.
La cocina de mi mamá, y donde Nathan siempre preparaba deliciosos desayunos, el salón donde nos reuníamos Emily. Nathan y yo para ver películas, todo había desaparecido.
Mi corazón latía con fuerza, mi respiración era agitada. Me sentía como si estuviera viviendo una pesadilla. ¿Qué había pasado? ¿Cómo había sucedido todo esto?
Camine fuera de la casa aun en mi estado de shock, levante mi mirada al cielo y se había vuelto de un profundo tono de gris, y las nubes parecían estar en llamas, como si el propio infierno hubiera sido desatado sobre la tierra.
La Manada se habia vuelto un completo caos, todo estaba en ruinas, casas que una vez habían sido razon de orgullo para sus dueños, ahora yacían en escombros, sus paredes derrumbadas y sus ventanas rotas. Las calles estaban llenas de escombros y vidrio roto, y el aire estaba lleno del olor a humo y azufre.
Donde estaban todos, las casas, negocios... mis pensamientos se detuvieron en una sola cosa, El ofarnaro, los niños. Comence a correr hacia el orfanato y solo se escucho un enorme estruendo hace volar vidrios de las ventanas y parte de la estructura sede.
No... no, aca no.
-¡Tomy! ¡Niños!
Grité a todo pulmón y nunca me había sentido tan desesperada como en este preciso instante. No obtuve respuesta alguna y solo podía escuchar el sonido del fuego consumiendo sus objetivos, grite llorando.
Escuche un fuerte sonido en seco, como si algo se hubiera caído, me encamine en direccion de donde habia escuchado el sonido, frunci mi ceño y solo era un pequeño niño.
El pequeño niño estaba sentada en el suelo, con la cara cubierta de lágrimas y suciedad. Cubria con sus pequeñas manos sus ojos y lloraba sin cesar, con dolor y desesperó, camine para acercarme a ver si estaba bien y me tropece con una biga, haciendo que cayera de bruces, llamando la atencion del pequeño.
-¡Por favor no me hagas daño! ¡por favor!
Me senté en el suelo, intentando recuperar el aliento después del golpe. Miré hacia el pequeño niño, y en sus ojos se reflejaba el miedo y desesperación. Su voz todavía resonaba en mis oídos, suplicando que no le hiciera daño.
Mi corazón se partió en pedazos al ver la desesperación en su mirada. Me sentí abrumado por la emoción y la compasión. Me acerqué a él lentamente, intentando no asustarlo más.
- No te haré daño - le dije suavemente, intentando calmarlo. - Estoy aqui para ayudarte.
El pequeño niño me miró con ojos vacilantes, como si no estuviera seguro de si podía confiar en mí.
- ¿Qué pasó? ¿Qué te sucedió?
Parecia vacilar pero comenzó a hablar, su voz temblorosa y ojos llenos de lágrimas.
- La sombra. - Frunci mi ceño ¿La sombra? - Es-Estába-mos , pero el hombre malo los-los trajo. Y-y todo se torno oscuro y las-lass sombras
Se detuvo, incapaz de continuar. Su cuerpo se sacudió con sollozos, y yo me sentí abrumada por la tristeza y la desesperación. ¿El hombre los trajo? ¿Quién?
Y entonces volvio el recuerdo de esa noche en la azotea, ese hombre....
Miré hacia la azotea del otro edificio y pude ver las sombras moverse, como si estuvieran vivas. El viento soplaba fuerte y hacía que las sombras parecieran tener vida propia. De repente, una figura masculina se detuvo justo en la orilla del techo y miró en nuestra dirección. Llevaba un abrigo negro y un sombrero que le cubría la cara, lo que lo hacía parecer aún más siniestro.
Levantó su mano y me señaló. Mi corazón comenzó a latir con tanta fuerza que pensé que se saldría de mi pecho. Sentí un escalofrío recorrer mi columna y mi mente se llenó de pensamientos de muerte y destrucción.
De señalarme hizo un gesto con su mano pasándola por el cuello en señal de "Estás muerta" y las alarmas en mi interior se encendieron.
Ellos vienen por mí, ello vienen por la manda... ellos vienen por
- ¡No!
El grito del niño me hizo mirarlo y, ya no estaba, se había ido.
Me levanté lentamente, mirando a mi alrededor con confusión y desorientación. La casa de Ryan estaba frente a mí, y yo no recordaba cómo había llegado allí. Los aplausos y los pasos se acercaban, y yo sentí un escalofrío recorrer mi espalda.
De repente apareció frente a mí, sonriendo con una sonrisa cruel y satisfecha. Sus ojos brillaban con una luz maligna, y yo sentí que estaba mirando al mismísimo diablo.
- Bravo - dijo el hombre sombra, aplaudiendo de nuevo. - Un poco tarde, pero haz llegado.
Yo lo miré con desconfianza, intentando entender qué estaba pasando. ¿Qué había hecho ese malnacido con mí manada?¿Por que había causado tanto daño? ¿Acaso era un psicópata?
- ¿Qué demonios hiciste con mí manada? - pregunté al borde de la ira, apretando mis dientes.
Se rió, una risa cruel y despiadada.
- Esa manada que conocías Hanna, sera historia - Señaló todo a su alrededor y dijo. - Y tú, eres el próximo en la lista.
Sentí un golpe en el estómago y solo queria arrancarle la cabeza de un mordisco. La Manada, el lugar donde había crecido y había conocido a mi mejor amiga Emily.
-¿Que hiciste con mí familia, mis amigos?
Pregunté desesperada y con el enojo a flor de piel.
- No podrás hacer nada por salvarlos.
- Rió de forma cínica. Me señaló con su mano, tal como esa noche en la azotea. - Tanto poder desperdiciado en tí. Un fenómeno
- ¡¿Llamas poder a esta maldición?! - Sabía a que se refería. Ese poder que había encerrado en mí.
Él niega. - ¿Crees que esa extensión de poder, es lo que hay en tí? Que patética.
Me lancé sobre él con un grito de rabia y desesperación. Mis puños estaban apretados y listos para golpear.
- ¡Pagaras lo que hiciste!
Rió de nuevo, una risa cruel y despiadada, y se preparó para recibir mi ataque. Pero justo cuando estaba a punto de golpearlo, algo me detuvo.
Una fuerza invisible me paralizó, inpidiéndome moverme. Era como si estuviera atrapada en una jaula de hierro, incapaz de escapar.
Se acercó a mí, su sonrisa cada vez más amplia. - Pense que serias digna, la chica que fue bendecida por la Diosa Luna... - Nego con su cabeza - Que decepción, No eres una oponente digan, Hanna.
Me sentí sin aire y era como si me estubiera asfixiando, pero estaba tan lejos de mí. ¿Como?
Escuché un ruido detrás de mí. No podia moverme ni ver quien era, pero no hacia falta porque ese aroma él, Ryan.
- ¡Vas a morir!. - Rugio Ryan
Quice reaccionar ante su cercanía pero no poda moverme, no podía advertirle o si quiera hacer algo para protegerme. Me sentí completamente indefensa, a merced de ese monstruo y su sed de venganza. Una venganza que no entendia y ni siquiera me imaginaba a que venia.
- Te estas volviendo algo molesto, Ryan White.
Ryan gruñó y se transformó dejando a la vista el pelaje de Reean, sus ojos habían tomado un color completamente distinto, no era Ryan quien controlaba el cuerpo sino Reean. Esto no era bueno.
Reean se lanzó de nuevo sobre el hombre sombra, pero este esquivó su golpe con facilidad, riendo con una risa cruel y despiadada. Yo seguía sin poder moverme, atrapada en una especie de parálisis que me impedía intervenir en la pelea.
El hombre sombra se acercó a Reean, su sonrisa cada vez más amplia.
- Eres valiente, debo admitielo. - dijo - pero no eres rival para mí.
Y con eso, lanzó un golpe que Reean apenas pudo esquivar. Yo intenté gritar, intenté advertir a Reean del peligro, pero mi voz estaba atrapada en mi garganta. No podía hacer nada más que mirar, impotente, mientras Reean luchaba por su vida contra el hombre sombra.
¿Qué clase de poder era ese? No me dejaba siquiera poder reaccionar a lo que acontecía en mis ojos. Me sentía como una muñeca de porcelana, frágil y sin vida.
Mi mente estaba llena de preguntas y temores, pero mi cuerpo estaba inmóvil.
El hombre sombra lanzó otro golpe, y Reean se tambaleó hacia atrás. Yo intenté gritar de nuevo, pero mi voz seguía atrapada en mi garganta. El hombre sombra se acercó a Reean, su sonrisa cada vez más amplia.
- Es hora de que te despidas - dijo, y levantó su mano para dar el golpe final.
Mi corazón se detuvo en mi pecho al ver al hombre sombra levantar su mano para dar el golpe final. Reean estaba indefenso, incapaz de moverse o reaccionar. Yo intenté gritar de nuevo, pero mi voz seguía atrapada en mi garganta.
El hombre sombra bajó su mano, y un golpe de energía oscura impactó a Reean. Su cuerpo se estremeció, y luego se derrumbó al suelo. El hombre sombra se rió, una risa cruel y despiadada.
Yo me sentí como si hubiera sido golpeada en el estómago. La escena era demasiado real, demasiado cruel. Me sentí como si estuviera viviendo una pesadilla de la que no podía despertar.
De repente, el hombre sombra se dio la vuelta y me miró. Sus ojos eran como dos pozos oscuros, sin fondo ni sentido. Me sentí como si estuviera siendo absorbida por su mirada, como si estuviera siendo arrastrada hacia un abismo sin fondo.
- Ahora es tu turno de sufrir.
Me desperté jadeando, mi corazón latiendo con fuerza. La imagen de la destrucción de la manada, de mi casa en ruinas, aún estaba fresca en mi mente. Me senté en suelo intentando calmarme, pero la sensación de desesperación y miedo no se disipaba.
De repente, recordé la pelea entre el hombre sombra y Ryan. La forma en que el hombre sombra lo había matado con un golpe certero . Un escalofrío recorrer mi espalda al recordar la escena.
Pero ¿por qué había visto eso? ¿Por qué había tenido esa visión? Me sentí confundida y asustada. ¿Qué estaba pasando? ¿Qué estaba sucediendo en la manada?
Me levanté de la cama, decidida a encontrar respuestas. Tenía que saber qué estaba pasando en la manada. Tenía que saber qué había sucedido con Ryan. Y tenía que saber qué era lo que el hombre sombra quería de mí.
- Debo volver a la manada.
- Creo que eso no se podrá. - Volteo y veo a Lía con una sonrisa retorcía, frunzo mi ceño
- ¿De que
Antes que pueda siguiera decir algo, sentí el golpe en mí cabeza, tan fuerte como se podía. Todo se volvió a tornar oscuro a mí alrededor.
Ay no... otra vez no, por favor.
La oscuridad me envolvió de nuevo, era como si estuviera cayendo en un abismo sin fondo. La última cosa que recordé fue la sonrisa retorcida de Lía y el golpe que me había dado en la cabeza.
Cuando volví a abrir los ojos, me encontré en un lugar desconocido. Estaba en una habitación oscura y fría, con paredes de piedra y un techo bajo. No había ventanas, solo una puerta de madera que parecía estar cerrada con llave.
Me senté en la cama, intentando recordar cómo había llegado allí. Pero mi memoria estaba borrosa, y solo podía recordar fragmentos de lo que había sucedido antes.
Escuché un ruido detrás de la puerta. Sonaba como si estuvieran discutiendo, intenté escuchar mejor pero aun estaba algo aturdida por El golpe, me toque la parte de mí cabeza y dolida como.un carajo. Gemí de dolor al sentir la sangre en ese lugar.
Quise levantarme pero no podía, estaba mareada y aturdida ¿Qué pasó? ¿Por qué siempre me pasaban este tipo de cosas a mí?
La cerradura de la puerta se abrió con un clic, y se abrió lentamente. La luz que entró a la estancia me molesto los ojos y tuve que adaptarme, al abrirlo y poder ver de forma más clara una figura se deslizó dentro de la habitación, y yo me senté más recta, intentando ver quién era.
Camino hacia mí con algo de cautela y reconoci de los ragos asiaticos de Lía, su sonrisa retorcida había desaparecido, y en su lugar había una expresión seria y concentrada.
- Hanna, Hanna, Hanna.... - Dijo. - En que problemas te has metido, Hanna....
Un escalofrío recorrió mi espalda ¿ de qué diablos hablaba?
- Sabes... Fuiste un reto para mí. - Su sonrisa me causaba temor. - Pero Amo los retos.
Ríe de manera sádica, me remuevo y no tengo fuerzas, me siento inútil. Como si estuviera
- Oh cariño... No, no, no - Ríe - Te dimos un poco de Valeriana y toda la habitación está hecha de Plata.
- ¡Eres una Maldita!
Intenté levantarme y volví a caer, como si mis fuerzas fueran mínimas. Ella ríe y entonces su mano impacta contra mí mejilla haciéndome voltear la cara por el golpe.
- No quería que las cosas llegaran a este punto.
Mire el suelo y sentí la sangre correr por mi labio partido, me había golpeado con una especie de anillos con puas, por alguna razón intuía que esos anillos eran de plata.
- Hanna, Hanna, Hanna...- dijo con una voz suave y melodiosa. - En qué problemas te has metido, Hanna... -
Un escalofrío recorrió mi espalda. ¿De qué diablos hablaba?
- Sabes... - continuó, - fuiste un reto para mí. - Su sonrisa me causaba temor. - Pero amo los retos.
Rió de manera sádica, y yo me removí intentando encontrar fuerzas, pero no las tenía. Me sentía inútil, como si estuviera atrapada en una pesadilla.
- Oh, cariño... - dijo, riendo de nuevo. - No, no, no... Toda la habitación está hecha de plata.
Su risa se volvió más intensa, y yo sentí una oleada de miedo.
- ¡Eres una maldita! - grite
Intenté levantarme, pero volví a caer, como si mis fuerzas fueran mínimas. Ella se rió de nuevo, y entonces su mano impactó contra mi mejilla, haciéndome voltear la cara por el golpe.
- No quería que las cosas llegaran a este punto - dijo, su voz llena de falsa compasión.
La sangre caliente y salada me llenó la boca, y me sentí un dolor agudo en el labio partido. Me había golpeado con una especie de anillos con púas, y por alguna razón intuía que esos anillos eran de plata.
La visión de Lía se volvió borrosa, y me sentí mareada y débil. Intenté levantarme de nuevo, pero mis piernas no me respondieron. Esto tenia que ser una maldita broma, primero lo de mi pesadilla y luego este problema con Lía.
- Nia... - Llame a mi loba - Nia...
Pero no respondía, Lía se rió de nuevo, y su risa me hizo sentir un poco de temor por mi vida. Me miró con una expresión de desprecio y odio, y me sentí como si estuviera viendo su verdadera personalidad por primera vez.
- Te has metido en un juego que no entiendes - su voz era baja y amenazante. - Y ahora vas a pagar el precio.
Un miedo intenso y abrumador, y mi corazón comenzó a latir con fuerza. Intenté gritar, pero mi voz estaba atrapada en mi garganta. Me sentí completamente indefensa y a merced de Lía.
Y entonces, todo se volvió negro.
HELLOOOOOO
Gente bonita, gente hermosa....
Lastima que sea solo un Capítulo.
Espero les haya gustado, sorry por la falta de Cap esta semana, no he tenido mi mejor.... viernes 13 JA
Saben, no se si les ha pasado que han cambiado para ser una mejor versión de sí mismas, y se sienten orgullosos de lo que han logrado. Pero entonces llega alguien qué no hace más que recordarle lo que fueron y catalogarlos como "Malos" por los errores que cometieron.
Sino les ha pasado, que bueno 👍 espero jamas les pase.
Este cap es con mucho cariño para ustedes, deseen me el mejor de los ánimos 💪 💕
Att: Mely🥹
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