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La noche está incluso más fría que la mañana; hay una espesa neblina cubriendo la montaña y una fina capa de hielo sobre algunas flores, pero a Jimin sigue sin molestarle y por eso se atreve a deambular por los alrededores usando solamente un abrigo suelto naranja que Yoongi le prestó un par de horas atrás.

Realmente, se siente muy emocionado, ha estado tanto tiempo en lo alto, rodeado únicamente de una infinita oscuridad, que cualquier detalle de la Tierra le parece por demás interesante. Le encanta. Siempre ha sido un observador silencioso desde la distancia, conoce muchos aspectos al respecto, pero jamás imaginó que vivir aquí sería de verdad así de hermoso.

Se atreve a decir que lo ama. Le gusta mucho sentir la brisa congelada sobre sus mejillas y como su nariz parece humedecerse por la baja temperatura. Jungkook le ha dicho que se debe al invierno, pero que cuando la primavera llegue se irá para darle paso al calor. Jimin ansía tanto sentirlo también, además de que quiere ver a las flores nacer, pues ese es otro detalle que le parece único. Su aroma, su tacto suave, sus colores. No puede esperar para conocer más en el corto tiempo que estará abajo.

—Parece que les gustas—Jimin se gira hacia el pequeño Jungkook y le sonríe. Había estado tan ensimismado en la vista nocturna que olvidó por completo que el niño se encontraba a su lado. El chico ha sido lo suficientemente amable como para ofrecerse a acompañarlo a todos lados mientras Yoongi trabaja en algo más junto a Hoseok.

—¿A quién le gusto? —cuestiona confundido y acaricia el cabello revuelto del niño. Sus cachetitos están completamente rojos y Jimin se pregunta si los humanos resisten el frío tanto como él lo hace.

—A los animales—el pequeño responde encogiéndose en sí mismo para darse calor—. Aunque igual a mí me gustas.

— ¡A mi también me gustas! —el omega responde radiante, feliz de estar al lado del menor— ¿Pero por qué lo dices? —otra ráfaga de viento frío hace que el niño tiemble y emita suaves "brrr" por lo que comienza a preocuparse por él.

—Me da esa impresión. Es de noche, pero algunos nos están siguiendo... Como el conejo.

Jimin agacha la mirada y descubre a su blanquecino amigo brincoteando detrás de ellos.

— ¿No es normal? —pregunta más confundido y un poco temeroso de quedar al descubierto.

—No, pero lo entiendo, hueles bonito—Jimin se olfatea y después ladea la cabeza, todavía más confundido, haciendo que Jungkook se ría bajito—. No puedo explicarlo, pero eres como la noche—tímidamente, se acerca a él y lo toma de la mano, buscando en el rostro contrario algún indicativo de molestia, pero como no lo encuentra refuerza su agarre.

Jimin corresponde el apretón y se gira para regresar a la cabaña. La noche cada vez es más oscura e incluso él sabe que es peligroso. Ha visto grandes bestias salir en la oscuridad para buscar alimento.

Jungkook entrecierra los ojos y asiente entusiasmado, gustoso de que Jimin considere su casa como la suya. Sabe que le falta mucho por aprender de la vida y que no debe de ser tan confiado, pero su pequeño lobo interior aúlla en aprobación por Jimin. Apenas lo conoce, pero se siente como si en realidad llevara toda una vida a su lado, como si el omega hubiera estado ahí para él todo ese tiempo. Y le gusta, verdaderamente le gusta.


El camino a casa se torna agradable. Hace frío, pero los sonidos son increíbles. El lago se mueve a unos kilómetros cerca de la aldea y los insectos revolotean o brincan en las cercanías. La mayoría de los habitantes se encuentran en sus hogares, pero Jimin presiente que lo están observando por lo que busca repetidamente con la cabeza por si se encuentra con alguien a quien saludar. Yoongi ha dicho que todos son buenas personas y él sueña con conocer a cada una de ellas.

—Todos están curiosos sobre ti—dice de pronto Jungkook balanceando sus manos, quizá consciente de sus pensamientos—. No sé cómo, pero creo que se corrió el rumor de que eres omega, aunque  todos estamos felices. Yoongi también lo está.

— ¿Lo está? —Jimin no se explica lo extraordinario que esas palabras lo hacen sentir y por eso vuelve a sonreír igual de radiante que siempre. Una cálida sensación en su pecho le dice que el lobo es un buen hombre y por eso le gusta bastante.

—Sí, pero es muy tímido y muy desconfiado para aceptarlo—Jungkook suspira pensativo, mirando al fondo que la luz de su cabaña está encendida. Seguramente, su hermano ya está esperándolos con rica comida y un buen regaño por desaparecer—. Voy a preguntarte algo, pero tu respuesta será nuestro secreto, ¿entiendes?

Jimin se muerde el labio y asiente muy lentamente. Sabe lo importante que son los secretos- él mismo lleva uno de una magnitud insondable-y se siente orgulloso de que su nuevo amigo lo haga merecedor de uno.

—Entiendo—responde y se agacha a la altura de Jungkook para mirarlo frente a frente. El niño coloca sus pequeñas manitas en sus hombros y asiente solemnemente.

— ¿Eres un enviado del gitano?

— ¿De quién? —Jimin mira a los alrededores sintiendo como los nervios viajan por todas sus articulaciones. ¿Acaso ahora así le dicen a su hermano el sol? Pero Hoseok no lo envió, él mismo bajó por decisión propia, es imposible que Yoongi sospeche de algo que definitivamente no puede saber.

—El gitano—recalca Jungkook, fijando su mirada en las erráticas expresiones de Jimin quien sigue negando con la cabeza—. ¿Eres su amigo?

—Yo no... Yo no lo conozco, no sé de quién me hablas—Jimin trata de calmarse, mentalizándose a la idea de que definitivamente el gitano no puede ser su hermano. Conoce cada uno de los nombres que el hombre le ha asignado, pero no recuerda y no le cuadra que alguna vez alguien le haya dicho "el gitano" específicamente.

— ¿Me juras qué no sabes quién es? —Jungkook aprieta los hombros de Jimin y se acerca más a él, buscando la respuesta en su mirada. Jimin respira profundo y niega decidido.

—No, no sé quién es, es la primera vez que escucho hablar de él, ¿quién es? —responde firmemente y sin titubeos. Jungkook le sonríe ampliamente y se echa a sus brazos con emoción.

—Sabía que no podías ser amigo de ese hombre—dice el niño con euforia en la voz—. Mi hermano no me ha dicho nada, pero escuché en secreto cuando le decía a Hoseok que temía que vinieras de su parte, aunque yo estaba seguro de que alguien tan bonito no puede ser amigo de ese sujeto.

—Pero no entiendo, ¿quién es? —Jimin abraza fuertemente a Jungkook y lo carga, acomodándolo sobre sus hombros para continuar el resto del trayecto de esa forma. Es un poco pesado, pero nada que no pueda soportar, así que sigue sin dificultad por el camino empedrado que lleva hasta la cabaña del alfa.

—Es un traidor—Jungkook baja la voz a la par que se agacha para que nadie más pueda escuchar lo que dice—. Ha merodeado por los alrededores con la intención de matar a mi hermano, su sueño siempre ha sido quedarse con la manada.

— ¿Traidor? ¿Por qué? ¿Qué hizo? —el omega trata de recordar todo lo que ha visto de la manada, pero no consigue nada que destaque realmente de entre sus memorias.

—Era amigo de Yoongi—bufa molesto—, no sé mucho porque pasó antes de que yo naciera, pero por lo que sé, intentó matar a mi hermano a quemarropa.

Jimin inhala horrorizado, consciente de pronto de ese otro aspecto del ser humano que parece ser innato en él. Recuerda todas las guerras que ha presenciado y gime internamente, sabiendo que el hombre puede llegar a ser violento y destructivo.

— ¿Entonces Yoongi piensa que vengo de su parte? Eso es absurdo, yo no lo conozco—Jimin se siente ofendido. No concibe que el alfa pueda relacionarlo con alguien tan despreciable cuando él, en cambio, lo ve como el prospecto perfecto de padre.

—Ha intentado matarlo tantas veces que mi hermano ya no puede confiar en nadie que no sea de la manada—Jungkook se retuerce hasta brincar de la espalda de Jimin y se detiene cuando llegan justo a la puerta de su hogar, colocándose el dedo índice sobre los labios y haciendo un gesto de complicidad—, pero esto es un secreto, ¿recuerdas?

El omega corresponde gustoso con una sonrisa   y vuelve a tomarlo de la mano para juntos entrar a la cabaña donde Yoongi ya los espera cruzado de brazos y sentado en el sillón de la sala. Su rostro es diferente a lo que Jimin ha visto. Le causa la impresión de que está molesto, como cuando su hermano lo reprendió por provocar maremotos en la Tierra. 

—Bonitas horas de llegar—dice el mayor con la voz ronca y contenida;  su mirada está tan oscura que Jungkook se esconde detrás de Jimin sin poder mantenerla. 

Jimin asiente efusivamente y se sienta a su lado, mirándolo con un gesto ilusionado.

—Afuera hace taaanto frío y hay tantos animales, todos son tan hermosos, amo la noche, incluso puedo ver como brillan las estrellas, no sabía que desde aquí se ven así de pequeñas.  Y tienen piquitos de luz, allá no se ven así. 

—Es como siempre se ven—Yoongi mira de reojo como su hermano huye lentamente con el conejo en brazos, presuntamente hacia su habitación, y se anota mentalmente que al día siguiente lo regañará por consentir tanto al desconocido.

Jimin, mientras, se remueve incómodo rascándose la nuca.

—Sí, muy pequeñitas, ¿de qué otra forma podría ser?

—No me gusta que salgan a estas horas sin supervisión, Jimin, especialmente si usted no es un lobo como nosotros—Yoongi adquiere una postura dominante, abriendo las piernas y sacando ligeramente el pecho, como siempre que pretende intimidar a alguien, sin embargo, Jimin parece inmune porque pronto tiene sus manos sobre sus cachetes, apretujándolo felizmente.

—Eres muy bonito cuando tus pupilas se dilatan—le dice el menor inocentemente y le regala un corto beso en la nariz—. Me gustas.

Es verdad y Jimin lo confirma otra vez. Yoongi es protector y amable y además es de buen ver.

— ¿Qué? —Yoongi se aleja de golpe y se rasca la nuca, tratando de que el ardor de su cara ya no sea tan evidente.

—Jungkook también me gusta. Ustedes dos son unos hermanos realmente preciosos.

—Jimin, usted no debería de soltar esas palabras tan a la ligera—Yoongi se aclara la garganta y camina hacia la estufa donde guarda las ollas de comida caliente que Hoseok le consiguió para su invitado, todo libre de carne.

— ¿Por qué no? —Jimin lo sigue y aspira profundo el agradable aroma de la avena caliente, agradeciendo internamente que ahora pueda percibir detalles así de preciosos que antes no podía—Sólo estoy siendo sincero. Me gusta ver tu rostro así que lo expreso.

—Sí, Jimin, pero hay veces en las que debemos de ser más discretos porque...

—Pero no lo entiendo—lo interrumpe, acercándose a otra olla donde hay verduras en agua—. Mi hermano dice que siempre debemos hablar con la verdad, así que eso hago, ¿cuál es el problema?

Yoongi lo mira meter un dedo al agua y después sacarlo velozmente diciendo un "duele mucho" con el rostro afligido. Verlo así de cerca, quejándose por su torpeza, sólo le confirma lo atractivo que es. Tiene la piel limpia y sus ojitos, aunque rasgados, son muy grandes, lo cual, sumado a todas sus acciones y gestos, lo hace parecer más adorable de lo que ya es, así que empieza a creer que tal vez el hombre en realidad es así de ingenuo y no oculta ningún secreto oscuro. O al menos eso espera, desesperadamente eso espera.

—Ninguno, Jimin, tiene razón, venga—Yoongi toma la mano de Jimin y le sopla suavemente para después llevarla bajo el chorro de agua del fregadero. Jimin cierra los ojos por el frío y suspira comenzando a sentir alivio—. Dicen que después puede quedar una marca, pero es relajante, ¿verdad?

Jimin asiente maravillado por ver la diferencia de tamaños entre su mano y la del alfa.

—Lo es, sí, gracias—dice campante viendo ahora como el hombre lo acaricia con delicadeza—. No pensé que podría quemarme así por el calor. La mayor parte del tiempo soy muy resistente.

—Estas cosas pasan de repente—Yoongi suelta su mano y le pasa un paño para secarlo—. Sólo tenga más cuidado, por favor. Su piel es muy bonita como para dejarle una cicatriz.

—Gracias por cuidarme tanto—Jimin le besa la mejilla y él adquiere un gesto aturdido, como si no supiera reaccionar por el reciente beso o por la alegría interna de su alfa que ama que el chico se sienta protegido con él. 

El omega se mueve por el sitio buscando platos para poder servirse algo de comida, justo como ha visto que Yoongi lo hace. El alfa, mientras, se dibuja una enorme sonrisa y decide que bajará sólo un poquito la guardia con Jimin. Alguien tan puro no puede ser amigo del hombre al que prefiere no recordar.  

—Deberíamos de llamar a Jungkook para que coma con nosotros—Jimin comienza a servir alimento en los demás platos que alegremente va ofreciendo a Yoongi, como si estuviera satisfecho de sentir que está ayudando. Yoongi lo mira extrañado, pero decide omitirse el comentario sobre que está sirviendo demasiada comida en los trastes. 

 —Así que tiene un hermano—prefiere decir y acomoda todo en la mesa, recibiendo una mirada inquieta por parte de Jimin—. ¿En dónde está él? 

—Se quedó arriba, es decir... arriba en las montañas—el omega toma asiento en la mesa y revuelve el contenido blanquecino de su plato, decidiendo que no hay nada más interesante que ver—. Tiene muchas responsabilidades y no pudo acompañarme. 

— ¿Entonces él sabe que se encuentra aquí?

—Claro que sí, de otra forma nunca hubiera podido bajar... venir. Él es algo así como tú, como el líder de la manada, aunque no es un lobo, no hay lobos allá arriba, sólo es alguien que brilla mucho. 

El alfa llama a su hermano y mientras espera a que llegue trata de sacarle más información a su invitado. 

—Alguien importante, eh—Yoongi recarga su mejilla en la palma de su mano, mirando fijamente a Jimin al otro extremo de la mesa—. ¿Y cómo se llama su hermano? 

—Hoseok—Jimin se muerde el labio, sin dejar de mirar su avena—. Igual que tu beta. Fue una verdadera coincidencia saber que se llaman igual. 

Yoongi parpadea un par de veces a la par que boquea sorprendido. 

—Hoseok...—dice con precaución en la voz— Sabe... Hoseok tenía un hermano menor... Y es curioso porque se llamaba Jimin. 

— ¿En serio? Pero su beta no me dijo nada...—el omega levanta por fin el rostro y anonadado mira a Yoongi quien tiene un gesto similar al suyo. Su hermano siempre le ha dicho que no existen las casualidades, así que lo que está ocurriendo debe de significar algo más profundo, sólo que simplemente no lo entiende—. ¿Y qué le pasó a su hermano? 

—Fue asesinado—Yoongi casi gruñe las palabras, sintiendo como su lobo despierta en cólera—. Pero eso pasó hace ya muchos años. No tiene caso recordarlo. 

—Lo lamento mucho...—Jimin mira las escaleras deseando que Jungkook aparezca pronto para que toda esa tensión se acabe de una buena vez—. Sólo... ¿Jimin se parecía a mí? Quiero decir, tú no dudaste ni un segundo en llamarme así cuando nos conocimos. 

—Es verdad, fue porque se parece un poco a él, claro, en una versión más adulta... Él sólo era un chiquillo cuando murió—el menor quiere hacer más preguntas, esclarecer su mente, no obstante se detiene, esperando a que el hombre decida continuar por cuenta propia—. No se asuste, el asesino fue desterrado de esta manada.  

—Ya entiendo, de verdad lo lamento mucho... No quería ser el detonante de malos recuerdos... 

Yoongi niega con una risa tranquilizadora y suspira profundamente. 

—En realidad... En realidad es todo lo contrario—explica con calma—. Hay una leyenda entre nosotros que dice que en el origen de los tiempos nuestras almas fueron dividas en dos para así tener más posibilidades de cumplir todas las misiones que los dioses nos han dado. Puede que nuestras almas nunca se vuelvan a juntar, pero en ocasiones, muy raras ocasiones, ocurre una serendipia y nos encontramos con nuestra otra mitad. 

— ¿Y eso qué significa? —A Jimin le brillan los ojos y le palpita con fuerza el corazón pues el relato lo ha conmovido hasta lo más profundo. 

—Significa que tu alma ha cumplido su ciclo y podrá por fin descansar en paz. No más reencarnaciones, no más sufrimientos terrenales. Por fin cumpliste con todo lo que tenías pendiente. 

—Pero yo no me lo encontré, ni Hoseok, tal vez mi ciclo esté inconcluso aún. 

—Eso último tiene muchas interpretaciones—Yoongi se lleva un pedazo de pan a la boca, cansado de esperar a su hermanito, y se hunde de hombros—. Tal vez se refiere a que compartieron el mismo tiempo y espacio, yo no lo sé. 

—Oh... entonces tal vez vine a cumplir lo que el otro Jimin dejó inconcluso—Jimin dice más para sí mismo que para Yoongi,  procesando la información que acaba de obtener. Puede que tal vez Yoongi tenga razón o puede que todo sea un elaborado plan de su hermano mayor para cuidarlo. Lo que sea, él se siente agradecido de igual manera. 

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Es como necesario este capítulo, prometo ponerme trucha para traer mejores. :c ¡Gracias por esperar! Les amo.

Estoy resubiendo uno por día para no llenarles de notificaciones xD~

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