Su cuerpo emana un olor ácido y agrio, arrugué la nariz por inercia gracias a su hedor, me lamí los labios al mismo tiempo que recibía una mirada mortal por parte de mi padre, negué levemente y él bajó la cabeza, mi hermana por su lado parecía complacida, como no estarlo, rostro fino, delgado, nariz pequeña, puntiaguda donde debe, ojos redondos medianos de mirada furtiva con unos belfos carnosos más que rosados, mientras que su cabellera roja caía a cascadas chorreantes color rojo vino, pero su olor era algo que me causaba extrañeza y cierta repulsión, me imaginé despertar a su lado e inspirar el aroma, me hizo querer expulsar el desayuno.

Bajé la mirada unos centímetros, mis dos hermanos alfa estaba a mi lado Hye a mi derecha y Wook a mi izquierda, la chica, de la cual me había olvidado su nombre, se movía libremente de espaldas frente nosotros tres, hacía lo que una esposa debía hacer, nunca me había agradado la idea de que las y los omegas realicen las actividades de la casa y se les clasifique como frágiles y algo débiles, pero esa era la cultura de mi manada, no debía romperla, a menos que me independice, cosa que jamás pasará, mi madre es demasiado sobreprotectora con nosotros cuatro, era todo un caos cuando alguno de nosotros tres, Hye, Wook o yo, nos enviaban a vigilar el área ya que estábamos en tiempos de ataques, por consiguiente se habían perdido bastantes aldeas y pequeñas manadas cerca del perímetro, nosotros no éramos una extensión precisamente pequeña, pero no somos una manada grande apenas unos 500 habitantes, ignorando los guerreros y otros. En fin, ahora debíamos encontrar "pareja", yo era la única inconforme con esto.

- TaeMoon - despegue la mirada de la chica, su nombre aún no se me venía a la mente, incluso si la miraba.

- ¿Sí padre? - la chica nos miraba sonriente, esta era espléndida, una dentadura perfecta, pero creo que mis familiares no se daban cuenta de cierto detalle, tomate con limón flores y fresas

- No - me di la vuelta después de una reverencia.

- Regresa a tu puesto señorita - mi padre nunca utiliza su voz de comando contra ninguno de nosotros, incluso con mi madre, lo veía de mal aspecto, "Es solo querer el control" me había dicho una vez, vacile un momento en el cual escuche un gruñido de mi padre.

- Lo siento - regresé a mi lugar entre mis hermanos quienes estaban algo tensos.

- TaeWook - mi padre paso de mis ojos a los de el menor, su mirada se relajó.

- Lo siento - negó algo culpable - no - y finalizó con Hye quien tan solo negó al igual que mi hermano.

- Gracias Dye - la chica se retiró aun con la mirada en alto y con una sonrisa en sus labios - pueden retirarse - apuntó mi padre y nos dimos la vuelta pero su voz nos detuvo - menos tu señorito.

- Suerte - murmuramos Hye y yo al unísono y nos retiramos.

- ¿Cómo les fue? - una voz grave y dulce, esencia de cacao puro con algo de albahaca o... ¿era hierbabuena? no estaba segura, pero conocía a la persona.

- Bennett - nos volteamos y miramos al chico frente a nosotras, ojos grises, piel morena, cabello castaño, labios algo gruesos, nariz redonda, quijada afilada, en fin, todo un alfa.

- Hola chicas - sonrió dejando ver sus incisivos más grandes.

- Dye - el alfa hizo una expresión graciosa abriendo sus grandes ojos y formulado una "O" perfecta con sus labios.

- ¿Sintieron su aroma? - mientras que yo asentía mi hermana negaba rotundamente.

- Tomate con limón, flores y fresas - mi piel se erizó al decir y recordar el hedor.

- Con pimienta y chile - la sonrisa de Bennett se ensancho aun mas cuando el aroma a chocolate dulce con algo moras y arándanos me golpeo de un segundo a otro, Seok Tae, mi único hermano omega.