Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

|01| VVSH.

Hoy es primero de Julio de 3018, por lo tanto, la primera revisión que tendrán mis padres para ver si pueden conseguir un tratamiento para el VVSH.

Y también, es la cita medica para mi hermano menor, y así comenzar con sus quimioterapias.

Hoy, total es un día súper pesado, porque además de las citas medicas, me toca seguir buscando trabajo.

Llevo casi un mes buscando trabajo, ¿Saben con que mantengo a mis padres y a mi hermano menor?. ¿No?. Mi hermano mayor, Axel, me manda una pequeña parte de lo que gana en su trabajo, ya que no gana mucho. Pero me ha estado recomendando que es mejor que vaya buscando un trabajo, ya que no puede contactarse mucho con humanos. Yo lo comprendo, es decir, trabaja para un vampiro sangre pura, no lo dejan contactarás con nadie, a excepción que sea algún compañero de trabajo. Y a él sólo lo veo tres veces por año. Por lo tanto, me ha costado un poco mantenernos.

Pero no me rendiré, necesito sacar adelante a mi familia.

—Arianna.

—¿Si, Leo?.

—¿Cuando estaré mejor?.

—Pronto, Leo, Pronto. Todo esto pasará, y seremos la familia que éramos antes, ¿Si?.

—Te quiero mucho, hermana.

—Yo te quiero mucho mas, Leo, yo mucho más.

Abrazar a mi hermanito, y escucharlo decir un "Te quiero mucho, hermana", es lo mejor que pueda haber en este mundo.

Leonardo, es un niño de tan sólo ocho años de edad, un niño alegre y sonriente. Le diagnosticaron la Leucemia Linfocítica Aguda hace una semana. Mi hermanito no sabe aún lo que le pasa, simplemente piensa que tiene Gripe.

Espero que se mejore pronto, y así volver a ver al Leo que tanto jugaba y no se cansaba.

—Leo, hijo, ves a buscar tus cosas, ya vamos a ir a la clínica. —Mamá llega junto a papá.

Leo sale corriendo a su habitación, mientras mamá me queda mirando.

—¿Que?¿Tengo algo?.—Cuestiono tocando mi cara.

—No hija.

—¿Entonces?.—Frunzo mi entreceja.

—No deberías estar haciendo esto.—Papá habla.

—Claro que sí, papá. Ustedes me necesitan ahora más que nunca, y no me quedaré de brazos cruzados viendo como las personas a las que mas amo, van perdiendo su vida poco a poco. Ustedes dos me trajeron a este mundo, y aunque estamos pasando por una situación difícil, no los dejaré a un lado. Son mis padres, Leo mi hermanito. Los tengo que cuidar.

—Pero tu eres nuestra...

—Nada de "Nuestra pequeña", papá. —Interrumpo—Ya tengo diecisiete, en una semana cumpliré dieciocho años. No soy una bebé. Tengo que hacerme cargo de ésta familia. Y así me toque ser prepago, sacaré a esta familia adelante.

—¡Arianna!.—Chilla mamá.

—No mamá. Es la realidad. Ustedes ahora necesitan de alguien que los cuide y los ayude. Axel no puede, pero yo sí. Así que los protegeré con mi vida.—Hablo y enseguida llega Leo.

—Ya llegué. —Sonríe un poco.

—Que bien. Ahora ¿Hacemos una carrera de aquí al auto?.—Pregunto sonriendo.

—Si.—Dice y salimos corriendo.

El auto que tenemos, no es de ultimo modelo, ni tampoco un chacarrito. Pero si nos podemos movilizar en él. Fue comprado con dinero que yo ahorre y dinero que Axel mandó.

—Mamá, papá, ¿Que esperan? ¡Vamos!.—Grita Leo desde la parte trasera del auto.

Mamá y papá llegan y se montan atrás con Leo. Mientras yo conduzco, voy mirando en mi celular cual es la ruta para la clínica.

—Aqui es.—Digo y me bajo del auto.

Abro la puerta trasera, y ayudo a bajar a papá, después Leo sale corriendo haciéndome reír, y por ultimo ayudo a mamá.

—No tienes por qué...

—Mamá, no hay discusión. —Interrumpo seria.

Caminamos a la entrada de la clínica, y nos acercamos a recepción.

—Buenos días, bienvenidos. ¿En que podría ayudarles?.—Pregunta una chica de unos veintiséis años.

—Buenos días, tenemos cita con el doctor Smith.—Digo sonriendo.

—¿Nombre del paciente?.

—Alejandro Moon y Alisha Moon.—Respondo.

—Si, claro. Alejandro Moon, cuarenta y cinco años, y Alisha Moon, cuarenta y tres años, cita con el doctor John Smith... Piso cinco modulo B, oficina nueve.—Informa.

—Gracias.

Camino junto a mis padres y mi hermanito hacia el ascensor. Entramos en la gran caja asesina, como le dice mi abuela, y marco el piso cinco.

—¿Le harán algo a mis papás, Ari?.—Pregunta Leo.

—Oh, no, pequeño. Claro que no, solo los mirarán y ya. No te preocupes, ¿Bueno?.—Lo miro.

Él sonríe y el ascensor enseguida se abre.

—Bueno, ahora busquemos el modulo B y la oficina nueve.—Digo saliendo del ascensor.

Duramos unos diez minutos buscando ese módulo y esa oficina, cuando al fin la encontramos.

—Buenos días, tenemos una cita con el doctor Smith.—Le digo a la recepcionista de ese modulo.

—John Smith, si claro. Pasen.—Abre la puerta.

Entramos y lo primero que vi, fue a un hombre pálido.

-Vampiro.

Exacto.

—Buenos días, señores Moon. Sientense por favor. —Habla el que me imagino es el doctor.

Hay tres sillas, así que ayudo a mi mamá a sentarse en una, papá se sienta en otra, y yo me siento en la otra cargando a Leo.

—Bueno, primero que todo, los revisaré. ¿De acuerdo?.—Pregunta.

Mis padres asienten, y el doctor se levanta de su silla. Camina hacia mis padres, prende una lamparita y la posiciona en sus ojos, para no se que cosa. Después le coloca a cada uno, un palito en sus lenguas. Y por ultimo bota todo.

—Bien... Señorita Arianna Moon.—Menciona.

—Soy yo.—Respondo.

—Tengo que hablar con usted... A solas.—Dice.

—Nosotros salimos, Leo, vamos.—Dice mamá.

Suspiro y ellos salen de la oficina.

—Digame, doctor.—Digo.

—El virus no ha avanzado tanto, por lo que hay una pequeña posibilidad de poder conseguir un tratamiento no tan doloroso. —Deja de hablar.

—¿Pero?.—Pregunto.

—Necesitará ayuda de un Vampiro sangre pura, más especifico, un gobernante sangre pura.—Dice.

—¿Gobernante sangre pura? Pero, ¿Quien? Ninguno querrá ayudarlos.—Digo.

—Tendrá que buscar bien, y tambien... El costo del tratamiento, no cubre la E.P.S. Por lo que le tocará pagar en particular.—Dice.

—¿Particular?.—Suspiro.—¿Cuanto cuesta?.

—Veinte mil dolares por cada tratamiento, sin contar los medicamentos.—Anota en una libreta algo que no entiendo.

—Por cada tratamiento, entonces, ¿En total son cuarenta mil dolares?.—Pregunto.

—Exacto. Y los medicamentos cuestan en total quince mil dólares, para cada uno.—Dice sin dejar de anotar.

—¿Setenta mil dólares por todo?.—Pregunto en un susurro.

—Si, señorita... ¿Harán el tratamiento?.

—Eh... Si, si lo harán. —Susurro.

—Bien... Comienzan en una semana. Y tendrá que traerle estos medicamentos. —Me entrega la hoja en que escribió.

—Gracias... Me retiro.—Salgo de la oficina, y guardo la hoja.

—¿Que pasó?. —Pregunta mamá acercándose.

—Nada. Todo bien.—Miento sonriendo.

Ahora mas que nunca, me toca buscar un buen trabajo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro