Parte 3
Los días pasaron para Mario y Rosalina en su luna de miel. Se divirtieron de varias maneras: surfearon, construlleron cosas con la arena, jugaron juegos de mesa, vieron las estrellas, conversaron, etc. Y aunque lo intentaron, no pudieron olvidar los primeros dos días, lo que hicieron y como lo hicieron. Ambos sabían que sería difícil tener otro momento a solas como este, pero querían que todo saliera natural, no forzado. Así, era el último día de su luna de miel cuando pasó lo inevitable.
Rosalina se había colocado una blusa blanca algo transparente sobre su bikini celeste, además de una manta alrededor de su cintura a manera de falda. Mario llevaba puesta una camisa de botones roja con una pantaloneta azul. Ambos estaban usando sandalias, y estaban sentados fuera de la pequeña casa donde dormían. No intercambiaban palabra alguna, solo observaban la playa y sentían la brisa del aire en sus rostros.
Mario fue el primero en entrar y se dirigió al cuarto. Rosalina se fue atrás de él. Al llegar, Mario comenzó a acomodar algo de ropa y Rosalina siguió su ejemplo. Pronto, Mario soltó la ropa que estaba metiendo en la maleta y tomó la mano de Rosalina, para después pegarla a él. Rosalina entendió lo que quería hacer y soltó lo que tenía en la mano, para abrazar su cuello y besarlo apasionadamente.
Mario (mientras la besa) : A ... amor, ya no puedo ocultarlo más. Te ... te deseo.
Rosalina : Lo sé ... lo sé porque yo también te deseo.
Mario recostó a su esposa sobre la cama y botó todo lo que habia ensima. Con cuidado, le quitó la blua y ella desabotonó su camisa, para después quitarsela. Botaron sus sandalias y siguieron besandose. Las manos de Mario recorrían todo el cuerpo de su esposa, y las de Rosalina recorrían toda la espalda de su esposo.
Mario : Tengo una idea ... sígueme el juego.
Acto seguido, él se recostó sobre la cama y le hizo señas a su esposa para que se acomodara sobre él pero alreves. Al hacerlo, y al tener la entrepierna de su esposa cerca de su rostro, Mario movió un poco la manta que traía y su ropa de baño, para comenzar a lamer su vagina. Rosalina no se quedó atrás y bajó un poco su pantaloneta, lo suficiente como para exponer su virilidad, y acto seguido la metió en su cálida boca, chupándola a un ritmo rápido. Los gemidos de ambos se apagaban con sus acciones mutuas, y lo que el otro les hacía los motivaba a ir más rápido.
Mario se detuvo al comprobar que su esposa ya estaba húmeda, dandole unos toques en la cintura para que parara. Entonces, ella se quitó la manta y el bikini, arrojandolos a un lado. Mario se quitó la pantaloneta, y la acomodó sobre su espalda, abriendo sus piernas con delicadeza. Él se acomodó de rodillas frente a ella, y colocó su miembro cerca de su entrada. Ambos estaban sonrojados y nerviosos. Mario deslizó las piernas de Rosalina por ensima de las de él. El pelo desordenado de ella cubría buena parte de la cama.
Rosalina : ¿Que ... que tanto dolerá?
Mario : No lo sé amor, pero trataré de ser lo más gentil que pueda ¿esta bien?
Rosalina : Bien ... adelante, entra ya.
Mario comenzó a deslizar su miembro por el núcleo de Rosalina, quien apretó sus sábanas con fuerza.
Rosalina : Duele ... duele.
Mario : Tranquila, ya ... ya casi.
Mario terminó de entrar, uniendolos a ambos. Un fino hilo de sangre manó de la unión.
Mario : ¿E ... estas bien?
Rosalina : Sí ... puedes continuar.
Mario comenzó entonces a mecerse de adentro hacia afuera a un ritmo lento, cuidando de no lastimar mucho a Rosalina mientras se aferraba de su cintura.
Mario (En su mente) : 'Vaya, su vagina se ... se siente algo diferente a su boca ... es más ... apretada. No ... no puedo creer que por fin lo estamos haciendo ... yo ... yo no me averguenzo de decir que había soñado con este momento. Espero que pronto lo empiece a disfrutar porque ... porque esto es para los dos.'
Rosalina (en su mente) : 'Por fin ... por fin él esta dentro de mí. Yo ... yo me pregunto si él también habrá soñado con esto. Puedo sentir como su miembro entra y sale de mi mientras nuestras pelvis chocan una y otra vez ... no ... no quiero que pare. Yo ... yo quiero hacer esto y solo esto. Me ... me gusta que él sea tan gentil conmigo ... dandome tiempo para acostumbrarme.'
Mario (entre jadeos) : Ahhh, amor ... ¿te ... te sientes bien?
Rosalina : Sí, ... no ... no te preocupes por mí ... ve más ... más rápido...
Mario hizo lo que su esposa le decía y comenzó a mecerse más rápido, causando que Rosalina apretara sus sábanas aún más fuerte. El seco sonido de sus cuerpos chocando uno con el otro era apagado por los dulces y tiernos gemidos de Rosalina, quien poco a poco se acotumbraba a la sensación y dejaba de sentir dolor.
Rosalina (gimiendo) : ¡Ahhhh, ahhhh, sí , siiiiii! ¡Por las estrellas, se siente de maravillaaaaa!
Mario : ¡Ti ... tienes razón amor!
Mario veía como los pechos de su esposa rebotaban cada vez que la penetraba, por lo que no pudo con la tentación y extendió sus manos para agarrarlos y comenzar a masajearlos, pellizcando sus pezones de vez en cuando. Rosalina colocó sus manos sobre las de su esposo.
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhhh, sigue, sigueeee...! Me ... me alegra que te hayan gustado tanto mis pechos ... jue ... juega con ellos todo lo que quieras .... ¡Ahhh, ahhhh!
Mario : ¡Toda tú me gusta amor ...!
Mario se inclinó para besar apasionadamente a su esposa. Rosalina enrrolló sus piernas alrededor de la cintura de su esposo, mientras él continuaba meciendo sus caderas. Luego de unos segundos, Mario movio su rostro para comenzar a chupar uno de sus pechos mientras seguía jugando con el otro. Rosalina se aferró fuertemente a su espalda.
Rosalina : Siiii, siiii ¡Ahhh, ahhh, me ... me estas volviendo loca! ¡No ... no quiero que pare amor ... no quiero que dejes de hacermelo ... ahhhhh, ahhhh!
Mario se estiró en ese momento y la tomó de los brazos para comenzar a ir incluso más rápido, causando que los gemidos de Rosalina aumentaran.
Mario : ¡A ... amor, oh por las estrellas, tu ... tu vagina se siente de maravilla ... ya ... ya no puedo más ... voy ... voy a correrme!
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhhh, hazlo ... hazlo dentro de mí amor ... ahhhh, ahhhh!
Mario : ¡Ahhhhhh!
Y así, con ese grito, ambos se corrieron. Ambos seguían jadeando y estaban ruborizados. Mario sacó su miembro del interior de su esposa, quien aún no terminaba de asimilar lo sucedido.
Mario (Jadeando) : Así ... así que pasó ¿eh? Debo ... admitir que jamás creí que tendrías ... un lado tan pervertido Rosa...
Rosalina : No ... no digas eso ... es solo que ... jamás pense que se sentiría tan bien. Y ... además estoy muy feliz de ... de que tu hayas sido mi primera vez.
Mario : Igual yo ... te amo mi amor.
Rosalina : Yo también te amo ... pero, esto no ha hecho más que empezar.
Mario : ¿Disculpa?
Rosalina : Tu ... tu pene también se sintió de maravilla y ... y lo quiero dentro de mí otra vez ... por ... por favor. Hazmelo hasta que ya no puedas más ... tu ... tu solo dime que quieres que haga y yo lo hare porque ... porque te amo y quiero que los dos lo disfrutemos ¿sí?
Mario (Sonriendo) : Claro.
Mario entonces le pidió a su esposa que se colocara sobre sus cuatro extremidades, mostrandole el trasero. Mario lo agarró entre sus manos y comenzó a masajearlo, para después darle una jugetona nalgada, arrancando un gemido de su esposa. Entonces, tomo su miembro y volvio a insertarlo dentro de ella, para tomarla de la cintura y comenzar a mecerse hacia adelante y hacia atrás. Rosalina se aferró con fuerza de sus sábanas.
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhhhh, sí, siiiii, ... estas ... estas dentro de mí otra vez ... más ... más rápido...!
Mario entonces agarró un buen mechón de su desordenada melena rubia y lo usó de soporte. Luego, estiró una de sus manos para agarrar uno de sus pechos.
Mario : ¡A ...amor, si, siiii, eres ... eres tan divina ...!
Rosalina : ¡Ahhh, ahhhh, tu ... tu solo continua ... ahhhh, ahhhhh, que ... que bueno que lo disfrutes tanto como yo ... ahhhh, ahhhhh si, tu duro pene me vuelve loca ... no ... no se ya ni en que pensar ... ahhhh, ahhhh!
Mario movió sus manos para tomar a Rosalina de los brazos, estirandolos detrás de ella y usandolos como apoyo para seguir moviendose, aumentando el ritmo.
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhhhh, por las estreeeeellas, ahhh, ahhhhh, si más rápido amor, más rápido ... ahhhhh, ahhhhh ... no quiero que me des descanso ... ahhhhh, ahhhh!
Al cabo de unos minutos, Mario volvio a correrse dentro de su esposa. Fue entonces que Rosalina se dejó caer sobre la cama y le pidió a Mario que él también se recostara sobre la cama. Mario le hizo caso, tras lo que ella se subió ensima de él y tomó su miembro entre sus manos.
Rosalina : Lo ... lo has hecho muy bien ... pero ... ahora es mi turno de pagartelo ... dejame ... dejame hacerlo ahora.
Rosalina deslizó el miembro de su esposo dentro de ella y comenzó a mecerse de adelante hacia atrás. Mario unió sus manos con las de ella mientras la escuchaba gemir. A él no le importaba que ella tomara el control, lo único que le importaba era estar con ella. Rosalina entonces comenzó a mecer su cuerpo de arriba hacia abajo mientras gemía de placer y sus pechos rebotaban al ritmo que ella marcaba. Mario movió sus manos hasta su cintura, de donde se agarró firmemente.
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhhh! ¿Te ... te gusta amor? ¿Qui ... quieres que vaya más rápido?
Mario : Siiii ... me ... me gusta Rosa ... ve ... ve más rápido.
Rosalina : Solo ... solo si agarras mis pechos ... ¡Ahhhh!
Mario hizo caso inmediato y agarró los pechos de su esposa para comenzar a jugar con ellos, por lo que Rosalina comenzó a moverse más rápido. Su desordenada melena rubia ondeaba en el aire. Rosalina se dejó caer un poco, colocando sus manos sobre la cama, para tener algo más de libertad para moverse. Mario movió sus manos de sus pechos hacia su trasero para agarrarlo, lo que tambien excitaba a su esposa.
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhhh sí ... si ... tocalo amor ... nalgueame si quieres ... ahhhh, ahhhhh!
Mario colocó una de sus manos sobre la espalda de su esposa y la terminó de pegar a él, para besarla apasionadamente. Rosalina pasó sus manos alrededor de su cabeza y Mario regresó sus manos a su trasero, agarrandolo con firmeza. Era la misma posición del inicio, pero ahora estaban alreves. Mario volvió a zafarse para chupar sus pechos.
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhhh, oh sí, ahhh, ahhhh, ya ... ya no ... ahhhh, ahhhh ... ya no puedo más ... ahhh, ahhhh!
Mario decidió ayudar a su esposa comenzando a mover él también sus caderas, tras lo que ambos volvieron a correrse. Rosalina volvio a tomar a Mario y lo hizo sentarse en la orilla de la cama. Ella se sentó sobre él, cara a cara y volvieron a empezar. Mario la sostenía de la cintura para ayudarla en su movimiento, y se dedicaba a admirar su divino cuerpo desnudo. Rosalina pasó sus brazos por su cuello y enrolló sus piernas en su cintura. Mario la pegó por completo hacia él, sintiendo como sus pechos rozaban su piel. Rosalina, mientras, gemía en su oído.
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhhhh, si ... por las estrellas, no importa cuanto tiempo pase ... esto ... esto no deja de sentirse asombroso ... ahhhh, ahhhhh!
Mario : A ... amor, voy a ...
Rosalina : ¿A correrte? ¡E ... espera, ahhhh, ahhhh, to ... todavía no!
Rosalina se zafó del agarre de Mario y sacó su miembro de dentro de ella para proceder a agacharse y meterlo rápidamente en su boca. Unos cuantos segundos de mamada y Mario se habia corrido en su boca, tras lo que cayó rendido sobre la cama, ya no podía más. Rosalina, después de tragarlo todo, se subió a la cama y se desplomó a la par de él. Ambos seguían jadeando.
Mario (jadeando) : Guau ... eres asombrosa amor...
Rosalina (jadeando) : Po ... por favor prometeme que no dejaras de verme igual ... después de esto...
Mario tomó el rostro de su esposa entre sus manos.
Mario : Amor, no te averguences de lo que sentiste ... o digiste. Para mí ... siempre serás la mujer más dulce, tierna e inocente que conozco...
Ambos se abrazaron.
Rosalina (susurrando al oído de Mario) : Te amo tanto, más que a la vida...
Mario (susurrando al oído de su esposa) : Yo también te amo más que a mi vida, mi dulce estrella.
Y así, ambos descansaron en su cama, desnudos y abrazados. Después de todo, al día siguiente regresarían a sus rutinas de siempre. Esta luna de miel habia sido el momento para darle rienda suelta a sus instintos más básicos ... y así lo habían hecho.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro