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Capítulo 10

— Jimin, por favor... Confía en mí. — El humano no tenía poderes pero, por alguna razón, Yoongi iba descubriendo que cada vez que este se molestaba, parecía que nuevas habilidades despertaban en su interior.

En ese momento, la habilidad de crecer poniéndose en puntillas mientras gritaba a un volumen bastante alto para provenir de un terrestre como él, junto a la de caminar a gran velocidad y grandes pasos por todo el palacio sin sentir la frialdad del suelo, estaba siendo desbloqueada. Su rapidez al andar no era un juego.

— Jimin... — Musitó estirando su mano para detenerlo pero, justo como si adivinara sus intenciones, el menor se detuvo para voltearse, haciendo que el rey se detuviera sobre sus pasos. — ¿Q-Qué?

— ¿Que confíe en ti? ¡Esfuérzate para crear un mejor chiste, luniano imbécil! — Yoongi se perdió en sus ojos y de ahí, fue descendiendo hasta sus pies. — Ahora no quiero que te me acerques, ahora soy yo quien no desea tenerte cerca. — Espetó dando un paso atrás con gran dificultad. — No me toques, ¡dije que no me toques Augustus Min Yoongi!

Como si aquellas palabras no hubiesen llegado al regente de ese mundo, Yoongi manipuló el piso con su mente, elevándolo y corriendo cual escalera eléctrica hasta que este le entregó sin esfuerzo alguno al terrestre.

Pataleó cual niño pequeño, gritó e intentó golpearlo sin mucha fuerza en su cuerpo una vez que el hombre de verde cabellera lo tomó y colocó en su hombro. Fue en vano todos sus quejidos e intentos de revancha, mismos intentos que cesaron cuando todo su cuerpo entró en una incesante batalla contra el frío. Sus piernas dolían, su pecho lo hacía también imposibilitándole el respirar aún con los filtros en su cuerpo.

— Y-Yoongi...N-No pu...

— No puedes respirar... — Culminó su frase apresurándose a entrar en la habitación de ¡Maldición!— Exclamó algo desesperado debido a que por el esporádico nerviosismo no se concentraba para desactivar el traje de dormir que Jimin solía usar.

Cerró sus ojos por un segundo para recomponerse, quitando con avidez todos los filtros de su cuerpo induciéndole el sueño instantáneo. Si hubiera tenido la habilidad de la otra hija de su padre, Kore, él podría crear un I Sanne Schan a gran velocidad sin necesidad de tecnología artificial para ello pero, lamentablemente no podía hacerlo y le tocaba esperar a que este los cubriera por completo mientras él también se deshacía de su traje.

Le había advertido tanto a Jimin que no podía tocar el suelo con sus pies descubiertos o salir de su habitación sin cubrirse como lo hizo minutos atrás. El motivo de su discusión a los ojos del rey parecía algo absurdo, no comprendía por qué el terrestre se enfurecía cuando del arte de la cama hablaban.

Sus acusaciones eran dunderas, sin sentidos... ¿Cómo lo iba acusar de no querer estar con él o de tenerlo como un simple trofeo para admirar? El arte de la cama era sumamente importante para él y Jimin no se hacía una idea cuánto estaba necesitando unirse a él como ser vivo y luniano, cuánto deseaba entregarse a su alma gemela.

Jimin ignoraba que en esos dos meses desde que comenzó su entrenamiento en el arte de la cama, meses en los que se sintió engañado, Yoongi lo estaba pasando tan mal como él cada vez que debía contenerse. Incluso durante todas las clases teóricas que él mismo le impartió, cada vez que se cruzaba con los ojos llenos de brillo del terrestre, Yoongi se contuvo.

Horas antes de esa última discusión, Park experimentó una de las excitaciones más sofocantes, chocantes y vibrantes de toda su vida tan solo con su mirada. Debido a que las ceremonias de graduación solamente la hacían aquellos pertenecientes a la realeza, no eran actividades que veían diariamente.

Jimin prácticamente colapsó mentalmente al enterarse de dicha ceremonia. La nomenclatura de varias de aquellas actividades eran inclasificables en términos telluanos para entendimiento del menor, motivo por el cual, Yoongi sugirió que era mejor si lo veía personalmente. No participaría en una pero dado que, el terrestre sería el Atemin de Luna Dorada, no quedaba más que mostrarle.

La primera reacción de Jimin al saber que estaría presenciando lo que para él solo era una orgía, fue negación total. Sin embargo, no pasó mucho antes de que la curiosidad y cierta perversidad se apoderara de él, retractándose completamente para acceder a ir.

Esta graduación como todas, eran privadas. Los únicos testigos de ese momento eran los participantes, el ayo encargado a impartirle clases a esas personas de la realeza y, Ceres. Este era no solo el ayo principal del palacio encargado personalmente de la enseñanza de los herederos de la familia real, sino, de supervisar del resto de los profesores de la realeza.  Para esta graduación en especial, se hizo una excepción al tener como espectadores al rey y su Ato.

Evitar sonreír ante el entusiasmo que el terrestre se empeñaba en disfrazar, fue una tarea casi imposible. Se encontró sintiendo eso que conoció el día que Jimin atravesó las defensas de su mundo y cayó... Ansiedad. Esta era diferente, no estaba ansioso esperando que el terrestre mostrara señales de vida. Físicamente era imposible que estuviera sudando pero sus manos goteaban como hielo derretido.

Lo que Jimin esperaba ver era una gigantesca habitación simulando un hotel terrestre y un gran número de personas envueltos en obscenidad y lujuria. La realidad distaba de su imaginación. Si tuviera que escoger un lugar semejante de la tierra, hubiera optado por algún coliseo antiguo o estadio sin gradas. 

Cuando entró, lo primero que se preguntó era, dónde demonios iban a estar sentados. Por qué estaban tan lejos de lo que él asumían serían los participantes, un pequeño grupo de cinco lunianos que ni siquiera se miraban. Esir también los acompañó como medida de seguridad pero, una vez que los ubicó en asientos levitantes, se alejó para no presenciar una ceremonia privada.

El techo era artificial, dejando ver su cielo lila y estrellado pero, según lo que Yoongi le explicó, cuando era alguien de la familia real, se creaba también algo parecido al I Sanne Schan utilizado solamente en esos casos para potenciar la energía desprendida mediante la copulación. A su vez, evitaba que esta se desperdiciara.

Al comienzo, Jimin quedó confundido porque fue tal cual una carrera en donde todos estaban a la espera y tras escuchar el silbato, se lanzaban con todas sus fuerzas. El contraste entre cada uno era notable, como si cada individuo defendiera una modalidad diferente. Dos féminas y dos seres masculinos para el sujeto que se graduaba.

Extraño, el verlos besarse pero notar sus ojos apagados como cuando se estaba con alguien que ni siquiera te atraía. Entendible, eso era de cierta forma una materia más que se enfoca en el placer de los cuerpos, todo lo beneficioso que esto puede llegar a ser más allá de la procreación y la salud. Entender cada mínimo detalle del cuerpo o sentir ajeno solo con una mirada o caricia aún cuando era totalmente desconocido, eran muchas cosas pero, al empezar, todo le pareció demasiado impersonal y vacío.

Mucho pregonar de su arte de la cama pero a su vista parecía el mismo sexo sin emociones que en la tierra compartían. Incómodo de ver, al menos los primeros minutos, luego, se fue dando cuenta de la forma en la que los besos cambiaron tornándose sonrisas cómplices, cuando sus caricias fueron tan profundas que las sintió en su propia piel. Asombroso, ver tantos poderes emerger de sus cuerpo, notar esa energía ser exteriorizada y realmente visible a sus ojos era como presenciar fuegos artificiales en un oscuro cielo.

Sin embargo, la magia y las inocentes sensaciones fueron mutando convirtiéndose en energía caliente y pura que lo hacía sudar bajo su ajustado traje. Las imágenes primero fueron capturadas por sus ojos pero lo que veía se transformaban en ideas que su cerebro volvía a transformar enviándole esa información a su cuerpo.

Nunca en su vida vio más de un minuto pornografía donde alguna mujer apareciera. Era gay hasta su última célula y ni siquiera por curiosidad podía ver videos con mujeres aunque no le molestaban tampoco, simplemente los ignoraba porque le resultaban incómodos de ver. Pero ahí, ante sus ojos, eran mucho más que hembras y machos copulando.

Quizás en el planeta Tierra eran iguales algunas cosas porque escuchó varias veces de mujeres que en la intimidad hacían más que dejarse penetrar, mimar y entregarse a los placeres. Existían muchas que no se quedaban con el deseo de penetrar aún con sus dedos o juguetes pero por tabúes terrestre muchas no hacían esas prácticas libremente ni todos los hombres lo aceptaban.

En Luna Dorada, todo fluía con una naturalidad que le gustaba... Corrección, le encantaba. Por eso, ver como entre los cinco se turnaban, como el sujeto de la realeza le daba placer a todos y todos a él, fue calentando de a poco su mente hasta llegar a su cuerpo.

Sin premeditarlo, su mano recorrió su propio cuerpo, pasó al de Yoongi y, antes de notarlo, estaba buscando cómo subirse a ese asiento de iridio sobre el regazo de un rey que lo devolvió a su lugar. ¿Sinceramente? Ya no quería continuar mirando eso, ellos andaban gimiendo del placer y él por la incomodidad en su entrepierna. Quería que su luniano le brindara lo que por casi un año no había tenido.

Sexo, hacer el amor, follar, copular, intimar... No le importaba la palabra específica para usarse, todas terminaban en lo mismo. Era frustrante porque debido a su abstinencia involuntaria, todo parecía resumirse a eso. No es como Yoongi le recriminó, no es que pensara solamente en eso pero, lo necesitaba y, teniendo a un hombre que podía darle todo y más, por qué no disfrutarlo. Si moría lo haría feliz y gustoso pero si continuaba presenciando esas cosas, siendo incluso masturbado mentalmente en sus clases teóricas, explotaría, moriría contenido.

A veces se preguntaba si todo se trataba de algún tipo de sadomasoquismo psicológico del que no le dijeron donde lo calentaban pero le negaban el orgasmo y así, lo tenían frustrado durante meses. Yoongi le había dicho que durante las prácticas en el arte de la cama le iría poco a poco brindando alivio, le pidió que confiara en él y así lo hizo pero el muy maldito parecía extender esas malditas clases infinitamente.

¿Resultado?

Frustración terrestre emanando de ese cuerpecito hasta hacerlos entrar en esa discusión que a Yoongi le parecía absurda. Debido a la molestia que sintió Jimin cuando ni siquiera durmiendo pudo deshacerse de su excitación. Despertar con el rey a su lado velando su sueño era uno de sus mejores despertares desde que llegó a ese mundo y ese día no fue la excepción. El único inconveniente fue cuando en modo juguetón le agarró la mano para llevarla a su entrepiernas y Yoongi lo regañó, confirmándole que solo hasta después de casado no avanzaría a ese nivel.

¿Era él una maldita señorita que necesitaba cuidar su virtud? No iba a morir por el choque de energía sin la boda y unión, moriría de la desesperación en ese celo incitado en el que lo habían metido.

— Por favor, resiste... — Susurró Yoongi a su oído mientras pegaba su cuerpo desnudo al contrario para brindarle mayor calor y, junto con el calor que desprendía el I Sanne Schan, ayudar rápidamente a que la temperatura de Jimin se elevara. Después de varios minutos, el cuerpo del menor se removió en sus brazos. — Shhhh... Tranquilo, todo está bien pero no debes gastar energías ahora.

— T-Tengo frío. — Logró decir apretando más los brazos que lo rodeaban. — Disculpa por hacerte preocupar.

— Disculpas aceptadas pero, discúlpame también a mí. Desde que llegaste a este mundo me dejo dominar por el miedo a perderte o que te suceda algo, siendo más cauteloso de lo que usualmente soy. Temo que a tu cuerpo aún le falte adaptación para recibirme y que, cuando eso suceda, en vez de darte placer o unirnos, termine arrancándote la vida, separándonos.

— Confío en que no lo harás...

— No puedo estar seguro de ello.— rebatió besando su nuca. — En un segundo, se unen tiempo y espacio, el universo se expande, brota. Se unen dos núcleos de átomos si una estrella explota, formando minerales que forman sal, rocas... Que se atrae y calientan cada vez que chocan hasta ser magma, desprendiendo vapores que flotan y que en en diferentes cielos se condensan formándose gotas. Gotas como las que yo derramaría eternamente si nuestro choque te hace perecer.

Jimin rió con dificultad. Yoongi a veces superaba al ayo Ceres e incluso Klipzo, su esposo y alma gemela. Era una mezcla de los profesores de su antigua universidad, su madre y el chico que lo hacía suspirar en las pantallas deseando algo así. Bueno... Los chicos, en cada película se enamoraba de uno diferente.

No era mucho el tiempo que dedicaba a ver películas en realidad, en su televisor reinaban más los. Documentales siempre que lograba encenderlo si abandonaba los telescopios y estudios por un rato. Mas, cuando lo hacía, cuando se dignaba a ver alguna película romántica, terminaba enamorado de hombres inalcanzables como Yoongi. ¿La única diferencia? Que su prometido no era una ficción y era el ser más extraordinario que había conocido aún cuando de vez en cuando deseara exterminarlo.

Di lor... Niidig sagukat iine ding. (Necesito decirte una cosa)

Saagk. — Murmuró intentando voltearse una vez más sin lograrlo, solo sintió los labios del mayor posarse en su cuello.

— Lor... En tu mundo, en el mío o cualquier otro, siempre habrá un cielo y, aún cuando no se vea, en la galaxia está esta luna. Tu Luna Dorada, un lugar al que perteneces tanto como lo haces en Tellus. Claramente, aquí no eres solo un habitante más, eres mi futuro Atemin, el ser que me complementa y hace posible que cada día yo abra mis ojos. Me representas a mí y a todo ese mundo que dirigirás junto conmigo. Espero que jamás creas que este amor que conozco gracias a ti, pueda llegar a su fin aún después de que mis ojos se cierren eternamente porque tú, nuestros sentimientos, son la cuna de ese amor.

— Y-Yoongi... — No quería escucharlo hablar así, no le gustaba la sensación de tristeza que lo corroía según esas palabras eran dichas.

Es como si fuera a dormir para despertar notando que todo eso que estaba viviendo no era más que un sueño. Que los sonidos de su corazón latiendo despavorido eran solamente producto a algo que estaba a punto de tornarse en una pesadilla y no de la emoción.

— Nací para cerrar mis ojos al lado tuyo en todos los sentidos y momentos. En que estos puedan cerrarse. Por el placer, por la emoción que emana en mí cuando me tomas de las manos, me abrazas o besas. De cansancio, de dolor o incluso cuando toque cerrarlo para no volverlos abrir. Mis ojos nacieron para cerrarse a tu lado y buscaré siempre la forma de lograrlo, siempre iré a ti aunque sea en el momento final. Pero, aunque no me veas, aunque no me sientas, siempre te estaré viendo, te estaré protegiendo.

— ¡Cállate! N-No quiero que digas esas cosas. ¿Por qué me dices eso?

— Respirar en tu cuello, cubrir mi rostro con tu cabello o poner mis manos en tu trasero como un delicado pañuelo. Regalarte la más extraño flor que en cada pétalo resuma todos los sentimientos que en mí se acumulan y que torpemente no puedo expresarte. Todo eso deseo entregarte cada día a partir de mañana... — Jimin calló cerrando sus ojos con deseos de llorar en los brazos de su madre para que Yoongi no percibiera lo extrañamente triste que en ese momento se encontraba.

Estaba feliz, Dios, tener y sentir a Yoongi tan cerca de él, escuchando cada latido de su corazón y experimentando un amor como jamás imaginó, en un mundo totalmente diferente a la Tierra, era perfecto. Sinceramente se sentía más parte de Luna Dorada que de Tellus pero justo en ese instante, después de escucharlo, deseaba correr como un niño a su planeta y esconderse en los brazos de su madre para llorar, calmarse y volverlo a enfrentar con una amplia sonrisa.

— Casémonos... — Susurró con sutileza el rey.

— Eso haremos, nos queda un mes.

— Creo que ninguno de los dos puede soportar un día más... ¡Casémonos mañana!

+++

Jimin no pudo dormir en toda la noche. Fingió hacerlo, sabía que Yoongi necesitaba irse de su lado pero no lo haría mientras lo sintiera despierto. Por eso, fingió quedarse dormido. Pudo sentir como el rey controló su estado físico e incluso se preocupó por su acelerado pulso que lo delataba pero, tras cubrirlo con alguna especie de energía que realmente lo relajó, salió de su habitación.

No sintió absolutamente nada en el exterior, en su habitación no se percibía el menor de los ruidos. Cuando la puerta de su habitación fue abierta por el mafa de Yoongi llevando en su brazos un traje que él solamente había visto una vez, acompañado de un batallón de personas que literalmente lo levantaron en peso, él no supo cómo reaccionar.

Lo bañaron, peinaron, vistieron y lo llevaron hasta uno de sus levitantes vehículos sin que él interiorizara del todo lo que estaba ocurriendo. De hecho, aún cuando escuchó a Yoongi decirle que adelantarían su boda y todo ese torbellino de preparaciones nupciales lo envolvieron, él continuaba en trance.

— Atomin...

La voz de Esir que era su acompañante en ese vehículo por su seguridad y compañía lo hizo salir de sus cavilaciones, encontrándose con unos ojos azulados y una iris del mismo color solo que más clara, debatiéndose entre brillante y apagada.

— ¿Qué sucede, Esir?

— Me tomaré el atrevimiento de pronunciar unas palabras, después, quedo a su disposición por entrometerme donde no se me ha autorizado. Verlo tan perdido y preocupado causa cierto temor en mí. No porque crea que se está equivocando o presienta algo negativo en el día de su boda, sino, porque me entristece saber que por un momento, su cabeza esté reconsiderando todo esto. No es su mundo, su gente, no está su familia o amistades, está literalmente rodeado de extraños que no dudarían dos veces antes de dar su vida por usted, futuro Atemin. Entre ellos, me encuentro yo, alguien que por siempre será su fiel servidor. Sin embargo, todos somos nada al lado de nuestro rey. Literalmente, nos mataría a todos e incluso se mataría él sin eso significa mantenerlo con vida y feliz. Usted iluminó sus días desde el momento que llegó aquí, su corazón le pertenecerá eternamente porque no existe amor como el que ese ser le profesa a usted aún cuando no sabe demostrarlo correctamente en ocasiones. Por favor, no dude de que está tomando la decisión correcta.

El terrestre sonrió ampliamente con lágrimas en sus ojos. El vehículo se detuvo suspendido, sabía que habían llegado y debía descender pero, antes de hacerlo, abrazó fuertemente al caballero negro a su lado. Era tierno, verlo siempre tan serio e inexpresivo, recibiendo muy esporádicamente unas comisuras elevadas sin llegar a mostrar correctamente su sonrisa y ahora, verlo llorando como quizás hubieran hecho sus padres si se estuviera casando con alguna mujer en la Tierra.

— Ni siquiera por un segundo desde que abrí mis ojos he dudado que ese luniano, es el amor de mi vida. Mi temor es por todo lo que esta boda traerá consigo para nosotros y Luna Dorada. Sin embargo, tienes razón en una cosa, él siempre estará conmigo, así como yo con él y eso es todo lo que necesito para sobreponerme a cualquier cosa. — Sonrió ampliamente. — Espero contar siempre contigo, Esir.

— Eso delo por hecho, Su Alteza. Yo siempre, estaré para usted, hasta el día en que muera. — Jimin lo volvió a abrazar y salió del vehículo, quedándose suspendido en el aire con ayuda de su traje.

Su imaginación o la de cualquier terrestre jamás hubiera imaginado algo como lo que él estaba presenciando rodeado de millones de lunianos que aguardaban en el suelo. Los padres de Yoongi levantaron parejos y todo el cielo se tornó rosa. Detrás de ellos, toda la corte de soldados reales que se encontraban en el suelo, encabezados por Esir se alzaron al aire en uniformes negros que simultáneamente cambiaron a blanco, acompañados de un cielo que volvió a cambiar de color a uno lila.

Por último, el rey se arrodilló seguido de cada persona, incluyendo esos que evitaban y, con el mismo impulso con el que le hizo reverencia a su Atemin, dio un gran salto hasta sobrepasar a sus padres y soldados. Su traje de rey le dio paso a uno completamente negro y elegante que combinaba con su cabello.

Jimin quedó embobado admirándolo, temblando en el aire, llorando cundido de emociones desconocidas mientras veía a su Minrey avanzar lentamente hacia él para tomar sus manos y depositar un beso en sus labios.

— ¿Listo para ser oficialmente mi Atemin?

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I Sanne Schan: Burbuja protectora alrededor de los enfermos de gravedad o en pactos de la familia real para protegerlos, así como para evitar la fuga de energía.

Di lor: Mi amor

Saagk: Dime

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¡Hola mis amados lunianitos!
Nos vemos nuevamente🙈 Esta vez no he tardado más de dos días en actualizar esta historia y es que, estoy emocionada por varias razones. Entre esas, el hecho de que esta historia que nunca estuvo en mis planes y que nació gracias tanto al cariño como el apoyo brindado a Amor Lunar, junto a varias cosas que jamás publiqué en la otra historia para que no se hiciera eterna, hoy ha ganado en premio en los Yoonmin Awards, organizados por Yoonmin_Religion. 🥰💜🎈🎉🎊

Gracias a cada uno de los lectores, los que llegaron por esta obra y aquellos que continúan desde Amor Lunar conmigo.

LORED

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