Capítulo 14: Te extrañe
Sin hacer mucho ruido, JiMin se levantó de la cama del azabache, estaban a un día del festival de la luna de plata. Y él, por mucho que quisiera permanecer al lado de su alfa... no podía hacerlo.
Tomó sus cosas y depositó un tierno beso en la coronilla del pequeño cachorro que dormía con su ceño fruncido sobre la cama.
No le tomó mucho tiempo llegar al pueblo, aún siendo de mañana no se encontraban muchos pueblerinos en aún despiertos únicamente yacían aquellos que madrugada para alistar sus puestos y darle un nuevo comienzo a poder ganarse su pan de cada día.
Llego a su casa y abrió la puerta con la llave que siempre llevaba con él. Entro a su casa y subió las escaleras pareciéndole una misión imposible el subirlas sin hacer un ruido, teniendo en cuenta el ardor e incomodidad en su entrada. A pesar de su lubricante natural, este no iba a amortiguarle que fuera su primera vez.
Llego a su habitación y pudo soltar el aire que estaba conteniendo, a pesar de que su padre omega sabía que había ido a asistir a su alfa en su celo, pero no sabía que ya se había entregado en cuerpo a su alfa.
Tomó su toalla y se encerró en su habitación para lavar su cuerpo. Aunque no quería borrar los rastros de aquellos labios que habían recorrido su cuerpo en la madrugada.
Termino de lavar su cuerpo y se colocó su ropa, un hermoso suéter rosa y un pantalón blanco, se colocó sus zapatos y salió para encontrarse con sus padres en el comedor disfrutando de lo que era un delicioso desayuno.
— Buenos días, cachorro — el alfa de la familia saludo a su hijo, quien se acercó a él y lo abrazo por los hombros.
— Pá.
— ¿Qué tal dormiste? — el omega miro a su padre de cabellera clara.
— Bien, todo estuvo muy bien — sujetó su desayuno y se sentó frente a su padre.
EunSang repitió su acción y le sonrió — ¿Cómo van los preparativos?
— Van espectaculares, los centros de mesa que está haciendo YoonGi y su familia son hermosos. Ahora solo queda terminar de armar y colocar las mesas, la tarima, mañana se colocaran los instrumentos, los manteles la decoración y listo, ya quedará todo para mañana.
— Todo no, ¿Asistirá Jeon ? — JiSeok miró a su hijo con una sonrisa, esperando conocer al fin al alfa de su hijo.
— Él... bueno él — resoplo un poco y tomó un poco de su café con esencia de coco — No vendrá.
El alfa de la familia se desconcertó tanto que el café que bebía quemo un poco sus papilas — ¿No vendrá?
— No creo que venga, pero me aseguro que se quedaría a mi lado , así que, yo romperé el compromiso de la unión.
Su seguridad le brindaron confianza, JiSeok sabía que había criado a un gran líder, pues, era omega, pero era decidido y fuerte.
— Ese es mi cachorro.
La mañana transcurrió en lo que JiMin se la había pasado hablando con su padre omega, para seleccionar la música que tocaría el dj de la manada, mientras la banda se tomaba sus descansos.
— Listo, ya quedo la lista, ahora hay que seguir con los preparativos.
— Sí, me iré a ver como va Tae y Hobi con la coordinación de las mesas.
Recogió su bolso y salió de su casa, mientras que dentro del bosque se encontraba un pelinegro preparando su almuerzo con una sonrisa en su rostro al ver los rasguños que habían en sus brazos.
Si, había descubierto que el omega le había dejado unos cuantos recuerdos en sus brazos, pecho y espalda.
No quería cubrirse por la razón de observarlos a cada minuto que pasara.
Su celo ya había pasado, el calor y la excitación ya había culminado, pero las ganas de volver a ver a su omega no se habían desaparecido. Quería verlo. Quería tomarlo entre sus brazos y besar cada una de las partes de su delicado cuerpo.
Sonrió y terminó su almuerzo mientras se sentaba en el sofá que estaba más cerca de la entrada para poder ver cuando el platinado se acerque al pórtico.
Colocó la tele y busco una película para entretenerse, pero únicamente no aparecía justo cuando ya había acabado la película. Se sintió muy triste, pero no perdió las esperanzas así que siguió esperando.
Durante su espera de horas se había preparado un té con dulce de leche y se había asomado cerca de la ventana, la luz del día se estaba escondiendo, ahora si sabía que no iba a llegar.
Se dio la vuelta y se acurruco en uno de sus sofás, se sentía como un cachorro abandonado. Claramente como todos lo hacían, el omega bonito también lo había hecho.
Termino su té y decidió que sería mejor subir a su habitación y dormir hasta el día siguiente.
Al llegar a esta, se sentó sobre el colchón de su cama, pero no pudo recostarse al recordar lo que había pasado esa madrugada. Aún sentía el contacto de la piel del omega en las yemas de sus dedos. Suspiro cansino y miró sobre la mesita de noche, donde yacía aquella blancura de papel con aquel listón. Lo tomó entre sus dedos y releyo aquel contenido hasta detenerse en la fecha.
El festival seria mañana, era completamente imposible que el lindo omega lo haya olvidado, simplemente había estado entretenido con los últimos preparativos del ansiado festival de la manada.
Se quedó pensando sobre su cama, hasta que tomó la decisión, y con valentía tomó su chaqueta y sus llaves para salir de su hogar.
En el pueblo un menudo omega ingreso su llave con cansancio e ingresó a su casa. Sus padres lo recibieron en la sala. — JiMin, ¿que tal todo? — Su padre omega se puso de pie y caminó hasta su hijo.
— Todo esta en camino para mañana, se que será perfecto — menciono con una sonrisa cansada.
— Me alegra cariño — acomodo un pequeño mechón de su cabello en su melena plateada — Debes estar casado, en la isla deje tu cena, come y ve a descansar.
Asintió. Al terminar su cena subió a su recámara y se dio un baño para colocarse su pijama y acomodarse entre las sábanas de su cama mientras leía uno de los libros que más le gustaba.
La tranquilidad de aquella noche fue lo mejor que pudo sentir, pero en su pecho había un vacío, no había visto al lindo alfa en todo el día y lo extrañaba demasiado.
Hasta que sintió como en la ventana alguien estaba entrando. Se asustó mucho, pero no hizo ningún ruido al ver de quien se trataba.
— Mi luna — Jeon no soportó más y se lanzó al cuerpo del platinado quien se había puesto de pie. El omega se sintió tan feliz de verlo que no ocultó su alegría. Al sentirse rodeado por aquellos brazos se impulso y se colgó de su cuerpo, enredando sus piernas en su cintura.
— Alfa — escondió su rostro en la curvatura de su cuello. Inhalando el aroma del chocolate y coco que tanto lo embriagaban — ¿Qué haces aquí?
— Te extrañe todo el día, y me sentía abandonado, hasta que recordé que añana es el dichoso festival.
Lo bajo, pero no rompió el abrazo, se sentó y dejó que el omega se sentará a horcajadas sobre sus piernas. La posición era cómoda, tanto para el como para el omega quien simplemente se acomodo en el pecho del alfa.
Era lo único que querían, pasar un momento entre los brazos del otro. No querían nada más, solo sentir sus cuerpos juntos. Eso había tranquilizado a sus lobos y entre sus lazos podían sentir la felicidad y plenitud de estos.
Y estamos a un capitulo de darle fin a esta linda historia. No puedo creerlo. Hace poco la comencé y ya la voy a dar por finalizada.
Me está doliendo, es la primera historia omegavers que escribo. Y puedo decir que es la primera historia que he escrito que ha recibido tanto apoyo. Realmente se los agradezco, espero que el final sea de su completo agrado.
Nos leemos el fin de semana primero Dios ya hayan concluido con redactar el capitulo.
Disculpen si tienen algún error ortográfico, no tuve el tiempo de revisarlo bien.
I Purple U 💜💜💜
S.
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