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11: En aprietos

Luego de semanas de arduo entrenamiento y de un desesperado ajetreo por tener preparado hasta el mínimo detalle, porque los errores no están permitidos; ha llegado el ansiado día de nuestros seis muchachos, el concierto donde lanzaran oficialmente su nueva producción titulada luna llena.

No es la primera vez que están en un proyecto similar o que se presentan ante un público grande, pues se han preparado para recibir al menos unos tres mil asistentes, si no terminan sorprendidos por un grupo mayor. Aun así, no pueden evitar estar nerviosos y pensar que puede suceder algún error inesperado; pero como Edward siempre les repite y ha sido su lema, recuerden que ante todo están aquí para divertirse, sigan siendo ustedes mismos.

Todo está perfectamente planeado con meses de anticipación, desde los tiempos durante el escenario hasta las prendas que se utilizarán. El único inconveniente es que en las últimas dos semanas, Alberto que en esta oportunidad es el vocalista principal, se ha ausentado por encontrarse enfermo, o esa es la excusa que ha impuesto. Solo ha asistido un día para probarse la vestimenta y luego ni un rastro de él.

Su entrenador ha estado al borde de la locura por no contar con la estrella principal, por eso Dustin junto a Diego han ido a sacarlo de casa prácticamente a la fuerza, aunque saben que su amigo no los plantaría en esa presentación; pero quieren asegurarse que este a tiempo para que pueda informarse de los pequeños cambios que se han realizado a último minuto.

La plaza de la ciudad ha sido cerrada por ser el lugar donde se realizará el evento. Un enorme estrado se ha improvisado para todo el tiempo que dure el espectáculo, rodeado de gigantescas pantallas donde se visualizará el concierto y aparecerá el videoclip a estrenar. Muchas personas corren ajetreadas arreglando los asientos, dando las últimas indicaciones y organizando a los principales medios de comunicación, antes de permitir el ingreso a un grupo de personas que se han amanecido para semejante diversión que está programado durar tres horas.

Mientras tanto, los seis amigos se encuentran nerviosos en sus camerinos, terminando de arreglarse y aprovechando los minutos faltantes para dar unos últimos ensayos a la canción.

—Debes cambiar esa cara, parece que te hubiese traído contra tu voluntad —comenta Dustin colocando su mano sobre el muslo de Alberto—. Aunque en realidad eso sucedió —afirma en una sonrisa intentando transmitirle esa calma a su acompañante, que a pesar de los días sigue mostrándose cabizbajo.

—Debes pensar que soy un completo tonto —suelta en un suspiro.

—¿Tonto?, la mejor palabra para describirte sería idiota. No pensé que la decepción te duraría más de una semana, ese chico debe tener lo suyo —responde el pelinegro en una risa, picándole el muslo y contagiándole de esas carcajadas—. Mejor te queda una sonrisa, es así como debes estar siempre —agrega con un guiño, mientras observa al espejo para que el estilista haga lo suyo.

—¡Gracias! —responde copiando el mismo movimiento.

—¡No agradezcas!, es normal que te comportes de esa forma, dicen que la primera ilusión duele —Dustin junta ambas manos y entrelaza sus dedos—. Aunque esa no es excusa para dejarse derrumbar, como te he dicho y vuelvo a repetir, va a depender de ti superarlo y continuar.

—Lo he intentado... —Alberto pretende responder, pero el otro le hace una señal de silencio.

—No es cuestión de intentarlo, sino de proponérselo —el pelinegro interrumpe sus palabras para sonreírle—. No vamos a poder hacer más por ti, si no pones de tu parte. Solo recuerda que cuentas con nosotros para tontear y distraer la mente. Ya déjalo pasar y divierte como los demás —agrega señalando en dirección a los otros chicos que están gritando una parte de la canción, mientras que Felipe les regaña por "malograrse la voz" antes de tiempo.

Con unas risas por el comportamiento infantil del resto que solo provocan más de una rabieta en su coreógrafo, ambos sonríen apretándose fuerte las manos en señal de amistad y un apoyo incondicional. Nuestro chico reacciona dándose cuenta que sus amigos, su propia familia y muchas personas de la empresa han estado al pendiente, llamándolo preocupados o consintiéndolo como pueden. Pero... ¿por qué no ha podido sacar la imagen del trigueño de sus pensamientos?; la respuesta es muy sencilla, no ha querido hacerlo.

Respirando hondo y soltando un relajado suspiro, sacude la cabeza con fuerza porque ha decidido concentrarse en el concierto de hoy, esforzarse en dar lo mejor de sí mismo. «He sido demasiado despreocupado y egoísta, muchos esperan lo mejor de mí y no debo decepcionarlos, eso nunca me lo perdonaría», entiende que es difícil reparar un corazón dañado, pero tampoco es como si su futuro estuviera perdido, ¿cierto?

Toda su atención y sentimientos deben estar en esa presentación que regalaran a sus admiradores, como un agradecimiento por el apoyo incondicional que les brindan; entiende que esa debe ser su prioridad en estos momentos. ¿Qué vendrá después?, ya se enterará y buscará una forma de recuperar esa radiante alegría y despreocupación que siempre lo ha caracterizado.

Cuando escuches mi amor sonríele al cielo, cuando escuche tu respuesta le sonreiré al cielo —se escucha como los demás corean casi a gritos.

—¡No!, ¡no!, ¡no! —Felipe parece estar al borde de un colapso—. Ya les dije que así no deben cantar porque cuando lo hagan en vivo será todo un desastre. ¡Oh Dios!, ya lo estoy imaginando... —comenta con desesperación pensando en miles de situaciones catastróficas, como burlas por parte del público, chismes en los medios de comunicación o bajas ventas del nuevo disco.

—Mi nombre se verá perjudicado, mi reputación estará por los suelos y seré comida para los gallinazos de mis colegas que estarán superarme —se balancea de un lado a otro, dejándose caer suavemente sobre un sofá mientras dramatiza—. ¡Dios!, llévame en estos momentos, no permitas que vea ese desastre y que el jefe pida mi cabeza —agrega fingiendo un desmayo.

Los presentes ríen por aquellas exageraciones, es cierto que se encuentran en la misma situación, nerviosos y preocupados; pero todos los involucrados confían en los seis muchachos, que como el resto se han esforzado durante dos meses para entregar un excelente espectáculo, de alta calidad que enorgullezca a todos.

Una de sus primeras decisiones fue como siempre cantar en vivo y no utilizar pista como a veces quieren imponerles, porque consideran que sus admiradores esperan esfuerzo de ellos y eso es justamente lo que deben demostrar.

—Un mínimo error, un desperfecto en la voz o una caída durante el baile —Felipe ha vuelto a levantarse, utilizando un abanico para refrescarse—. Y juren que será nuestro final, por eso guardaré energías para aplastar a estos seis atolondrados por tercos —dándole un cocacho a los cuatro que han estado molestándolo, mientras dos muchachas intentan contenerlo.

—Acaba de salir al escenario JJ.Baby, estén preparados porque dentro de quince minutos serán los siguientes —entra gritando un joven para señalar la pequeña pantalla que tienen en la habitación, sorprendiéndose al notar la gran cantidad de personas que están gritando emocionadas al compás de un rock.

Porque como en toda presentación de las agrupaciones de la empresa, primero muestran a un cantante invitado que se encarga de animar al público y también de presentar a la principal atracción. Oportunidad para que nuevos artistas puedan darse a conocer y estrechar lazos con las agrupaciones hermanas, apoyándose mutuamente.

Nuevamente los nervios junto a una combinación de miedo han invadido a todos, porque entre la multitud se han levantado algunas banderas de otros países y recientemente se ha comunicado que medios extranjeros también están transmitiendo la presentación.

—El jefe es un desconsiderado, seguro tenía esto planeado desde el inicio y lo ha tenido escondido como sorpresa —Felipe le reclama a un despreocupado Edward, que solo responde: sigo órdenes.

Los gritos del público pueden escucharse reclamando por sus artistas, pidiendo su aparición para iniciar con el espectáculo.

—Porque ustedes lo pidieron y como han estado esperando..., aquí vienen los chicos del BL801 —grita un joven a través del micrófono para avivar la ovación del público, que entre aplausos y algunos llantos reciben a su tan amada agrupación.

—¿Qué tal?, ¿cómo están todos? —se escucha a través de los parlantes las voces de los seis muchachos, dirigiéndose a sus admiradores mientras van presentándose uno a uno.

Luego de un breve saludo entre grupos, agradecimientos a todos los asistentes y algunas bromas entre los miembros; nuestros chicos se posicionan para iniciar con el espectáculo, que a la señal del vamos por parte de Leonardo, se escucha por los altavoces la melodía de su más reciente éxito, sonriéndole al cielo.

Iniciando con una suave introducción de piano que imita los sonidos de la naturaleza, seguida por una música más movida que enciende el furor en los alrededores, provocando el tarareo descontrolado de la letra, perdiéndose entre las animadas voces y carismáticos bailes del BL801. El cerquillo laceado y amor – sabor amargo son algunas de sus primeras canciones que también pueden escucharse en el reparto, mientras que los integrantes se pasean por el borde de la tarima, estrechando toda mano que pide con euforia ser acariciada; generando una sinfonía de aplausos combinada con histéricos gritos y algunas lágrimas.

Todo está saliendo según lo planeado, una tarde llena de emoción y mucha diversión, porque estar cantando durante tres horas sin parar no es tan divertido como parece; por eso los muchachos han buscado realizar un espectáculo que permita momentos para interactuar con sus admiradores, donde han realizado juegos que han permitido a más de uno subir al escenario para ganarse una fotografía, un autógrafo o simplemente una caricia.

Pero como todo buen inicio, también existe un final y están solo a media hora de finalizar el espectáculo que muchos piden se extienda hasta altas horas de la noche.

—Y como estamos llegando al final de nuestro concierto —se pueden escuchar algunos silbidos—, es momento de presentar nuestro nuevo lanzamiento, que esperamos con muchas ansias pueda gustarles y nos sigan dando el mismo apoyo de siempre —la voz de Benjamín se pierde entre los gritos.

—Pero queremos agradecer como grupo a nuestro querido Alberto —Leonardo empuja suavemente al mencionado por la espalda para adelantarse del resto—, que ha compuesto con mucha dedicación y amor esta canción para todos aquellos enamorados que no pudieron decir me gustas a tiempo y que ahora están preguntándose qué hubiese sucedido si... —alarga la última silaba provocando más de un suspiro.

—Recuerden que a pesar del miedo o la vergüenza que podamos sentir, siempre debemos ser sinceros con nuestros sentimientos —Dustin toma la palabra revolviéndole el cabello al rubio—. Ocultarlos significa mentirnos a nosotros mismos, provocando arrepentimientos que nos atormentaran durante nuestra existencia —agrega con una sonrisa para ganarse más de un halago.

—Y si no somos correspondidos, entonces esperemos a nuestra persona especial —Alberto sorprende a sus amigos al tomar la palabra—. Sé que todos tenemos nuestro destino unido a alguien, esperar es solo para los valientes —sonriendo con la misma confianza que sus admiradores conocen—. Espero les guste a todos —son sus palabras finales para posicionarse y con un asentir empezar a escuchar la introducción de un piano.

Las pantallas se encienden mostrando el videoclip principal, mientras Benjamín da la primera voz iniciándola. Pero la mirada de Alberto que recorre su público, identifica a alguien que no esperaba encontrar, esos orbes grisáceos que están observándolo fijamente, a la espera que termine Diego para escucharlo interpretar esa canción que demuestra sus sentimientos.

Sin embargo, ese momento no llega porque solo se escucha una melodía de fondo sin nadie que le dé sentido con alguna palabra, es la parte que el rubio debería estar cantando, o al menos eso demuestran las pantallas. El pánico entra en los demás que intentan disimular lo sucedido continuando la canción, pero las murmuraciones del público están haciéndoles trabarse, al grado de apagarse el sonido y las pantallas.

El miedo invade a todos los involucrados que corren desesperados buscando una forma de arreglar ese problema, pues Alberto se mantiene estático ante las expectativas miradas del curioso público, mientras que los demás chicos se observan nerviosos entre ellos.

—¡NOOO...!, este es el fin de mi carrera, el ángel ha caído del cielo para estrellarse contra una cruel realidad —Felipe grita desesperado en los camerinos mientras Serena intenta calmarlo—. El jefe hará desaparecer mi cuerpo y toda evidencia de mi existencia, es el adiós a mi vida —comenta entre actuaciones exageradas, lanzándose sobre un sofá simulando asfixiarse.

Y no es el único, muchos están presagiando lo peor en sus carreras porque están imaginándose los titulares del evento: desastroso espectáculo del BL801, ¿será el final de la agrupación juvenil más exitosa?, se muestra el poco esfuerzo de seis adolescentes, ¿qué clase de trabajadores prepara la RM Entertaiment?

Son los comentarios más buenos que podrían lanzarse en los medios, donde se señala el poco profesionalismo del grupo y de la empresa que los representa. Aunque acaba de aparecer otro inconveniente, que el concierto no solo se está transmitiendo en Perú, también en algunos países extranjeros que han estado interesados desde el inicio. Eso solo significaría que muchos van a sufrir la furia de los jefes que esperaban los mejores resultados.

—Consíganme un nicho en parque eterno, yo mismo me enterrare enterito antes que el jefe aparezca —Felipe corre para salir del camerino, mientras unas muchachas intentan detenerlo pidiéndole tranquilizarse.

Por su parte, Alberto está perdido en sus pensamientos, mientras que muchas ideas retumban en su cabeza, de un lado a otro y consiguiendo solo perturbarlo. Quiere una explicación para la presencia de ese chico de quien no ha sabido nada en dos semanas. «¿Es posible que haya venido para hablar?, ¿o querrá burlarse de mi presentación?, ¿por qué?», son muchas dudas que no le permiten reaccionar y que se combinan con una extraña mezcla de emociones para nada agradables. Algunas lágrimas amenazan con escaparse, pero es un acto que no puede permitírselo.

A pesar de los años sigo recorriendo las mismas calles, me parece escuchar tu voz, puedo sentir la calidez de tu caricia... —de repente se escucha una voz resonar a través de un micrófono, acercándose poco a poco hacia el escenario—. Son recuerdos que aun inquietan a este tonto corazón porque el tiempo no podrá borrarlos, permanecerán y permanecerán... —para aparecer el vocalista de los JJ.Baby acercándose a paso firme hacia el rubio, que al escuchar un fragmento de su canción voltea sorprendido a observarlo, para quedar pasmado al sentir los labios ajenos invadir los suyos, generando un silencio incómodo junto a unas expresiones indescriptibles en todos los espectadores.

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