Noicel

Maldición.

Tenía que controlarme.

Pero ahora mismo estaba viendo el rosado coñito de Medow frente a mí.

Moría de ganas por probarlo.

Conteniendo el aliento separé sus labios con mis pulgares y pasé mi lengua por toda su crema.

Gruñí.

Maldición, era deliciosa.

-Bebé, estás muy mojada.-Susurré.

Medow soltó uno de sus exquisitos gemidos.

Abrí más sus muslos y besé cada uno.

Me iba a correr con sólo verla.

Comencé a comerme su delicioso y suave coño, lamí, mordí y chupé, pasé mi pulgar por su botón de nervios, haciendo círculos perezosos que hacían que se retorciera, sus dedos se enredaron en mi cabello mientras yo dejaba de lamer su coño, sonreí, metí un dedo dentro de ella, era apretada, tenía que tener cuidado, era obvio que le dolería, pero tenía que asegurarme de que ese dolor fuera mínimo.

Gimió.

Aplasté su clítoris con mi lengua, después comencé a girarla, lento, su olor me estaba volviendo loco, no quería correrme aún, pero sus sonidos, su olor, la fina capa de sudor que cubría su sedosa piel y su respiración agitada gracias a las cosas que hacía con su perfecto cuerpo, me estaban matando. Metí otro dedo y los separé, como si fueran una tijera, tenía que hacerme espacio de algún modo, mi erección dolía, quería estar desesperadamente dentro de ella, seguí haciendo el movimiento de tijera unas veces más.

-Nois...-Mi nombre se escuchaba casi de manera dolorosa en sus labios.

-Ya casi, eres deliciosa nena.-Besé sus labios internos.

Me sentía como un virgen hormonal de dieciséis años.

Lamí su clítoris y luego soplé arrancando un gritito de placer.

-¿Te gusta?.-Murmuré con mi voz completamente ronca.

No respondió, en su lugar arqueó su bonita espalda.

Una de mis manos apretó su lindo culo.

Mi bebé quería ser atendida.

Retiré mis dedos a la vez que ella gemía por la pérdida, arrastré mi pulgar por su canal y lo lubriqué con su deliciosa crema, pasé mi pulgar por su pezón, ella comenzó a arquear su espalda y supe que se iba a correr, presioné más duro su clítoris y metí rápidamente dos dedos dentro de ella mientras empezaba a tener su primer orgasmo, hice que durara todo lo que pude, metía y sacaba mis dedos rápidamente, hice lo mismo con mi lengua, lamí todo la dulce crema que encontré y di un último beso en su coño antes de levantar mi cabeza y observarla.

Sus ojos medios cerrados observaron mis labios.

-Están...húmedos.-Dijo.

Sonreí.

-Es tu culpa cariño, eres demasiado dulce.

Se sonrojó y miró hacia otro lado, metí un dedo en su hinchado coño y lo mojé, luego de sacarlo de su coñito lo pasé por sus labios, mojandolos, me miró sorprendida, volví a mojar mi dedo, esta vez lo dejé frente a sus labios.

Ella se quedó quieta.

-Prueba bebé.-Le dije.

Sacó su lengua para probar con la puntita, yo metí mi dedo dentro de su boca, quería que probara lo dulce que era. Pasó su lengua por mi dedo y luego lo succionó, esa boca húmeda y caliente me iba a volver más loco aún.

Saqué me dedo y me acomodé entre sus piernas.

Froté mi polla contra su botón de nervios.

-Nois...no puedo, es demasiado.-Dijo asustada.-Me siento agotada.

Creo que su primer orgasmo arrasó con ella.

Me apoyé en mis antebrazos, uno a cada lado de ella.

-Sí puedes, sólo espera un poco.-Dije antes de besarla de forma bastante brusca, mi lengua abrió rápidamente sus labios y se enredó con la suya, la succioné, y luego mordí sus labios, Medow sabía delicioso, aún tenía el sabor de su crema en mi boca, y ella pudo sentirlo mejor, chupé su labio antes de morderlo y separarme.

Ahora había dejado su boca hinchada.

La punta de mi polla comenzó a entrar en su coño, este se estiraba dándome espacio, entré despacio y me detuve cuando llegué a la barrera.

Mierda.

Demasiado apretada.

Medow enterró sus cortas uñas en mis hombros.

-Cariño, saldré y entraré rápido, así no dolerá tanto.-Escuché como soltaba un suspiro tembloroso.

Salí lento de ella arrancando un gemido de sus labios.

Tomé aire, profundo.

Malditamente no quería hacerle daño a Medow.

Entré en ella de un golpe.

Observar como entraba en ella era la cosa más erótica que me había pasado.

Medow gritó.

Ella era demasiado pequeña y yo aún no entraba del todo.

Con mi pulgar empecé a amasar su clítoris para apaciguar el dolor.

-Duele Nois...-Su voz se escuchaba quebrada y levanté la cabeza para observar sus ojos cristalinos.

No me moví.

¿Qué hago?.

Sí la marcaba seguramente su dolor se calmaría un poco.

Acerqué mi boca a su cuello y lamí la zona que había mordido hace un tiempo mientras seguía amasando su dulce botón.

Separé mis labios y dejé salir mis colmillos, ya alargados, comencé a enterrarlos en su cuello, al mismo tiempo salía de ella y entraba otra vez, ella seguía bastante mojada, pero era demasiado estrecha, cuando volví a entrar me metí hasta la empuñadura y mis dientes de enterraro por completo en su piel.

Lab sensación era fantástica.

Me arrancó un gruñido de placer y a Medow un suspiro, pude sentir como se iba relajando poco a poco, hasta que sus piernas rodearon mi espalda y pude sentir mejor como su coño apretaba mi polla, parecía un puño apretando duro, quería correrme tan mal.

Luego de unos segundos saqué mis colmillos de su cuello y lamí la zona afectada, después la miré a los ojos, me observaban con desesperación.

Acarició mi cuello.

-Muévete Nois...-No tuvo que decirlo dos veces.

Mis caderas comenzaron con un ritmo medio, que al parecer, le gustaba a Medow, mi cabeza se hizo para atrás cuando solté un gemido y empujé más duro, tratando de estirarla.

-Nena...estás demasiado apretada.-Gemí, ella apretó su coño alrededor de mi pene, eso fue todo.-No puedo correrme dentro de ti.

-Espera...yo...Te...Te amo Nois.-Dijo.-Te amo muchísimo.

Miré sus ojos llenos de adoración, me perdí en ellos, mis labios besaron su frente y fue como si el tiempo se detuviera, Medow era sencillamente la luz que había en cada parte de mi alma. Acerqué mis labios a los suyos y la besé suavemente, sus manos se pusieron en mi cuello y acariciaron el cabello de mi nuca.

Maldición ella me amaba.

Hice círculos en su clítoris y con mi otra mano apreté uno de sus pezones, ella gritó, yo empujé más rápido y sentí mis bolas golpeando su culo, ella se corrió, de manera explosiva apretando mi polla y tuve que apretar mis dientes y puños para no vaciarme en su interior.

Salí de ella, porque ya no podía soportar más, y me corrí sobre su abdomen, dejándola pegajosa y llena de mi olor, mis bolas se apretaron y solté hasta el último chorro de esperma.

Medow respiraba agitadamente y no podía verse más hermosa.

Y era completa y absolutamente mía, y me amaba tanto como yo a ella.

-Te amo.-Dije pasando mi nariz por su cuello, con mi respiración agitada.

Medow aún trataba de controlar sus jadeos.

Con mis dedos empecé a lubricar sus pezones usando mi semen, amaba que oliera a mí.

Apoyé mi polla semi erecta en su abdomen.

-Estoy...un poco...ah...-Sonreí contra su cuello besando la marca y rogando que se quedara ahí para siempre.

-Estás perfectamente hermosa.-Dije en su oído.

Metí dos dedos en su interior.

Estaba muy hinchada y sensible.

Ella rápidamente agarró mis brazos.

-Ya no puedo más.-Dijo alarmada.

Besé su boca y me levanté para mojar una toalla pequeña con agua caliente.

Cuando volví Medow miraba el techo tocándose el borde de la marca en su cuello.

Me acerqué y arrodillé a sus pies.

-Abre.-Pedí.

Ella se apoyó sobre sus codos.

-¿Qué haces?.-Preguntó.

Abrí yo mismo sus piernas.

-Limpiarte.

Pasé la toalla por los labios de su sexo y quité todas las manchas de sangre que encontré, luego fui a su abdomen, miré un rato su piel cubierta por mi semen, se veía hermosa, después comencé a limpiarla, terminé con sus pechos, me observé y me limpié también.

Quité la colcha que estaba un poco manchada y metí a Medow bajo la sábana, su cabello aún estaba húmedo debido al baño.

Se acurrucó y yo pegué mi pecho a su espalda, posé mis labios en su cuello y succioné para hacer una pequeña marca, Medow estaba tan cansada que ni siquiera me dijo algo.

Crucé un brazo por su abdome y la escuché dormir.

-Te amo bebé.-Susurré en su oído, la apreté fuerte y pasé una pierna por las suyas para acercaros más, mi polla quedó apoyada sobre las mejillas de su culo,eso provocó que me pudiera duro otra vez, pero no chica estaba durmiendo.

Ya nos encargaríamos en la mañan.

Después de todo era mía.

xcjackson ❤
Okay...es la primera vez que escribo algo así, por eso no soy muy buena...

Pero será.

Son la leche.