Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Todo queda en familia

Indignado al principio, guardo las cosas en su lugar, aunque sin la foto. Había escuchado sobre lo que algunas mujeres hacían y, aunque no creyera en ello, prefería no arriesgarse. Además, se daría cuenta de que había descubierto su plan y podría ser peor.

Devolvió la foto al lugar y posición en donde estaba y se tiró en la cama para pensar. Sabía qué le gustaba a Belél, era obvio y casi inconcebible para él. Tal vez solo quería tener un recuerdo y solo era una inocente forma de hacerlo.

Era osado y absurdo pensar en qué alguien quisiera tenerlo a la fuerza.

💀💀💀💀💀

Charles sujetaba a Belél del brazo mientras Katherine caminaba a su lado.

—¡Ya, suéltame!

—¡Por supuesto qué no! —dijo él.

—No voy a irme. Tenemos cosas qué hacer ¿Recuerdas? Vamos a dónde mismo, John.

—¿John?

—¡Charles! Me equivoqué.

—¿Quién es John?

—¡Nadie! Me equivoqué, eso es todo.

—Es el tipo con el que vive —informó la sobrina—. John Mcdonald y su padre, el viejo Will.

—Vaya, parece qué has estado haciendo tu trabajo... —dijo irónica la bruja, pero Katherine no respondió nada, solo se limitó a verla con desprecio— ¿Cuánto te paga? ¿O solo te ha lavado el cerebro, niña?

—Existe algo llamado lealtad, qué tú, bruja infeliz, obviamente no conoces.

—La lealtad se gana, Charles. No sé compra ni se traiciona. Pero claro, qué vas a saber. Tal vez tu... ¿Sobrina?, deba saber algunas cosas acerca de ti.

—¡Cállate! —ordenó y la abofeteó.

Tal cosa desató su ira y lo señaló pronunciando unas palabras en otra lengua.

Charles rio.

—¡Soy inmune a tus hechizos!

—¡No fue ningún hechizo, imbécil! ¡Pero vuelve a hacer eso y verás la suela de mi bota una vez más! Y tú niña, no deberías andar en tan mala compañía. Te traicionará igual qué a...

—¡Cállate!

—¡Igual qué a todos! ¿O qué fuiste a hacer a la casa de tu pariente en Boston?

Charles se sorprendió.

—Cuéntanos, Charles... —insistió.

—¿Estuviste ahí? ¿Dónde?

—Estoy dónde ella esté. Pero nadie además de ella podía verme.

—Fui a rescatar a mi hijo de la miseria. Pero llegué tarde —continuó apesadumbrado— ¡Ese maldito anciano lo asesinó! Al fin lo había conseguido y lo supe dieciséis años tarde. Mi pobre Wesley...

—¿Qué dijiste? ¿El mozo? ¿Wesley Johnson era tu hijo?

—¡Wesley Walters! Su madre nunca me dijo qué estaba embarazada hasta muchos años después. Y yo no creí qué pudiera engendrar, pero cuando me contó por todo lo que pasó durante su gestación, estuve seguro de que era mío.

Esa sí que había sido una revelación. Así qué finalmente lo había logrado. Consiguió el varón qué tanto había estado buscado. Aunque después de asesinar a tanta niña inocente, seguramente los espíritus habían intervenido. No lo merecía. Y el chico Wes tampoco merecía acabar con un loco cómo ese, aunque tampoco lo qué le hicieron.

Tal vez, si hubiera crecido con Charles, habría padecido igual o más. O lo habría vuelto un patán infame igual qué él. La pregunta ahora era: ¿Habría sido el único? ¿O tendría más hijitos regados por el mundo?

—Wilson... —balbuceó la bruja.

—¿Qué?

—Nada.

¡Wilson! ¡Frederick Wilson! ¡La conexión entre ellos era la misma! ¡Sharon!

Sharon, Brenda, Emily, cómo fuera, al final eran eran la misma.

¡Era demasiado perfecto!

—Charles... ¿Quién era la madre de Wes? ¿Acaso... sería la esposa de Sir John? ¿Era ella, Charles?

—Tú eres la bruja, tú debes saberlo... —la miró de tal forma, qué confirmó sus sospechas.

Una vez más, todo quedaba en familia.

Tal vez cuando John Walters se enteró del romance entre Wes y Emily, el viejo enloqueció y lo mató. Aunque, sin temor a equivocarse, se atrevía a pensar qué fueron los espíritus quienes decidieron sacrificar al pobre chico en lugar de a ella. Emily debía prevalecer. Su misión era más importante.

Eso era emocionante e irritante al mismo tiempo. Pero ahora ningún parentesco los unía y con Edward muerto, debían encontrar un sustituto.

«El mal qué combate el mal...» —repitió en su mente—. Siempre deben ser dos.

Pero ¿Y Gil? ¿O acaso John sería una especie de repuesto? Porque después de lo qué Edward y Klaus la obligaron a cometer, los espíritus ya no querían saber nada de los Green. Ni de ella.

Sin embargo, Belél no veía a John con la fiereza suficiente cómo para eso. Él era tranquilo e infinitamente paciente. Mira qué aguantar tanto tiempo a Will sin ahogarlo con una almohada mientras dormía... Era de santo.

💀💀💀💀💀

La siguiente mañana, un cadáver destripado fue descubierto a mitad de un parque. Otro clavado en una pared y un tercero en tan malas condiciones, qué necesitaron una pala para levantar sus restos.

La pesadilla de finales de los mil ochocientos al parecer estaba de regreso. Pero no. No era el mismo modo ni el mismo patrón de víctimas. Eran presos de la cárcel de Edimburgo. Presos que tenían además, un largo historial de crímenes horribles.

A las siete de la mañana, alguien tocó a,la puerta de la casa de Brenda, pero nadie abrió.

A punto de marcharse, el picaporte giro y la puerta se abrió sin que alguien pareciera hacerlo.

—Adelante, John, puede pasar.

Dijo una voz femenina desde adentro.

John entró y cerró la puerta tras él. Su ropa estaba toda manchada de sangre seca y nueva.

—Oh, por dios... Nunca use su ropa para salir de cacería.

—He estado viendo cosas. Cosas horribles... ¡Y no lo pude soportar!

—No se preocupe, John. Eso es bueno. Quiere decir que tiene un don. Y uno muy útil. Venga, siéntese.

—¡Maté gente!

—Era de esperarse. Es algo qué no podemos evitar, recuerde que lo ad...

—¡Y me gustó! —interrumpió sonriendo— ¡Fue tan satisfactorio! Pero me preocupa, no me debería gustar tanto. Nunca antes lastimé a nadie, nunca y anoche...

—Es el instinto. Ahora es un depredador. Y parece que ha elegido bien su camino.

—Es gracioso, Brenda. Se supone que estoy muerto ahora ¿verdad? ¡Pero jamás me sentí tan vivo! ¡Tan libre!

Brenda sonrió, pero de forma inesperada se deslizó hasta quedar encima de él.

—¿Brenda? ¿Le pasa algo?

Parecía un desmayo y la cargó para subirla a su cuarto.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro