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El trabajo

Confundido, John salió detrás de ella pero ya no la encontró y regresó adentro desconcertado.

—Hijo, creo que no debiste ser tan duro.

—¿Qué?

—Solo vino a ofrecerte trabajo. Posiblemente no fue la forma, pero tal vez era una buena oferta.

—¿Y por qué no me lo dijiste antes?

—No me diste tiempo ¿Crees que vuelva?

—No lo sé. Es una mujer muy rara.

—Y muerde.

John miró de nuevo la foto que desató el llanto de la extraña mujer. Sí, habían pasado muchos años desde entonces. La juventud y los sueños se le habían escapado entre los dedos. Miró su reflejo en el cristal en el que un hombre triste y derrotado le devolvía la mirada.

—Con razón se puso a llorar...

Subió a cambiarse a su cuarto y luego bajó a comer en compañía de su padre.

—Es muy bonita ¿Verdad? —comentó Will con picardía.

—Mucho. ¿Te dijo de qué clase de trabajo se trataba?

—No, pero habló de un buen sueldo. Mejor que el que tienes ahora.

—Es extranjera, no creo que tenga idea de cuánto gano. O cuanto es un buen sueldo aquí. Además, yo no sé hacer nada que pueda interesarle.

—Pregúntale la próxima vez que la veas. Tal vez regrese durante la siguente ducha —ríe.

—¡Papá!

—Harías bien en arreglarte más. Aféitate, córtate el cabello... Qué te vea bien cuando regrese.

—No creo que regrese. No después de haber probado nuestra «hospitalidad». Ella estaba llorando. No quise ser grosero, pero es raro que aparezca de repente, de la nada. Además, ¿qué paso con lo de ir a la iglesia?

—Ya la escuchaste, eso no sirve —repuso Will, a quien ya no le disgustaba tanto la idea de que su hijo ganará más dinero, aunque trabajara con esa demonio rubia.

—Tal vez lo dijo para que no lo intentáramos.

—O para ahorrarnos tiempo.

—Voy a dormir —anunció John, extrañado del cambio de opinión de su padre. Tal vez ella lo había hipnotizado.

—Yo también. No sé a ti, pero esa visita me dejó agotado.

Un poco temeroso, John se acomodó para dormir. No quería admitir que estaba asustado, pero lo estaba. Puso el pasador a su ventana, aunque como ella misma había dicho, «tenía trucos» para entrar sin ser invitada.

Encendió la radio, pues el parloteo del locutor le ayudaba a pensar en otras cosas hasta quedar dormido. Aunque difícilmente lograba pensar en otra cosa que no tuviera que ver con la rubia y su penetrante mirada.

¿Qué le provocó esa reacción? ¿Por qué lloraba? ¿Para qué entró a su casa? ¿Atacó a su padre? ¿Le hizo algo?

Sin sentir, cayó en un trance, más que un sueño en el que se vio a sí mismo de adolescente, cepillando un caballo de negro y lustrosos pelaje, mirando sobre el lomo del animal a la persona que tenía enfrente, de quién solo lograba ver una blanca y delicada mano.

Él nunca había estado tan cerca de un caballo, siempre fue un chico de ciudad, por lo que inmerso en el mismo sueño, se preguntaba acerca de su significado. Luego se vio en una fiesta bailando y besando a una chica, aunque no estaba seguro que se tratara de la misma, pues lo siguiente que pasó,  fue recibir dos disparos de un viejo que se veía muy molesto.

John despertó. La última visión fue espantosa. Se preguntaba si eso es lo que ella había visto y por eso estaba llorando. Pero ese chico no era él. Sí, se veía igual, pero recordaba su vida y nunca vivió nada remotamente parecido. Además esa ropa que llevaba, parecía de otra época.

¿Acaso de verdad existía la reencarnación y así terminó su vida en el pasado? Entonces eso quería decir qué la chica era...

Era demasiada información para procesar. A veces se preguntaba si de verdad había muerto, tal vez solo estaba en coma y toda esa locura de posesiones y vampiros, era algo que estaba en su mente, como en una película que había visto alguna vez.

—Vampiros, por Dios... —murmuró al despertar.

⭐⭐⭐⭐⭐

Recuperado de el incendio que provocó «esa maldita bruja», Wilson se propuso olvidar por un momento esa afrenta y prefirió encontrar un buen lugar para vivir en lo que encontraba a Brenda y su degenerado hijastro incestuoso.

Mientras tanto, planearía una buena venganza.

Encontró una excelente propiedad para renta en el área de Huntigton Place y justo iba a preguntar, cuando quitaron el letrero de « en venta» y lo cambiaron por uno de «vendido».

—Disculpe ¿Sabe quien compró la propiedad?

—No puedo darle esa información.

—Sí puede —forzó a la mujer a verlo.

—No conozco su nombre, solo vine a cambiar el letrero.

Frederick la soltó frustrado. No solo tenía una corazonada, estaba casi seguro que ella estaba cerca, porque podía olerla.

Seguiría buscando a los alrededores.

⭐⭐⭐⭐⭐

Después de horas de vuelo, Gil llegó a la casa Green. A pesar de estar más tranquilo, seguía con su idea de irse aunque su tranquilidad duró muy poco al darse cuenta de lo que había justo en la entrada.

El cadáver de Jean Phillip seguía ahí con un agujero en el pecho a través del cual, podía verse la tierra sobre la que estaba tendido.

¿Quién pudo hacerlo? Jean Philip era apreciado por todos en la casa. Se agachó para tocarlo y averiguar, si podía, quién lo había hecho.

Cerró los ojos y una discusión entre Jean y Wilson despejó la duda.

—¡Desgraciado! —soltó furioso, ya que en el poco tiempo que lo trató, llegó a apreciarlo de verdad.

A pesar de que no pretendía hacerlo en un principio, decidió llamar a Brenda para avisarle lo sucedido y por supuesto, lo que vió.

—Brenda, ya llegué.

—Creí que no llamarías.

—No iba a hacerlo, pero pasó algo muy malo.

—¿Estás bien?

—Yo sí. Brenda, Jean Phillip está muerto. Bueno, todavía más muerto. Muerto definitivamente, quiero decir. Tiene un boquetón en el pecho.

—¿Quién pudo hacerlo? Jean Phillip no dañaba a nadie.

—¡Fue Wilson! ¡Ese maldito cojo!

—¿Pudiste verlo?

—Sí.

—¡Desgraciado! ¡Debí matarlo cuando pude!

—¡Wera! Escucha: si vas a convertir al escocés, apresúrate, porque va por él.

—¡Regresa, Gil! ¡No puedes estar solo, por favor, vuelve!

La angustia en su voz lo conmovió.

—Lo haré. En cuanto pueda. Hasta pronto —colgó y bebió la última gota de la sangre de su padre. La decisión estaba tomada. No quería ser otra preocupación para ella.

Después de dar una sepultura apropiada y digna a Jean Phillip, Gilberto inició su camino hacia una nueva existencia.

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