Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🌙🌙🌙

"Tendrás a tu hombre, piel morena"

Cuando Jimin abre los ojos de nuevo, lo primero que percibe es que huele delicioso; pronto su estómago gruñe y él sonríe porque le parece cómico el sonido y las vibraciones que vienen de él. Se levanta como puede-todo el cuerpo le pesa y le duele- y se encuentra a Yoongi sentado en frente de una fogata.

Su hermano, el sol, todavía no termina por despertar del todo, pero sus rayos ya están en su dirección calentándolo de alguna manera, quizá para ayudarlo a no congelarse con el viento fresco de las mañanas.

—Buenos días, Jimin—escucha de pronto al alfa que ahora lo mira con una enorme sonrisa ilusionada. Él asiente como respuesta y vuelve a oler, maravillado por los nuevos aromas que percibe su sentido del olfato.

— ¿Qué huele así? —pregunta, aunque ya sospecha de que se trata aquello. Ha visto que los humanos usan el fuego para prepararse extrañas combinaciones que después consumen por la boca.

—Umh... el conejo—dice Yoongi encogiéndose de hombros y señalando un bulto que se calienta en el fuego. Su rostro luce sereno, pero su pecho está ligeramente inflado—. Encontré una madriguera aquí cerca y aproveché...

Jimin ladea la cabeza y se acerca casi gateando.

— ¿Qué aprovechaste?

—Me refiero a... Los cacé, para que pueda comer algo...—el hombre se rasca la nuca notándose curiosamente nervioso— ¿O no le gusta el conejo?

— ¿Los? ¿Cuántos cazaste?

—Tres... Una coneja y sus dos únicas crías, supongo que las demás murieron por...

Jimin abre los ojos tanto como puede y se levanta de golpe, comenzando a buscar por todas partes.

—¿Y en dónde están los demás? —pregunta, aunque no es necesaria la respuesta. Cerca de la hoguera, pero no lo suficiente para quemarse, encuentra a dos pequeños conejos amarrados de las patitas, uno encima del otro. Ellos no emiten ningún sonido, pero no hace falta, no cuando sus pequeños ojos gritan todo el miedo que están sintiendo.

Con suavidad, se sienta al lado de ellos y los toma para ponerlos en su regazo y acariciarlos, decidiendo si es mejor soltarlos o quedarse con ellos. No sabe si en el sitio hay otros como Yoongi capaz de cazarlos. De sólo pensarlo, sus ojos se vuelven acuosos justo como el día anterior.

— Pero... pero ¿por qué llora, Jimin? —Yoongi deja de lado el conejo que había estado asando y camina hacia el joven de cabello plateado. Éste llora desconsolado y no sabe si ha hecho algo mal o si sólo se trata del dolor de sus pies adoloridos—. Por favor dígame que ocurre.

— ¿Me estás diciendo que nos vamos a comer a su mamá? —Jimin no quiere llorar, pero no puede evitarlo. Es como si algo adentro de su pecho estuviera apretando su corazón una y otra vez. La mirada torturada de los animalitos causa estragos en él que nunca había sentido y no puede detenerlo.

Yoongi asiente dudoso y mira a los lados sin saber como consolar al muchacho. Ha lidiado antes con su hermano menor cuando hace rabietas, también con jovencitas llorando cuando rechaza sus propuestas de unión, pero esto...

—No creí... No creí que fuera malo—dice consciente de que no debe de  quedarse callado y se acerca a Jimin para sobarle el hombro—. Lo hago todo el tiempo, no pasa nada...

Sin embargo, en lugar de reconfortarlo, Jimin emite un agudo grito asustado.

— ¡¿Qué te han hecho las madres de los conejos?! —el peliplateado pregunta horrorizado imaginándose a él mismo siendo preparado como comida de lobos. Para su alivio, Yoongi niega repetidamente viéndose perturbado.

—No siempre, es decir... No—el alfa suspira y se limpia el rostro como tic nervioso—. No lo hago. Esta vez fue una ocasión especial. Sólo quería que comiera y esa madriguera estaba cerca.

—Pero, ¿ya viste a estos conejitos? ¿Ya viste sus ojitos? —Jimin mira a los indefensos animales que asustados siguen arrimados el uno del otro y no puede más que acariciarlos detrás de sus largas orejas, disfrutando de su pelaje suave y de lo calientitos que están. Nunca imaginó que los humanos pudieran sentir semejante placeres con las manos—. Los amigos no se comen...

Yoongi sonríe cansado y se acomoda su oscuro cabello hacia la derecha, pensando en lo agradable que ha estado el sol esa mañana. Ni muy caliente, ni muy frío. Incluso se atreve a pensar que el astro mayor también parece divertido con toda la escena porque sus rayos tambalean como si fueran producto de una sonora carcajada.

—Eso significa que no comerá nada de lo que preparé, ¿verdad? —comenta viendo ahora como los pequeños conejos lucen cómodos en el regazo del extraño hombre. Sin apartar su vista de ellos, no puede evitar preguntarse si Jimin no siente cosquillas en ciertas zonas de su cuerpo por los pelitos de los animales.

—Umh... Lo lamento—Jimin se levanta con sus dos nuevos amigos, apretándolos contra su pecho, y señala el río que corre cercano a ellos, decidiendo de buenas a primeras quedarse con los animalitos—. Pero me encantaría que pudieras guiarme a la tribu más cercana.

—Eso precisamente quiero hacer—Yoongi sonríe satisfecho de saber que Jimin aún quiere irse con él y regresa al fuego para evitar que el conejo se chamusque por completo. Ya que Jimin no piensa comer, no hay necesidad de seguir preparándolo. Personalmente, a él le gustan sus presas con más sangre— Siéntese, por favor, prometo darle algo digno de comer cuando lleguemos.

Jimin sonríe entusiasmado y se sienta a su lado, acomodando a los conejitos en el suelo para adecuar el amarre en sus patitas y así no sea doloroso para ellos. Yoongi suspira y comienza a comer, pero no puede apartar los ojos de él. Ahora que es de día, puede ver con más detalle su rostro.

Sin duda, es un chico atractivo; su piel luce suave y sin ninguna imperfección, sus labios son gorditos y tienen un adorable carmesí, sin mencionar que sus mejillas se colorean naturalmente.  Además, su cabello le parece tan curioso, jamás ha visto a alguien con ese tono, salvo a los ancianos, pero, claramente, Jimin no lo es.

—Disculpe...—le dice después de terminar de comer y comenzando a apagar el fuego como es debido para no ocasionar un incendio. Jimin aparta las manos de los conejitos y levanta la mirada para prestarle atención—Sino es una indiscreción... ¿Puedo saber de dónde viene?

Jimin desaparece los ojos en un gesto alegre y Yoongi piensa que es como si tuviera dos lunas adornando su rostro.

—Es un lugar en lo alto...—responde el peliplateado, divertido y consciente de su verdad a medias—Pero está muy lejos de aquí. No creo que lo conozcas.

Yoongi asiente y le ofrece una mano para ayudarlo a levantarse y así retomar su camino. Por suerte, la aldea no queda tan lejos, pero sospecha que tardarán un poco más de la cuenta debido a los pies lastimados de Jimin.

— ¿Y entonces qué hace tan lejos? —ambos retoman su camino guiándose cuesta abajo por el río que está más sonoro que otros días.

Jimin observa el agua a su lado mientras medita su respuesta y, tras un instante, responde con total certeza.

—Vine buscando mi destino.

—Supongo que es una buena respuesta—Yoongi hace un gesto de aceptación y señala el río que ha comenzado a brillar por los rayos del sol—. Hoy está curioso, ¿no? —comenta tratando de ignorar el dolor que le provoca ir descalzo. Si estuviera solo, se convertiría en lobo y correría a través del bosque, pero dadas las circunstancias, se resigna y se guarda sus quejas, ¿qué clase de alfa sería ante los ojos de Jimin si de pronto lloriquea?

— ¿No es así regularmente? —el peliplateado se agacha para tomar un poco de agua y llevarla a su rostro. De pronto, el flujo se ha vuelto lento y parsimonioso.

—No, generalmente mantiene su curso natural, pero hoy está... —el alfa levanta una ceja buscando una explicación, pero se ríe con el pensamiento repentino que llega a su mente—Es como si quisiera saludarlo esta mañana, no sé... Tal vez quiere pedirle disculpas por lo ocurrido ayer.

Jimin abre la boca sorprendido, pero después se encoge emocionado por lo que acaba de escuchar, y esconde sus ojos nuevamente en una sonrisa adorable, colocando la palma de su mano sobre el agua, como si quisiera acariciarla.

—No te preocupes—dice con tono suave dirigiéndose al río que luce más tranquilo—. No fue tu culpa en lo absoluto, pero gracias por preocuparte.

Jimin vuelve a levantarse y continúa caminando, dejando atrás a Yoongi que definitivamente ya no puede apartar su vista de él. No sólo por el bello y dotado cuerpo que tiene el joven, sino porque le ha parecido honorable lo que acaba de pasar. Para él es tan raro encontrar a alguien que no sea un hombre lobo que respete tanto a la naturaleza como lo hace Jimin.

—Parece que usted le gusta al Río de Plata—le dice, pero no se refiere al raudal, sino a sus propias emociones. Jimin se voltea para verlo y sonríe con un asentimiento.

—El sentimiento es mutuo.

🌙 🌙 🌙

Finalmente, llegan poco después de mediodía y la aldea luce mucho mejor en persona que desde los cielos. Jimin siente que su corazón va a explotar de jubilo por cada detalle que observa: Hay niños por todas partes, algunos corriendo, otros jugando en grupos, uno que otro leyendo. También están los pequeños con sus madres.

Él siente que muy pronto estará en su lugar, acunando a un pequeño ser que sin duda se parecerá a él. Tal vez tendrá que menguar para arrullarlo, pero de sólo imaginarlo siente que sus ojos vuelven a llenarse de agua.

— ¿Pasa algo, Jimin? —Yoongi, que se ha detenido para limpiarle las lágrimas con el dorso de sus dedos, lo mira con preocupación—. ¿Le duelen mucho los pies?

—No es eso—responde y sacude su cabeza con un gesto amable para relajar al hombre—. Es que tu aldea es hermosa. Nunca había visto a tantos pequeños reunidos. No hay muchos de donde vengo. Además... el sitio es hermoso—y no miente.

El lugar está limpio y ordenado, con casas pequeñas, pero bien decoradas y, todas sin excepción, con flores en sus jardines. Las calles son empedradas y en medio puede ver una fuente rustica. Al fondo hay un par de pozos de donde supone recogen agua y al lado está una amplia construcción donde hay personas acomodando costales de algún alimento.

Yoongi sonríe mostrando sus encías, obviamente orgulloso del comentario.

—La época de apareamiento fue hace poco—dice con un deje vanidoso en la voz y señala de esquina a esquina—. Ahora estamos recolectando víveres para el invierno. Por esas épocas la cacería no es tan buena y no podemos permitir que nuestros cachorros sufran de hambre.

— ¿Cacería? —Jimin enarca las cejas y abraza con más fuerza a sus conejitos, pensando que tal vez se equivocó en llevarlos a ese lugar.

Yoongi niega con prisa. 

—Perdón... —se disculpa y desinfla su pecho con pena—Somos cambia-formas lobo... Necesitamos la carne.

— ¿Se comerán a mis conejos?

—No, no, Jimin, se lo prometo... —Yoongi coloca una mano en su pecho desnudo y otra en el de Jimin, tal como dicta la tradición en su tribu cuando hacen una promesa—Le doy mi palabra de que sus conejitos estarán a salvo. Como alfa, puedo darme ciertos lujos y ordenaré que nadie deberá de tocarlos.

El chico da un brinco emocionado y, cuidando de no lastimar a los animalitos, envuelve con su brazo el cuello de Yoongi y suspira tranquilo cerca de su oreja.

—Eres un buen hombre, gracias...—le dice seguro, sintiendo que ha encontrado lo que había estado buscando—. Serás un buen padre para mi hijo.... ¡Ah! Tus orejas sangran.

Jimin se separa para observar a Yoongi que, de un momento a otro, adquirió una gama de colores rojizos desde el cuello hasta la punta de sus orejas. Éste se siente aturdido, pero aún así abre la boca para preguntar a que ese refiere con lo dicho, no obstante, un pequeño niño corre hacia él para patearlo con furia antes de que pueda formular alguna oración.

— ¡Jungkook! —lo reprende usando una voz más severa cuando siente que el niño intenta golpearlo en la entrepierna y pone una mano sobre su cabeza para alejarlo—. Jungkook.

Jimin abre los ojos por las sensaciones que le causó el gruñido de Yoongi y observa como el pequeño se detiene de un momento a otro. No entiende que es lo que acaba de pasar, pero el niño luce aún más molesto si es posible.

— ¡Dijiste que no usarías esa horrible voz conmigo! —grita el niño con ira en la voz y sus ojos comienzan a llenarse de lágrimas.

—Si te portaras bien no la usaría—responde Yoongi frotándose el rostro y después se hinca para jalar al niño y abrazarlo con suavidad—. En especial cuando tenemos invitados.

—No me importa—responde el pequeño con la voz ahogada en llanto mal reprimido—. También dijiste que regresarías en la noche y no lo hiciste. Creí que te habían comido los osos.

Yoongi se carcajea por lo bajo y frota su quijada con el mentón del niño.

— ¿Crees que tu hermano mayor es así de débil?

—Sí... —dice sincero el pequeño y por fin envuelve sus cortos brazos alrededor de Yoongi quien aprovecha para cargarlo.

—Bien, pero no fue el caso—vuelve a hablar el mayor y le sonríe a Jimin—. Los presento. Este es Jungkook, mi pequeño y escandaloso hermano menor—Jimin sonríe entusiasmado por tener finalmente su primer contacto con un niño humano y le toca la punta de la nariz, riéndose cuando éste cierra los ojos y sacude la cabeza—. Y éste es Jimin.

—Mucho gusto—dice el peliplateado enternecido y suspira profundamente.

El niño sonríe también y se muerde el labio inferior, al fin consciente del berrinche que acaba de protagonizar en frente de ese hombre que le parece hermoso.

—El gusto es mío... —saluda tímido y olfatea, notando repentinamente un aroma dulzón en el área— ¿Qué es lo que huele así de bien, Yoongi?

Jimin aprieta los conejitos contra su pecho y entrecierra los ojos. Yoongi se ríe ampliamente.

—Es Jimin—dice sin dejar de reír  y palmea el hombro del mencionado—. Es un omega.

— ¿¡Omega?! —Jungkook se remueve para soltarse del agarre de su hermano y se avienta al piso con un brinco. Luce impactado y tenso, pero también emocionado y alegre, como si acabara de recibir un regalo maravilloso— ¡Hermano, que gran noticia!

—Lo es, ¿verdad? —Yoongi observa a Jimin con cariño y después a los alrededores, notando de repente que algunos curiosos ya están mirándolos. Ahora que lo recuerda, tanto él como Jimin siguen desnudos. Realmente, no es ningún problema para él, es normal que ande así cuando regresa de sus inspecciones, pero, por alguna razón, su lobo gruñe de que alguien mire así al omega— Jungkookie, ve a la casa de Taehyung y pídele algo de ropa prestada,  la más pequeña que tenga. También dile que vaya personalmente a dejarla a mi cabaña.

El chico asiente efusivamente y gruñe a los alrededores cuando nota también que algunas personas tienen intenciones de acercarse.

—No dejes que nadie lo toque—dice el pequeño mostrando sus pequeños colmillos y después se aleja corriendo, perdiéndose entre las casas.

Jimin suspira desconcertado por la actitud del infante y por la mueca burlona del pelinegro.

— ¿Por qué nadie puede tocarme? —pregunta confuso y comienza a caminar junto al alfa. El clima se ha vuelto agradable y los pájaros cantan a los alrededores.

Yoongi se encoge de hombros y niega.

—Porque usted es un omega.

— ¿Omega? ¿Eso es malo? —Jimin hace un esfuerzo mental enorme para tratar de recordar todo lo que ha observado de los humanos en cientos de años, pero se da cuenta de que no sabe nada acerca de omegas. A pesar de siempre mirar, rara vez escuchaba las conversaciones de los mortales.

Si sabe de la existencia de los alfas-es imposible no hacerlo- es porque ha observado a Yoongi casi desde su nacimiento. 

Ambos llegan a una pequeña cabaña hasta el fondo de las demás casas. Es tal vez la más simple de todas, con una sola rosa en el jardín, pero a Jimin le gusta. Se siente como cuando su hermano lo ilumina con sus rayos.

—No, no es malo—el alfa abre la puerta y lo invita a pasar, revelándole un interior igual de simple, pero hogareño—. Los omegas son lo más preciado para nuestra tribu.

— ¿Entonces por qué no quiere que nadie me toque?

Jimin toma asiento en un sillón tipo campesino tallado en madera y se atreve finalmente a soltar a los conejitos que pronto brincan por todo el sitio. Yoongi suspira, viendo como los animalitos van dejando un camino de bolitas café. Es una pena para Jungkook, ya que lo pondrá a limpiar en cuanto llegue.

—Jimin... —dice suavecito mientras le pone con dulzura un suéter sobre sus hombros, agachándose a su altura para mirarlo directo a los ojos—porque hace más de cien años que no tenemos omegas en esta tribu. 

--------

Ayyyyyyyyyyyyyy, perdón por tardar tanto, pero gracias por todo el apoyo a esta historia que recién comienza. Les amo, les amo, les amo <3

[Bebés, no creí que de verdad les hiciera feliz que volviera el fic T_T]

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro