Electricidad
Ahora Edward veía a Wilson no solo como un molesto estorbo, sino como una oportunidad real para salvar a Gilberto de lo que parecía, hasta el momento, su ineludible destino.
Sin embargo, empezar a tratarlo mejor, tal vez lo haría sospechar y terminaría huyendo. Lo que le intrigaba era saber como ese tipo sabía tanto acerca de él y su familia. Sobre todo, cuál era su interés en "proteger" a su hijo.
—Empieza a despertar.
—¿Le doy otro?
—Nada me gustaría más, pero lo vas a dejar más tarado. Vete mejor, yo lo cuido. Luego me sigues contando esa historia tan interesante.
—Hasta luego, señor.
—Hasta luego.
Aunque se estaba haciendo el humilde, le encantaba esa deferencia que Jean Philip le prodigaba. Lo que le preocupaba ahora y mucho, era ese tal Charles Walters rondando a Emily. O todavía peor, que ella, al recordar algo de esa vida que el mayordomo le contó, acabara por enloquecer.
Podría ser un cuento chino, pero muy en el fondo, él intuía que toda esa historia podía ser real y de nuevo vino a su mente aquel maldito cuadro en el sótano de los Walters.
Lo único que sabía de su abuelo, Andrew, era que había sido el padre de su padre y que había muerto muy joven a manos de su propia esposa... Igual que él. Pero cuando lo vio en ese cuadro, incluso ahora que lo recordaba, sentía temor.
—¡Qué dolor! ¿Qué pasó? —se sobó la mejilla en donde el mayordomo le dio el golpe.
—Te caíste.
—¿Arriba de un puño?
—Algo así.
—¿Cómo llegué aquí?
—El puño sobre el que te caíste te trajo.
—¡Negro hijo de puta!
—¡Hey! ¡Ya me caes gordo, no agregues el racismo a la lista! Se llama Jean Philip y te estaba protegiendo de tu necedad.
—Me preocupa tanto caerte mal.
—No, pues, el niño héroe sacando las uñitas. Debería, porque no sé si ya lo hayas notado, pero estamos condenados a estar juntos quién sabe hasta cuando. Día y noche, cada día, tal vez por toda la eternidad.
—Lo mejor es que yo llevo la ventaja, porque más temprano que tarde, voy a acostarme con tu viuda y tú podrás verlo de cerquita.
—¡Mira, pendejo, para que ella siquiera note tu patética existencia, te hace falta mucho! Emily es una reina y tú... ¡Tú no eres absolutamente nadie!
—¿Entonces, por qué te enojas? Soy patético, soy nadie, pero aun así te pones como energúmeno —Frederick se ríe y Edward se enfurece aún más—. "Como acojonar a un fantasma en una frase o menos", escribiré un libro acerca de eso. Qué suerte que no puedas tocarme o ya me habrías matado.
La actitud de Edward cambió al recordar para que había venido Wilson al mundo y se tranquilizó un poco. Aunque continuaba viéndolo como si en cualquier momento fuera a arrancarle la cabeza.
En otro lugar, un pequeño rincón que Jean Philip tenía para estar solo, Belél lo esperaba.
—¿Hablaste con él?
—Sí.
—¿Te creyó?
—¡No lo sé! ¡Carajo, Bel, casi me cago de miedo, no sé cómo puedes hacer esto! Puedo ver al tipo a través del espejo y es impresionante. Sus ojos...
—Buen trabajo. Edward no puede hacerte daño. Y conociéndolo, tampoco está interesado.
—Walters está demasiado cerca ¿Pero por qué no mata al chico y ya? ¿No sería más fácil?
—Quiere hacerla sufrir. Y lo hará, porque ese chico es su debilidad, la única que tiene quizás.
—¿Y a ti por qué te interesa ayudarlos?
—Si ellos descansan en paz, yo también lo haré. Los ancestros me han cobrado muy cara mi intervención. Además, no puedo permitir que Charles gane.
—Pero tú no les impusiste esa maldición.
—Pero usé un tipo de magia que juré nunca usar, para tratar de arreglar lo que ese desgraciado me obligó a hacer. Los espíritus son muy estrictos. Meterse en los asuntos de la vida y la muerte, tiene un costo muy alto.
—Eso es injusto, tú solo querías ayudar.
Celia no paraba de vigilar a Gil y le encelaba mucho que ahora se la pasaba todo el día con la sobrina de Charles.
Apenas salían de clases, se iban juntos a todos lados y eso la mataba de celos. Se había convertido en su acosadora observándolo de lejos.
Los pasos de un hombre se acercaban a Katherine Walters y Gilberto. Ella sonrió y ofreció su mano extendida al que iba llegando.
—Mira Gil, quiero presentarte a mi tío Charles. Ha sido como mi padre desde que ambos murieron.
Charles tenía sentimientos encontrados. Por un lado, se alegraba de estar frente a su enemigo, pero por otro, debía luchar contra el desprecio que estaba sintiendo en ese momento y poner una cara amigable.
Ambos hombres se dieron la mano amistosamente y aunque el tipo estaba blindado*, la descarga que acababa de recibir, le acalambró el brazo hasta el hombro.
Había sido ese un momento muy raro para los dos, pero sobre todo, para Gil, quien jamás había experimentado algo parecido.
--------
Aún en bata, Brenda reflexionaba acerca de su encuentro nocturno con ese extraño hombre. Por alguna razón, el instinto se puso en aleta y los focos rojos de su intuición se encendieron todos al mismo tiempo.
Blindado: Un personaje protegido para que los videntes no puedan ver nada acerca de su vida pasada.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro