Era triste, si, todo era triste, gris, apesar de que la gente riese, los niños jueguen y la alfa abra sus ojos, el día era triste, su delgado, alto y blanquecino cuerpo fue vestido por un bata blanca con líneas azules, sus ojos grises ya no brillaban de aquel hermoso plateado, sus labios estaba secos y bajo sus párpados se pintaban una ojeras moradas.

— Princesa, es hora de salir – miro a su mejor amiga la cuál estaba es un estado peor que la mayor, se miraron unos segundos antes de que la menor cierre los ojos rompiendo a llorar.

— Ven aquí – murmuró ella abrazándola con delicadeza, no solo habían perdido a una madre, si no a una hija y amigos, acarició su cabello escondiendo su rostro en el pecho desnudo de la alfa, ya que solo llevaba la bata que cubría sus senos y un pantalón blanco amarrado a la cadera.

— MoonMoon ¿Est-? – Theodora, quién apenas ingresaba a la cabaña para ver a su alfa y amiga se quedó paralizada, y no por la situación, su alfa, desnuda de la cadera hacia arriba, escondía a Leath en su pecho — oh mon chiot – Theodora envolvió a su novia en brazos mientras la alfa se vestía con un hanfu verde con detalles morados representando a los que fueron sus amigos, EunJi, una alfa de mediana estatura perteneciente a la manada del sur,  y Rioma, que junto a Theodora pertenecían a un pequeño pueblo llamado Tlali, eran lobos conectados a la naturaleza, aún más que la propia TaeMoon, ellos le enseñaron mucho hacer a de la vegetación y la fauna

— Es hora – Murmuró después de un tiempo, y nuevamente, aquel trío salió de la cabaña con un aura lúgubre, la tristeza que ellas desprendían alteró los sentidos de todos

Horas más tarde se encontraban en la ceremonia de los padres de Leath, su hermana menor, una cachorra de apenas ocho años era cargada por la reina, todos estaban sentados frente al manto verde que el bosque les proporcionaba, una ceremonia silenciosa, triste y devota hacia los padres de una persona importante dentro de la realeza.

— Bienvenidos sean todos ustedes el día de hoy… — comenzó la princesa Min con aires de superioridad pero respeto hacia todos los presentes – este día, como cada año se conmemora un tradición de las personas que perdimos en batalla, este día no es la excepción, hace un par de semanas perdimos a dos integrantes de mi manada, sin embargo se perdieron aún más vidas en el atentado que cayó contra nosotros, el mandato de un reinado mediocre cree que este imperio puede ser juzgado, pero no es así – la alfa tembló en su luga, uno porque le tema su gente, si no, por dos figuras lo unas sentadas a lo lejos mirándola – hace ya seis años perdimos a Rioma y a EunJi, y hoy hace un año perdimos a los padre de mi mejor amiga

La gente seguía en silencio escuchando a su princesa, ella portaba los colores de su manada el imperio, azul, morado y verde, mientras que si corona negra con piedras plateadas descansaba gentil en su cabeza

— Nos reunimos en el lugar donde nuestros seres queridos descansan fieles a nuestro terreno – su voz triste era amortiguada por el coraje que nacía en pecho — venimos aquí en nuestros días de luto gracias a la perdida de nuestros guerreros y familiares, desde ahora, toda familia de este imperio será protegido por Min TaeMoon… — la alfa miró con seriedad a su gente, a su familia, a su manada — Yo, Min TaeMoon, princesa del imperio Eurus, futura emperatriz de estás que son mis tierras soy la guerrera destinada a la justicia.